Mi nuevo libro

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sábado, 30 de mayo de 2015

Puedes dejar tus alas

- Puedes dejar tus alas en el colgador.
Te preguntarás porque no dejo las mías. Las necesito para tenerte cerca.
Estas son mis alas, le digo mientras les muestro las manos.
Convergemos en un abrazo, lejos de cualquier universo, en la profundidad de una obra literaria, en el lugar donde puedo capturar al tiempo.
Por ti soy escritor, le susurro al oído. Sonríe entonces y la escucho suspirar.
No te vuelvas a marchar, le digo en un pensamiento olvidando que uno de sus dones es leer mi mente.
Realiza una mueca parecida a una sonrisa y el manto blanco que utiliza como atuendo nos cubre.
No existen prejuicios ni reproches, solo un divino detalle sobre su cabellera ondulada la que nos diferencia.
Pasa su delicada mano sobre mi rostro y nota que el tiempo me ha pasado factura al notar el vello facial y lejos de asombrarse sonríe. Mi corazón late con una intensidad particular, no ha vuelto a palpitar con tal magnitud, su presencia lo realiza, obra en mi ser como lo solía hacer. Es portadora de mi corazón y de cada uno de sus cánticos que pronuncian su nombre.
Nos une un beso y esos labios celestiales son míos, mas no siento que hayan pasado décadas sin gozarlos, porque saben como tal, como esa última vez bajo una palmera en un cálido día soleado.
Perdóname, es lo único que pronuncia y esa voz penetra mi alma y cicatriza el orificio. No hay nada que perdonar, respondo instintivamente y otra vez noto esa mueca similar a una sonrisa, me abraza y repite, te amo.
Silencio y cada vez la siento lejana, el manto desaparece, su luz se opaca, su piel se esfuma como el polvo estelar y disemina su ser hasta dejar solamente el aura que me permite decirle, adiós.


Fin


jueves, 28 de mayo de 2015

Frase 12

- La gente cambia, desaparecen y se vuelven ingratos, dejan las aficiones y ahora las reprochan (resulta hasta gracioso). Se van y no regresan. Inventan excusas y si alguna vez creíste llamarlos amigos, hoy ni siquiera sabes si los conoces. 
Uno respeta las distintas evoluciones; pero crítica el hecho de no mantener la esencia. 
En lo que a mí concierne, puedo no ser el mismo; tal vez, haya adoptado características, madurado y crecido en variedad de ámbitos; pero jamás voy a cambiar lo que me hace ser yo. ¡La esencia!.

domingo, 24 de mayo de 2015

Un viejo lugar

- Vuelvo a un lugar y lo encuentro desolado y desecho. Camino por calles que alguna vez frecuenté y es ahora todo tan distinto; también lo son las sensaciones porque en lugar de sentir la calidez de lo rutinario me asalta la emoción de la aventura, mientras ando revuelan fuertes emociones, todas nuevas, ya no es como el ayer cuando andaba y sentía que volvería al día siguiente o a veces ni lo notaba, ahora estoy de regreso y parece que han pasado décadas y nada es como fue y puede resultar bueno; pero me pone nostálgico el cambio para bien de un lugar que alguna vez sentí familiar.
La desolación momentánea y lo deteriorado que se encuentra me lastima y a pesar que exista un enorme cartel que indique que pronto serán departamentos, me cuesta creer que alguna vez hubo un cine barato, caleta y lejano, al que me gustaba asistir porque no paraba lleno, no habían colas y con veinte soles podía tener entrada y gaseosa (no me gustaba el pop corn). También encontraba bares donde no vendían jarras, sino botellas y no botellas comunes, sino esos margaritos. No me olvido del juego vikingo que nunca fui capaz de abordar porque escuchaba a la gente gritar y alrededor vendían ambulantes lo que a uno le provocase, además de unos tipos que te insistían para que juegues unos estúpidos y tramposos juegos donde nunca ganas pero se hace curioso participar.
Un ligero pateo de comidas, con un par de establecimientos y unas cuantas mesas, un lugar de bowling en el segundo nivel y al lado unas cuantas tiendas de ropa, no recuerdo las marcas.
Suelto una risa al recordar mi vestimenta, bermuda playera y un suéter de un color totalmente distinto para que no combine. Sí, lo hacía apropósito.
Llevaba el cabello largo, a la altura de los hombros para ser exactos y solía tener un chullo negro para completar el look. En algunas ocasiones, aunque me resulte terrible, llevaba una cola.
Deambulando por los exteriores recuerdo todo ello, ya ni siquiera puedo entrar a observar como quedó; pero imagino lo que hizo el abandono.
Nunca creí que acabaría así, no era un lugar popular, pero era bonito estar ahí; sin embargo, mi mente marketera me hace ver al lado a un grande de la industria de Mall y pienso que acabó por devorárselo.
Es tiempo de terminar el paseo porque mi clase empieza dentro de poco, casualmente estoy cerca de ese dichoso templo de recuerdos y decidí pasar encontrándome con la sorpresa que ahora no es más que un futuro edificio.
No obstante, tengo gratos recuerdos de aquel viejo lugar.

Fin.



Lados B

- Hubo un tiempo en donde desconocía el camino o tal vez, se encontraba nublado. No asistía a las clases de Administración porque no me agradaba Estadística y tampoco Costos Operativos y por más que intentaba meterlos en la cabeza, no lo lograba.
Es posible que lo que haya hecho sea más estúpido aún, ese momento en el que no asistes y no puedes volver a casa y decides caminar por lugares inhóspitos mientras vas pensando en qué diablos hacer con tu vida.
Me detenía en parques con bancas y una vez sentado meditaba sobre lo que haría, tenía bien en claro que me desagradaba por completo el hecho de lidiar con las matemáticas, mi eterno némesis y sin embargo, no concretaba el valor, que por ratos se encendía, de abandonarlo y dejar que mi padre gaste en vano.
Siempre he sido un sujeto optimista y creía que mágicamente aprendería formulas y me resultaría todo tan sencillo como a la mujer de gafas que era parte de mi grupo y no dejaba de criticarme por lo holgazán y por mis constantes faltas a los encuentros en la biblioteca.
¿En verdad pensaba que iría a uno de esos aburridos encuentros?.
El resultado fue obvio, me echaron del grupo y no supe como terminé en los exámenes porque no asistí a ninguno.
Bueno, en aquellos parques pensaba en lo que realizaría para poder mantener una familia, como dictaba siempre mi madre y por ratos me daba ese coraje de abandonar la carrera y dedicarme a eso, que todos en casa sabían que hacia bien, -costaba creer que hacia algo bien- pero no estaba del todo seguro. Temía aventurarme a algo desconocido y dar un paso para caer en un abismo.
De hecho, tuve que superar ese miedo para salir adelante.
Con el tiempo, de tanto visitar parques y conocer bastantes y luego volver con mi chica de ese entonces y presumir que conozco bastante, abandoné la carrera y con el apoyo de mi padre, que siempre cree en mí, pude publicar una obra.
Ese primer e irresponsable libro contenía las vivencias y anécdotas realizadas con mis amigos, a quienes les decía demonios, y por mas, que creía que era algo divertido publicarlas me di cuenta que era una completa payasada, lo cual resulta chistoso ahora; pero en ese momento era como una especie de realización personal.
Fue una auto publicación, hice un tiraje de cien libros y pude vender la mitad y los otros los regalé.
Uno aprende de las experiencias, entonces, con el tiempo, dedicado plenamente a escribir pude desarrollar un mejor libro.
“Una noche, una musa y un teclado” saca lo mejor de mí, mi lado más romántico desborda en el libro.
Asociado con una editorial y con un carácter serio y formal pude publicarlo y lograr muchas satisfacciones. Una de ellas es haber estado en una feria de libro y andar en librerías.
Estoy avanzando en lo que hago, me encanta vivir haciendo esto.

Fin

Frase 11

- Encontré el secreto para el amor eterno: Ve a tu pareja como si recién quisieras conquistarla. 
Hazlo siempre.

jueves, 21 de mayo de 2015

La rubia del bus

- Caminaba por la avenida Caminos del inca alrededor de las diez de la noche, fumaba un cigarrillo para apaciguar el insoportable frío de invierno.
Terminado el pucho lo arrojé en uno de los tachos de basura que se encuentran en las esquinas.
Enseguida, al sentir que había caminado lo suficiente, resolví detener un bus y arribar a casa.
Desde mi posición comencé a visualizar el horizonte esperando que algún ómnibus se asomara antes que terminara congelándome porque salí de casa sin casaca y con bermuda siendo engañado por un caluroso; pero efímero rayo de sol.
Por suerte, no pasó mucho tiempo para que un bus se acercara y se detuviera al instante en el que me vio agitar el brazo.
Subí a pesar de encontrarse repleto. Me acomodé a un lado y empecé a mirar por la ventana mientras avanzaba.
De repente, en el siguiente paradero, descendieron varias personas y pude hallar un asiento desocupado. Me sentí afortunado.
El bus se detuvo en el semáforo y abrió sus puertas para que otro montón de personas subieran, desesperados y ansiosos por hallar asientos vacíos.
Una vez acomodados los que encontraron asientos y sujetados del pasamano los que no, el conductor aceleró e imaginé que llegaría pronto a casa y lograría echarme sobre mi cama, cobijarme bajo el edredón y ver alguna película nocturna hasta quedarme dormido.
—Permiso, permiso, por favor, escuché que decía una mujer, quien se colocó cerca a mi asiento.
Alcé la mirada y contemplé su rubia cabellera rizada que levemente rosaba mi hombro. Llevaba las mejillas rosadas como si hubiese transpirado, efectivamente, regresaba del gimnasio por el atuendo que llevaba y me sorprendí de los guantes de box que colgaban de su cuello; aunque al instante me pareció fantástico.
Liberó un suspiro que señalaba cansancio, con una mano agarraba el pasamano y con la otra se acomodaba el cabello.
No me percaté del maletín deportivo que tenia entre las piernas; pero deduje que debió haber tenido un fuerte entrenamiento.
El cabello rubio y rizado, las mejillas rojizas y la actitud para boxear, me llamaron mucho la atención. Era una chica preciosa y se hizo imposible no verla de reojo.
No puedo dejarla ahí, pensé y rápidamente le sugerí: Señorita, ¿Gusta sentarse?. Me miró y sonrió, pude ver el verde de sus ojos y me hice a un lado para que se acomodara. Fue ahí cuando vi el maletín deportivo caer encima de sus rodillas y antes de alejarme, oí otro suspiro, esta vez de alivio.
La rubia del bus me cautivó en un instante; pero no tenía intenciones de comportarme como un galán y quedarme a su lado para proceder a un coqueteo que posiblemente iniciaría con una sonrisa y luego con un palabreo que no tengo en mente; pero se me ocurriría en el momento. Correría el riesgo de quedar en ridículo y que ella pensara que solo le ofrecí asiento para eso o tal vez, si tuviera algo de suerte, podría quedarme con su número de celular.
Sin embargo, resolví quedarme con lo bonita que es e ir a un lado a seguir mirando el exterior desde la ventana mientras que sujeto el pasamano y el bus va avanzando. Pero, no pude dejar de pensar en la rubia que se hallaba a un par de cuerpos de distancia y tampoco quería voltear y que pensara que la estoy viendo. Trataba de enfocarme en otros temas, en la cama y la manta, en la película que vería, en lo que gané en el casino hace poco, entre otras trivialidades; pero ella seguía en mi mente. El cabello rizado, las mejillas rosadas, no dejaban de aparecer.
No puedo más, pensé y giré levemente el cuello para observarla, casualmente, me estaba mirando. Nuestros ojos convergieron y de inmediato nos hicimos los distraídos.
Estaba muy nervioso y me empecé a reír para calmarme. De hecho, tuve que ocultar la sonrisa con la palma de la mano, no sé que estaría haciendo ella.
Rato después, descendieron varios en un paradero. Sabía que se aproximaba mi destino y por eso volví a girar el cuello; pero esta vez, no se encontraba en el asiento que le ofrecí, sino en uno al lado teniendo su maletín a un costado.
Lo gracioso fue que se dio cuenta que la estaba buscando con la mirada y cuando volvieron a encontrarse nuestros ojos sentí como si me estuviera esperando, como si pensara, ¿en qué momento me encuentras? y se estuviera riendo para sus adentros.
¡Qué vergüenza!, pensé; pero ya no pude quitarle la vista. Me encantaba el cabello rizado, el verde de sus ojos, las mejillas rosadas y hasta el atuendo de gimnasio.
Sonrió al sentirme intimidado y ante mi sorpresa me hizo un ademan.
—¿Qué intenta decir?, pensé. Todo era tan rápido y a la vez tan extraño, el bus ya no estaba repleto; por eso pude ver con claridad el acto gestual que realizó. Quería que me acercara.
Tímidamente me fui acercando y al llegar al asiento vi que sujetó el maletín y lo colocó sobre sus piernas. Me senté a su lado y no dije nada.
—Gracias por ofrecerme el asiento, dijo con una sonrisa.
—Descuida, es lo menos que podía hacer, respondí y también sonreí.
Olía exquisito a pesar de haber salido de una práctica de box. Sus mejillas seguían rojas y anhelaba poder rozarlas o tal vez y mejor aun, besarlas.
Solo atinaba a sonreír, estaba nervioso y algo confundido; aunque me encantaba y era inevitable no observarla.
—¿Cómo te llamas?, quiso saber. Le respondí y le pregunté por su nombre.
—Ana María, respondió y el eco de su voz llegó hasta mis entrañas.
El cabello rubio y rizado, las mejillas rojizas, el atuendo de gimnasio, su aroma exquisito y ahora su magnífica voz, me encantaban; pero el bus estaba cerca de pasar por mi paradero y un dilema yacía en mi cabeza.
—¿Qué te gusta hacer?, preguntó y empecé a soltarme, era una pregunta abierta, podría expresarme y hablar un rato de mí, para luego realizarle la misma pregunta y conocerla más. Tal vez y podríamos tener muchas cosas en común, lo pensé en un minuto.
Comencé a hablar acerca de mis gustos y aficiones y lo hacía mirándola a los ojos, a esos verdes claros que me fascinaban y notaba que el rubio rizado le caía por la cara y lo expulsaba de un soplido, me encantaba.
—¿A ti que te gusta hacer?, pregunté y el bus pasó por el paradero donde debía bajarme y ni siquiera pensé en eso, tal vez, ni siquiera recordé que bajaba ahí y es posible que haya estado hipnotizado desde que empezó a hablarme.
El bus siguió su camino y la rubia del cabello rizado, los verdes claros, las rojizas mejillas y salida de una clase de box, y yo, nos íbamos conociendo.


Fin









martes, 19 de mayo de 2015

Frase 10

- Puedo besar, estar cobijado en sus brazos y hacer el amor, todo ello cuantas veces desee; entonces ¿para qué necesitaría a otra persona?. Si lo antes dicho y demás lo haría con mi novia.
No comparto la infidelidad, no eres genial si lo haces, es estupendo mantener enamorada a una mujer, eso hace un hombre.

Recupero la esperanza

- Crucé por un parque y me encontré con la sorpresa de ver a un conjunto de púberes de ambos sexos jugar los típicos juegos que realizaba cuando tenía su edad y no existían distracciones tecnológicas; por un instante creí que estaba soñando o imaginando. 
Me detuve, froté mis ojos y volví a ver la escena. Quedé atónito, difícilmente se logra ver esta clase de imágenes, en donde, muy aparte de estar sonrientes y despreocupados no tenían la cabeza agacha enfocada en el celular.
La verdad es que pensé que regresaría y no vería a nadie porque se trataría de un espejismo; pero al retornar vi lo mismo y sentí una agradable sensación.
He sido víctima de la tecnología, lo admito. A veces me quedo pegado con el celular o he visto a muchos, en una mesa y sentados alrededor, con el bendito móvil y ver aquello me dio cierta nostalgia, por mis tiempos pasados y a la vez, alegría porque algunas personas todavía prefieren disfrutar de esos juegos ancestrales.

lunes, 18 de mayo de 2015

Amo lo que hago

- Siempre que pasaba por una librería y veía los afiches de los nuevos libros o cuando entraba a adquirir alguno y curioseaba entre los escaparates imaginaba un libro mío puesto encima o de repente debajo; pero allí esperando ansioso que alguien pudiera obtenerlo.
Ahora es real. Es verdad que no hay afiches; pero uno puede ir y pedirlo.
Cuando llegan las regalías siempre me asombro por la cantidad de ejemplares que se van a las manos de lectores.
Recuerdo que empecé con una cantidad irrisoria; pero fue incrementando el número de ejemplares al punto que ahora me llaman a decirme: Requerimos más libros.
Mi objetivo es lograr internacionalizarme y colocarlo en librerías extranjeras; aunque he tenido el placer de enviarlo a muchos países.
Actualmente escribo una nueva obra y con la ayuda de los talleres y el hábito de leer siento que he mejorado y puedo decir orgulloso que estoy creando un buen libro.
Además, a medio año voy a estudiar Literatura y potenciaré mi narrativa adquiriendo nuevos conocimientos.
Amo vivir haciendo lo que amo.


Frase 9

- Pienso mucho en el tiempo. Me cuestiono bastante sobre ese tema; trato de registrar mis experiencias en obras y atesorarlas para siempre. 
Muchas veces he vuelvo a pasar por lugares donde han ocurrido hechos grandiosos y he sentido que ha sido ayer cuando estuve por allí; pero luego me percato que no tengo la edad con la que vine. Tampoco la misma actitud y mucho menos la madurez, entre tantos otros factores. 
A veces pienso en personas que no están y que de alguna manera intento retenerlas en mis cuentos. Amigos que resolvieron arribar a otros rumbos, momentos que no vuelven y que viven en la mente y que los escribo para inmortalizarlos y revivirlos cuando los releo.
Tantas veces intento capturar todos esos instantes que han hecho de mi vida algo maravilloso; pero me olvido del momento que se va yendo cuando estoy pensado en lo vivido.
En ese instante mi novia me dice: Deja de pensar tanto y hagamos el amor; entonces, disfruto de ese momento en toda su plenitud. Es el único instante en donde no pienso que escribir.


Espero que puedan comprar el libro: "Una noche, una musa y un teclado" de venta en Zeta Bookstore de Plaza San Miguel a solo 25 soles.


domingo, 17 de mayo de 2015

"Una noche, una musa y un teclado " (Sinopsis)

¿Quieres estar conmigo?, una pregunta olvidada. El beso, es ahora agarre. A hacer el amor, lo llaman tener sexo. Y las infidelidades suceden como si de simples errores se trataran.
“Una noche, una musa y un teclado” intenta inculcar reflexión, o mejor aún, incrementar el pensamiento si es que aquel fuese igual al que muestro en los textos que escribo.
Trato de que volvamos a ser los románticos (no necesariamente, empedernidos) si no aquellos que no se olvidan de los detalles, de esos que ven las relaciones de pareja como algo sublime, puro, maravilloso y sincero. De esos que se fijan en las pequeñas cosas volviéndolas inmensas, eternas, recordables. De aquellos que ilusionan y enamoran, mantienen encendidas las ilusiones y los corazones siempre enamorados. Hombres que se dedican a amar y hacer reír a una sola mujer, la misma que con su encanto natural logra conquistarlo todos los días.
E intento a su vez, hacerle entender a un centenar de mujeres, quienes han perdido el interés en eso, tan hermoso, llamado amor, (generalmente, por obra de tipos que no saben adónde van) que no todos son iguales, sino que existen tipos quienes reparan y alimentan corazones con amor. Es inevitable que alguna vez te vayan a romper el corazón, pero, ¿sabes que es lo bueno? que se aprende de ello, no se le cierra la puerta al amor, solo se aprende. El amor es verdaderamente hermoso y su objetivo es que seas feliz dentro de su atmósfera  Quienes tienen sentimientos sinceros y puros, siempre encuentran a alguien con los mismos sentimientos. Es que se buscan y lógicamente, se encuentran. Lo llaman destino.
Al final, al terminar de leer mi libro, si causo una reflexión o si logro incrementar lo que sientes, puedo sentirme recompensado.
Como escritor anhelo llegar a vuestros corazones.
En un tiempo voy a publicar una novela -que tiene mucho que ver con este libro- y que espero puedan leer.

No olviden, “Una noche, una musa y un teclado”, deben comprar.

Escrito por Bryan Barreto.

(Preguntar info. acerca de donde pueden encontrar el libro por inbox. Lo puedo enviar a cualquier parte del mundo).

jueves, 14 de mayo de 2015

Frase 8

- Nos convertimos en otros para nosotros mismos. Creemos que estamos distanciados de quienes fuimos. 
Recuerdas la edad y resulta inverosímil tener la que tienes si aún... -se detiene todo en ese instante- y te das cuenta de la realidad.
No es mi edad, es el kilometraje.
Se llama tiempo y hace que personas, amores y amigos vayan quedando detrás, de uno depende valorar los momentos y perdurar recuerdos.
Al final la esencia de cada uno se basa en cuanto recuerde.

-Espero que compre el libro en Zeta Bookstore. 

lunes, 11 de mayo de 2015

Escribir una novela

- Escribir una novela siempre ha sido una asignatura pendiente. Ahora le sigue el trabajo más jodido, tener que corregirlo. De hecho, el primer manuscrito siempre suele ser malo.
Luego, a buscar a algún valiente que quiera publicar el libro y esperar que enganche a lectores.
Si sucede, grandioso. A estar en los escaparates y emocionarse al ver mi foto en las vitrinas (si es que ponen mi foto).
Las primeras semanas en el espacio de novedades y después debajo de libros más comerciales.
Pero; tal cual cadena, a un lector le gusta, este se lo recomienda a otro y ese mismo a su grupo de amigos. Repentinamente una mancha se engancha con el libro.
Un crítico literario reconocido lo ve con buenos ojos y lo sugiere en muchos lugares, su voz es como un eco que oyen bastantes y van a obtenerlo.
Más librerías deciden tenerlo en sus vitrinas y la obra está en los ojos de muchos.
Ferias, conferencias y demás. ¡Todos quieren saber sobre el libro!.
Se vende en distintos países y se traduce en muchos idiomas
Premio Pulitzer al año siguiente. ¡Dios mío!, ¿Qué está sucediendo?, yo solo escribí el libro porque me apasiona escribir y la honesta historia se basa en una experiencia personal que quise compartir.
Premio Nobel al año entrante y leen el libro hasta en otros planetas.
¡Amor, Despierta!, ¿Qué rayos haces durmiendo en el escritorio?. Encima dejas la computadora encendida y te has tomado media botella de whisky.
Levanto la mirada y observo la pantalla.
Capitulo 1
Empiezo a escribir.

viernes, 1 de mayo de 2015

Frase 7

- El amor es aceptarse tal cual son. Me encanta pensar que puede existir alguien que te va a amar por cómo eres, sin intentos de cambios, ni presiones por dejar pasatiempos. Uno es como es con defectos, habilidades y aficiones. Nunca me gustó moldear a alguien, disfruto de las personas autenticas y gozo de ser amado por como soy. 
Como cito en mi libro, no te aferres a la idea de intentar cambiarlo, aférrate a amarlo por como es.

-Espero que puedan leer el libro.