Mi nuevo libro

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domingo, 30 de diciembre de 2018

Acaba el amor en ti

-Si el amor acaba, antes yo me voy de aquí.
Si tus alas se marchitan y no vuelves a volar, prefiero que las tormentas devoren mi vida.
Si este amor se termina, entonces, ¿Qué fuimos? Recuerdos y una historia; de seguro lo que nunca deseamos.
¿Qué es lo que ocurre? Ya te veo distante, lejana, como perdida en un desierto de desolación.
Te pierdo y nos perdemos, porque este amor se nubla y dejamos de ser nosotros.
Si esas alas con las que volabas hacia mí para llenarme de besos hoy desaparecen incineradas, yo creo que el tiempo vivido se vuelve un desperdicio porque las promesas fueron incumplidas.
¡Si dices amar! Entonces, ¿Por qué traes desolación?
¡Si tantas palabras mencionas! ¿Qué haces yéndote por allí?
Entiendo, se agota el derrame de amor y las palabras carecen de poder, parecen mentiras en un charco de gas que aprieta este mundo que construimos una vez y hoy vemos perder prendido y hecho polvo.
¿El amor termina?
Se cae de la cama.
Se apaga.
No enciende.
Ni vuela.
¿Qué haces al respecto? Pregunto con la mirada.
Yo solo te veo partir, añorar un pasado aquí olvidando que el presente requiere de ti.
Y te veo, ida y cobarde, buscando pleitos y sacando desastre de los sombreros. Ya no tienes la magia y por eso te marchas.
¡Estoy aquí! Abriendo estos abrazos para que puedas caer, para que volvamos a volar y otra vez sentir; pero cierras la puerta en el rostro que alguna vez amaste y no giras el cuerpo creyendo que al irte encontrarás lo que aquí tuviste.
¿Se acaba el amor? Por lo que mencionas con tu ser.
Hoy se murió el amar.

Fin

Hola, princesa

- Hola princesa, lamento la demora, me distraje escribiendo. Déjame contarte una historia y mientras vaya hablando irás asintiendo si la recuerdas. 
¿Te acuerdas cuando te hablaba de aquellas historias que nunca terminan?
Esta es una de esas.
Solo que en esta ocasión, estamos nosotros como protagonistas.
Le asalta la curiosidad, sale de su estado timorato para decir; entonces, 
¿lo logramos?
¿Lo averiguamos?
Sonríe. Ya le entró la intriga. 
Abro la primera página del libro.
‘Hay historias que nunca tienen final, a pesar que la realidad les haya dado uno’
Escucha y esboza una sonrisa. Apoya su mentón en la palma de la mano inclinando el cuerpo y pronuncia: Trascender. 
Así es, princesa.
Fijo la vista en el párrafo y leo en voz alta ante su atenta mirada.



Fin

domingo, 9 de diciembre de 2018

Yo, yo, yo

- Lo literario es mi vida; pero también tengo otras pasiones. 
Por ejemplo, me encanta el fútbol, lo práctico y veo gran parte del tiempo. Soy delantero por si desean saberlo. Meto goles hasta con la cola. 
También tengo muchos tatuajes cuya única forma de verlos en su totalidad se logra contemplándome desnudo. Ese es el enigma del arte en mi piel, nadie visualiza a simple vista lo que tengo; pero al tiempo que me quito la camiseta y demás se va observando la pintura. Cada tatuaje tiene una historia y yo las cuento gustoso a quien quiera saber.
Me fascinan los animales y todo ese mundo fabuloso en el que te envuelven. Soy fan del ron, ambos de Centroamérica, por supuesto.
Tengo una tonelada de fetiches y gustos curiosos que puedo ir contando mientras vayamos adentrando en la confianza y a veces los mezclo con mis historias para divertirme. Trato de no ocultar esa faceta porque adoro que me sorprendan.
Confieso ser adicto a escribir y a mover la cama (aunque a veces sea el último lugar donde caemos). Tengo una habitación particular llena de cosas que me encantan y he pintado una puerta desde donde viajo en el tiempo. ¿Qué aburrido sería vivir sin imaginar, no? Llevo una vida fresca, optima y camino haciendo lo que me gusta, disfrutando de mis pasiones sin romperle las pelotas a nadie y tratando de sumar al mundo y a quien quiera rentar mi vida.
Yo soy dueño de mi literatura, ficciones, delirios y fetiches.
Vivo sonriendo, estable en todos los sentidos y sin joder a nadie. Saludos, genios y espero me lean por mucho tiempo.

lunes, 3 de diciembre de 2018

¡Basta ya!

- Deja de arañar mis pieles para intentar detenerme si después en la cocina lanzas dagas al alma en forma de palabras. 
Tus tormentos del ayer los trasladas a este hoy y crees que somos como tal y te defiendes ante un fantasma cuando te abro los brazos.
Dañas sin entender que aquí necesitamos de ti y expulsas egoísmo vociferando que nadie comprende tu sentir cuando lo único que realizas es estar en silencio a plena luz.
¿Cómo saber que sientes si callas ante mis preguntas? Y luego andas de esquina en esquina como cuadrilátero dándome la insignia de villano. Eludiendo mis manos en forma de paz, mis preguntas filtradas en la mente, mi voz suave y las ganas de ser quienes fuimos.
¿Cómo esperas que quiera estar? Si enciendas la bandera blanca al instante de ser montada; si debo cubrirme ante tu primer arrebatado; y aunque diga que no estoy y estoy, poco a poco, ese gran amor que alguna vez creía sentir, va evaporándose como niebla al amanecer.
Me asombra que en tu cuerpo albergue tanto rencor, yo recuerdo lo vivido a tu lado y no tengo en mente alguna situación desastrosa, no he sido enemigo acérrimo de nuestra historia, solo he intentado hilvanar redes y construir con pocos ladrillos; pero sientes de forma subconsciente que odiar es tu modo de crecer y yo, lo lamento tanto, pero no logro conciliar en este universo.
Y cuando abro la puerta para partir, cuando decido no estar por un bienestar emocional y quiero, por una vez, ser egoísta y dejar los frutos para mí, coges mi ropaje pidiendo otra oportunidad. Pienso, ¿Por qué no hacer lo que dicta un libreto? ¿Es que acaso soy un martirio rutinario? Es tan solo estar bien con quien desear sumar, añadir emociones y sentimientos tangibles tal cual los recibes y cogerse de la mano en el camino establecido.
¡Ya estamos de nuevo aquí! Otra vez en la cocina y de nuevo tu odio desenfrenado. ¿Qué hago? Pienso y digo abriendo los brazos y solo callas señalando la puerta como tantas otras veces.
¿Es qué acaso no entiendes que basta con poner de tu parte para avanzar? A veces, como dicta la sabiduría popular, perder lo que tienes es aprender a valorarlo.
Y aquello es lo mejor para ambos.