Mi nuevo libro

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sábado, 30 de noviembre de 2019

Me caso


- Hoy recibí una llamada de un número desconocido. Eran las diez de la mañana de un sábado, ¿Quién demonios te llama a esa hora? No tengo una ex esposa que me exige manutención, tampoco abogados detrás, le acababa de decir al tipo del banco que no requiero de más tarjetas con impresionantes saldos y justamente, la noche anterior, terminé de aconsejar a un amigo con el corazón roto. Sin embargo, de curioso, respondí: Hola, ¿Quién llama tan temprano?  La ironía siempre presente en mis respuestas.
Hola, señor Barreto, lo llamamos de la joyería Glass, ya tenemos su anillo de compromiso. ¿Cuándo pasa a recogerlo?
Me sentí confundido, puse de pie de un brinco y pensé, ¿en qué momento ocurrió esto? Entonces, imaginando que se tratase de una broma, contesté: Dale flaca, ¿Quién te dijo que me hicieras esta joda? Seguro alguno de esos rufianes.
Disculpe señor, pero le estoy hablando totalmente en serio. Ya tenemos su anillo con los diamantes requeridos.
¿Diamantes? Pensé con una sonrisa.
Bueno, sea lo que sea que haya sucedido, yo no tengo intenciones de comprometerme, por ende, esto es una confusión.
Lamento que haya ocurrido eso en su vida amorosa; sin embargo, usted ya pagó la joya y solo debe venir a recogerla. Lo que usted haga con ella, no es asunto nuestro.
Me molestó la seriedad absoluta de la mujer.
La imaginé enorme, sobria, cincuentona, amargada con los nietos y demás.
Respiré hondo y respondí: Habré estado totalmente ebrio para hacer esa compra; sin embargo, como ya está pagada, dime ¿Dónde puedo recogerla?
Señor disculpe, pero en la boleta está la dirección. Venga a la hora que guste antes de las siete.
Tanto tiempo criticando a mis amigos por sus decisiones alocadas de casarse, yendo como testigo a sus bodas y luego siendo consejero en sus divorcios y rupturas sentimentales, y ahora me toca lidiar con ese asunto del carajo.
Tener suegras locas, cuñadas toxicas, matrimonios en iglesias malditas y gente que únicamente va a las bodas a beber y sacarse fotos con sus atuendos.
Lágrimas cayeron de mis ojos, lágrimas de frustración, de coraje, de ira, de congoja. Pues, a mis treinta años y casándome, debo de haber estado totalmente loco y equivocado para proponer ese asunto terrible a una mujer, con quien seguramente y en mi experiencia actual, tan solo llevamos un par de meses de novios.
¿Cómo me habré enamorado tan rápido? ¡La que me pario!
Recordé a mi abuela y sus consejos: Bryan, ¿Cuándo te casas? Cuidado que soltero maduro, maricón seguro.
Y a mí que me empezaba a parecer guapo Brad Pitt. Bueno, ¿a quién, no?
Sin embargo, no tienes pareja y empiezas a dudar de ti mismo.
Llegué a ver como una especie de infortunio el comprometerme, un rollo de responsabilidad social, un asunto de presión, una cuestión dada de la edad y los consejos de la abuela ante una posible función de cabrilla por mi parte.
Justo cuando pensé que tendría el peor día de mi vida, debería de ir a la joyería, recoger el anillo, casarme y todo ese asunto inadvertido antes de ahora, escuché una voz… La voz de mi futura esposa.
Guapo, precioso, churro, lindo… Mi escritor favorito, el más capo de todos los autores, mi adonis en la cama…
¿Vamos a desayunar? Ya he preparado tu especialidad, es domingo y me toca engreírte.
Apareció Jennifer Lawrence por el umbral de la puerta luciendo un delantal sin nada adentro, preciosa y divina por todos los sentidos, tal cual en las películas, con esa sonrisa exquisita, los cabellos rubios y la sensualidad de siempre…
Miré al cielo y dije: ¡Gracias Dios! Prometo hacer donaciones a las ONG del comercial La Rambla.
Enseguida la vi y respondí: Mi futura esposa, vamos a comer y luego te como a ti.





Fin

viernes, 29 de noviembre de 2019

El poder de saber

- La princesa siempre anda de inquieta, realiza preguntas a todo momento, incluso, en ratos en los que estoy escribiendo con leve volumen de música y la mirada fija en la pantalla recreando lo que la mente dicta.
Se acerca y lanza su interrogante: ¿Quién fue el primer hombre en la tierra? Le dije que fue Lucy, una mujer llamada así por científicos descubridores, quien vivió hace 3 a 4 millones de años atrás y fue el punto de inflexión de la evolución humana.
Como un trabalenguas pronunció: Era un Australopitecos, ¿verdad?
Totalmente preciosa, respondo girando el cuello para verla y dándole una sonrisa. Enseguida sigo con mi trabajo de autor y ella se marcha para jugar con las muñecas o la Tablet, así deriva su tiempo de ocio.
Hoy fue distinto, yo andaba como casi siempre ando, escribiendo mucho con la mirada fija en el Word y las manos tecleando sin detenerme, pues concentrado llevo a cabo la historia, traslado lo que dicta la mente o leo, en ciertas ocasiones, lo que el bloc de notas de mi celular tiene anotado. Esas ideas que brotan repentinamente y las acomodo después.
La dulce niña se asoma, coloca sus manos sobre el escritorio y la cabeza sobre ellas, mueve los pies, inquieta y ansiosa, sobre todo, curiosa, quiere hacer una pregunta, pero sabe que tiene que esperar a que las manos se detengan, es como si esperara su turno, aquello me causa gracia, porque por otro lado tengo a mi mascota, quien también espera ser atendida, aunque ella solo busca que le lance la pelota y vaya a recogerla.
La princesa no se aguanta la intriga, entonces pregunta con voz alta: ¡Pa! ¿Tú sabías que no podemos vivir sin luna? Detengo la marcha de todo, una coma se ve en el texto esperando el siguiente párrafo. Nada es más importante que la intriga de la nena y sobre todo el hecho que venga a hacerme una cuestión retórica e interesante.
Giro el cuerpo y le digo: Me imagino que gracias a su gravedad podemos tener climas y todo eso, ¿verdad?
Exacto. Pero, también puede ser destructiva. Si, por ejemplo, se acerca mucho podría esa misma gravedad provocar terremotos y maremotos. Además, la luna, aunque no parezca, se está alejando de nosotros tres centímetros por año. Entonces, en cinco mil… Hizo cuentas con los dedos: Bueno, en cinco mil millones de años, la luna ya no estará con nosotros y perderemos la órbita. Justo en ese tiempo, añadió enseguida manteniendo toda mi concentración porque para ser honesto no estaba enterado del alejamiento de la luna, me sentí un completo ignorante, pero ella estaba allí para asesorarme. 
En ese tiempo… también el sol, a quien personalmente considero como nuestros antiguos, un Dios, también estará disminuyendo su poder, entonces ambos, luna y Tierra seremos arrastrados hacia sus flamas y ese será el fin de este mundo.
Wow… impresionante, hija. Estoy admirado con todo lo que sabes.
Ella sonrió ruborizada.
Lo único que hago es ver History Channel y leer los libros que me compras, dijo muy tiernamente.
Aunque, por suerte, ninguno de nosotros estará para ver ese brutal final, añadió con humor.
Tal vez seas tú quien encuentre el antídoto para la muerte, le dije.
Me conformo con un par de doctorados, respondió irónica y graciosa.
También sonreí.
Enseguida, cuando se fue a seguir jugando o leyendo que es lo mismo, me puse a buscar esas ideas que me comentó y efectivamente comprobé que todo lo que dijo es totalmente cierto.
Después le envié la pelota a Dolly para que corriera como loca sacando la lengua.
¿Qué puedo decir? A veces ella sabe más que yo, pensé y seguí escribiendo.






martes, 26 de noviembre de 2019

Ama hoy

- Un día moriremos y seremos polvo de estrellas. ¡Este es el momento para ser feliz! Amar con intensidad, frenesí y pasión. Hacer lo que nos gusta y disfrutar de los ratitos de la vida, la lluvia y los rayos del sol de verano.
De cada instante a tu lado y de cada risa que provocas, de un abrazo y de un beso.
¡De tirarnos a la cama y hacer el amor como locos!
De amarte.
Pues si muero, no habrá nada después.
Por eso, seré feliz a tu lado mientras tengamos tinta en esta historieta.

Sueños raros

- Son extraños mis sueños. Veo puertas, muchas puertas y yo escapando de entes raros, extraños pero subversivos, de repente desean hacerme un daño y por eso corro como desquiciado abriendo las puertas de un laberinto. Es curioso, porque todos mis sueños son parecidos. Siempre hay puertas y siempre me persiguen. Lo genial es que siempre tengo las combinaciones para las puertas y escapo de esos malditos. Que loco es soñar este tipo de cosas en diferentes ambientes. Me gustan los sueños, son raros y curiosos.

Consejo de amor

- El amor, el amor... Me encanta el amor, enamorarme y vivir destellos de emociones constantes. Amar a una mujer, mostrarle lo mejor de mi persona, compartir ratos divertidos y bonitos, hacer el amor todos los días y noches y ser sencillamente felices sin la necesidad de terceros. ¿Ves? El amor es tan sencillo. A veces la gente se complica, yo prefiero gozarlo, vivirlo, sentirlo, atesorarlo y luego escribirlo. Por eso hay que saber elegir de quien enamorarse y no andar lanzándose a la piscina sin agua, porque enamorarse es una elección.
Yo no me puedo enamorar de alguien que no cubra mis expectativas como persona y me dejo llevar cuando se trata de alguien que puede ir de la mano conmigo construyendo un camino humilde y bonito. Es una decisión, mandas en tu vida y en tu amor, eliges a quien amar y lo disfrutas durante el tiempo que sea necesario o ambas quieran compartir.
Ojo, esto no es un cuento de hadas, te acabo de contar algo real y fácil de lograr.

viernes, 22 de noviembre de 2019

¿Cuántas veces llora quien más ríe?


¿Cuántas veces llora quien más ríe?
 A veces una estruendosa risa es la más evidente expresión de tristeza.
Llora más quien ríe porque el mundo no le permite liberar melancolía.
O quizá, sea una vergüenza interna por expresar motivos penosos, a veces somos místicos de nuestra propia tragedia y ocultamos el dolor para dejar ver placer porque no queremos que el resto sepa que estamos dolidos.
Es posible que no queramos que nos entreguen abrazos de consuelo o sientan ese rollo horroroso llamado lastima, pues por orgullo y por siempre ser acreedores de alegrías preferimos soltar falsas risas en lugar de contar una miseria.
Por eso muchas veces quien más sonríe y es quien menos siente la risa.
Quien más grita es a quien más le hace falta libertad.
Allí se oculta la melancolía que no logramos atrapar, que no podemos mirar y que abunda en seres que tenemos cerca y pensamos conocer.
En ocasión ocurren preguntas, ¿Qué sucedió, si yo lo conocía? ¿Qué pasó, si andaba bien? Es que a veces la sonrisa es un disfraz perfecto.
Pienso que solucionar los casos de melancolía y por ende depresión es usando la comunicación y el poco a poco ir sabiendo que ocurre, pues pienso que dentro de todo muchos esperan o desean, tal vez de a ratitos, zafar de esa tristeza contándole a quien pueda oír y no emitir ningún juicio.
Una verdadera sonrisa se saca escuchando, pues así quien guarda dolor lo traslada y deja libre para poder esbozar una sonrisa real.
Tal vez sea la solución a tanta agonía.




Día raro


Jenn Law, quiero que sepas que amo cada momento a tu lado y por tal motivo te, ¿te casarías conmigo?
Shi- responde con una sonrisa. Nos besamos de inmediato, caemos sobre la cama llenos de pasión y lujuria, desnudamos con rapidez y hacemos el amor como fieras pregunto salvajes.
— ¡Dios santísimo! ¿Qué carajos estás haciendo con la pobre perrita?
escucho el griterío, abro los ojos y me veo envuelto en una situación comprometedora con mi mascota.
Te hace falta una novia o una paja- dice mi tía, quien ha venido a visitar.
Me levanto desanimado, el sueño fue tan perfecto como irreal, la mascota se baja de la cama con miedo y sacando la lengua, escucho como bebe agua y luego desciende por las escaleras. No me dirigirá la palabra durante toda la mañana.
Voy a la ducha, abro el grifo y cae agua helada en pleno invierno. Maldigo una y dos veces.
¿Qué carajos pasó con el agua caliente? pego el grito con furia.
¿No te dijeron? Están haciendo reparaciones en la calle.
Tras bañarme de a chorros y vestirme absolutamente de negro salgo por la ventana para preguntar acerca del trabajo con las malditas cañerías, pero observo a una sarta de obreros jugar póker con apuesta superior a los cien soles por jugada, riendo, bebiendo cerveza y de lo más distendidos.
Amigos, una pregunta, ¿Cuándo van a terminar?
Detienen el juego, me miran, se ven entre sí y comienzan a reír desaforadamente.
El tipo está preguntando cuando vamos a terminar repiten entre risas como una burla muy sarcástica.
¿O sea, no piensan trabajar? pregunto.
Nadie nos habla así, brothersito dicen como coro, ya enojados y retando a que baje.
Solo quiero saber si van a trabajar
Lo haremos cuando terminemos este juego dicen y siguen en lo suyo.
De repente, la vecina sale de su casa lista para ir al gimnasio y los obreros despistan su mirada, se sacan los cascos y silban a la mina.
Mi amor, estas más buena que el pan.
Mi reina, soy tan poco arroz para todo ese lomo.
Guapetona, por ti me divorcio y me caso de nuevo.
Me siento disconforme con la situación pero resuelvo meterme a la casa.
En el camino hacia el paradero con dirección a mis clases matutinas de inglés me encuentro con mi vecino, quien a diferencia de su hermana, es un tipo ultra desagradable, pero no lo sabe; entonces comienza hablarme de todo un poco y yo por educación y por estar en la única vía de acceso al paradero tengo que lidiar con sus falsedades.
Estuardo, como se llama, empieza a contarme acerca de sus supuestos viajes de negocios.
Te cuento porque se nota que quieres saber. Fui a Arabia ‘Sudadita’ a realizar unos negocios ultra importantes con unos magnates, estos me enviaron los pasajes y rentaron un auto de altísima gama para moverme por la ciudad. No sabes, es increíble. Todo es alucinante y las casas están construidas en oro, no hay pobreza y buenos lomos. Las flacas son increíbles, me comí a algunas, bueno, no quiero presumir, pero estuve envuelto en varias orgias. ¿Sabes lo que son, no? Mi querido onanista nocturno. Es una especie de encuentro sexual con varias nenas únicamente para mí.
Guiña el ojo y sigue: Los negocios fueron rentables y geniales.
Oye, Estuardo. Déjame decirte un par de cosas…
Me mira con los ojitos del gatito de Sherk y no soy capaz de hablarle con la verdad. Entonces sigue contándome todas sus mentiras, porque solo ayer por la mañana lo vieron haciendo cola en un supermercado para comprar por el Black Day.
En la clase de inglés me encuentro con una ex novia, quien se acaba de inscribir en la misma clase, es una particularidad que supe manejar por madurez. Ella se acercó y comenzamos a hablar de la vida y los quehaceres diarios.
Me fue contando acerca de su novio, un abogado exitoso y guapo, con quien llevaba un tiempo de enamorados. Dijo, en una de sus tantas frases, que era alto y musculoso, llevaba una billetera gruesa y hablaba todos los idiomas, por eso quería aprender inglés y así estar a la altura de su capacidad. Yo la escuchaba rogando que la profesora llegara y nos cambiara de sitio para hacer grupos.
Nunca sucedió. La maestra llegó y pidió trabajar en parejas. Ella se puso a mi lado y no dejó de hablarme de su novio.
Al llegar a casa me encontré de nuevo con mi tía, se había quedado a preparar unos postres y yo debía de estudiar para mi clase nocturna de Filosofía antigua, que llevo de ocho de la noche a diez de la noche, entonces fui a mi habitación a practicar.
Ella me siguió junto a mi madre, entonces empezó a hacerme una gama de preguntas: ¿Cuándo te piensas casar?, ¿Cuándo vas a tener hijos?, ¿Cuánto vas a terminar la universidad? Y, ¿Cuánto estas ganando en ese trabajo como editor?
Evité sus preguntas con un respiro fuerte y profundo y diciendo con suma educación que iba a estudiar.
Se fueron entre murmullos nada sanos por parte de la familiar.
Tras estudiar y alistarme para mi clase final del día recibí la llamada de una amiga, quien me dijo que había adquirido un buen libro de un tipo, que según cree, escribe fascinantemente bien.
German Chupaverga, se llama. Ella dice que escribe increíble y que el libro pinta para nobel.
Si quieres ser escritor, deberías imitarlo, añadió.
Tan solo atiné a decir: Bueno, todos tenemos gustos diferentes.
A alrededor de las once llegué a mi casa cansado y fui directo a la cama añorando y sintiendo fortuna que al fin el día había terminado.
Querido amor, quiero que sepas que te amo dijo mi amor platónico, Jennifer Lawrence.
No, no quiero besarte en mis sueños, desaparece y pongan el sueño donde juego pelota y meto muchos goles.
Abrí los ojos, mi mascota dormía plácidamente sobre la cama, de nuevo la molestosa tía entró sin avisar preguntando si iba a desayunar, accedí con una sonrisa.
Todavía no había agua tibia, salí por la ventana para ver si estaban trabajando, pero me encontré con la muy desagradable sorpresa que estaban jugando al póker.
¡Sarta de gatuchines! ¿Van a trabajar o no? Luego están haciendo berrinche y arman sindicatos. Señor, señor, sus obreros están hueviando en lugar de trabajar les dije y después le dije al encargado, quien de inmediato se acercó para ponerlos a laburar.
Tuve agua tibia casi enseguida.
Durante el desayuno, mi tía fue haciéndome las preguntas absurdas de siempre.
¿Cuándo te casas?
Ya me casé, pero no te invité       
¿Cuánto tendrás hijos?
Ya tengo muchos hijos regados en el mundo
¿Cuánto ganas en tu trabajo?
­­­Soy millonario.
Que feliz salí de casa con dirección a la clase de inglés pero nuevamente me encontré con Estuardo, quien otra vez me asaltó con sus falsos argumentos, entonces, mientras hablaba de futuros viajes a la China, le dije: Estuardo, no te creo nada, tienes la nariz de Pinocho y ayer te vieron comprando en Oxxo y no en Abu Dhabi, floro y falso. Ya deja de mentir que vas a envejecer solo, costal de guano.
Se quedó mudo y puso cara de idiota como si nadie le hubiera hablado así, pero lo sentí necesario, pues el mundo y yo estábamos hartos de sus mentiras.
En la clase de inglés, poco antes que mi ex hablara sobre su supuesto novio, le dije al instante en que la vi asomarse: Si me vas a hablar del fantasma de tu novio mejor búscate otra pareja de clase, pues, todos sabemos que el perfil es falso, que no tienes novio y estas obsesionada conmigo y por eso me sigues a todos lados. ¡Ya basta! Consíguete una vida y haz tus cosas, pero no inventes cosas, te pareces al imbécil de mi vecino.
Tenía que decirlo, ahora si me disculpas, quiero trabajar solo.
Ella no tuvo reacción y tampoco me interesó lo que hizo o pensó después, tan solo me fui para otro sector.
Por la noche poco antes de asistir a filosofía, me escribió mi amiga de los gustos desagradables, quien nuevamente mencionó a este inepto youtuber, diciendo que iría a su susodicha firma de libros, entonces, fiel a mi estilo del día, respondí: Esa clase de libros solo pueden ser usados para limpiarme el cu…..



Fin

lunes, 18 de noviembre de 2019

Una fotografía en Gualeguay

- No hubo curiosos, ni entes andantes por las calles, solo nosotros y la soledad de un sitio lleno de paz, una cuestión extraña para mi vida diaria, porque suelo vivir en abundante edificio y gente saliendo y caminando con prisa sin saber realmente para donde se dirigen.
En Gualeguay ese efecto queda inerte, puesto que únicamente nosotros somos los dueños de las calles; aunque cuando hice la pregunta acerca de la falta de personas, ella hizo el mención al día y la hora, entonces pensé que tal vez en otra ocasión vería habitantes. Cosa curiosa que un lunes por la mañana no viera a nadie, a diferencia de mi país, en donde aparece una estampida cada mañana.
Olvidando a terceros, logramos avanzar un cierto camino, nos detuvimos en una catedral y como armados con esas ganas tremendas por tenernos cerca, nos abrazamos fuertemente dejando que una instantánea nos inmortalizara para el mundo; aunque, en definitiva, la imagen mental de estar abrazados y bien pegados teniendo su aroma en mis entrañas y no solo en la piel iría a quedarse en mi más allá de la mortalidad humana, pues imagino que en cientos de millones de años todavía tendrán en recuerdos y hechos literarios las memorias de ese abrazo que intento ahora y voy a recrear otras muchas veces y ocasiones en relatos y textos grandes o minúsculos como cortos que van directamente a los ojos en un encuentro efímero o también esos monumentales libros que describen encuentros mágicos de novios de otros países, por ello el legado y la historia, por eso, la inmortalidad de nosotros.
Pregunta inevitable se interpone en mi cabeza, ¿es posible nunca morir? Claro que lo es, ama con locura y desenfreno, pasión y delirio, satisfacción completa y vas a caer en letras. Entonces serás inmortal.
Lo supimos en ese abrazo cerca de la catedral, en ese lapso de tiempo que pareció o fue eterno, nuestras pieles juntas, los aromas y los latidos confundiéndose, ¿Cómo puedes describir tanto a un abrazo? No es mi capacidad de escritor ni mi facilidad para las letras, es solo abrir el recuerdo y mostrarlo, volverlo físico, atraerlo y atraparlo aquí, por eso escribo ese abrazo frente a la iglesia y el momento de una foto con una sonrisa que queda en mis redes y la memoria y el mundo, pero ese sentir del momento en que nos cobijamos mutuamente y sentimos que logramos tenernos, ese instante únicamente nuestro valdrá la pena, puesto que inicia así, la historia de nuestra existencia.
Todavía tengo su aroma en mi mente, impregnado en la piel, en un recipiente dentro de la alma, en los confines de mi corazón y cada vez que puedo, porque debo concentrarme, logro liberar ese aroma exquisito y sabiendo que produce sensaciones optimistas y mágicas en mi ser. ¿Cómo eres capaz de recrear tanto placer en mi vida, preciosa? Pues solo tu aroma me deleita de esa manera, tu cabello precioso soltando espasmos de cariño bañado en fragancia perfecta de un sabor incomparable que yace en mis sentidos clavados por siempre. Pues, amarte y el te amo se dijeron en ese abrazo, en ese tacto primordial, en ese instante en que nos abrazamos como dos enamorados de la vida y de nosotros que supieron y saben cómo ser felices con tan poco.
Que fácil se nos hace ser felices, preciosa.
Tras la foto y el abrazo o el abrazo y la foto, con su suave mentón en mi hombro y mi mano enroscando su cadera, tan cerca como nunca antes, tan juntos como jamás se estuvimos y a la vez tan alegres y enamorados como nadie ni en cuentos, seguimos el trayecto como dos enamorados en una ciudad preciosa y desolada que únicamente se mostraba junto al sol y el camino para nosotros dos. Y sí, sabíamos cómo disfrutarla.



domingo, 17 de noviembre de 2019

Carta # 100


- Yo pensé conocer el amor y sus designios, imaginar cómo podría ser y trasladarlo a mi literatura; pero cuando te conocí me di cuenta que andaba totalmente equivocado, pues todo lo sublime y precioso que pudo caber en mi mente era tan solo una brevedad comparado con todo lo que inundas diariamente en mi vida; es decir, la totalidad y complejidad de todo lo que produces en mi es tal cual un infinito universo de situaciones bellas, sublimes, desbordantes, divinas y preciosas que únicamente soy capaz de sentir por ti y para ti. Eso me vuelve un hombre afortunado.
La calidad de tus mejillas suaves en tiempos sobre el sofá con la tele encendida sin saber que ocurre, los besos que enseguida de funden en un plano pasional intenso y exquisito que no une y aprieta condenando a los cuerpos a querer fusionarse en el lugar idóneo, sea cual sea, porque estamos destinados a quemarnos juntos con el deseo que tenemos y lo logramos de inmediato porque no nos mira nadie, solo somos dos cuerpos y almas juntas en una habitación blanca y larga en donde estoy feliz de tenerte; la delicadeza del cabello claro y ciertamente ruloso que brota un olor a vainilla vanidoso que me gusta y enciende, que disfruto tener cerca y asimilar como mío, como si fuera una parte de mi existencia, porque en sí, eres parte de mi vida y tantas veces te vuelves el núcleo de la misma como esos amores que se encuentran y jamás se van. El tacto dócil de tus manos juntas con las mías y sabiendo que a veces que las distancias o el tiempo nos separen físicamente siempre habrá una oportunidad de tenernos nuevamente juntos como esos designios predestinados ante únicamente amores capaces de soportar noches alejados imaginando durante ese nocturno lapso que estaremos juntos otra vez y una de esas veces podría ser el ansiado por siempre.
Los labios dulces como mieles y sedosos como adictivos, listos para ser besados y mordidos como lo haría de igual modo con tu cuello y cada fibra de tu cuerpo, cada partitura de tu ser, cada momento finito de tu exacta figura que se amolda ante mis labios que dibujan tu ser sobre la cama que compartimos ante la luna que nos vigila y encerrados en un contexto netamente propio y sólido que tenemos y gozamos haciéndolo simplemente inmortal.
A veces cuando te veo me dan ganas de pedirte la eternidad, arrodillarme y decirte que te amo con todo mi ser y que eres la persona ideal para reinar conmigo en este planeta; pero siempre termino por darte un abrazo o un beso y sentir que quiero permanecer haciendo lo mismo todo el tiempo necesario sin otra validez más que nosotros. Que palabra, ¿no? Nosotros, suena tan fuerte y a la vez tan frágil, se ve tan dulce y a la vez tan poderoso, me encanta que seamos nosotros, que nuestros nombres no se revelen en este relato, porque somos nosotros, una unión, un conjunto, una sociedad, un alma y un corazón que late y se confunde, razones de ser y motivos de estar, somos lo mejor que nuestra existencia nos permite y estamos aquí y ahora para apoyarnos y sumar el tiempo que queramos, espero, la eternidad misma.
Sin embargo y con respecto a lo antes mencionado, hoy no habrá palabras en frente, tampoco abrazos y besos, pero mucha literatura, letras que son sentimientos y palabras que son emociones, artefactos que uso para enamorarte y decirte cuanto te amo… Porque amarte es una rutina diaria, una creación momentánea, certeza y grandiosa que nace con el alba y se queda hasta el día final de los días finales, puesto que no tengo idea de cuándo podría ser y eso me impulsa a seguir amándote con toda la existencia que me precede y la sabiduría que llevo, amarte es un don diario, motivo de consideración, una amalgama ideal entre todos mis sentidos, amarte es mi constante inspiración, las razones por las cuales estoy sonriendo y tu amor me envuelve en su dulzura y ternura, en sus pasiones y sus noches, en sus letras y sus voces y tu amor me concentra en lo que soy y me guía para seguir siendo el mejor tipo que esperas siempre que sea.
Quiero contar al mundo con palabras exactas que me he enamorado de ti, que te amo y anhelo en mi cama, entre mis edredones, con mis almohadas, con una de mis camisas y los senos libres, sonriente y preciosa, despeinada, placentera, llena de vida y vitalidad, bella por todos los lugares y exacta para mis abrazos y besos, encantada de tenerme cerca y yo feliz de colocar mis entrañas en tus partituras. Te amo, preciosa. ¿Seguimos haciendo algo increíble? Pues, nosotros.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Escribir (para escribir)

- A veces a los escritores se nos complica escribir, pero no por el hecho de no tener una historia, sino por cómo contarla.
Yo siempre digo que hay miles de millones de maneras cómo escribir una historia y que cada quien como huella digital tiene el poder de escribirla a su modo; sin embargo, a pesar de todo lo fácil que suena, a veces, escribir es realmente complicado.
Por eso, no pidan que regalemos libros.

Lejos de eso, a pesar que publicar sea ciertamente un negocio, uno lindo y colorido, pero negocio al fin, es también un invento, un acto de innovación hacia el mundo y un reto diario, ese de andar construyendo un mundo paralelo a los cientos de miles que existen y trasladar a los lectores hacia ese sitio.
Es maravilloso cuando das el punto final, pero, ¿Qué tan complicado es el trazo inicial?

Escribir a veces es difícil y no por las ideas, sino por el tiempo, la paciencia, la dedicación y perseverancia, yo mismo que adapto mi vida para escribir en paz tengo problemas de concentración. Por eso resuelvo apagar la tecnología, a excepción de la computadora y trabajar soltando la inspiración.
En la actualidad mi objetivo es dedicarle un par de horas, un tiempo sólido y básico, como si fuera una novia, a quien ves, compartes y luego te vas a casa y sigues pensando en ella, escribir es igual, aunque las escenas no sean físicas; pero todo el tiempo la tienes en la mente.

También veo el asunto de escribir y publicar como una cuestión elemental de la personalidad propia que tengo y si por ahí tengo suerte y logro ser publicado y llego a vender por fortuna, podría sentirme, no completo, pero ligeramente satisfecho por los bienes materiales que llegan; no obstante, para escribir a plenitud hay que olvidarse de todo y concentrarse en la musa y la escritura.

No escribas para ser millonario o hagan películas con tu libro, es notable y genial que ocurra (genera ganancias y a todos nos encanta eso) pero no ignoremos nunca lo primordial.
No perdamos el rumbo y la humildad.

Olvida todo ese rollo de publicar, vender y salir en librerías.
No va a suceder de la noche a la mañana, primero la historia y luego vemos si hay suerte. Y si no, mantengamos el mismo plan: Escribir por pasión.

Escribir para dejar algo al mundo.

Fin

El anillo maldito


- Hoy me llamó una chica de dulce voz. Señor Barreto, ¿Vendrá mañana para su cita en la joyería? Recordé; pero le dije: Lo siento, señorita. Va a ser para otra oportunidad.
Esa conversación me trasladó a una situación muy particular y como estoy malhumorado quiero reírme mientras escribo.
Un tipo me trajo un anillo de oro para que le prestara dinero. Con el paso del tiempo y como era de esperarse, este sujeto no volvió por el anillo y yo pensé que saldría ganando porque el dinero fue mucho menor al precio de la joya según Mercado libre.
Tuve una novia, cumplíamos un año juntos, estábamos en mi habitación, yo me colocaba un suéter y ella descolgaba el suyo del colgador del closet cuando de repente, tras un movimiento, el anillo que estaba oculto en una de mis casacas, cayó al suelo.
Ella me vio, sus ojos brillaron, se llevó las manos al rostro en un acto de suma sorpresa y cogió el anillo para preguntar lo supuestamente obvio, ¿Es para mí? ¿Quieres que nos casemos? Qué lindo, amor, seguro ibas a dármelo en el restaurante. Perdona que haya arruinado la sorpresa del año; pero, si, si, acepto, acepto.
Yo estaba paralizado. ¿Qué rayos hago? Pensaba con mi rostro sin gestos.
Este… Le quité el anillo de las manos. Es el anillo de mi hermano, va a dárselo a su chica. Me dijo que lo guardara.
Se le fue la cara de asombro y la ocupó la tristeza. Además, también se le fueron las ganas de salir e ir a comer. Antes de irse, porque quiso irse de mi casa, me dijo: Tu hermano tiene mucho menos tiempo que nosotros y ya se quiere quedar con ella toda la vida. Tú no quieres lo mismo, me dio la espalda y se fue. Ella tendría sus diecinueve años y para ser franco; aunque resulta cruel, fue gracioso que actuara de ese modo. Yo no pensé que terminaría la relación un par de días después.
El anillo estuvo guardado un tiempo importante hasta que un amigo cercano me preguntó de casualidad, ¿No tendrás algo para regalarle a mi flaca? Yo le dije, tengo un anillo de oro. De inmediato vino a mi casa, se enamoró del anillo y como no tenía efectivo me dio unos lentes Arnette. Claro que le conté la anécdota del anillo con la ex y nos echamos a reír.
Al cabo de una semana, en una maldita borrachera en el sur, los lentes cayeron al suelo y fueron casualmente pisoteados. Curiosamente, días después, este amigo me vino a buscar. Estaba furioso y la vez riéndose, como quien dice: Si que me la hiciste, eh.
Tras recibirlo, me dijo con esa mezcla de enojo y gracia que tanto lo caracteriza: Bryan, te pasaste de rata. Mi flaca me tiró el anillo en la cara. ¿Por qué? Quise saber desesperado. ¡Es fantasía! Me dijo.
Fue uno de esos momentos en los que eres, simplemente, el tipo más feliz del universo.
Se me acaba de ir el mal humor, que gracioso es recordar esta clase de anécdotas.
Me devolvió el anillo; pero no pude darle los lentes. Le dije que cuando consiga algunos le daría uno.
El anillo estuvo otro tiempo en mi casaca hasta que mi ex, una chica muy posesiva, rebuscando mis cosas, logró encontrarlo. Yo pensé que diría, ¿Es para mí? Se lo quedaría y fin del asunto. Pero, me dijo: ¿Para quién mierda es esto? ¡Si tú nunca le has comprado un anillo a ninguna de tus mujeres! Yo estaba con ganas de joder, había fumado un porro y quería molestarla, por eso le dije con naturalidad: Era para Claudia, iba a dárselo antes de su viaje.
Ella odiaba a Claudia y Claudia la odiaba, entonces, cogió el anillo y me lo tiró directo al ojo diciendo: Dale pues, ve a Londres y busca a esa pituca hueca.
Recuerdo que tuve que levantarme e ir al baño a lavarme el rostro. Cuando volvi tenía su cara de inocente pidiendo disculpas. Es solo un anillo que me empeñaron hace años, le dije y se tranquilizó; aunque en un momento me hizo una pregunta extraña, ¿Todavía piensas en ella? Yo me empecé a reír, no sé si por la hierba o porque fue una pregunta estúpida.
Con el tiempo, el anillo siguió en el mismo lugar de siempre, hasta que hace poco, en un acto sumamente particular, el mismo tipo que me empeñó la disque joya, volvió. Se lo di tal cual, con el dinero adquirí unos lentes para vender, tuve que darle unos al chico del anillo, que todos los días jodía, otros para mí y le vendí uno a mi ex.
Que historia tan graciosa. Un anillo que pasó por algunas aventuras.


Fin

lunes, 11 de noviembre de 2019

Un lugar llamado Gualeguay.


- Una vez tuve un sueño: me vi sentado en la banca donde sacó la fotografía que muestra el nombre de la ciudad que habita.
Pasaba tiempo, a veces en silencio y otras veces expresando, deleitándome con historias imaginarias y supuestas; aunque muy arraigadas a la realidad, en donde iba y me encontraba con ella en un abrazo imposible de separar y tras sonrisas con risas nerviosas y de alegría fácil íbamos a deambular por los confines de una ciudad, lejana para mis pies, pero muy cercana para la mente, terminando o pausando el recorrido en un jardín enorme y tal vez infinito si la ficción se suma en donde compartíamos el mate, la sonrisa, la alegría, el amor y también el atardecer.

Un lugar llamado Gualeguay.

Allí estaba, abriendo los ojos en un departamento rentado de la calle San Lorenzo 431, cerca de una plaza, la principal, la plaza Constitución según me dijo una vecina y aseguró con voz melódica en un audio de WhatsApp, la chica que todavía no se asoma a mi historia, pero deambula en cada instante mientras escribo.
Recuerdo con claridad su frase final poco antes de ese encuentro de ensueño, uno que no iba a desaparecer a pesar de las constantes idas y venidas de un romance virtual que dejó de ser llamado así desde que empezamos a sentir.  
¿Cómo son capaces de sentir dos personas si nunca han cruzado una mirada? Pues, yo diría que se trata de una virtud, una dualidad única, específica y sobre todo mágica, dos entes de ciudades distintas que se enamoran hablando y tan solo viéndose en fotografías, es así como nace el amor real, puesto que solo muestran poco de lo que son y aún así enamoran. Hay casos donde la gente muestra demasiado y solo desencanta. Es que hay quienes enamoran con facilidad como destinados a estar juntos, valga una redundancia muy romántica y cercana a la cursilería, que dicta que el destino no une lo que ya está unido, solo se encarga de revelarlo.
Una ducha de agua tibia que caía como manantial, la tele encendida en el canal deportes para no perder la costumbre, el atuendo de siempre, sobrio y ciertamente oscuro, gafas de sol y un peinado tal cual en las fotos para que me reconozca. Salí de casa, porque me gusta llamar así a los lugares adónde voy y el camino a la plaza, en donde ella ya estaba sentada, -esto lo supe porque envió un mensaje al momento en que iba acomodando la correa al pantalón- y después llegó otro: Ya estoy aquí. Y en ese momento, fiel a mi estilo de llegar tarde como todo buen peruano, recién iba saliendo de casa.
Y el camino a la plaza… Fue una especie de fantasía, pues, yo andaba nervioso y emocionado, feliz y brincando por dentro, aunque podía haberlo hecho en las calles desoladas porque las almas estaban guardadas debido a que el lunes a esa hora de la mañana los agentes que yacen en las casas aledañas se hallan escondidos en sus trabajos u ocultos en casas, pero no en calles, nadie en las intersecciones, nadie, solo yo, mi mente, mi fantasía de sentirme andando en nubes y mi emoción por estar cerca éramos errantes y cada vez cercanos.
Pero no tan lejos de ese sentir personal, yo pensaba, ya casi antes de llegar, en ¿Cómo se puede sentir ella? Fue demasiado tarde cuando empecé a maquinar esas emociones y sentimientos, ya estaba cruzando la última esquina y viendo la plaza totalmente desolada pero sin sentir ningún tipo de preocupación o ausencia voluntaria, puesto que sabía consciente y muy seguro que ella estaría sentada en alguna parte.
Un lugar en el que podía observarlo todo, incluso, mi caminar perdido o en búsqueda, mi silueta a lo lejos, mi forma de moverme, el cabello sujeto en moño, el atuendo oscuro, las gafas y todo… Ella podía verlo desde su posición y según dijo, alzaba las manos para contemplarla como si estuviéramos lejanos, como una embarcación que encuentra náufragos, pero quienes eran quienes, tal vez ambos éramos embarcaciones que nos encontramos en altamar o tal vez dos náufragos que hallan juntos una isla de paz. De cualquier manera o analogía, nos vimos pero no supimos que lo hicimos, es decir; yo la vi, ella me vio y nos acercamos mutuamente, claro que ella únicamente se levantó sabiendo que venía y yo contuve los latidos sabiendo que me acercaba.
La vi y pensé con rapidez: Es más hermosa que en fotos. Los ojos grandes y marrones como dos lunas a lo lejos, la nariz exacta y unos labios tentadores que sonrieron por nerviosismo y también por alegría, un aroma cálido y el cabello castaño y suelto cayendo detrás a la altura de su media espalda, vestida de negro con un jeans clásico y unos zapatos grandes que la hacían ver como una muñeca bien estructurada y vestida de tal modo para una cita con el hombre que dicta amar en mensajes instantáneos y alguna que otra video llamada en diferentes sitios de su casa.
El amor surgió, no de forma repentina, sino como un acorde mutuo, como si ambos fuésemos pianistas y tocáramos las partituras correctas de una historia grandiosa y con sentidos divinos.
Lamento si presumo, puesto que este romance resulta estupendo, yo no voy a decir que hubo desgaste o rutina, quiero contar una vivencia real y pienso que la realidad también puede ser bella.
Nuestro amor nació de una forma linda, fuimos constructores de este romance, de la historia que vivimos y de lo que sentimos porque nos llenamos de nosotros con acciones loables y sublimes, palabras sacadas de contextos que creímos e imaginamos, cuentos sobre encuentros y gustos simples que ocurren durante el día a día y que se vuelven mágicos porque el encanto se halla en lo de siempre.
Y allí estaba ella, Alicia con el mismo apellido, preciosa desde que cada lado que fui observándola, divina como sacada de una realidad celestial, con una melena brillosa y sedosa, una sonrisa honesta y los ojos más grandes y bellos que un humano haya visto alguna vez.
Nos abrazamos en un saludo y sentimos como el mundo paraba, como los acordes de la historia que escribimos y compusimos sonaran con más vigorosidad ante un público expectante. Afirmo que en ese momento sentimos que el amor que nos tenemos se expandió como el universo tras su inicio.
Glorioso y sublime, podrían ser los adjetivos puntuales. Yo quiero agregar más y me atrevo a decir que fue maravilloso y mágico, aunque sí quiero terminar esta descripción, voy a encerrarlo todo con un: Fue perfecto.
¿Sabes por qué?
Porque enseguida nos acercamos y le dije: Ven aquí, preciosa -cogí su mano en ese instante- y añadí: Y bésame.
Cuando nos besamos con delicadeza, una pasión que nos unió con frenesí silencioso y la atmósfera llamada amor nos encerró, el adjetivo perfecto podría quedar corto, pero ante los humanos y las letras, lo define bien.
Y al rato ya andábamos por los confines de la plaza, cerca al lugar donde estaba escrito Gualeguay y sujetos de la mano como dos enamorados.