Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

jueves, 30 de junio de 2016

La ex - novia

- Hace años le fue infiel a su novia, naturalmente, se separaron.
Él nunca se dio cuenta de lo ideal que podía llegar a ser ella, curiosamente, estuvo con una y otra chica; pero siempre, lastimosamente para ellas, recordaba a dicha mujer. Su recuerdo nunca fue borrado, estuvo dentro de su mente durante todo el tiempo, generalmente, cuando la pareja de turno, no desarrollaba una actitud y aptitud adecuada según él. En ese momento, se acordaba de quien perdió y se daba cuenta que dichas características le eran inherentes. Es terrible comparar; pero tantas veces resulta inevitable.
En borracheras me contaba: Bryan, perdí a una gran mujer, ella era perfecta para mí.
Juro que jamás he escuchado a alguien decir la palabra perfecta. Ni siquiera yo, en mi total enamoramiento, soy capaz de decirla. Pienso que no existe perfección, sino lo ideal. No obstante, este sujeto decía que ella era perfecta y sus palabras eran honestas. Yo le creía porque me contaba un sinfín de virtudes, cualidades, características y demás que la hacían sensacional para él. Sin embargo, me daban ganas de golpearlo por idiota, imbécil y demás, al haberla dejado por un coito nocturno con alguien que ni siquiera recuerda.
Y la flaca, por el amor de Dios o el Diablo, no estaba con nadie. Vi su cuenta de Facebook en ese momento, víctima de una compleja curiosidad y a pesar de no ser físicamente llamativa, seguramente sus atributos contados la hacían ideal para él, en ese momento lo entendí, “hay mujeres que son ideales para uno, por eso las llamamos perfectas”.
Ahora entiendo porque algunas veces pienso eso de mi novia; pero no se lo digo, reflexioné luego de beber el trago.
Este fulano me coge del hombro y aclara: ¿Qué voy a hacer, Bryan? Llevo saliendo con varias mujeres, he tenido relaciones prolongadas y sigo sin hallar a la ideal. Yo le digo, de repente la buscas a ella en las otras. Así no vas a encontrar a alguien, porque ese alguien ya existe y no son las otras mujeres. Solo queda buscarla y decirle, a pesar que te mande a la putamare, que eres un reverendo imbécil y a pesar de los malditos años, la amas con locura, honestidad y un impresionante y quizá, enfermo, poco sentido de la realidad.
Se queda mudo. Entonces aprovecho para añadir: Ella te va mandar al carajo, pero, ¿Y qué? Te vas a sentir tranquilo, al menos contigo mismo.
Tienes razón, dice, voy a ir a buscarla, añade al instante. ¡No! ¡No lo hagas ahora! ¡No seas imbécil! Le digo tratando de detenerlo.
Me estoy volviendo loco, Bryan, dice. No me siento capaz de amar a nadie como la amo, acota con honestidad.
Pero, carajos, ¿Por qué la cagaste? Le digo. No lo sé, estaba pensando con el pene, me dice. ¡Maldita sea! Le digo. Pienso y añado: Vas a tener que hacer maravillas para conquistarla. Yo no la conozco; pero si todo lo que me cuentas es verdad y si es tan extraordinaria como dices, vas a tener que rajártela para que vuelva contigo, porque de primera, no te va a creer ni un carajo, después, vas a tener que demostrarle que eres distinto, yo se que lo eres, pero vas a tener que hacérselo saber siempre. Y esa es la parte bonita, mi hermano, porque ella conoció a un tipo, a un irresponsable, borracho, medio drogo y pinga loca, y ahora conocerá a un sujeto plantado, pintón (aunque no sé si importe) porque estuvo contigo cuando eras terriblemente feo. Pero, pues, ahora eres un respetado abogado, con tu inteligencia y tu cultura, seguro que puedes hacerla; pero vas a tener que lidiar con su inseguridad, su desconfianza, el recuerdo de tu maldito acto infiel y sobre todo, con su autoestima. Ella va a tener que plantearse la idea de que retomar lo que fueron puede ser algo completamente jodido como totalmente genial. Ya depende de ti.
Mañana a primera hora la busco, me planto en la puerta de su casa, la espero llegar del trabajo, la sorprendo y le digo todo lo que siento.
No, no, no seas huevon. Ella no debe saberlo, que sea un evento casual, ¿Me entiendes? Que salga del trabajo, vaya a un café o al gimnasio o de compras, tú entras, se topan, se saludan e inicias una charla, muéstrate como eres, porque eres diferente, haz que ella piense eso, que piense que eres otro sujeto, con tu mismo cacharro y cabello, pero con otras actitudes. Y luego trabaja en lo que te dije.
Realmente no sé si va a funcionar, han pasado siete años, una infidelidad de por medio y un loco sujeto que todavía anda enamorado; aunque, tal vez, solo tal vez, sea teoría de que existe alguien únicamente para alguien pueda ser descabellada y a la vez, maravillosamente, cierta. Entonces, ella sería para él (pero no quien fue, sino quien es).
II
Fui a verla, me dice por el celular. Loco, ¿te das cuenta de lo que estás haciendo? ¡Son las tres y media de la madrugada!
Entonces, ¿Qué haces despierto? Dice con serenidad.
Ando escribiendo, creo mejor de noche. Y yo estoy pensando, reflexiono mejor a estas alturas.
Bien, ¿Te parece si nos encontramos en el bar de siempre?
Chévere, ahí te veo. Descansa. Igualmente, loco, ve a dormir, no pienses tanto.
Llego al bar, lo veo sentado en la barra, me acerco dándole una palmada en el hombro. ¿Todo bien? Pregunto. Te he pedido ron con Cola Cola, dice, sonrío y añado: Bien, vayamos al grano. ¿Qué pasó? Bebe su whisky en las rocas y empieza a contar.
Estuve revisando su Facebook, en su información vi el lugar donde trabaja. Además, anduve viendo alguna que otra cosa. Entre ellas, si tenía pareja o salía con alguien, vi a sus hermanas, primos y hasta familiares lejanos, inclusive, amigos que no conocía. Vi las fotos donde la etiquetaron, los comentarios que hizo, las veces que publicó en páginas de ventas y compras, los comentarios en otras páginas, etc. Pero no hallé rastro de alguna otra pareja después de mí. Llegué hasta encontrar el perfil de una prima en Toronto, en donde ella pasó las vacaciones del 2010. ¡Pero ningún rastro de otro sujeto!
Bebí para luego decir: Es lo más enfermo que he oído en los últimos años. Pero, dime, así entre nos, porque nos tenemos confianza, ¿Qué siente tu ego al saber que no estuvo con nadie más? Te conozco, pedazo de mierda, no se te ocurra sacar pecho enterándote que no pudo estar con otra persona. Porque si no se volvió a enamorar es porque le jodiste esa idea.
¿Crees que no lo sé? ¡Lo tengo bien en claro, huevon! Deja de pensar que soy un puto ególatra. Ese yo ya está muerto.
Bien, le digo. Bebemos a la par y asevero: Sigue contando.
Trabaja en una agencia de turismo por la avenida Pardo. Fui a la mañana siguiente, mientras caminaba me fumaba los cigarros que me sobraron de la última borrachera. No fui al trabajo, no puedo pensar en nada, solo en ella. Entonces, llegué al lugar. Recordé que te gusta Grecia y que anhelas casarte allá. Me da risa ese comentario, vuelvo a beber y le hago un ademán para que siga.
La señorita que atiende me hizo algunas preguntas, quise saber sobre un tour a Grecia y sus islas, me atendió con amabilidad, el ver a un tipo en traje, bien peinado y con esta pepa (se toca el rostro) hace que cualquiera piense que tengo harto billete. ¡Como si sirviera de algo! Pues, así te atienden bien en todos lados.
Miraba hacia las esquinas donde estaban las otras recepcionistas; pero ninguna era ella, cuando esta chica terminó de dar sus putos argumentos, le pregunté tal cual detective si la conocía. Su respuesta me dejó atónito.
¿Qué fue? Pregunté luego de tomar. Ella es la jefa del maldito local. ¿Entiendes? ¡Es la jefa! O sea, la dueña. Yo la conocí cuando terminaba la carrera y ahora verla exitosa y seguramente radiante me da ganas de pegarme un tiro porque soy un imbécil, un huevonazo por dejarla ir. Ya hubiera estado con ella, hasta ya me hubiera casado con ella, ya tendríamos hijos.
Su voz, sus ademanes, sus gestos, el sonido de su respiración y hasta sus lágrimas cortas y duras, me llegan al corazón. El hombre está hecho pedazos; pero resulta ser, a pesar de haber realizado la gran estupidez, un hombre totalmente honesto.
¿Quieres que te diga algo, mi hermano? Tú serías un gran tipo para cualquier mujer; pero el problema es que andas jodidamente enamorado de alguien que, quizá, ni siquiera te recuerde.
Agacha la cabeza estrellándola contra la barra. Yo bebo otra vez y le digo, vamos, sigue contándome.
¿Sabes, Bryan? Es curiosa la forma como ocurren las cosas, a veces de una manera tan asombrosa. Ella entró al local en ese momento.
La putamare, ¿en serio? ¿Y qué pasó? Pues, me puse más nervioso que la mierda. Y encima, para colmo, la cojuda esta, al verla le dice: Señorita, este joven pregunta por usted.
¡No me jodas! Exclamo. Me vio, dice. Y al verme se sorprendió, añade. Ambos nos sorprendimos, no supe que decir, tampoco como rayos actuar. Bryan, tengo 32 años y me comporté como un niño en su primer día de escuela.
Sí, señor, ¿Qué se le ofrece? Me dijo. Yo estaba atónito, solo atiné a decir, estoy consultando sobre un tour a Egipto. La recepcionista interrumpió, ¿No era Grecia? Yo seguí mirándola, mierda, Bryan, se veía hermosa, quería levantarme, abrazarla y decirle: Por la putamare, soy un maldito imbécil, perdóname, ¡Me cago por ti! Estoy años enamorado de ti, no he podido hallar a nadie como tú, vuelve conmigo, te juro que soy totalmente distinto a quien conociste. Pero mantuve la cordura y dije al tiempo que me levantaba de la silla: ¿Puedo hablar contigo un rato?
Pasaron segundos de terror e incertidumbre. Pasa a mi oficina, dijo con una seriedad absoluta. Y la seguí…
¡Camarero, otro par de tragos! Grito en ese momento y apago el pucho en el repleto cenicero.
III
¿Alguna vez has hecho algo extraordinario por alguien? Algunas veces, respondo con rapidez. Ahora dime, ¿Sientes que alguna vez han hecho algo extraordinario por ti? Medito luego de beber, enciendo otro pucho y tras la piteada, respondo: No; pero he sentido un conjunto de pequeños actos que quizá juntos sean algo extraordinario. Él mira su vaso, bebe y dice: Cuando me invitó a la oficina, me senté al frente de su imponente escritorio, la vi acomodarse y luego de colocar los codos sobre la mesa y mirarme fijamente, me hizo una pregunta que aún retumba en mi cabeza.
¿Qué es lo que quieres?
Realmente, mi brother, ¿Qué es lo que quiere un tipo que va a buscar a alguien luego de años? La flaca tuvo completamente toda la razón. Además, déjame acotar antes que sigas, ¿Por qué aparecer tan repentinamente? ¿Por qué no haberlo hecho antes? Y, ¿Por qué de golpe? Yo te dije que lo hicieras de una manera sigilosa.
Piensa, bebe y dice: Bryan, la vi fijamente a sus ojos porque si miraba a otro lado podría evidenciar inseguridad, entonces, le dije: Porque nunca es tarde para intentar remediar mis errores.
No seas huevon pues, ¡Es el típico cliché! Le dije exaltado.
Ella se levantó del asiento con aires de frescura, se llevó las manos al cabello y sonriendo me dijo: ¿Crees que todavía me haces vibrar? Volvió a reír, esta vez con ironía y sentenció: Si tu intención fue creer que aún siento algo por ti y que viniendo de sorpresa me ibas a agarrar fría estas muy equivocado.
Vuelvo a preguntar, querido, ¿Qué es lo que quieres? ¡Y si vienes a decirme que un maldito tour te juro que te boto a patadas!
Ella es de temer, añado con humor; aunque no debo hacerlo.
Solo quiero hablar contigo, le dije con serenidad, sin mostrar la misma inseguridad; aunque seguramente me vio como un gato asustado.
Esa analogía me parece graciosa; pero no sonrío.
Dio varias vueltas sobre el espacio, miraba a otros lados, se mordía las uñas y cogía el cabello, yo andaba sentado, mirándola andar, admirándola porque se veía hermosa con ese atuendo y ese look y esa actuación de sorpresa e intriga, quería levantarme, cogerla de la cintura y besarla; pero a la vez me sentía incapaz, me sentía como un cobarde, como alguien que no la merece, por eso no hice nada y sé que no haciendo nada me veía como un idiota arrepentido que solo espera una oportunidad.
Se detuvo y me encaró como seguramente quiso hacerlo durante mucho tiempo.
¿Me vas a decir, que quieres? La vi directo a los ojos y con una valentía salida desde el fondo de mí ser, respondí: Charlar.
Era como si no esperara esa respuesta, como si ella hubiera deseado una confrontación, tal cual teníamos siempre, ella enojada por mis actitudes, reclamando el motivo de mis idioteces y yo negándolo todo como un patán; pero ahora, calmado y sereno, distinto, le vengo a decir que solo quiero charlar.
¿Te das cuenta de lo inteligente que es eso? Simplemente, pedirle a tu pareja, en un conflicto, ¿Podemos charlar? Le digo y bebo el ron.
Ella hubiera aceptado con facilidad el hecho de charlar, le hubieras explicado tus tonterías y las hubiera acatado o hasta entendido, parece ser una chica inteligente y comprensiva, no debiste ser un ogro despiadado.
Lo sé, a veces llegué a pensar que me comportaba así apropósito, era como si fuera estúpido por conciencia, me gustaba ganar riñas por orgullo, bien dices, por ego, por mero y estúpido orgullo y ego, al final, no sirven de nada, solo son como espejismos, paradigmas, errores tras errores. Pues, entonces, cuando le dije para charlar, todo cambió. Vio el primer cambio en mí, quizá, pensó que vendría luego de años y la trataría como si tuviese un poder sobre ella; pero no, estoy a años luz de ese ser, ahora solo quiero amarla y demostrarlo a carta cabal todo el tiempo posible, no como antes que lo hice por momentos.
Agachó la cabeza, pensó segundos eternos y me dijo, ¿De qué? Entonces, rápidamente, respondí: De cómo hemos estado. Sonrió, esta vez no irónicamente, digamos, de una manera fresca, como si le pareciera graciosa mi respuesta. Aceptó. Dijo que podríamos salir este fin de semana, que la llamara y podríamos ver qué hacer.
Oye, pero eso es fantástico, le digo emocionado y le golpeo la espalda con efusividad.
Me mira, en sus ojos no veo luz, tampoco inseguridad, veo un vacío, como si no supiera que hacer, como si estuviera dubitativo y a la vez sereno. Le digo, ¿Por qué no te agrada esa noticia?
Al salir de la oficina con su tarjeta en mano, me dijo con bastante tranquilidad: No creas que vamos a empezar algo, simplemente, conversaremos como dos viejos amigos. Pues, aunque el término amigos sea más que todo una forma de llamarlo.
¡Oye carajo! No estés todo inseguro. Si la flaca te dijo que si iban a salir solo queda demostrarle lo diferentes que eres ahora. Muéstrate como eres en la actualidad, haz cambiado bastante, ya no eres un imbécil que se quiere coger a todas las nenas y se droga en los baños de discotecas, que anda mintiendo y mintiéndose así mismo, ahora eres un tipo hecho y derecho y perdona si soy duro con mi honestidad, pero tengo una teoría: Esa chica te conoció cuando eras una completa cagada, te dejó; pero cambiaste por ella, entonces, intentas reconquistarla o remediar lo hecho, ahora que eres alguien mejor. Puedes hacerlo, ¡Puedes lograrlo!
Ahora si vi luz en sus ojos, bebió y me dijo: ¿Recuerdas que te dije sobre las cosas extraordinarias? Claro, ¿Qué tiene? Yo quiero hacer algo extraordinario por ella. Eso me parece correcto, le dije. O sea, ella me volvió otro sujeto, yo quiero recompensarlo volviéndola a enamorar.
¡Esa es la actitud, huevon! Salud por eso, carajo. Que se termine esta ronda y nos tomamos más tragos, le digo entusiasmado, adoro cuando mis amigos se vuelven optimistas.
Sonríe por primera vez en toda la noche y me dice: Puta, huevon, ¿Cómo es la vida, no? Uno se comporta como un reverendo imbécil por alguien creyendo inconscientemente que puede encontrar a otras; pero luego se pasa un tiempo importante buscándola de nuevo, remediando errores. Vida solo hay una, añade, no quiero vivir jodido lleno de amores que nunca podré corresponder, quiero este amor, la quiero a ella porque la amo y puede que haya sido una basura; pero hoy, bien dices, soy otro. Voy a reconquistarla.
Quedó admirado con su argumento convincente y positivo, me agrada; pero debo decirle lo siguiente: Solo se tú mismo.
Y a veces uno hace una cagada y se pasa la vida remediándolo, otras veces te pasas el tiempo siendo el buen tipo; pero ahora, es momento de hacer lo que nunca hiciste por ella, amarla de verdad.
Vuelve a sonreír y dice: Lo voy a hacer este fin que nos veremos.
Ah, ¿y sabes una cosa muy importante? Ella conoció a un tipo, ¡Ese tipo, ya no eres tú! Esa es tu oportunidad.
IV
Llegué a la cita puntual, ella todavía no llegaba, tuve tiempo de fumar otro cigarrillo para calmar los nervios y luego la esperé en una mesa del exterior. Pedí dos cappuccinos y un par de croissant, me detuve a ver sigilosamente ambas puertas de entrada, quería verla mientras ingresaba, deseaba intentar descifrar los gestos
de su rostro; pero en un descuido, cuando la camarera se asomó para colocar bolsitas de azúcar, noté que colocaba su bolso de diseñador en el espaldar de la silla y se acomodaba haciendo sonar las pulseras de plata. Me enfoqué en el collar de oro que caía de su cuello y en el color de sus labios, recordé que nunca antes la había visto tan pintada, siempre le gustó andar al natural -y me encantaba; pero era completamente estúpido, no ciego, para no halagarla por eso-. No sonrió, me hubiera caído de espalda si lo hubiera hecho. Al instante, dijo con autoridad: Y, ¿De qué gustas hablar? Enseguida, vi los pendientes de sus orejas, no soy un conocedor de joyas; pero seguramente han de valer una suma importante.
Pues, ¿Cómo has estado? Hice la primera pregunta.
Bien, ya sabes, formé mi empresa, manejo un puñado de empleados que se esfuerzan por sacar adelante el proyecto y tengo estabilidad tanto económica como emocional.
Fue una respuesta extraña, su aire de soberbia me dejó atónito; pero creí que se trataba de una especie de arma de defensa, quizá, pensó que si actuaba de un modo muy defensivo, presumiendo de sus logros y demás, podría llegar a intimidarme.
Qué bueno, me alegra, yo terminé mi carrera, hice algunos libros sobre derecho y pues, estoy ahí, en el trabajo de lunes a viernes y los fines de semana me relajo.
Ah, seguro te emborrachas con tus amigotes, ¿No?
Lo interrumpo con la pregunta, ¿Te refirió a mí cuando dijo eso? Suelto una risa para darle gracia al asunto.
No lo sé, seguro se refirió al grupo en sí. Además, nunca los conoció, solo vio las fotos que circulaban en otros Hi5 y luego en Facebook, responde mi amigo con seriedad.
Bueno, sigue contándome, le digo.
Pues, no, ahora estoy en el gimnasio, ¿ves mi figura actual? Sonreí cuando dije eso para que sepa que fue un chiste. Luego añadí, además, pierde sentido el hecho de hacer algo durante largo tiempo. Uno llega a aburrirse. Ahora hago otras cosas; pero claro, si quieres saberlo, sigo viendo a mis amigos, después de todo, son mis amigos.
Me vio con sorpresa y preguntó, ¿Y qué más deseas saber?
La noté muy defensiva; pero resolví estar calmado. No la había conocido así; sin embargo, si su intención era amilanarme, lo estaba logrando. Pues, ella nunca fue tan agresiva y para colmo, al ver el café sobre la mesa, dijo con rudeza: ¿Qué? ¿Esto es para mí? Yo no he pedido esto. Llamó al camarero y pidió otra cosa. No me hice rollos, resolví beberlo después de terminar el mío.
Veo que te va bien en el trabajo, te felicito, tienes una empresa consolidada. ¿Qué, esperas que te de trabajo? Dijo con rapidez. Fue raro, pensé que se trataba de un chiste y por eso reí. Ella no lo hizo; pero daba igual, yo estaba en falta y debía calarme todas.
Le hablé de mí, de lo que hice los últimos años y demás, ella se vio envuelta en una situación curiosa, como que se sorprendía por lo que le iba contando y a la vez le agradaba, lo veía en el hecho de asentir con la cabeza y decir a cada momento, que bueno, que bueno.
Me conoció cuando era un completo zángano y todo lo demás que me dijiste la otra vez y no voy a repetir.
Río cuando dice eso, bebo el trago -ah, cabe mencionar que estamos en su casa, en su sala para ser especifico- y al arrojar el pucho al cenicero, le digo que prosiga.
Pucha, bro, la flaca se veía distinta, o sea físicamente parece que los años no han pasado; pero su actitud era totalmente diferente, ella nunca fue así. Además, jamás le importaron tanto lujo en bisutería.
Después que yo hablara comenzó a relatarme cada uno de sus viajes de vacaciones, si te contara todo lo que dijo, detalle tras detalle, inclusive, bueno fuera que lo hiciera como algo normal, natural; pero presumía, la oía hablar con una soberbia despampanante y obviamente desagradable.
Al terminar de contarme todo, yo le dije, ¿Te puedo decir algo? Pues, la verdadera razón por la cual estoy aquí. Ella se quedó muda como confundida, entonces, con valentía y arrebato, le dije: Te amo. No, no digas nada, la detuve y se me salió un ademán. Ella parecía inquieta, pero se mantuvo callada.
Sí, sigo enamorado de ti, a pesar que mi acción hizo que todo se vaya directo al carajo; sin embargo, aunque te parezca sacado de una película, yo no he podido amar de nuevo porque sigo amándote a ti. Me di cuenta a lo bruto; pero aquí estoy en un intento maduro y sensato de remediar mis errores. Estoy enamorado de ti y anhelo, quizá, intentar volver a algo, no ahora, ni mañana, con el tiempo, iniciar primero una amistad y luego podríamos salir y quizá, llegue a suceder algo, sin apuros, déjame mostrarte quien soy ahora, puedo tener el rostro y el cuerpo, pero mi actitud y aptitud es distinta. Tengo el mismo nombre, pero otras convicciones y te aseguro, aunque lo dudes, que soy alguien de quien te puedes enamorar y no te va a defraudar. Te estoy hablando con el corazón en la mano y esta es mi pura verdad con total honestidad.
Por poco se me cae el vaso, lo detuve antes de derramar el preciado líquido. Enciendo otro pucho, esta vez ando callado, no quiero interrumpir del todo ni andar aconsejando, solo quiero oír y lo estoy haciendo acompañado del licor.
Creí por su actitud de hace minutos que se torcería en risas y luego se levantaría de la mesa, claro antes tendría que derramar el café en mi camisa; pero, muy serena, respondió: Querido, déjate de cursilerías. Si quieres filtrear conmigo, deja ese argumento barato y llévame de compras o a un viaje.
Bebo con rapidez al tiempo que me pregunto, ¿Y donde están las características que me dijo acerca de ella? La respuesta vino a continuación: Bryan, ¡Ella era otra persona! ¡Era otra! Definitivamente yo no conocí a esta mujer tan materialista y sin sentimientos.
Me quedé mudo, absorto de lo que había oído. En otros tiempos hubiera amado cuando yo le susurraba poesía de Bécquer, que eran casos escasos. Ya no llevaba consigo la pita que se trajo de un viaje a la selva, ahora llevaba una pulsera de plata, ya no se veía natural, se veía pintada de extraños colores. ¿Y el morral de siempre? Un tal Dior lo reemplazó. Tenía al frente a otra mujer. En una ironía, yo era el buen tipo que ella siempre quiso y ella era una mujer de quien nunca me enamoraría.
¿Qué te pasa? ¿Te quedaste mudo? No creas que eres el único
que me pretende, están haciendo cola. Apúrate en hablar que me voy, me esperan en un Mercedes del año al final de esta avenida.
La miré a los ojos fijamente tratando de hallar rastro de la mujer que había conocido; pero no la encontré. Ella había cambiado por completo tanto como yo.
Pagué la cuenta, me levanté y me fui. Al voltear vi que se miraba en un espejo portátil como si nada hubiera sucedido, como si realmente al final de la avenida la esperase un tipo a su medida.
Anonadado, quiero animarlo; pero él se halla bien.
La gente cambia, le digo. A veces para bien, a veces para mal, tú lo hiciste para bien; pero, lastimosamente, ella cambió para mal gracias a ti y en una completa ironía o artimaña del destino, tú cambiaste gracias a ella.
La vida es una completa paradoja, me dice y hacemos salud.
Llega a su casa, se quita las joyas y la cartera rentada, el maquillaje frente al espejo del baño, los zapatos de tacón de su hermana y se coloca la pita de ese viaje estupendo a la selva, arroja las postales de países europeos que adquirió en una tienda cercana, se coloca la pijama que le tejió su abuela y se echa sobre la cama con los ojos húmedos. No te creo, no quiero creerte, repite tanto para sus adentros como para el resto de su habitación. Se echa a un lado, cerca a un peluche por el aniversario número doce y cierra los ojos con la consigna de olvidar todo lo que escuchó en el café a pesar que algo dentro de su corazón sienta que es verdad…


Fin


domingo, 26 de junio de 2016

Casual e increíble encuentro

- Entro a mi cafetería favorita, la que se encuentra en la avenida Larco. Me quito la bufanda y el abrigo, ambos los coloco en el espaldar de la silla. Enseguida, se acerca la camarera, quien sonriente me entrega la carta. 
—Un cappuccino, por favor. Vuelve a sonreír y añade: En un momento se lo traigo, señor.
Detesto que me llamen señor; pero llega a resultarme gracioso. Acabo de cumplir treinta años; aunque mi semblante no lo aparente.
Empiezo a revisar mi correo desde el celular. Anhelo ver el e-mail en señal de respuesta de la editorial adonde envié hace un par de meses el manuscrito de mi obra; pero lo único que observo son las típicas ofertas de esas tantas páginas de ventas por Internet que aglomeran la bandeja. 
—Han pasado meses. De repente lo leyeron y no les gustó; tal vez por eso ni se dignan en responder, me dije para mis adentros. Y realicé una mueca de inconformidad. Por un instante me sentí resignado. Quizás, también frustrado. Es la cuarta editorial a la que postulo, tenía cierta esperanza. E allí el motivo de mi frustración. 
La camarera se acerca con el café, lo deja sobre la mesa y sonreí nuevamente para acotar enseguida: Servido, señor. 
—Gracias, le respondo. Froto las manos y cojo la taza para acercarla a la boca. Esta caliente; pero se ve exquisito. 
Poco después de mi primer sorbo entran al lugar un par de señores bien vestidos, uno lleva sombrero y el otro una boina. Me resulta sofisticado para estos tiempos. Se sientan en la mesa contigua y dejan sus sacos sobre el espaldar esperando que la camarera se acerque.
—Como te estaba comentando allá afuera, hace un tiempo recibí una obra que me llamó bastante la atención. —Sí, me estabas contando sobre ello. ¿Cómo dices que se llama el autor?
—Daniel Gómez Molina, ese es su nombre. 
En ese momento sentí una implacable sensación recorrer por todo mi ser, al punto de hacerme transpirar y acelerar al corazón. No supe cómo actuar, tampoco sabía que pensar y mucho menos si debía intervenir. Respiré y bebí de golpe el cappuccino.
Si me quemé no lo noté. Me enfoqué en lo que ese dúo, seguramente encargados de aceptación de manuscritos, dialogaban acerca de mi obra.
—Javier, el tipo es bueno. He leído el libro y me ha parecido agradable. He decidido empezar la publicación esta semana.
—Estoy de acuerdo contigo, Eduardo; pero antes deberíamos de tener una cita con el escritor, dialogar sobre algunos temas e iniciar la publicación del libro. Estoy seguro que será un éxito.
Aunque resulte gracioso me pellizqué por si se tratase de un sueño; pero sonreí al saber que todavía me encontraba en dicha mesa de mi cafetería favorita escuchando como las dos personas de la mesa contigua charlaban sobre mi libro.
Luego de esa charla cambiaron de conversación. Terminé el café, pagué la cuenta, cogí mis cosas y me fui sigilosamente; aunque seguramente no se darían cuenta de mi presencia.
No le conté a nadie porque era probable que nadie me crea. Esta clase de acontecimientos solo ocurren en cuentos hechos por escritores a quienes les encanta imaginar situaciones. 
A la mañana siguiente, me respondieron el correo y me citaron en la editorial para firmar contrato e iniciar el progreso; aunque me gusta llamarlo sueño.


Fin

Frase 89

- Si ella no puede ir adonde te encuentras, coges las maletas, abordas el bus y te vas en su búsqueda. Dice, creo que no le agradas a mi familia. Pero, ni me conocen. Tienen una perspectiva errónea. No la esperes en la esquina. Vas a su casa y te muestras tal y como eres, -de hecho, si eres encantador como para encantarla- podrás caerle bien a cualquier persona mostrando respeto y educación, cambias ese concepto con el pasar de los días. 
Se trata de tener convicciones, no de andar preguntándose, ¿Por qué?





Una charla extraña (con un amigo extraño)

- La otra vez me encontré con un amigo. La charla comenzó con la siguiente frase: Loco, me siento hasta las huevas, ¿Vamos a tomarnos unos tragos? Ya pues, le dije sabiendo que lo animaría salir a ventilarse un rato.
Llegamos a un pub miraflorino, pedimos unos tragos, cuba libre para ser exactos. Este enciende un pucho y me cuenta, loco no sabes lo que me pasa. No puedo relacionarme con chicas.
¿Repentinamente te comenzaron a gustar los hombres? Le dije e hice ademán de alejarme.
Soltó una risotada. Luego, calmado, añade con seriedad. Firme, te cuento pues. Dale, dale, cuenta, le digo mientras prendo mi cigarrillo.
Salí con una flaquita bien simpática, nos conocimos en el trabajo, tenemos cosas en común y toda la nota; entonces, tragos van, tragos vienen y puede que me haya gustado. Por eso, quise tener un acercamiento carnal, abrazarla y de repente, darle un beso.
La cuestión es que no sabía cómo hacerlo.
Lo miré confundido, ¿Cómo es eso? Le dije.
Resulta que no sabía que jugada realizar. Ella me mandaba sajiros decía, tengo frío, ¿Está corriendo mucho viento, no? Era obvio que deseaba un abrazo.
Me imagino, le dije luego de beber un sorbo.
Si, bro; pero no me nacía o no sabía cómo colocar mi brazo sobre su espalda y dejar caer la mano por su hombro, entonces, se hubiera recostado y PLING (el sonido fue chistoso) me la chapaba a los segundos.
Fue graciosa la forma como lo dijo. Fuera de eso, me confundió que no estuviera seguro, entonces, le dije: De repente no te gusta del todo y te estás forzando.
No loco, si me gusta; pero no se qué sucedió en ese momento, me sentí un idiota, era como si tuviera quince años y me estuviera gileando a una flaca.
Luego, me dice: Rafa, sabes, me pareces un chico muy lindo… y bla bla bla… En ese momento, en lugar de estar confiado, canchero, me puse totalmente nervioso, al punto de ruborizarme. Imagina eso, pues.
Pensé, que extraño. Y le dije: Loco, fácil y te gusta mucho que no quieres que piense que la quieres besar y listo. Por eso estas siendo cauteloso y déjame decirte que es bueno.
¿Tú crees?, me dice medio inseguro, fumando con rapidez.
¿O crees que he perdido el toque? Me dice y empiezo a reírme.
Eso no se pierde, de repente como hace mucho que no sales con alguien, te ha pasado eso.
Mira Bryan, eso puede ser recontra paja; pero te voy a contar lo siguiente, mas no me hagas roche.
Dale, estamos en confianza, huevon.
Tomamos los tragos y me dijo, ¿Quieres ir a mi casa?
En ese momento, te juro loco, que en lugar de sentir que se venía mi noche, no quise, me sentí desanimado.
Pero, ¿Por qué? Quise saber.
Fácil pues, la flaca solo quería coger o de repente, luego empezar algo; aunque si alguien puede follar en la primera cita, eso no paga para una relación.
Fue sensata su respuesta.
¿Aun así que pasó? ¿Fuiste o no a su casa?
¡Claro que fui pues, loco!
Me cague de la risa en ese instante.
Follamos rico toda la noche, yo sintiéndome un huevonazo queriendo ser un caballero y ella solo pensando en una noche de sexo.
¿Lo siguiente que pasó? Pregunta y se responde, ni me llamó.
En el trabajo me evita, a veces me saluda de un modo fresh, la saludo igualmente y al carajo todo. ¿Cómo es, no? Puta, a veces me asombran estas cosas que pasan.
La verdad, Rafa, me has dejado sorprendido. No creí que podría suceder algo así; pero bueno, como siempre digo, en esta vida todo puede suceder.
Salud por eso, responde enseguida. Salud, huevon, le digo y chocamos nuestros vasos.
Me dejó pensando, fue una charla curiosa y muy extraña.


Fin

Para ti

- Sabes que lo siento por ti es demasiado grande como para poder describirlo con palabras, tienes en cuenta que llevo tiempo expresándote lo que me haces sentir y es posible que jamás logre hacértelo entender en toda su magnitud; sin embargo, tengo una vida para dártelo constantemente. Ese amor puro y sincero que hoy revienta y estalla para ti, porque lo creas y lo alimentas, se hace innato tenerlo en el corazón y se dirige hacia a ti, no encuentra otra dirección que no sea tu ubicación. No puedo ni podría amar a alguien más que no fueras tú, tampoco deseo compartir mi vida con alguien que no lleve tu nombre, mucho menos aventurarme a relaciones efímeras, porque lo que deseo, quiero y contemplo es tenerte a ti por siempre.
Soy afortunado de poder visualizar tu encanto diariamente. Me complementas y nos hacemos uno. Es la idea al fin y el cabo, dos personas con dos corazones que se fusionan, que dirigen su visión en un futuro mutuo, una dirección igual, un lugar y momentos que gozar, que recordar, a los cuales aferrarte cuando haya nostalgia y mientras no, seguir disfrutando de otra gran cantidad de sucesos preciosos.
Una persona que te acepta y te quiere tal y como eres, como tú lo haces con ella. Ambos trabajan por el porvenir de lo que crearon, también por sus sueños propios, por el plan de hacer permanecer la relación en el tiempo, de proyectarse más allá, de ser siempre uno, de amarse en cada momento, con respeto y fidelidad como base. Entonces, todo se vuelve estupendo y mágico, estupendo porque es sólido y honesto, mágico porque no deja de ser sublime.
Sabes que lo que siento por es amor, lo que quiero es permanecer a tu lado y lo que anhelo es verte siempre al despertar.
¿De eso se trata, no? El amor y las relaciones de pareja, de no dejar de amarse y hacer perdurar la relación amorosa con el paso del tiempo. Te amo de un modo eterno.




La ideal

- No tenía el trasero de una modelo de comercial de cerveza, tampoco el cabello brilloso de una despampanante anfitriona de energizante, mucho menos posa en su perfil mostrando atributos. 
De moda sabe tanto como yo, de amores pasados solo lleva dolor, nadie la corteja cuando sale a caminar, menos giran a mirarla.
Pero; cuando me habla de Borges yo la escucho. Pero; cuando recita a Bécquer yo me encanto. Pero; conoce más capitales que yo y me viene a cocinar el platillo soñado para almorzar. Me dijo te amo e inició una cruzada para demostrármelo, su voz es la melodía que toca el réquiem de Orfeo y sus caricias estremecen no solo mi piel, también mi alma.
No vengo a decirte lo que nadie te ha dicho, vengo a decirte que eres ideal. Enamorado de tu sabiduría me encuentro, de tu personalidad que ausenta a tu físico, no de tus ojos me encanto, sino de lo que pueden llegar a mirar. A hacerte el amor me dedico porque me fusiono con tu alma. Jamás le importó mirar la balanza porque para caber su corazón el cuerpo debió ancharse. Yo digo actitud y ella aparece, digo inteligencia y levanta la mano, pronuncio amor y mágicamente la veo.
Diría que perfecta es una palabra limitada. Asevero que ideal es la palabra indicada. Te amo, porque jamás vas a ser como todos quieren que seas. ¡Yo te amo por ser como eres!



Fin

Lo bueno de todo lo vivido

- ¿Quién me roba lo vivido? ¡Nadie!. Lo vivido es mío, es mi recuerdo, tal vez sea mi pasado, pero es mío y puede sonar egoísta pero lo escribo para mí, de repente comparto algo pero queda el resto en mí. Soy un amante de los recuerdos. 
A mí me pasó, me dijo: No eres tú, soy yo, luego de besarnos e intentar románticamente cogerle la mano creyendo que habíamos iniciado algo. Me detuvo con esa frase y pensé: “Bueno, me está rechazando elegantemente”. Pero luego supe que era una manera común de decirlo. Hoy me parece gracioso. Pero, la besé. Y ese beso nadie me lo quita. Tuve el recuerdo de ese beso por mucho tiempo.
Sucede que nos relacionamos en una noche, estaba en Larcomar un 14 de Febrero, soltero, ¿te imaginas que es estar soltero un 14 de Febrero? Y en tiempos donde tus amigos te dicen que salen con sus respectivas chicas, es terrible.
Tuvimos un amorío inmediato, pero fue tan efímero que culminamos al día siguiente por la tarde -vía mensaje de texto-. Mi iluso romanticismo de adolescente creyendo que podíamos empezar un amor maravilloso y sus ganas de coger a alguien por una noche no fueron compatibles. Pero, terminé escribiendo una noche sobre ella. Y no me acuerdo en particular de ese mensaje, recuerdo el palabreo bonito, las miradas, las sensaciones y las emociones. Me acuerdo de eso.
Sus padres siempre me detestaron, por alguna extraña razón me tildaron de maneras que jamás pensé que podría aparentar, el hecho es que me resultaba hipócrita el saludo cordial que ofrecían cuando me veían con su hija, alguien que insistía en que vaya a visitarla -jamás me gustó ir a lugares donde no soy bienvenido pero debía hacerlo-. No voy a negar que algunas veces me decía: Pero, soy lindo, ¿Por qué tanto odio? Sin embargo, estaba enamorado -y para bien o para mal, ahí estaba yo-.
Terminamos porque no pude soportar ese carga montón; sin embargo, guardo los mejores recuerdos y no tengo rencores.
Yo para variar resuelvo mantener los mejores recuerdos, archivo lo negativo y lo coloco en papelera de reciclaje para quedarme con lo bueno de todo lo vivido.


Fin

Eterna princesa 7

- Le crecieron alas. ¿Y qué? A veces me dice que se avergüenza de ello; pero le respondo: Yo también las tengo. Ríe entonces. Soy escritor y en perspectiva, vuelo. Se serena, parece que me entiende. Si tú vuelas por tu ahora naturaleza y yo me elevo al escribir, y si no podemos encontrarnos en el Olimpo ni el infierno, convergemos volando.


Fin

Frase 88

- No existe la relación perfecta. Pero existe la relación en donde las discusiones tienen soluciones, las diferencias pueden unir (que bonito es aprender de la otra persona y viceversa). En donde el amor es mutuo y cada uno tiene una manera distinta de demostrarlo. Quizá, uno sea más detallista que otro, o el otro sea más romántico, que se yo, pero la idea es demostrar lo que uno siente. Hacer algo asombroso es opcional, la idea es expresarlo. Una carta debajo de la almohada con palabras sinceras se compara a un cartel enorme en el que dice te amo cayendo de un edificio. Confianza, la confianza es importante. Es jodido confiar, pero si lo logras es extraordinario. Respeto, siempre el respeto. Ser fiel, la fidelidad es una silenciosa y maravillosa forma de expresar amor. ¿Te das cuenta que no hablo de la edad ni la distancia? Es que cuando el amor es sincero no se necesita de un número ni de kilómetros que separan cuerpos. Recuerde, no existe la relación perfecta, pero si las ganas de querer que todo se vuelva hermoso.
Y usted puede lograrlo.



viernes, 24 de junio de 2016

¡Ya sale mi nuevo libro!

- Lectores: En julio sale mi nuevo libro. ¡Ya está en la agenda de la editorial! Espero que puedan asistir a la presentación y adquirir un ejemplar, ya les voy a estar informando sobre dicho evento. Saludos y muchas gracias de antemano.



¿Qué le has hecho?

- ¿Qué le has hecho a mi cabeza? Que no te deja de pensar.
¿Qué le has hecho a mis manos? Que solo quieren acariciar tu piel, tu delicado y bello rostro; coger tu mano y aventurarnos adonde nos lleve el camino.
¿Qué le has hecho a mis ojos? Que solo buscan tu mirada, que solo andan en busca de ti; hipnotizados por tu mirada brillan como el sol al contemplar tu belleza.
¿Qué le has hecho a mis pies? Que caminan al compás de los tuyos; siguen tus huellas y corren en busca de ti al escuchar el eco de tu voz a lo lejos.
¿Qué le has hecho a mis labios? Que buscan desesperados los tuyos; que se contagian de tu dulzura y comparten su miel con la tuya; que anhelan encontrar tu boca y viajar a la luna al compás de tus besos.
¿Qué le has hecho a mis dedos? Que solo escriben te quiero, te adoro, te extraño, te deseo y todas esas cosas bellas que este ser siente y puede llegar a sentir por ti.
¿Qué le has hecho a mi cuerpo? Que tiene tu aroma; que aún mantiene el calor de tu cuerpo y que desea siempre refugiarse en tus brazos.
¿Qué le has hecho a mis sentidos? Que mi oído se emociona al escuchar la melodía de tu voz, mis ojos buscan tu mirada, mi lengua baila adentro de tu boca cuando te beso, mi nariz respira tu aroma y mis manos anhelan siempre tocar tu cuerpo desnudo.
¿Qué le has hecho a mi corazón? Que ahora late en tu nombre, se tatúa tu inicial, se alimenta de tu amor, sonríe al escuchar tu voz, se alegra al recibir tu cariño y te entrega su secreto, su sinceridad y su pureza encarnados en un extraordinario sentimiento que solo por ti anda sintiendo.
Y…
¿Qué le has hecho a mi mundo? Que ahora solo quiero compartirlo contigo?

Fin

Un e-mail del pasado

- Amor, ¿Cómo estás?, espero que bien.
Ayer fue terrible, horrible, asqueroso y demás adjetivos parecidos.
Hoy es un nuevo día, ha salido el sol y un tipo me hizo reír en el micro. Yo creo que podemos darle solución a esto.
Sé que no es sencillo, puede tardar días o hasta semanas
pero la solución llegará si tenemos la esperanza y la fuerza
de que podemos arreglarlo.
Muchas veces es más sencillo decir !Se acabó! Y mandar todo a la mierda sin pensar en los buenos ratos que pasamos y olvidando por completo ese amor que nos une y que tantas veces se oculta detrás de esta amargura.
Sé que tenemos defectos, todos los tienen, nadie nace perfecto y mucho menos sabiendo que hacer y adonde ir, pero sabes: Hemos llegado a tener y sentir todo en este tiempo de relación y siempre hemos dicho que "Estaremos siempre juntos" haciendo promesas con palabras hermosas en conversas instantáneas por el MSN, con las miradas que a veces reemplazan a las palabras, con sonrisas enamoradas y con bellas palabras que nos decimos al vernos.
Dime preciosa: ¿Es justo para todos esos pensamientos y momentos hermosos acabar nuestra relación?
Si tan solo por un momento, olvidaras los malos ratos, las peleas, las discusiones, los insultos y las diferencias y pensaras en toda la cantidad de ratos preciosos que pasamos, entenderías que vale la pena insistir.
Quizá no sea sencillo y tal vez puede que sea difícil pero si no lo intentamos no llegaremos a nada y el punto adonde queremos llegar es a estar siempre juntos. ¡Como lo prometimos!
La idea de "Siempre juntos" es una idea fabulosa, increíble, mágica y bella pero se tiene que ir armando poco a poco, se tiene que ir cosechando, creando y dibujando cada día y cada momento.
No te has preguntado ¿Qué hay después de mí? Yo me he preguntado ¿Qué hay después de ti?
El solo hecho de imaginar una vida sin ti o una vida sin mí puede llenar de nostalgia nuestros corazones y hasta nuestras vidas, pero dime ¿Es eso lo que queremos?, ¿Separarnos?
Yo no quiero alejarme de ti y no me avergüenzo de decirlo, decir que te amo y que me muero de ganas de continuar siendo parte de tu vida, de tus ratos, de tus alegrías, tristezas y de todo lo que te vaya entregando la vida.
Siempre he demostrado lo que siento por ti, lo he expresado de millones de formas y maneras que inventé para decirte cuanto te amo. También quiero que tú, si estas dispuesta, continúes siendo parte de mi vida como lo has sido todo este tiempo.
Amor, si hoy agachamos la mirada y dejamos nuestras ganas a un lado, estamos condenados a separarnos y quizá a olvidar lo vivido dejándolo morir en el tiempo; pero, si volvemos a levantar la mirada y ver juntos un futuro, entonces podremos realizar nuestros sueños, metas, proyectos y vivir juntos hasta el fin de los días.
Depende de ti, depende de mí, somos dos, no uno, somos pareja, nos amamos y aún existe "Amor" dentro nuestros corazones. ¡No seamos derrotados y solucionemos esto!
Cada uno sabe en que está mal y con una simple autocrítica podemos ser mejores como persona, como pareja y entonces, empezaremos a ver nuevamente juntos el futuro tan ansiado que queremos. ¡Y te aseguro que lo haremos realidad!
Hoy es preferible no vernos. Piensa en mis palabras, mírate al espejo e intenta reflexionar que yo haré lo mismo.
¿Te veo el sábado? ¿A las 9pm donde siempre?
Me envías un mensaje y me das la respuesta.
Y ya lo sabes, ¡Depende de nosotros!
PD.- Hoy no entro al MSN. Mándame un mensaje al celular respondiéndome y mañana nos vemos para no estar bien, sino para estar muy bien.
¡Te amo demasiado! ¡Nos vemos, mi amor!
Atte.: El amor de tu vida
Nunca volvimos. No asistió a la cita, jamás respondió el e – mail. Desapareció de la faz de la tierra y no he vuelto a saber de ella.

Fin

Antes de las 2am

- La otra vez andaba arrojando a la basura los recuerdos de mi ex pareja, de hecho, si no lo hice antes es porque no recordaba donde los había guardado. 
Toparme de casualidad con algunas ocurrencias me hizo entrar en una corta reflexión, me di cuenta que había vivido engañado durante un tiempo importante. En el momento en que me dijo para volver andaba con otro sujeto. Vaya, aparte de toda la traición por parte de ambos, enterarse de tal vil mentira, resulta -ya no decepcionante porque uno no puede decepcionarse más de la persona- sino, sencillamente, penoso.
Después, como otro asunto trillado, me distraje pensando en una película que vi. Trabajo en un guión sobre un asesino y dicha película hizo que pudiera agregar algunas cosas interesantes, claro está, que a mi modo.
Me he levantado porque no consigo entrar en el letargo deseado, recuerdo en este momento cuando una persona me dijo: Bryan, no tomes tanto café que no podrás dormir.
Café, ¿Desde cuándo me gusta el café? Creo que desde que empecé a levantarme tan temprano. Allá por los años de la Pre de Lima o si fuerzo a la memoria, mejor dicho, allá por el tiempo en que estudiaba Diseño de moda. Vaya tiempos, vaya años, vaya momentos.
Si estoy escribiendo ahora es porque me resulta siempre un ejercicio necesario, uno debe escribir todo el tiempo; pero yo siempre recomiendo: Lee más de lo que escribes. Aunque, en lo personal, a veces escribo mucho más.
Es como dijo el profesor de Guion Cinematográfico: Bryan, eres un peligroso para la sociedad en que viven tus personajes, andas escribiendo de todo y hasta puedes cambiarle el destino a cualquiera de esos personajes cuando se te ocurra. ¡Déjalos vivir tranquilos por un momento! Resultó gracioso.
Debo de concentrarme en ello al amanecer, por eso estoy levantándome temprano, las ideas aparecen con el alba. Me acuerdo que cuando faltaba a clases en el colegio e iba a una cabina de Internet a chatear por MSN y no encontraba a nadie en línea, empezaba a escribir.
Me di cuenta en ese entonces que cuando es muy temprano las ideas aparecen con mayor claridad.
Claro que para algunos creativos les ocurre lo mismo en la noche, a mí también; pero ahora último sucede más en las mañanas, por eso debo aprovecharla al máximo.
Por otro lado, en un asunto completamente distinto, siempre me dicen que repito las cosas. Es gracioso que lo digan; pero resulta verdadero. Es una costumbre que tengo como la de pegarme con una frase y repetirla muchas veces hasta el cansancio. Adoro repetir frases, más si contienen algo gracioso. O que al menos me parezca chistoso.
De hecho, uno tiene que encontrar razones para reírse, me gusta reír de todo, por eso, ahora último no dejo de decir: Barba loca.
¡Sí, lo sé! Es mera estupidez; pero, ¿Qué? Da risa pues. ¡A mí me da risa! Y eso es lo que interesa, que yo mismo me ría y me burle de mis estúpidos chistes.
Seguramente de aquí a un tiempo cuando vuelva a leer los textos 
-porque siempre leo los textos después de tiempo- vaya a recordar esa cojuda frase que no dejo de repetir. Ah, acoto: Adoro joder cuando la repito.
No es que me guste estresar a la gente, me gusta joder a la gente.
He vuelto, fui a prepararme una manzanilla. En realidad, luego del sorbo que acabo de darle, no me molesta si nadie lee este texto; pero, ¿sabes que sucederá? ¡Lo van a leer y releer! ¿La razón? He empezado este texto completamente banal con una frase que incita al morbo del lector. Lo hice apropósito; aunque para malestar (mío) haya sido verdad. Pues, realmente fue una incomodidad instantánea, ya me importa un carajo. Al fin y al cabo no soy yo quien ha quedado mal parado.
Volviendo a lo banal (que disfruto a estas horas de la madrugada, 1.26am) he dejado de lado el hecho de escribir cuentos (que curioso) para dedicarme de lleno a escribir guiones de película. No me gusta presumir; pero siento que realmente soy bueno para eso. Quizá, alguna vez termine en Hollywood escribiendo películas para grandes actores (Jennifer Lawrence, por ejemplo).
Aunque mi sueño es como dije en un estado de Facebook, tener una familia, escribir libros y de repente ser sorprendido por mi hijo que me da el recado de su madre que dicta, vamos a cenar en familia.
Tener una familia es lo más lindo del mundo y anhelo una vida eterna junto a ellos.
En fin, solo necesitaba escribir, ahora me voy a dormir, ya me dio sueño; pero antes voy a publicar este texto en el Blog con el título: “Banalidades de madrugada” o mejor, algo un poco más serio porque algunos contenidos lo fueron. Como sea, la cuestión es que he escrito para poder expresarme, entrar en sueño y dormir tranquilo.


Fin

jueves, 23 de junio de 2016

¿Eres escritor?

- Cuando era niño me preguntaron, ¿Qué deseas ser de grande? Respondí, escritor. Esa persona en su completa ignorancia añadió: Te vas a morir de hambre.
Si estuviéramos en 1700, quizá. 
En la actualidad, existe una gran variedad de lugares en los que un escritor puede generar ingresos (no solo en el asunto de escribir libros). Además, puedes escribir y publicar uno de esos libros comerciales que hacen que el escritor se vuelva rico y que son, en un término conciso, simples. Ah, haces una saga y “la haces linda”.
Personalmente, no me interesa el dinero. Como artista aprecio muchísimo el hecho que me lean y el anhelo de ver mis libros en todas las librerías del mundo es un sueño.
No obstante, obviamente el dinero importa; aunque no sea algo de lo cual ande obsesionado.
Esto le ocurrió a un amigo que también escribe, me cuenta que una amiga de su pareja le hizo la misma pregunta: ¿A qué te dedicas? Él respondió, escritor. Ella añadió, vas a estar misio toda tu vida.
Él pensó: ¿Cómo llega a ser tan amplia la ignorancia de las personas? De hecho, algunos viven en épocas prehistóricas, tal vez, su limitada inteligencia los ciega.
Este sujeto, me contó: No hablé de mis finanzas; pero le dije: Gano X con mis libros, Y siendo editor, W como redactor y Z como docente en talleres. Sonreí y le dije, ¿Ella como se quedó? Entonces, con una sonrisa, me dijo: Con la boca abierta.
Cabe resaltar que este amigo es un sujeto sencillo como mayormente somos los escritores que no andamos vanagloriando cosas superficiales, sino inteligencia, cultura y hechos verdaderamente perdurables.


Fin

miércoles, 22 de junio de 2016

El gran amor

- Algunas personas tienen la costumbre de preguntar, ¿Quién fue tu gran amor? Yo digo: Nadie. Si alguna persona del pasado hubiera sido mi gran amor entonces todavía seguiría a mi lado.
Yo pienso que mi gran amor será con quien vaya al altar y esté el resto de mi vida. Entonces a mis hijos les voy a decir: Su mamá es mi gran amor.


Fin 

¿Por qué intentas escapar?

- Sigo sin entenderlo, pienso mientras la observo desde mi posición, apoyado en el marco de la ventana de mi habitación, fumando un cigarrillo para calmar los nervios, intentando llenarme la mente de valentía y haciendo que los pedazos del corazón se unan de a poco.
No estoy seguro de lo que pueda doler más, la estúpida decisión de querer escapar o el porqué ando como idiota esperando que reaccione.
La amo; pero debería demostrar más que amo a mí. Quizá, deba decirle que se largue, deba indicarle el camino; sin embargo, me considero un ser valiente y siempre he luchado por lo que amo. Resulta irónico que lo que ame se quiera escapar de mí.
La veo sentada al filo de la cama, no sé en qué piensa ni que siente, hace poco le dije que no sentía nada, que podría ser como un enorme monumento de hielo. No me dijo nada, atinó a agachar la cabeza y callar.
Por momentos quiero que se vaya, quiero dejar de verla de ese modo tan patético, llorando por dentro -porque sé que le duele- pero no es capaz de rehacerlo, de reinventar ese dolor y transformarlo en valentía. Ya le dije que es una cobarde por querer huir de un amor increíble.
¿Quién anhela zafar de un amor honesto? Es la pregunta retórica y paradójica que me llena de coraje. Pero he terminado un par de cigarrillos y ya me siento mejor, aunque ese término sea absurdo.
Me acerco, estoy decidido como lo he estado hace poco, si me fui a la ventana es porque estuve dolido, porque me sentí vencido, porque su indiferencia para con todo lo que digo me afecta más de lo que pueda imaginar; pero no demuestro, jamás expreso mi dolor, nunca es mi derrota una imaginan concreta.
Es una completa ironía que el ser quien más te joda es quien más ames. Aquí estoy de nuevo, convenciéndola con argumentos sólidos y concisos, honestos y contundentes, que de repente nunca saqué de mi interior, que nunca dije, que ni siquiera sentí; pero que ahora, en este instante, logro enfatizar con convicción, con ganas y solvencia, seguro de todo lo que llego a decir porque en definitiva es todo lo que siento.
Ella me escucha, no se adonde mira; pero silencia.
Recuerdo que lo sabía, yo andaba cuidando de su malestar como un novio a quien nunca le gustó que lo etiquetaran de bueno. El actuar con atención es un acto de devoción.
En ese tramo, de repente en el momento que le servía el desayuno, ella organizaba una operación para zafar de mí, para escaparse a un lejano y tibio lugar, del que volvió hace mucho; pero que por razones que nunca entenderé, anhelaba volver.
Yo me daba cuenta en su concentración, en su mirada, en la dilatación de sus ojos, en la expresión de un rostro que ocultaba una desesperación inherente; pero que debía de ser actuada de modo sensato y maduro, no ser traspasada por la primera puerta que se aparece, que más bien formaba parte de un hoyo negro.
Ella quería marcharse desde que yo la recogí, desde que la abracé y le dije, bienvenida. Quería zafar de mí, de alguien quien cuidó y protegió por cariño y amor. Yo no podía entenderlo, mucho menos aceptarlo, solo quería no sentirme tan mal como lo hacía. Era como si todas sus palabras hubieran sido farsas, como si fueran patrañas de un corazón hipócrita. Yo no quería creerlo hasta que me lo dijo, no de una manera clara y honesta, sino porque no quise callar el descubrimiento. ¡El mapa que la dirigiría a su éxodo! El mapa que la conduciría a una vida llena de nada. No a un campo glorioso, sino a un infierno del que no aprendió a aceptar que no debía regresar.
Cuando se fue hubieron personas allegadas que le hablaron sobre la pésima idea de haberse ido, que nadie podría ser capaz de arriesgar un amor por una nada, por un puñado de nefasto dólar, en un lugar tibio y desolado, frágil y sin recuerdos. Entonces, allá, entendió que debía regresar, previo a ello me llenó de argumentos gloriosos, de canticos divinos, de palabras salidas de la poesía del mismísimo Bécquer, las mismas que tragué para alimentar a mi alma y al corazón marchito. Pero luego quise nuevamente partir y esas palabras quedaron vacías. Se murieron junto a su inverosímil decisión basada en una absurda desesperación que nació de un deseo adquirido sin voluntad por culpa de alguien -que no conozco y no juzgo- pero que todos tildan de desgracia. Y fue allí cuando creí que todo ese amor que expresó, se trataba únicamente de una mentira tan grande como el mismo monte Everest.
Vuelvo a esa tarde, le converso de nuevo sobre mis planes, le pido y le ruego que se quede conmigo, que el futuro y el mismo Dios nos ha juntado para no despedirnos jamás, como lo dijo -y me mintió alguna vez- pero la siento más lejana que la otra vez a pesar que se encuentre a un paso de distancia.
¿Y por qué te marchas? ¿Y por qué te acobardas ahora? ¿Por qué no luchas por lo que dices amar? ¡Reacciona! Solo se vive una maldita vez y es tiempo que pienses en ti.
Mi expresión resulta enfática en cada una de las palabras. Resulta ser una bofetada de palabras. Un argumento sólido y honesto, sin precedentes en mi vida, salido del alma y dispuesto a hacerle remover el alma y el corazón.
No, no voy a decirle que tengo el corazón partido y el alma jodida, no, no voy a hacerle entender que me ha arruinado; porque de hacerlo podría debilitarme y debo estar con la convicción en alto, esta que sale del alma.
Me observa, sus ojos se ven llorosos como seguramente lo está su alma, pienso que debería reaccionar, que no se deje amilanar por la realidad que siempre suele ser diversa, que los cambios ocurren constantemente y que, ahora, podemos andar en una situación complicada; pero que mañana, si tenemos fe y pie de lucha, podemos ser honrosos de vivir momentos esplendidos.
Me ve nuevamente, ya no agacha la cabeza, de repente ha entendido el mensaje que fue directo al corazón y quizá, lo haya hecho reaccionar.
¿Lo lograremos? Pregunta. Quiero abrazarla, decirle con enfática seguridad que sí; pero a la vez la detesto y lo hago por haberme hecho llegar al límite, destrozado el corazón que la amó y todavía lo hace, por hacerle entender que ella y yo, es decir, nosotros, somos algo extraordinario estando juntos.
Silencio cuando no debería estar en silencio, es solo que el esfuerzo por haber hecho que reaccione me ha desganado por completo. Rápidamente, recuerdo la madrugada que nos vimos después de días, le dije que viniera a mi casa a conversar, le planteé los mismos argumentos y pude hallar un brillo de confianza en sus ojos. Nos abrazamos y demás, estuvo linda la noche hasta el amanecer.
Pero el día no fue igual, vino con la misma cantidad de inseguridades tanto emocionales como sentimentales y hasta de cualquier otro índole. Tuvimos que lidiar con ello durante esa tarde, ella se fue apagando con el paso de las palabras y los argumentos, se fue callando y yo siguiendo con el palabreo constante y seguro hasta lograr detenerme y alejarme, fue entonces que fui a la esquina, a la ventana y encendí un cigarrillo para pensar, meditar, calmar nervios y aumentar valentía.
¡Por supuesto! ¡Vamos a lograrlo! Digo con el último rastro de poder que llevo dentro. Me abraza y es su rostro quien llora.
¿Cómo me siento? Pues, debilitado; aunque las ganas y la vitalidad seguramente volverán. Es como haber ganado una guerra, pero perdido cientos de compañeros.
No puedo dejar de decir que me siento nostálgico, hubiera querido que naciera de ella el hecho de luchar; pero la hice reaccionar y ahora en adelante esta lucha es nuestra, entonces, seguramente nacerá en ella ese sacrificio y esa convicción para seguir con todo esto a lo que llamamos maravilloso.

Fin



lunes, 20 de junio de 2016

Enamorado y feliz

- Siempre he creído que para amar a alguien también debes de admirar. Por eso admiro a mi pareja. El gozo y la convicción para con su profesión. Aparte de ser encantadora, es también inteligente y honesta. 
Nunca me gustaron las mujeres con más trasero que cerebro, las mismas que creen que tener una figura esbelta es sinónimo de enamoramiento y se lucen en fotos ridículas que tienen más like que neuronas. 
En lo personal, una mujer debe de tener moral, dignidad e inteligencia, así me gustan. Con ganas de superarse, mejorar y luchar por las convicciones tanto laborales como de pareja. Eso es realmente loable.
Estoy completamente seguro que tengo a mi lado a una gran mujer, alguien que suma a mi vida, que admiro a carta cabal y a quien naturalmente respeto y adoro con todo mi corazón.
Por eso y tantas otras cosas que no voy a relatar porque me siento celoso y las quiero solo para mí, ando muy enamorado y recontra feliz.

Complejos tontos

- Fui a un bar junto a un amigo, a quien voy a reservar el nombre. Allí nos encontramos con su grupo de compañeros, pedimos unos tragos y comenzamos a charlar.
Ya de madrugada, cuando los tequilas y los rones hacían efecto, una chica, a quien no recuerdo el nombre, dijo con aires propios de una soberbia irracional: Muchachos, les cuento que hace tiempo ando enamorada de un ingeniero rico y exitoso. Su conato de amigos la felicitó, yo, al ser parte de ese nuevo grupo, hice lo mismo por mera condescendencia obviando el resto de adjetivos.
Enseguida, no solo a mí me sorprendió que enfatizara en lo siguiente: Como ustedes sabrán, él gana muchísimo dinero, tiene dos autos y un departamento en una zona prestigiosa.
Mi amigo, también anonadado, añadió con humor: ¿Así? ¿Y cuanto de eso es tuyo? Todos empezaron a reír, algunos, como este amigo, de una manera estruendosa.
Pensé que la charla quedaría ahí; pero la chica respondió: Tú eres un pobre escultor, ¿Qué vas a decir?
Conozco a este amigo, tiene una parte de mí que he dejado de lado; sin embargo, él ha hallado una manera feroz de utilizar ese lado.
Luego de una sonrisa irónica, dijo: Pobre no, muy feliz. ¿Y tú, que? ¿Crees que ocultas la golpiza con maquillaje? Yo estoy casado con una gran mujer, pobre tú y tus nuevos complejos. Te desconozco, sí; pero más siento pena.
Como el resto del grupo, me quedé mudo.
Sabía que este sujeto no se callaría, no porque le haya herido lo que dijo su supuesta amiga, sino porque disfruta desinflar nubes. Aparte de ser muy creativo y un sujeto honesto, le desagrada que presuman por estupideces.
Entonces, añadió: Vives de apariencias, no eres feliz, es obvio. Tus alrededores no llenan lo que tu alma requiere.
Yo ya me sentía incómodo, si bien es cierto que la mujer hizo mal en hablar de ese modo, tampoco es aceptable que le hablen así a una chica por más errada que esté. Aunque, confieso que al salir del bar, le dije a mi amigo: Estuvo buenísima tu respuesta.
Este me dio abrazo y dijo al oído: Loco, a la gente, a veces, debes de bajarla de su nube. Creen que felicidad es objetos, felicidad es amor y tranquilidad.
Sonreí y le di la razón. Luego fuimos a beber nosotros dos y terminamos hablado de un sinfín de situaciones.



Fin

sábado, 18 de junio de 2016

¿Qué te enamoró de tu novia?

- Muchos me preguntan, ¿Qué te enamoró de tu novia? De hecho, mi gorda es una mujer espectacular y hoy cumplimos nueve meses juntos, resulta muy paradójico porque siento que tenemos años y hasta vidas estando juntos.
En respuesta a la pregunta, digo lo siguiente: Una vez yo estaba escribiendo, concentrado mirando el monitor y tecleando constantemente, mentalizado en el personaje y los ambientes, en la historia en sí. Ella entró a mi habitación sin que me diera cuenta, se ubicó al filo de la cama y dijo con su tierna voz: Cuando termines de trabajar vamos a tal lugar.
En ese momento, me detuve. Volteé y si no fuese porque tendríamos recién un mes, le hubiese dicho que se case conmigo.
Fue ahí cuando me di cuenta que daría lo que fuera por estar a su lado siempre.


Fin

Lo que duele, nos vuelve fuertes

- Cuando ella dijo que vendría porque estaba embarazada confieso que me emocioné, estuve lleno de vigor y ganas de abrazarla. Decirle de muchas maneras cuanto la había extrañado, asegurarla con un abrazo que haga perdurar el momento y besarla con intensidad. Ya no solo era mi novia, sería la madre de mi hijo.
Pero Dios fue un irresponsable, decidió quitarme la ilusión del modo más vil. La pérdida no solo me afectó borrándome la sonrisa; también lo hizo con mi fe. Sin embargo, yo debía de lidiar con todo, tendría que estar bien para poder trabajar en su tranquilidad, tendría que dejar de lado mis emociones y sentimientos para hacer prósperos los suyos. Me olvidé de lo que pueda sentir, guardé las lágrimas, el dolor y el odio y empecé a cuidarla, a hacerla sentir bien, a abrazarla, mimarla y besarla, a decirle con honestidad que tendríamos otra oportunidad, que la vida es así, que las cosas pasan por algo y que si existe un Dios, dudo mucho que sea tan cruel para hacernos pasar por esto después. Entonces, sin que nadie me diga que lo hice bien, me encargué de su bienestar.
Mi trabajo fue crear su sonrisa, estar pendiente y atento a todo lo que pueda desear o querer, nos mantuvimos juntos en mi casa, estuve a su lado siempre, abrazándola por las noches, yendo de compras urgentes, deseándole las buenas noches, dándole besos en los labios y frente y apoyando con palabras que hicieran que el ambiente se pinte de colores optimistas.
En ese transcurso de tiempo, mientras cuidaba de mi chica, también fui sintiéndome tranquilo, digamos, el hecho de verla mejorar, de volver a tener el brillo, hizo que yo me sienta mejor.
De hecho, duele, no se lo deseo a nadie; pero es una situación jodida que estoy seguro hemos superado y ahora sigue trabajar el cuerpo, bien dicta ella, para empañarnos en la próxima idea de tener de una vez el ansiado heredero del trono.
Dicta la sabiduría popular que Dios sabe porque hace las cosas, entonces, empezamos de nuevo, juntos, positivos y alegres porque este amor como siempre lo digo, es para valientes.
Ella sabe que la amo y voy a estar a su lado para todo, tanto para vivencias complicadas como bellas. De eso se trata el amor.



Fin

Se vienen mis 30 años

- A veces se me olvida que voy a cumplir 30 años. Una ex novia me lo hizo recordar. Yo salía de cobrar el último cheque de mi antiguo libro, planeaba comprar unas prendas, trago y demás, estaba contento y la vez triste, se acababa el contrato con la editorial y andaba mentalizado en un nuevo libro (de hecho, el que se viene). Entonces, crucé la avenida Pardo para detener un bus, pero resolví jugar Te apuesto. Enseguida, al terminar y guardar la jugada, reconocí a la persona que cruzaba por la acera, llevaba una vestimenta elegante, un andar glamuroso y un rostro serio. Ella siempre fue fanática de las carteras, en una ironía, jamás le regalé una. De repente porque allá por el 2004 no podía costear una cartera Tommy Hilfiger o Michael Kors que se lucen en los escaparates del Jockey Plaza. Andaba mentalizado en la siguiente juerga e iba al Ovalo Gutiérrez a vender juegos de Super Nintendo para ir a Gotica. Cuestiones de adolescente.
Pues, nos saludamos amablemente, yo me veía distinto, un tanto fortachón, bien plantado, sonriendo como costumbre, ironizando con mi vida como de costumbre y emocionado porque al llegar a casa tendría mucho trabajo que hacer. Ella, por su parte, se veía seria, como preocupada, quizá, pensando en finanzas o clientes. Me lo hizo saber cuándo sugirió ir a un café. 
Fue gracioso, cuando estábamos recién abrían Starbucks y nunca nos gustó asistir, decíamos: ¿Cómo voy a pagar diez lucas por un puto café? Ahora era cuestión de mera poseria, la empresa te vende el confort, me dijo el profesor de Marketing en el primer semestre. Es curioso que lo haya terminado (y nunca ejercido).
Una vez sentados resolvimos ponernos al día. Dijo que trabajaba en tal lugar, que hacia tales cosas, que aún veía a dichas amigas (que me odiaban) y me sorprendió que añadiera: Ah, me caso a fin de mes.
Me remeció. ¿Y como así? ¿Quién es el valiente? Pregunté con mi común humor. Sonrió y respondió con la descripción del sujeto, de hecho, un pintor. En ese momento, sonreí. Realmente resulta muy peculiar que una mujer de empresa se case con un pintor, eso es lo que adoro de la vida y los amores, lo distinto que pueden ser y por lo que se unen.
Enseguida, lanzó la inminente pregunta: ¿Y tú, para cuando? 
Ya vas a cumplir 30, ¿Verdad? Debes de establecerte, no todo el tiempo vas a tener que lidiar con amores buscando historias que escribir.
Lo dijo todo. Claro, dos años y tanto de relación, obviamente me tiene que conocer.
Sonreí y le dije que andaba saliendo con alguien (mi novia actual) pero que todavía no pensaba en ello. Ahora, si vuelvo a verla, le diría, lo pienso a cada momento y lo anhelo.
Honestamente, me llenó de incertidumbre que dijera ello, que voy a tener 30 años y que de repente puedo haber logrado bastante en el sentido profesional pero que mi vida amorosa no haya tenido una importante estabilidad.
Cuando nos despedimos me fumé media cajetilla de puchos pensando en eso, en que voy a tener 30 años en meses y que no resuelvo el hecho de tener un amor verdadero. 
Me aterraba ese sentir, ese pensar, siempre he sido alguien que adora el amor en toda su expresión; pero, pues, naturalmente, luego todo fue forjándose con mi pareja actual y hasta podría decir que la he elegido para estar hasta el fin.
Y pues, los invito en noviembre a mi fiesta de 30, malditos, años.

Fin