Mi nuevo libro

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sábado, 27 de febrero de 2016

Giros de la vida

—Me alegra que te haya ido bien— me dijo lejos de los conflictos después de la ruptura y con la madurez que no adquirió cuando estuvimos.
—Muchas gracias— respondí y por alguna extraña razón, añadí: Tal vez algún día podamos salir a tomar un café.
—Me encantaría- dijo con una mueca intentando ser sonrisa pero; me resultaba sincera-.
Intercambiamos números de celular. Todo iba tornándose extraño.
Yo había entrado al café de la esquina en busca del cappuccino de las mañanas y de repente, ella se encontró detrás de mí en la cola.
No me pregunté si me reconoció enseguida, probablemente sí y no quiso saludarme hincándome los hombros; casualmente fui yo quien la saludó luego de recibir el pedido y girar para zafar del lugar.
Debo admitir que el look actual le sienta bien. No pensé decirle y es posible que haya notado con facilidad que llevo diez kilos menos, tal vez se haya llevado una grata sorpresa o de repente haya curioseado en mi biografía algunas veces. Estoy seguro que ambos lo hemos hecho alguna vez.
Pero allí estábamos, luego de habernos comportado como dos extraño los últimos nueve meses, el destino, la vida o Dios, nos vienen a juntar en esta cafetería.
La siguiente es una ironía: Empecé a escribir ayer por la noche una historia sobre ella, quise relatar sobre nuestro amorío y resulta que pensaba volver a casa después del trabajo y darle el punto final contando sin lujo de detalles el motivo de la separación pero; luego de este cambio de celulares, pienso terminarla de este modo: Continuará.
La vida da tantos giros que a veces ni siquiera puedes asimilar uno porque ya te encuentras dando otra vuelta...

Fin

Frase 62

- ¿Cómo es la idiosincrasia de algunas personas, no? Que cuando sales de una situación empiezan a decirte a carta cabal todos sus pensamientos. Uno escucha, reflexiona y pregunta: ¿Por qué no me lo dijiste en el momento que sucedía? Entonces, existe ese respeto admirable de no meterse en la vida de otros y a mí, realmente, me fascina eso.









Frase 61

- Necesito de los dilemas, del drama y de situaciones extrañas, me gusta envolverme en una gran diversidad de realidades, en donde uno llega a preguntarse, ¿Y cómo fuiste a parar allí? Disfruto imaginando, a cada momento me pregunto, ¿Y si sucedería esto? Empiezo a reírme de repente o saco mi libreta para anotar (ahora último grabo audios) y también, algo que me encanta, es que; aunque parezca distraído lo estoy viendo todo, obviamente debo ser muy astuto para ser un tonto despistado. Escribo, escribo y escribo, siempre estoy escribiendo, bebo ron y juego pelota, me emociono con lo que amo y soy increíblemente apasionado.





Frase 60

- No tengo memoria. No podría vivir en el pasado a pesar que, de repente, haya algunas asignaturas pendientes o situaciones en las que debí dar más o alejarme en su debido momento. Lo viví y se volvió ayer, este es el presente y lo gozo sin mirar atrás.
Solo recuerdo cuando escribo, luego, sigo mi vida.



viernes, 26 de febrero de 2016

Historia de un perro

 - Conocí a un perro, este vivía en las calles deambulando por lugares inhóspitos, buscaba un hueso que roer, un pedazo de carne que comer, el agua de lluvia que se acumula en cráteres de la pista servía para beber y cuando el sol yacía su lengua larga y reseca caía de su hocico junto a un triste sonido que añora beber y de noche refugiaba su voluptuosa figura en desolados lugares, donde gente malvada lo hacía huir, compartiendo lugar con jaurías rabiosas y a veces, solo a veces, en un cálido rincón de una casa abandonada, donde cerraba los ojos deseando esperanzando poder cobijarse en un mueble, ser acariciado por una mano amorosa y ver el filete listo tanto de día como de noche; pero el despertar era cruel, una visión tenebrosa de una vida sin esperanza, la necesidad por beber y comer aparecen y a veces no se van y el caminar se hace arduo porque los años pasan y el cuerpo no da.
Añoraba el hogar de los canes que por tener nombres extranjeros vivían como reyes, de esos que compran con dólares y adoras porque lleva pedigrí, que diablos va a entender de eso, si ve a todos iguales. Algunos con más suerte que otros.
Gente de buen corazón le entrega alimento, devora como salido de prisión, el agua y la carne se acaban tan rápido que parecen espejismos, agradece lamiendo la mano muy tímidamente y vuelve a andar por las calles en busca de otro buen samaritano.
No es vida la que lleva; pero es la que le ha tocado vivir por no salir de un Pet Shop, por no tener cadena con nombre ni quien pueda cargarlo para decirle cuanto lo quiere. Solitario anda, nostalgia irradian sus ojos y su única fe es hallar quien logre saciar su necesidad más primitiva.
Una tarde cuando andaba moribundo echado sobre la calzada con la irrisoria idea de ser atropellado, muerto de hambre y de desesperanza encontró a alguien quien lo sacó con sus brazos de una muerte segura, lo cogió y lo llevó a su morada. Se echó tímidamente en el mueble soñado y el olor le pareció sacado de un cuento, vio al tipo y este le sonrió acariciando su lomo y su nuca y las palabras “ahora vas a tener un hogar” lo llenaron de una esperanza desconocida, cayó en profundo letargo y al despertar creyendo que todo se tratase de una fantasía vio a su lado tres tiras de filete recién cocido junto a un largo envase lleno de agua.
Emocionado bebió y comió hasta saciarse y cuando el amo volvió sonriente movió la cola como nunca antes lo hizo y sacó la lengua y sus ojos brillaron y se sintió amado al ser cargado y amó al sujeto que lo levantaba y por primera vez en su vida logró ser feliz.
Ahora tiene nombre y hogar, le dicen Salvador, valga la ironía, come tres veces al día y tiene un mueble, juguetes y caricias. Sale a pasear reluciente y juega tal cual cachorro. Se siente amado y ama con profunda honestidad.
Es un perro feliz como todos deberían serlo.

Fin



Ellos tienen alma

- Los animales tienen alma, la cual es mucho más pura que la de cualquier humano. He visto el alma de un animal como muchos seguramente, la miro cuando llego a casa y nadie se percata de mi presencia, más un sonido escucho, la expresión de mi mascota que al tiempo en el que mueve la cola se acerca a saludarme, feliz y emocionada, -han pasado un par de horas de mi partida- y siente mi ausencia y me extraña en consecuencia. El movimiento de cola, la expresión de amor más sincera. En ese momento, me acerco, la saludo, ella se echa boca arriba mostrándome su panza, sacando la lengua y con los ojos brillando. Veo su alma cuando la acaricio, sus ojos brillosos me dejan verla, es pura, es bella. Es el momento más bello del día. Si amas a los animales puedes saberlo.
Ellos te aman como eres. No tienen prejuicios ni distinciones. Su amor es verdadero, puro y honesto. Y solo quieren nuestra atención, cariño y amor.







jueves, 25 de febrero de 2016

Mi primera cita a ciegas

- Conocí a Carmen en la página Elchat, dijo que trabajaba de encuestadora y yo le mentí con respecto a mi edad, le dije que tenía dieciocho cuando en realidad tenía dos años menos.
Carmen superaba los veinticinco, no le gustaba bailar; pero sí la música, disfrutaba de un buen cigarrillo y de preferencia las hamburguesas con harta mayonesa, es todo lo que supe de ella.
Por aquel último comentario supe que se trataba de una mujer de proporciones enormes, no me equivoqué cuando la conocí un par de semanas después.
Intercambiamos MSN y nos reencontramos enseguida en dicho sistema de conversaciones instantáneas. Le fui contando que gozaba del fútbol diario, que iba a entrenar a un equipo local junto a un primo y un amigo y concluí aseverando que me gustaría conocerla, agregando a ello el hecho que me parecía buena persona. Comentó exactamente lo mismo; pero, recalcó que primero deberíamos platicar un poco más para luego conocernos en persona. Me pareció genial.
Dos semanas después, nos encontramos en Larcomar. Ella me esperaría en la entrada del nuevo Hotel Marriot y yo tendría que llevar un suéter oscuro, entonces me reconocería con facilidad.
A sus veinticinco años imaginaba que tendría mucha experiencia en citas. Era mi primera vez en una cita a ciegas, no sabía cómo comportarme; pero iba a tratar de ser natural como lo he sido siempre.
Anteriormente, había salido con algunas chicas; pero ninguna que me llevase tanto en edad y que hubiera conocido en Internet, resultaba interesante.
Estaba muy entusiasmado, también nervioso y algo ansioso; pero no por eso llegué puntual.
Me resultó complicado lograr llegar a la hora exacta -no quiero poner excusas culpando al tráfico- la verdad es que tardé mucho en decidirme como vestir y cuál de los tantos suéteres oscuros debía llevar.
Sin embargo, allí estaba. Parado a un lado de una cabina Telefónica Telmex esperándola. A mi derecha se encontraba la entrada del hotel y un sujeto muy elegante y recto cuidaba el ingreso.
Estaba nervioso y poco a poco iba sintiéndome más ansioso. Carmen tardaba en llegar y yo pensaba en la posibilidad de haber llegado, esperado he ido; pero, de repente, apareció una voluptuosa mujer de cabello negro lacio hasta poco más de los hombros, jeans anchos como sus muslos, blusa y casaca negra. Era un tanto más alta que yo, pude notarlo con facilidad.
Al verme se acercó y preguntó, ¿Bryan? Asentí tímidamente y nos saludamos con un beso en la mejilla. Enseguida, me dijo para caminar y acepté instintivamente.
Empezó a preguntar lo de siempre, ¿Cómo estás?, ¿Qué te cuentas?, ¿Qué tal tu día? Etc.
—Bien, gracias. Pensé que no vendrías —, —Lamento la demora, lo que pasa es que vivo lejos —.
No recordaba donde vivía, eso me ayudó a ampliar la plática.
— ¿Dónde vives? —, —En Los Olivos, ¿lejos, verdad? —, —Si que es muy lejos. Pero; bueno, ya estás aquí —, —Sí. Y dime, ¿Adónde te gustaría ir? —.
Esa era una pregunta que no agradaba, no tenía mucho dinero en los bolsillos, salvo el conjunto de mis últimas propinas.
— ¿Adónde te gustaría ir? — le devolví la pregunta por más que no fuese educado —. Aún no me habían enseñado aquello.
—Por mí podemos quedarnos aquí a conversar, sentados sobre esa banca — señaló una banca ubicada a unos metros.
Me pareció una excelente idea. Se lo hice saber sin tanta euforia.
—Claro, vayamos a sentarnos y conversar, entonces podemos conocernos mejor —.
Era una mujer enorme, su cuerpo ocupaba poco más de la mitad de la banca. En ese entonces era más delgado que ahora y me arrinconaba a un lado tímidamente; aunque, claro está, manteniendo la sonrisa.
— ¿Qué haces tan lejos? Acércate que no como —.
Creo que nunca voy a olvidar esa frase, me resultó graciosa y a la vez, sin saberlo, intimidante.
No pude entenderlo en ese momento, lo entendería después.
Charlamos un rato. Carmen hablaba de su trabajo, de lo estresante que era caminar y encuestar personas. Empezaba a imaginarla caminando y preguntándole a cada transeúnte sobre algún tema en particular. Entendí que por ello quería simplemente estar sentada.
Yo no hablaba mucho, solo cuando preguntaba y solía contestar argumentos cortos; pero lo que siempre hacia era sonreír, al punto de decirme que llevaba una linda sonrisa. Fue agradable que dijera ello, me ruboricé sin darme cuenta y lo notó enseguida.
— ¡Estas rojo! — lo dijo entusiasmada como si le hubiese parecido tierno —. Sonreí de nuevo, siempre lo hago, de nervioso o de contento.
Para entonces estaba cerca a su voluptuoso ser; pero trataba de no tener mucho contacto físico, no es que haya sido muy tímido, la verdad es que no me atraía de ningún modo. Estaba ahí para pasarla bien, conocer personas y disfrutar del momento.
Seguramente pensaba lo mismo; sin embargo, no imaginaba que tendría otras intenciones.
Lo siguiente que pasó fue que me pidió un abrazo. —Me gustan los abrazos — aseveró- y yo no iba a negarle uno, de hecho, también me gustan mucho. Nos abrazamos entonces o al menos lo intentamos.
— ¿Qué sucedió después? — Pues, me sujetó de las mejillas con sus enormes manos y me besó. Debo admitir que fue uno de los mejores besos que había recibido.
Si un tercero hubiera contemplado la escena, tal vez no dejaría de reír por lo singular que debió ser.
Una enorme mujer atrapando a un hombre con sus manos para besarlo apasionadamente.
Me sentí un poco intimidado, no incómodo; pero si algo desubicado, como si no supiera qué hacer ni cómo manejar la situación después del beso.
Rato después le dije que me debía ir. Era tarde, mi entonces grande y limitado celular no dejaba de moverse (estaba en vibrador) y no quería que supiera que es mi Mamá quien llamaba.
Entendió enseguida y caminamos hasta el paradero. Me volvió a besar antes de abordar el bus entregándome un poderoso abrazo de osa. Fue singular y a la vez, tierno.
No volvimos a encontrarnos; pero todavía recuerdo ese muy intenso beso.

Fin

Frase 59

- Pienso demasiado, imagino otro montón, lo cuestiono todo, vuelvo a imaginar, recuerdo todo el tiempo, me acuerdo de un sinfín de situaciones y las comparo con la realidad, de nuevo entran las cuestiones y tengo algún que otro delirio, entre todo ello, suelto, repentinamente, alguna risa o cambio el rostro por serio. Todo mientras camino, a veces con destino, otras veces sin dirección.



martes, 23 de febrero de 2016

Delirios 6

- Yo pienso que nunca es demasiado tarde para pedir perdón. Si tanto piensas en esa mujer a pesar de los años y tienes ese agudo pesar en tu alma debes ir a buscarla y ofrecerle aquello que nunca fuiste capaz de decir. Ve, recorre el camino que no sigues desde hace seis años, toca el timbre de su casa que seguro recuerdas e ingéniate para no decir tu nombre (de lo contrario te echarían de una patada) al verla no te lances a abrazarla o besarla, tampoco te pongas nervioso o ansioso, mírala a los ojos manteniéndote serio. Entonces, dile que fuiste un completo inmaduro al haber actuado de tan vil manera, acepta el error (no como esa vez que fuiste un maldito cínico) y pídele disculpas junto a un perdón honesto. Se va a dar cuenta que has cambiado, que eres distinto (no el imbécil que eras) y como bien sabes te va a perdonar (no preguntes si por el tiempo o por degaste o porque quiere que te vayas) solo te va a perdonar. Y luego, ¿te marchas o la invitas a tomar un café? No olvides que han pasado 6 años y puede que su guapo y talentoso novio aparezca detrás y pregunte, ¿Quién es este sujeto? ¿No me digas que es el idiota que te hizo tanto daño y viene, a qué? O, en su defecto, quizá, solo por fantasear, tengas una última posibilidad.
Recuerdo que me dijiste que era una mujer perfecta para ti y puede que, estemos todos locos, y realmente sea, únicamente, para ti.
En fin, no te ilusiono con delirios, solo ve a pedir perdón y calma a tu alma.



Fin

lunes, 22 de febrero de 2016

Plaza San Miguel

- Uno de estos días vuelvo a Plaza San Miguel. Hay algo en ese lugar que siempre me atrae. Es curioso, porque el cuerpo me dice por donde ir, ve por Casa & Ideas, luego curiosea en tal lugar, enseguida ve a Tottus y después a Metro a robar estrellas. Cualquiera puede decir, recuerdas a una mujer; pero no, yo no recuerdo a nadie en particular. Cuando voy siento, aparte de inspiración, una asignatura pendiente, como si en algún momento de mi vida hubiera hecho algo que no debí hacer e intento remediar, entonces, inicio en ese lugar y no hallo el siguiente camino. Es muy curioso y singular, disfruto de esos delirios, ayuda a escribir.


sábado, 20 de febrero de 2016

¡Mi nuevo libro!

- Mis lectores: ¡Se viene mi nuevo libro!
Acabo de fichar por la editorial Vivirsinenterarse para la publicación de mi novela “La última tarde”. Ha sido un proceso importante, lleno de charla e inquietudes que fuimos solucionando y despejando, ahora estamos comprometidos en el trabajo del nuevo libro y me encuentro plenamente emocionado, es uno de los mejores días de mi vida y estoy dispuesto a seguir adelante con este trabajo.
La vida me sonríe porque todo me está yendo de maravilla, agradezco a mi familia, lectores y mi novia por todo el aprecio y paciencia y les aseguro que esta novela va a dar que hablar.
Los espero en la futura presentación del libro (lugar y fecha todavía no confirmados; pero en mi Facebook lo verán) y deseo ansioso que puedan leer el libro.
¡Esto recién empieza! ¡Hasta siempre, genios!

(Boceto de la portada. Ellos la van a mejorar, seguramente)... 


viernes, 19 de febrero de 2016

Alguna vez me voy a casar

- Alguna vez me quiero casar. Soy un romántico empedernido y aunque haya negado esa idea pienso que realmente logra ser sublime. El asunto irradia en tener a alguien que vaya a aguantar mis arrebatos de inspiración en donde busco con desenfreno algo para anotar, los instantes en los que me engancho con un texto y no permito que nadie moleste, los indispensables ratos de ron y fútbol y el resto del tiempo puedo ser el mejor esposo. 
No es una idea tan descabellada, en realidad, me gusta y aunque no le de muchas vueltas estoy seguro que alguna vez lo haré; pero antes debo de estar seguro de querer estar con alguien por siempre porque tampoco voy a casarme para luego separarme, ese es el principal miedo y debo hallar o aferrarme a alguien para el resto de mis días sabiendo que voy a amarla y admirarla siempre. Lo que ocurra después serán aventuras de todo índole de las cuales estoy dispuesto a gozar y obviamente, a escribir. Es como lo veo.


Frase 58

- No hay nada extraordinario en que una relación empiece o termine, son etapas naturales. Lo realmente extraordinario es lo que ocurre en el tiempo que se vive o lo que sintieron y anhelaron cuando lo vivieron.
Piensa que sucedió y llévalo en la mente. El resto no importa.





La cita

- Kerry nunca tuvo una cita con una mujer, no estoy seguro si habrá tenido alguna con un hombre.
En su tienda, a unas cuadras de mi casa, atendía a los clientes cuando no andaba chateando en el MSN. Se ponía muy nervioso cuando la clientela aumentaba -cosa rara, obviamente- pero en dichos momentos solía trabarse y tartamudear haciendo ineficiente su labor como vendedor. Sin embargo, al ser sus compradores mayormente vecinos, entendían su nerviosismo y por ello le tenían paciencia.
Luego de atender volvía a la computadora y continuaba chateando en el MSN con sus dos únicos amigos.
Un día le comenté que había una página para conocer chicas, no recuerdo el nombre; pero si recuerdo que se registró. Lo hizo un instante después de haberle enviado el link de la página.
Según dijo, su Nick era: Stam.one (nunca entendí de que se trataba aquello).
Rápidamente se familiarizó con el lugar al punto de conocerlo de memoria y pues, enseguida, empezar a tener contacto con chicas alrededor del mundo.
Todo me lo iba contando al tiempo que, según decía, atendía a los fastidiosos vecinos que no dejaban de comprar. Yo trataba de decirle, también con humor, que aquello era bueno por el asunto de las ganancias; pero el buen Kerry estaba harto, extrañamente, de atender por lo que le quitaba tiempo para chatear con mujeres.
Resolvió disminuir el horario de atención en su tienda, algo que me resultó inverosímil porque de por si atendía prácticamente cuando quería. Sin embargo, no soy de meterme en las decisiones ajenas.
Kerry se introdujo de lleno en ese mundo de citas virtuales hasta el punto de llegar a sentirse todo un galán en el tema de conquistar, incluso, recuerdo que más de una vez se atrevió a darme algunos trucos. Definitivamente era un sujeto con muy buen humor.
De repente, aquellas citas virtuales se volvieron tangibles. Una mañana me contó que saldría con una chica al día siguiente.
En ese momento me preocupé. Pues, de intercambiar ideas, aficiones y pasatiempos cambió a acordar un encuentro formal.
Resulta que Matilde, quien llevaba de Nick “La loca” llevaba chateando con Kerry más de un mes y por dicha razón habían quedado en verse. Ella vivía en Iquitos; pero viajaría por estudio a Lima, entonces, podrían tener un encuentro.
Acordaron el día de mañana porque su avión saldría en unas horas y ambos, muy románticamente, se sentían atraídos y ansiosos por toparse.
Le dije que tuviera cuidado, que cualquier cosa podría suceder y que debía de ser precavido; pero Kerry hizo caso efímero a mis sugerencias. Además, añadió que la conocía bien porque llevaban hablando un mes y se habían contado alguna que otra cosa.
No quiso ser claro en el asunto emocional, de repente sabía que le diría mi verdad y no estaría de acuerdo.
Naturalmente, si la chica le gustaba y ella le agradaba, podría suceder algún romance del cual me sienta orgulloso; pero si algo extraño sucedería me sentirá culpable al haberle enviado el link de la página, que, casualmente, nunca usé.
Todo el día me habló de su cita. Estaba entusiasmado y emocionado con conocer a “La loca” y seguramente, como según relataba, ella también se hallaba en la misma posición.
El plan consistía en encontrarse en Larcomar, luego ir a caminar por los alrededor, tomar helados, conversar de todo un poco y ver lo que dos cuerpos que se atraen pueden realizar.
En ese instante, mientras leía lo que contaba, olvidé mencionar que la custer azul que cotidianamente lleva a Larcomar había cambiado de ruta. Quizá, según pensé después, no lo dije porque imaginé que iría en taxi (olvidando que los ingresos de la tienda, debido a su fanatismo con la web habían reducido considerablemente).
Kerry se duchó, vistió, perfumó y salió de casa con una sonrisa de oreja a oreja (la que nunca les muestra a los clientes). Caminó rumbo al paradero y esperó que la custer azul apareciera.
Minutos después, apareció por la esquina y al notar su presencia elevó su mano para que el conductor pudiera detenerse.
Lo hizo a pesar de no haberlo visto desde lejos, de repente por su pequeña estatura.
Subió, pagó el pasaje y se acomodó al fondo justo al lado de una voluminosa señora que aparte de estar rodeada de niños escandalosos llevaba consigo una impresionante bolsa repleta de abarrotes. Pues, no quedaba otro asiento libre.
Sin embargo, para no arruinar su viaje se animó a pensar en el futuro encuentro, entonces sonrió. Además, se colocó los audífonos para escuchar su música japonesa.
El bus comenzó a avanzar a una velocidad impresionante, rápidamente se encontró por la curva de Chorrillos, Kerry miraba su reloj y sonreía sabiendo que llegaría puntual. De repente, ante su sorpresa, poco antes de Metro, resolvió girar e ir por otro camino.
Kerry no se sorprendió, pensó que tal vez se tratase de un sendero más corto o quizá, haya alguna obra en progreso y tenga que ir por otro lado.
Por ello siguió concentrado en la música japonesa y obviando a los parlanchines y voluminosa señora que no dejaban de hacerse notar a base de movimientos, gritos y demás.
Tuvo suerte que bajaran dos paraderos más adelante, aquello lo alivió al punto de abrir la ventana y dejar que el aire refrescara su rostro; pero no arruinara su peinado. De hecho, se había echado tanto gel que ni siquiera un huracán podría malograr el look.
La custer azul siguió avanzando hasta detenerse en un semáforo, en ese momento, Kerry empezó a visualizar las calles con mayor detenimiento como quien empieza a ubicarse; pero no lograba hallar en su mente el recuerdo del lugar. Entonces, pensó, ¿Dónde diablos estoy? Enseguida la custer siguió avanzando y pudo reconocer, por fin una calle; pero, lo que tendría que ser Barranco, era Surco (La Bolichera para ser exactos). Quiere decir que ha ido por Chorrillos, dado una tremenda vuelta y regresado a Surco – La Bolichera, pensó con cierta angustia debido a que tenía el tiempo controlado.
Iba a reclamar al conductor; pero al ver su tatuaje de calavera se sintió atemorizado. Volvió a su asiento y esperó que siguiera el rumbo adecuado hacia Larcomar.
Eran las 3.45pm y su cita era a las 4.30pm. Todavía tenía tiempo.
Resolvió relajarse. Sintonizó una de sus canciones favoritas y mirando por la ventana comenzó a refrescarse con el aire y deleitarse con el paisaje urbano (a pesar que no haya mucho que mirar).
Era extraño que la custer azul haya ido por Tomas Marzano, usualmente estaría por Barranco, luego Miraflores y por fin, Larcomar. El rumbo era distinto y Kerry que no llevaba mucho dinero en los bolsillos no podía darse el lujo de bajar y abordar otro bus. Además, ¿Qué custer podría llevarlo a Larcomar desde allí?
Prefirió esperar. De repente, la custer acelera y llego rápido, pensó de un modo optimista.
Subieron más pasajeros en el Ovalo Higuereta, se sintió cómodo en ese momento. Cosa rara porque hace un tiempo se andaba quejando de los niños chillones.
Supuso que una pareja de enamorados iría a Larcomar, por ello, imaginó que no serían tan tontos de subir a un bus que no los llevase al lugar indicado.
En lugar de seguir por la avenida Benavides y luego llegar a la avenida Larco para al fin estar cerca a Larcomar, la custer azul siguió su rumbo por la avenida Aviación, entonces, Kerry no pudo resistir tanta confusión; pero en vez de conversarle al conductor le hizo una pregunta a la pareja, que se andaba besando en el preciso instante en que un narizón con peinado gracioso asomaba su cabeza para preguntar con voz chistosa, ¿Este carro lleva a Larcomar?
El tipo vio a su chica y la chica vio al tipo, ambos sonrieron y soltaron una breve risa en señal de una burla espontanea. Luego ofrecieron una disculpa y contestaron a la par: ¡No! Hace bastante tiempo que la custer azul cambió su ruta.
¿En serio? ¿Desde cuándo? Quiso saber el buen Kerry y nuevamente los muchachos sonrieron.
Pues, desde hace un año, me imagino, respondió el sujeto.
Fue en ese preciso momento, según me contó tiempo después, que le llegó mi mensaje de texto.
Bro, por si acaso, no te subas a la custer azul, no va a Larcomar. Ve en otro carro o no seas duro y chapa taxi.
Me maldijo, según añadió después de contarme ese episodio; pero no tenía tiempo para otros pensamientos. La custer azul estaba en medio de la avenida Aviación y los paraderos se hallaban más adelante. Aún así, se acercó al chofer y le pidió para bajar en la siguiente esquina. El serio conductor lo vio y respondió: Solo se baja en paraderos establecidos. Pues, a pesar de tener rostro malhumorado el tipo sabía respetar las normas.
Kerry tuvo que esperar otras cuadras parado a un lado de la puerta para poder descender mientras que la pareja de enamorados, luego de besuquearse, lo miraban y se reían.
Lo primero que hizo al bajar de la custer azul fue preguntarse, ¿Y ahora donde chapo bus para Larcomar? Tardó algunos minutos en consultar a un par de peatones, un datero y un zángano que andaba fumando hierba para lograr encontrar una salida.
Resolvió volver al Ovalo Higuereta y detener un bus directo hacia Larco (No estoy seguro de donde sacó un par de soles más).
El tiempo apremiaba, faltaban tan solo diez minutos para el encuentro y todavía se hallaba en la avenida Benavides sumamente congestionada.
Avanza, por favor, avanza, le pedía al señor que hiciera que el bus avanzara con rapidez y parece que lo escuchó porque enseguida aceleró y pudo llegar a Larco en cuestión de minutos.
Dirigiéndose a Larcomar recibió una llamada. Era Matilde “La loca” que llamaba para preguntar por su ubicación.
Estoy cerca, estoy a unas cuadras, estoy cerca, estoy a unas cuadras, repetía por lo nervioso y ansioso que se encontraba. Llevaba diez a quince minutos tarde y la chica lo esperaba en el lugar acordado.
Su camiseta favorita sudaba, su rostro sudaba; pero su look se encontraba pleno.
Llegó y lo primero que hizo fue entrar al baño de Larcomar para lavarse el rostro una y otra vez para quitarse el nerviosismo y el sudor. Enseguida, salió y se dirigió al lugar en donde la halló parada y mirando hacia todos lados. Era tal cual su foto, con el cabello largo y negro, delgada como un lápiz y llevando zapatos de tacón y bolso del mismo color.
Hubo una fuerte atracción en el instante en que se vieron. Además, ya venían hablando desde antes y afirmaban conocerse. Por tal razón obviaron tanto el hecho de charlar como el de ir por unos helados para pasar de frente al encuentro carnal.
Se besaron un minuto después. Kerry tenía la mente en blanco cuando sucedió; pero luego se dio cuenta que fue real. Entonces, resolvió darle otro beso y luego y otro.
Al rato quedaron en ir a un lugar más íntimo. Entraron a un hotel cercano, que curiosamente, ya había sido cancelado. Detalle poco menor que Kerry quiso pasar por alto.
Si yo estuviera en sus zapatos pensaría que me quieren robar el riñón y saldría corriendo en cuestión de segundos.
Pero Kerry estaba emocionado y excitado, quería tener una tarde llena de placer y fogosidad a más no poder.
No dudó ni un segundo en desvestirse al momento de entrar. Al hacerlo, ella lo arrojó con suma violencia sobre la cama, en ese preciso momento creyó que se encontraba en el paraíso.
La loca empezó a desvestirse al tiempo que el buen Kerry la miraba ansioso y deseoso por tenerla encima. Poco a poco fue quitándose la ropa hasta quedarse únicamente en bragas.
Se quitó el sostén y lo tiró exactamente sobre sus ojos dejándolo ciego por un minuto. Con una sonrisa lo sacó y al verla desnuda notó una enorme y gruesa verga de 19 centímetros apuntar en dirección a su cara.
Desde entonces no ha vuelto a ser el mismo.

Fin



miércoles, 17 de febrero de 2016

El portaretrato (de una mujer sin moral)

- El ruido del timbre me despierta, observo el celular para saber la hora y resuelvo acercarme a la puerta. Por el orificio contemplo a un amigo, a quien le dije que venga después del almuerzo para recoger algunos discos.
Un momento, ya salgo, le digo para que deje de golpear la puerta y vuelvo a la habitación para coger una camiseta. Enseguida, entro al baño para lavarme el rostro y me acerco a la puerta.
Habla, ¿Qué tal? Le digo al tiempo que nos estrechamos la mano. ¿Te quedaste jato, verdad? Pregunta con una sonrisa.
Si pues, terminé de comer y me eché a dormir un rato.
Qué buena vida, eh, dice y empezamos a reír.
Estoy de vacaciones, debo darme la gran vida, respondo y comenta, ¿Tienes los discos? Tengo ganas de ver esas películas.
Espera, voy a sacarlos, comento y regreso a la habitación. Al volver lo veo sentado en el mueble. Aquí están, le digo; pero noto que antes de dirigirme la palabra sujeta un portaretrato.
¿Qué pasó entre ustedes? Pregunta de un modo muy sereno.
¿Qué?, ¿Acaso no lo sabes? Le digo con cierta seriedad.
No, por eso pregunto.
Me engañó con el mejor amigo de mi hermano. ¿Te imaginas eso?
¿Qué?, ¿En serio? No puedo creerlo, dice y se levanta del mueble con rapidez.
Alucina que sí. Hace un par de meses que se acuesta con ese sujeto, no sé qué tipo de relación llevan, tampoco me interesa; pero desde que me engañó vivo solo y tranquilo.
Pero, ¿Tú te sientes bien? Pregunta mientras coge mis hombros.
Admito que sentí bastante decepción; pero luego estuve bien, entendí que esa mujer sin principios ni dignidad no tiene lugar en mi vida, mucho menos en la memoria y tampoco en el corazón. El hecho que me haya decepcionado de tal magnitud hizo que la desprecie, por eso no siento dolor ni pena.
Vaya, amigo, te juro que no salgo del asombro; pero si quieres que te diga algo como amigo, nunca me cayó bien esa chica.
Tenía un aire de sobre protectora y parecía ser muy fingida. Era como si todos sus actos fueran tramados. Siempre me pareció hipócrita. Disculpa que te lo diga ahora; pero es que no pude hacerlo antes, debido a que nos distanciamos y no mantuvimos contacto. Sabes bien que siempre te digo lo que pienso y aunque puede que sea tarde, esa chica nunca estuvo a la altura.
Asiento con la cabeza al tiempo que sujeto el portaretrato que me entrega.
Voy a botar esto a la basura, le comento y el amigo sonríe.
¿Sabes? Todos me dijeron lo mismo al momento que se enteraron de su traición. Entendí que ninguno decía lo que pensaba por miedo a una respuesta mía; pero luego comprendí que tenían razón. Ella fue muy hipócrita y resultó ser una completa arpía. ¿Qué clase de mujer se mete con el mejor amigo de tu hermano? ¡Eso no ocurre ni en telenovelas!
¿Te refieres al gordo que estaba enfermo? ¿Se metió con ese tipo?
Sí, imagina eso.
A la, Dios mío, no puedo creerlo. ¿No se supone que le prestaste dinero cuando no tenía nada? También recuerdo que le dieron hospedaje en tu casa y hasta antibióticos.
¿Ya ves como te pagan las personas? Esa gentuza muerde la mano que les da de comer.
Tienes razón, dice mientras coge los discos.
Yo prefiero no saber absolutamente nada de esos dos costales de basura, le digo con fiereza; pero el adjetivo resulta chistoso, por ello mi amigo ríe y me contagia su risa.
Sigo sin poder creerlo. Lo que uno se pierde cuando se aísla un tiempo; pero, lo importante es que estas tranquilo, bien dices, esos costales de basura solo sirven para ir al basurero. Tú sigue con tu vida y ellos que se jodan en la suya.
Así es amigo, es lo mejor. Yo vivo mi vida trabajando en lo que disfruto, pronto sale mi maestría y estoy ganando bien en el laburo, no me puedo quejar, viví una situación jodida y ahora la vida me sonríe.
Me alegra saber eso, Reinaldo y no pienses en esas sabandijas que muerden la mano que les dio de comer.
Es como te digo, esa chica siempre me pareció una arpía y el gordo ese un tipo conchudo que se aprovecha de los demás; pero al final, seguramente, él que no tiene profesión porque según se salió de cientos de institutos por burro y ella que vive de su papi un abogado de cuarta, van a terminar viviendo bajo un puente.
Me empiezo a reír por su comentario tan malévolo; pero sin dejar de ser cierto.
Es verdad, Eduardo. Me da risa lo que dices porque resulta muy cruel; sin embargo, te doy la razón.
En fin, Reinaldo, dejémonos de cojudeces. ¿No quieres ir a casa a ver estas películas? Preparamos algo de cenar, llamamos a las chicas y hacemos algo bacán.
Ya pues, te cuento que no he visto todas y me anima la idea de conocer gente nueva; pero antes acompáñame a dejar esta mierda en la basura.
Ahora es Eduardo quien comienza a reír y acota, es la fotografía de una mujer hipócrita, alguien sin valor ni principios. No vale la pena tenerla en casa.
Deberíamos quemar el portaretrato, no solo botarlo a la basura, ¿Qué piensas Reinaldo?
Lo veo sonriente a causa de su malévola idea, entonces, contagiado por su maldad, añado: Vamos a quemarlo y luego vemos las películas.
Salimos de casa, llegamos a un lugar descampado, coloco el portaretrato de la mujer sin principios dentro de un barril en donde también añado el resto de sus cosas y le digo a Eduardo que inicie la primera llama; pero dice que lo mejor es que yo lo haga.
Y cuando lo hago me siento liberado, libre de una mujer que me engañó y que hoy vive su propio infierno con un tipo a su nivel de principios y moral.
Al rato, Eduardo y yo comenzamos a ver las películas planeando a la vez un futuro encuentro con un par de chicas en una discoteca de la capital.

Fin

Es una pesadilla

- Nos encontramos en un café. Habiendo tantos en la capital, llegamos a converger en el mismo. Estaba preciosa, de hecho, siempre que te alejas de alguien y vuelves a verla, se ve hermosa. 
Sentimos una mutua incomodidad por nuestra presencia que instintivamente evitamos intercambiar miradas, éramos dos extraños más, que se encuentran en un café, como cualquier mañana de invierno.
Y pesar que hace un tiempo atrás, añorábamos un glorioso porvenir y pesar que hace un tiempo atrás, entrabamos al café cogidos de la mano.
Y ahora, incómodos al darnos cuenta que existimos, sin rencores ni recelos, sintiendo fastidio mutuo, nos topamos en la cola de la caja.
El orgullo manda que ninguno se vaya primero, ¿Qué va a pensar?, ¿Qué me afecta su presencia? Pensamos de repente.
Realizamos el pedido -dada la ironía, que ninguno se detiene a pensar, sabemos que va a pedir cada uno- y sin embargo, no existe el saludo cordial, ni el asombro al vernos, ni siquiera una mirada de reojo. Uno de los dos se marcha antes y no volvemos a vernos.
Una vez fuimos el mundo, hoy un mundo nos separa.

¡Amor!, ¿Amor, te encuentras bien? Me despierta. Abro los ojos y sigue de noche, llevo el torso desnudo y ella uno de mis polos.
Tuviste una pesadilla, dice. Fue una pesadilla, digo para mis adentros y de inmediato le doy un fuerte abrazo.
No sabes cuánto te amo, preciosa. Sigamos siendo el mundo.
Yo encantada; pero ahora sigamos durmiendo, dice con una sonrisa y retomamos el sueño.


Fin

Delirios 5

- Bebe el licor que posa sobre la mesa desde que empezamos a charlar y añade un tanto más sereno: Tienes razón. Debo enfocarme en otras posibilidades y no juzgar a las personas con quienes me relacione. Debo entender que son mundos distintos.
Sus palabras me llenan de un asombro positivo y entonces le digo: Me parece fantástico. Es tiempo de avanzar, aparte, bien dices, has mejorado y serás un buen partido para cualquier chica.
Sonríe y cambia de tema con un comentario, ¿Recuerdas tu pregunta? Esa que dice, ¿Y si pudiera volver a empezar?
Asiento con la cabeza en ese instante y entonces, aclara: Creo que puedo hacerlo, ese asunto de volver a empezar. No lo comprendo con claridad hasta que agrega: Voy a buscarla, decirle que podemos empezar de nuevo. Estoy a punto de abofetearlo; pero añade al instante, quédate tranquilo, si me rechaza haré lo que dices, solo necesito mostrarle el buen tipo que soy ahora, quiero que lo sepa, una vez que lo haga, genial, si la consecuencia no es favorable lo dejo todo atrás, caso contrario, puedo empezar de nuevo con ella.
No es una idea tan descabellada, es más, resulta muy romántica, por esa razón le digo: Dale, tienes mi apoyo.
Gracias, mañana mismo voy a buscarla.

...

martes, 16 de febrero de 2016

Delirios 4

- Estoy completamente seguro que las personas cambian; pero ella nunca perderá su esencia. Puede que hayan pasado años, tenido decepciones y de repente, amores; pero sigue siendo la misma. 
¿Cómo puedes saberlo? Le pregunto sorprendido.
Vi una foto en la que tenía una descripción escrita en ingles que traducida decía: “Es tiempo de creer en el amor”. Por eso pienso que sigue creyendo en el amor, por mi culpa no lo hizo por un indeterminado tiempo; pero ahora sí. No sé quien la haya enamorado; pero cree y eso me alegra porque no pierde la esencia romántica que siempre la caracterizó.
Preguntas, ¿Si ha cambiado? Pues, amigo, no lo creo; aunque de repente, sí. Sin embargo, no por mucho tiempo porque seguramente todavía mantiene su esencia.
Ella no es cualquier chica, dice; pero lo interrumpo en ese momento.
Nunca he dicho que sea ordinaria.
¡No lo es! 
Lo sé, por eso la amas.
La amo, ya no me jode admitirlo.
Eso es sano, es mejor decirlo, expresarlo, a tenerlo oculto o en secreto.
Resuelve no decir nada referente a lo anterior.
Pienso que sigue siendo la misma, claro que lleva una coraza que protege a su corazón de cualquier eventualidad; pero todavía cree en el amor y lo sublime que llegan a ser las relaciones de pareja.
Y yo siento ello con mayor énfasis, mejor solidez y soy un mejor tipo; aunque sea una lástima que ya no pueda tenerla.
Entiendo tu frustración y es como te digo, no puedes vivir en el pasado y utiliza esas nuevas virtudes para alguien más.
No puedo y lo sabes bien, he salido y estado con algunas chicas y siempre les encuentro defectos. ¡Los defectos que ella no tenía!
Es porque las comparas a todas con ella.
¿Con quién más voy a compararlas?
¡Con nadie! Cada mujer es un mundo distinto. No tienes porque compararlas.
Yo lo sé; pero es imposible. Por ejemplo, encuentro en alguien algo que no me gusta y luego recuerdo que ella no lo tenía por forma natural o de repente, me doy cuenta que ella tenía virtudes que otras no, de repente simples hechos como lo son algunos detalles que no quiero decir; pero son detalles que hacen que la diferencie del resto.
¡Estás jodidamente enamorado de esa chica! O De repente, la tienes en un altar, como una diosa, que no aceptas a ninguna porque vives comparándola. Y es algo que no debes hacer porque dañas a las otras chicas y te creas una idea errada de las mismas porque no las acepta como son.
Se queda callado y comenta, yo lo sé y por eso siempre me alejo.


... 

domingo, 14 de febrero de 2016

Delirios 3

- ¿De qué vale? Esa pregunta deberías hacértela tú. 
¿Qué crees? Me la hice cientos de veces y recurro a ti para conocer tu pensar.
Yo creo que la idea de amar es linda; pero es mucho mejor cuando es correspondido. Y pienso que después de lo que le hiciste dudo mucho que sienta algo por ti, de repente, afecto.
Tienes razón. Sin embargo, ahora pienso de un modo tan distinto, ella podría enamorarse de mí con facilidad y yo podría amarla a carta cabal, darle todo mi amor y expresarlo de infinitas maneras. Respetarla, abrazarla, besarla, cuidarla y protegerla.
Amigo, seguro te quedarían cortos los adjetivos y esto que te voy a decir es repetitivo; pero, ¿No crees que es demasiado tarde?
Deberías agrupar tu nuevo pensar y mostrárselo a alguien más, ¿No crees que alguna chica por ahí quiera conocer a alguien tan buen tipo como tú? El mundo está repleto de gileros y pendejos, hacen faltas sujetos como tú. Ya olvida a esa mujer, si la perdiste por imbécil, está bien, ahora estas arrepentido y has mejorado, puedes utilizar eso para relacionarte con alguien más.
Lo he hecho y sabes que lo intento; pero siempre les encuentro defectos. ¡Los defectos que ella no tenía! Ella era perfecta, bien lo dijiste. Llevaba consigo las características adecuadas, era la mujer ideal y yo era el estúpido ideal.
Empezamos a reír en ese momento.
Pero; ¿Te has puesto a pensar que ella pudo haber cambiado por tu culpa? De repente pensó, siendo como soy me hicieron aquello, mejor cambio, tal cual tú, cambiaste para bien por tus errores.
¡No me lo perdonaría jamás!
¿Y si ahora es otra persona?
Se queda pensando en ese instante.

... 

Delirios 2

- No respondiste a mi pregunta; pero, dime, ¿Cómo lograr explicar que a pesar de los años alguien sigue logrando estremecer tu piel? Y resulta fantástico que ni siquiera lo sepa. 
No sabe que ando pegado viendo la única foto de su perfil privado que se puede observar y a veces leyendo los correos que intercambiábamos.
Yo voy a escribir tu historia, me gusta ese amor insaciable que le tienes y su manera por no darse cuenta. 
El tipo sonríe con mi comentario sin saber que estoy hablando en serio.
Ya te he dicho que no la amo.
Pues, honestamente, no te creo. Pienso que amaste a tu séquito de ex novias; pero no como la amaste a ella.
Él piensa y yo sigo argumentando: Pienso que la amas más porque la perdiste y al no encontrar a nadie con sus atributos, te sigues aferrando a ella. Es perfecta, así de simple. ¡Es perfecta para ti! Pero, respóndeme, esta bendita; aunque debería decir, maldita, paradoja, ¿Por qué si es perfecta para ti, no está contigo ahora?
Sabes bien que la jodi. Ella se marchó de casa y yo, estúpidamente, no la seguí y lo hice después, bien sabes; pero me rechazó rotundamente.
¿Y por qué a pesar de eso la sigues buscando?
Porque me rechazó.
¡Exacto! El rechazarte te hizo entender que el amor que tenía por ti era gigantesco y abrumador; pero su autoestima, timorata y silenciosa, estalló en ese instante volviéndose más grande que el amor que te tenía.
Ahora yo te digo otra paradoja.
Me deja pensando al tiempo que dice: Eso me hizo amarla más.
Hasta que al fin lo aceptas.
Bien lo dices, han pasado seis años, ¿de qué vale?


... 

Delirios

No sé qué es lo que me sucede. Acaba de cambiar su foto de perfil y mi cuerpo se estremeció. Se ve preciosa, parece que no ha cambiado, se que anduvo de viaje y que quizá, haya conocido a alguien o esté comprometida; pero todavía logra erizar mi piel.
Iba a seguir; pero tuve que interrumpir. ¿Qué tienes? ¡Han pasado seis años! ¡Ya olvídala! ¿No te das cuenta que no logras consolidar una relación porque las comparas a todas con ella? 
Silencia por un instante reflexionando mis palabras.
¿Y si te dijera que no la amo; pero me sucede esto cada vez que la veo? Es decir; confieso que miro su perfil de vez en cuando y las únicas fotos que muestra las repito, intento acercarme a su lugar de trabajo, saber de ella, ¿en qué anda?, ¿cómo está?, ¿qué se cuenta?, etc. Pero no es amor. Tampoco quiero volver, es una gran asignatura pendiente.
Vuelvo a interrumpir. Me has contado cientos de veces que la jodiste toda; pero, ¿Qué puedes hacer? Ya no puedes salvar lo que se destruyó. Es más, han pasado años.
Por más que me sienta capaz de ser un mejor novio, no anhelo volver con ella.
¡No me engañes! Soy tu amigo y estoy seguro que darías lo que fuera por volver.
Volver al tiempo en donde estuvimos, que es muy distinto al actual, aclara con seriedad.
Ahora soy yo quien reflexiona.
Estás loco, hermano.
Tú escribes, deberías entenderme, por eso siempre te cuento estos delirios. ¿Por qué crees que acudo a ti? Ella es alguien que perdí y me di cuenta que pude amarla más cuando eso sucedió, fui mejor persona cuando se fue, irónico, ¿No? Pero no deseo volver porque admirarla, saber que le va bien, que de repente anda enamorada de un tipo 10 puntos que la aprecia y valora, me hace bien. Es verdad que a veces me apena y demás; pero fui yo quien lo arruinó, decepcionó y rompió el corazón. Ahora me basta con saber que es feliz. Dime, ¿Ese qué tipo de amor es?
Me deja mudo con su argumento y al rato, le digo: ¿Y si pudieras volver a empezar? Sería este; pero en el tiempo que estuvimos.


...


jueves, 11 de febrero de 2016

¡No ames!

- ¡No ames! Si todavía tienes el corazón roto. Si una presencia lejana sigue apareciendo en tu mente. Si te encuentras en una situación personal muy complicada y obstaculiza tu forma de expresar. 
¡No ames si no vas a hacerlo con frenesí! Si temes salir con el corazón hecho pedazos. Si piensas que te van a abandonar a medio camino. ¡No ames! Si no eres capaz de descifrar tu sentir para hacérselo saber. Si ni siquiera puedes mirarlo a los ojos y decirle lo que sientes.
¡No ames! Si todavía amas a alguien. Es imposible reemplazar, tal vez, en físico; pero jamás en entrañas.
Si no conviertes el palabreo en acciones, si no acaricias, si no besas, si no haces el amor. ¡No ames! 
¡No amas! Si no vas a hacerlo con honestidad y pasión.
¡No ames si no vas a entregarte en cuerpo y alma! Si vas a pensar que en la siguiente esquina se termina la magia. 
¡No ames! Si crees que no será para siempre. Amar es creer. Cuando crees todo lo puedes.
¡No ames! Si vas a empezar a demostrar lo contrario luego de decir te amo. Si el desinterés aumenta con el paso del tiempo. Si temes salir lastimado. ¡No ames si no anhelas verme a tu lado el resto de los años! Puede que resulte un efímero amorío; pero creíste que sería eterno, en ese instante, amaste con intensidad.
¡No ames si no tienes convicción! Si te abruman los problemas y los contagias con tu relación. Si envenenas de negatividad el dichoso amor. ¡No ames si no serás capaz de vencer la distancia! 
¡Di te amo si vas a entregarte hasta el fin!



Fin

Eterna princesa 4

- Solicito una cita con la doncella de los Campos Elíseos, cuya corona resulta ser una rúbrica del creador. Que no me pregunte, ¿Cómo le hice para estar aquí? Que mi consciencia dirá que no tengo el alma puritana; pero tengo alas, las utilizo cuando escribo y me traslado adonde me plazca. Por ello, decidí ir en busca de ti. 
¡Abran paso! Clama con autoridad y sonríe al verme ocasionando mi sonrisa. Me abraza con rapidez y pregunta, ¿Cuánto tiempo tenemos? El necesario para darte un beso y decirte te a… 
Pero vuelvo aparecer sobre el escritorio, con las manos naturalmente sobre el teclado e imaginando que puedo volver a tenerla mientras escribo nuestra historia.


Fin

La dieta

- Siempre es complicado empezar una dieta. Dicen que debes de tener una importante fuerza de voluntad por el asunto que debes de evitar los deliciosos alimentos; peor aún cuando tu país resulta ser uno de los mejores en el tema gastronómico.
Esto le sucedió a mi amigo Eduardo, quien pesaba 90 kilos y media 1.69 y actualmente, ¿Adivinan cuánto pesa? Pues lo sabrán al final.
Por salud acudió al nutricionista del gimnasio donde se había matriculado. Era su primera semana y el entrenador le indicó que realizara una fuerte rutina de entrenamiento, la cual comenzaba con 40 minutos de bicicleta, 100 abdominales, 100 planchas y 100 sentadillas para al final entrar al sauna el mayor tiempo posible. Además, resolvió citarlo con el doctor especialista, por ello se encontraba esperando su turno.
Un tipo mucho más obeso salió con su receta llevando una sonrisa optimista, la misma que trasladó al momento de decirle, cualquiera puede bajar de peso, solo debes respetar tu receta y tener fuerza de voluntad. Eduardo sonrió y entró al consultorio.
El doctor era un sujeto de barba, bata blanca y lentes, quien, irónicamente, acababa de almorzar un exquisito emparedado de pollo. Lejos de provocarle ganas de comer, se sentó y saludó con cordialidad. El doctor respondió estrechándole la mano y empezó a realizar las respectivas preguntas.
Eduardo solía comer de noche, superando la media noche terminaba de cenar. Además, era un fiel adicto a los postres, generalmente, si llevaban abundante chocolate.
El médico le dijo que tendría que dejar todo lo que come de lado para darle la cordial bienvenida a una muy estricta dieta a base de frutas y verduras. Añadió que era un pecado comer de noche y que en definitiva, debía de dejar el chocolate.
Al terminar la conversación salió con receta en mano, sonrisa de optimismo en el rostro y ganas de ir a casa para colocar la receta en la puerta del refrigerador.
Se dijo así mismo que comenzaría mañana por la mañana, tenía la dicha que su madre ayudaría a preparar lo indicado y la suerte de tener una novia preocupada por su salud.
A la mañana siguiente despertó muy temprano para asistir al gimnasio, previo a ello comería su desayuno.
En lugar de los típicos panes con chicharrón y café con bastante azúcar, vio un vaso con yogurt light y un par de tostadas integral. Entusiasmado comenzó a comer; aunque, las tostadas no le gustaron. Sin embargo, las remojó en yogurt para darle un mejor sabor.
Cogió sus cosas; además, una enorme botella de agua y salió rumbo al gimnasio.
Después de la rutina de siempre volvió a casa, se encontraba hambriento y sediento, por eso, lo primero que hizo fue beber un litro de agua y cuando creyó comer algo sólido, encontró una ensalada de verduras junto a un pedazo de pollo sancochado. No le quedó otra que almorzar aquello y lógicamente, al tener al frente a sus hermanos que no dejaban residuo del Ají de gallina le dieron ganas de devorar lo mismo; pero, en ese instante, recordó las palabras motivacionales de su novia y su fuerza de voluntad aumentó para alejarse y beber agua hasta llenarse.
Durante la tarde comió algunas galletas integrales que le trajo su chica; pero no los halló el sabor. Sin embargo, tuvo que decirle que estaban deliciosas. De hecho, ella añadió que suele comerlas siempre. En ese momento, Eduardo la vio extrañado, como quien se pregunta, ¿Cómo puedes comer eso? Pero; siguió devorando las galletas porque el hambre apremiaba a dicha hora de la tarde.
Más tarde, viendo una película romántica, escuchó los gritos de su madre que llamaba a sus hermanos para cenar. Su padre había comprado pollo a la brasa y todos se alistaban para devorar hasta el pellejo.
Eduardo prefirió no bajar. No se puede comer ensalada cuando al frente comen pollo a la brasa, dijo con inconformidad; pero su novia le dio ánimos. Además, dijo que le traería su cena: Una exquisita e invisible para el estómago sopa de verduras con pollo sancochado y abundante agua.
No tuvo otra opción que comer lo que el médico había recetado, según se repetía y le decían, es por tu bien, es por salud.
Cuando todos acabaron de cenar y su novia se marchó, descendió sigilosamente hasta llegar a la cocina.
Buscó en todos los rincones donde habían guardado lo restante del pollo a la brasa; pero no lo encontró porque se lo habían dado a los perros callejeros.
Se mordió la lengua y bebió bastante agua para engañar al estómago, enseguida, resolvió dormir para olvidar el hambre.
A la mañana siguiente fue al gimnasio a realizar la rutina de siempre luego de desayunar lo mismo de ayer. De regreso a casa, literalmente se moría de hambre; pero sabía que tendría que almorzar una bendita ensalada.
Al entrar a su casa olió el aroma de los dioses; pero tuvo que evitarlo taponándose la nariz. Sin embargo, ganó la curiosidad y se adentró en la cocina para inspeccionar.
Se hizo imposible no oler ese exquisito aroma que provenía de las ollas, abrió una de ellas y vio un suculento Lomo salteado, casualmente, su comida predilecta. Pues, ¿De quién, no?
Lo siguiente que ocurrió fue que ni siquiera se dio el tiempo de bañarse y vestirse, tampoco de dejar las cosas a un lado o secarse al menos el rostro, porque cogió un cucharon y arrasó con todo.
Lágrimas caían al tiempo que tragaba con desenfreno. ¡Esta riquísimo! Se repetía cada cierto momento.
Es verdad que al rato llegó a su madre y tuvo que cogerlo fuerte de la cintura para alejarlo de la olla y que después su novia lo regañó con fiereza; pero siendo conscientes y justos, ¿Quién puede contra un Lomo salteado hecho en casa?
Curiosamente, en un acto de locura, arrancó la receta pegada en el refrigerador y la destrozó a mordiscos.
En la actualidad, Eduardo pesa 85 kilos (no le voy a quitar méritos, bajó 5 kilos en el gimnasio; pero no pudo con la dieta). Sin embargo, así lo quieren y eso es lo bonito.

Fin




lunes, 8 de febrero de 2016

Frase 57

- Lo que nunca cambia es el romanticismo. El resto varía. 
En esencia, me encanta ser fiel por naturaleza, luego porque te amo. Y si disfruto el tiempo a tu lado es por tu personalidad, no tanto por el aspecto físico. De hecho, a veces se me olvida tu sonrisa por el sonido de tu risa y el color de tus ojos por lo que llego a ver en ellos. Obviamente resultas imperfectamente hermosa. Yo pienso que el mejor detalle es escribirte lo que me haces sentir y el respaldo, lo que haga para demostrarlo.




Eterna princesa 3

- No te avergüences de tus alas. Puedes dejarlas en el colgador si gustas. No me pidas que haga lo mismo, si las dejara no te podría contemplar. Todos tenemos alas, princesa, las mías son mis manos y las necesito para tenerte aquí.
Eso que llevas encima de tu cabellera ondulada tómalo como un detalle divino. Puedo hacerlo invisible si te parece incómodo.
Ven, abrázame y olvidémonos de trivialidades. ¿Cuándo aprendiste a hablar tan bonito? Me viene a preguntar, le sonrío y al tiempo que la abrazo respondo, sigo siendo el mismo de siempre; pero con algunos libros encima. Entonces sonríe.
El aroma lo mantienes, afirma aferrándose a mi pecho. Y yo, que no recordaba su perfume, en ese instante siento que los años nunca pasaron y su aroma parece intacto, lo pienso y le beso la cabellera.
No te vayas, dice levemente. Eso tendría que decirte a ti, le respondo con humor.
Te he extrañado, asevera. No respondo; pero cae una lágrima.
Solo cuando dejo de escribir siento tu ausencia, me digo a mí mismo.
Yo también te he extrañado, se lo hago saber y afianzo el abrazo.
No te vayas, por favor, repite. Y vuelvo a lagrimear cuando afianza el abrazo por segundos como quien aferra su fe a un ser.
No te vayas, soy yo quien se lo dice y su voz se apaga, el cuerpo se vuelve polvo estelar y su aura es lo último que abrazo. Desaparece como el rastro luminoso que deja el sol que muere y abro los ojos apareciendo al frente del ordenador. Soy yo quien fue, quien volvió a la realidad, quien ha dejado de escribir.

Fin

Mi sueño

- Uno debe vivir haciendo lo que más le gusta. Aunque a veces existan infinitas distracciones e igual cantidad de barreras, entre imaginarias y reales, entre ellas personas despiadadas que fingen ser aliados como quienes te desean lo peor con un fin ilógico, porque ni te conocen.
A veces uno quisiera fugar, no de la realidad ni envolverse en un sueño, sino de todo aquello negativo, de todo lo que hace mal, que algunas veces -aunque no lo notemos- se encuentra en el ambiente, en donde, casualmente, uno convive.
Sin embargo, cuando uno se llena de coraje y se enfrente a aquello a lo que llama el mal de la negatividad y logra salir victorioso es cuando orgulloso y satisfecho puede gritar que lo que ama hacer es mucho más grande que cualquier barrera o enemigo al frente.
Todos tenemos sueños y haremos de todo para que se hagan realidad, aunque, en algunas ocasiones esos sueños siempre sean lo que son, sueños. Sin embargo, cuando la realidad los sujeta de la mano es cuando se pueden hacer realidad. Y depende de cada uno, de cuan esfuerzo haces, de cuantas veces logras vencer a los obstáculos, de ti, solo depende de ti.
Escribir, es lo que amo hacer, lo que me apasiona y lógicamente, lo que me gusta y encanta. Deseo hacerlo siempre, porque me hace feliz y porque lo disfruto. Y tal vez, solo tal vez, porque es lo mejor que sé hacer.
Sé que van a existir barreras, distracciones y enemigos (aunque debería decir personas que están dispuestas a arruinar tus sueños porque los de ellos no se hicieron realidad) y sin embargo, saldré adelante y podré repetirme una y otra vez antes de dormir que lo logré, que logré mi sueño.
Y eso es lo que hago, repetirme todas las noches que he logrado mi sueño, el de convertirme en escritor.


Fin


domingo, 7 de febrero de 2016

Frase 56

- Es absurdo extrañar cuando vives con intensidad. No suelo extrañar porque disfruto tanto de los momentos y las personas que con los recuerdos me basta para seguir teniéndolas presente.


Abrazo

- Así perfore mi corazón con su espada candente, yo le daré un abrazo a esa persona que volvió a la vida; aunque sea un demonio disfrazado con su rostro y aroma.

Volver

- Abordar el bus, una hora y pico después, pasar Plaza San Miguel y bajar en el paradero Astete. Caminar la avenida Los insurgentes, doblar a la derecha pasando una veterinaria y caminar unos metros hasta llegar a un enorme parque. Andar unos pasos y llegar a la casa blanca de dos pisos y puerta de madera. Tocar el timbre y esperar. Preguntar y que digan, esta en Madrid desde el 2010.

jueves, 4 de febrero de 2016

Frase 55

- Hay personas que no merecen el saludo ni el apretón de manos. Gente que con su actitud inmoral y patética decepcionaron por completo. Es verdad que a veces quisiera tener un sentir positivo; pero hay comportamientos que no puedo soportar. 
Naturalmente, realizo mi vida feliz y obvio a esas personas con quienes si alguna vez compartí ron y afecto, hoy llevan la etiqueta de ausentes (no muertos porque los muertos viven en recuerdos).
No obstante, hay gente maravillosa con quienes disfruto compartir mis días y me aferro a ellos.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Despedida

- El único recuerdo que jamás quiero archivar es la despedida. 
Las lágrimas, el abrazo que intenta ser perpetuo, el profundo y aspirante a eterno, beso, que no quiere acabar; pero debe culminar. Y el triste movimiento de mano que expresa lo que el corazón no quiere contar, que es el adiós sin reencuentro próximo. Y me marcho, recojo las maletas que pesan menos de lo que dejo y sé que no debo volverte a abrazar porque no quiero que vuelvas a esperanzarte, pues me voy y no volveré; pero mi recuerdo por siempre quedará entre estas calles, en las paredes que forman tu habitación y en tu alma si lo deseas.
Momento bisagra de esta vida, partir del lugar adonde fui y encontré la felicidad para volver a mi hogar. Valga ironía.
Sabe Dios porque hace las cosas, como diría una sabia anciana. Y sé porque decido partir y no quedarme; aunque jamás quiera contarlo.
Te veo por la ventana y quiero consolar tus lágrimas. Quiero bajarme y decirte: Amor, me pienso quedar. Y sin embargo, me voy obviando tu presencia allá afuera para no sentir más tristeza ni regalarte esperanza alguna.
Despedidas, malditas sean, necesarias como despreciables.
Mantén lo mejor de mí en tu mente, que yo me llevo lo mejor de ti sin preguntarme ni saber si alguna vez volveré; pero soñemos e imaginemos que aquello no cuesta nada.


Fin