Mi nuevo libro

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jueves, 21 de mayo de 2020

Su llegada


- La llegada de la princesa siempre descontrola las emociones que suelen andar direccionadas a la hoja en blanco que tengo en frente.
Cuando pisa la tierra de este mundo y la oigo subir ansiosa hacia mi oficina presiento que el universo va a colapsar y las letras del texto quieren zafar para juntarse en torno a ella y expresar en idiomas todo lo que llega a ocasionar la sola presencia de un ente celestial y divino, con una sonrisa y carcajada profunda, llena de interrogantes que desata al momento de verme y abrazarme como si las tuviera pendientes en su mente y solo yo pudiera responder. Cabalgamos en un abrazo que surca el espacio tiempo de la habitación donde estoy confinado y toca las luces de arriba como soles que nunca queman. Después nos sentamos un rato para planear la tarde que empieza mayormente con un séquito de dulces (ahora entienden esos kilos que vengo teniendo inesperadamente) y se entrelazan con documentales, tareas, lectura y demás en un ambiente sólido, cándido y hermoso que sabemos compartir a plenitud.
—Pa, ¿Por qué Moisés cruzó el desierto por cuarenta años si Egipto y Jerusalén está a solo cinco horas? — me dijo intrigada sobre el mueble como una señorita pensadora, una futura arqueóloga o escritora. Enseguida, lanza otra duda llamativa: ¿Por qué no hemos vuelto a la luna? ¿Vamos a llegar lejos en el espacio?, ¿Realmente no estamos solos? Suelta teorías propias de ideas que se le ocurren acerca de sucesos que pueden llegar a pasar. Ella quiere ser astronauta, escritura y veterinaria porque adora a sus mascotas de aquí y allá.
Le encantan los libros de todo tipo, aunque suele leer lo que generalmente son para su edad y muchos usan buenas imágenes para aprender mejor. Lo genial es que ahora la literatura se encuentra en todos lados.
Siempre anda soltando sospechas sobre investigaciones que tuvo en su ordenador que ya ha dejado de usar como juegos para únicamente dedicarse a ver videos en Youtube acerca de todo lo que encuentre altamente interesante recordándome que a la misma edad jugaba pelota en el parque y me dedicaba a comer todo lo que los profesores decían como la sabia verdad. Mis dudas y cuestiones llegaron después, ahora ella las tiene desde antes y eso me fascina.
De su madre adquirió el don de dibujar, se adentra en la pintura como yo con la escritura y nadie la molesta porque de acercarme me muestra una rabieta debido a que como todo artista no solemos mostrar bocetos. Nos gusta enseñar el trabajo completado. Circe es así, una diosa, de hecho, aparte de preciosa, talentosa y su corazón es tan grande que un mundo entero podría caber en un espacio al rincón de una pared.
Cuando viene nos ponemos de fiesta con disfraces improvisados y también mostramos una solemne capacidad para aprender en tiempos como los de ahora.
La vida es demasiado corta como para quedarse en dudas, por eso tratamos de saber y gozar hasta que los minutos se terminen.


miércoles, 20 de mayo de 2020

Escribir en cuarentena


- Estoy usando la cuarentena únicamente para escribir. No sé qué es lo que sucede afuera, de repente ocurrió el Ragnarok que es más divertido que el Armagedón, según mi hija, que está atada leyendo acerca de mitología y las veces que no estamos juntos usamos la aplicación Zoom que aprendimos a manejar.
Yo le recomiendo que no vea las noticias para que no vuelva loca y que se introduzca en la lectura para volar un rato.
Esa recomendación la uso con todos.
Me parece bacán tener tiempo de sobra para escribir a pesar que los libros que publique no lleguen a ninguna parte, esto lo realizo porque es mi pasión y lo disfruto a cabalidad tal cual muchos viven haciendo otras actividades desestresantes, culturales o demás.
Estoy avanzando mis novelas pendientes en un periodo de tiempo amplio que atraviesa la mañana y llega hasta la noche con constancia, perseverancia y mucha dedicación porque cualquier oficio o trabajo siempre se debe realizar con esos parámetros. 
Es verdad, escribir es un laberinto largo y oscuro con la inseguridad de que habrá luz al final. Uno se adentra en un libro y no tiene idea de cómo puede llegar a terminar, que caminos surcar, que momentos vivir y demás; es la parte grandiosa de este trabajo porque adoro lo incierto. Nunca me gustó vivir en lo predestinado, de repente por eso no creo en los destinos ni las causalidades, sino en que todo puede llegar a ocurrir en un instante y cambiar los rumbos como los vientos en las velas de los navíos. Estoy en uno de ellos, mi barco es la literatura y yo me sumerjo en los mares para gozar de este oficio que también es una enfermedad que aprendí a gozar y satisfacer mis necesidades intrínsecas y algo de afuera.
Escribir es un acto solitario, obviamente; muchas veces resulta penoso y nostálgico aunque casi siempre acaba como una especie de jolgorio mágico lleno de diversas emociones que van y vienen como haces de luz en una realidad presente o alterna, de cualquier manera u otra, quienes escribimos sabemos que estamos condenados a vagar en la penumbra de las dimensiones.
Es lo que hay, escribir es una pasión y una locura la cual desbordo todo el tiempo posible en estos días que uso para trabajar en este oficio y tratar de sacar a relucir una obra que esté a la altura de vuestros sentidos.

miércoles, 13 de mayo de 2020

Solo deseaba decirlo

- No quiero un mañana sin ti. Ir a marte en bicicleta llega a ser más fácil que olvidarte. No quiero un final, tampoco el ornamento de juramentos que resultan ser como la catequesis de cualquier religioso. ¡Quiero la libertad teniéndote a mi lado! El púlsar de amarte por siempre, el hecho de tenernos siendo libertos, el placer de besar las pieles todas las noches sin la promesa de vernos al amanecer, con el pleno fulgor de nosotros en la mente, los corazones latiendo a la misma vez y los caminos asfaltándose de acuerdo a quienes somos y vamos sintiendo. Quiero amarte el resto de mi existencia porque he hallado en ti a todos los requerimientos para morir en el volcán de tus pieles, revivir con uno de esos besos a vainilla, ver tus ojos amplios como dos lunas de noche, saciar toda necesidad de amor en tus abrazos y quedarme en el regazo de tus senos hasta el nuevo hoy. Quiero que tengamos todo lo que deseamos sin ser nosotros y vivamos de todo lo que tenemos siendo una pareja, deseo el final feliz contigo y el día a día de una rutina escandalosamente bella que iremos atesorando y gozando con un porvenir festivo como el placer de estar atado a tu cintura. Promulgar esos amores que tenemos adentro y sacarlos a relucir para que expandirlos en las galaxias y el universo al tiempo que vamos disfrutando de sus brillos estelares. Te quiero en mi vida en todas tus formas, pero especialmente libre, siendo la persona estupenda e increíble que eres, con esos caracteres divinos y esa locura interior, con esa sonrisa gigante y ese cabello ondulado de olor sabroso, con esas pieles solemnes, virginales, divinas y puras, con esa rabieta imprevista y esa sonrisa locuaz, con esa risa loca y esos versos forzados y honestos; con tu amor en brasas y brisa, con tu amor honesto y pulcro, con tu amor sano y curativo, con tu amor real y mis pieles rotas a tu lado, con mi intención de amar por siempre, mi mirada en ti, mis sueños contigo y mis ratitos de oscuridad con tu brillo, mi vida entregada a tu camino y nuestras manos juntas con dirección a un final que no conocemos pero sabemos que llegará para nosotros en un tiempo infinito y veloz que será como gozar de una multitud de emociones feroces y preciosas que tendremos para nosotros, en las cuales haremos literatura y poesía, todo en un molde impuesto por nuestros cuerpos y corazones y almas. Todo para nosotros siendo tal cual somos.

Perdona el alboroto en letras, a veces intento capturar lo que siento por ti y sale como luz perdida en el espacio que busca tu mirada haciéndose letras en tu idioma. 

He aquí… para ti.

jueves, 7 de mayo de 2020

Anécdotas de cuarentena (Parte 17)


- Circe no ha venido hoy, se encuentra en su otra casa, una enorme, por cierto; tiene piscina y patio para practicar fútbol con Naldo, el perro arquero, a quien le paran llenando la canasta.  
Le empezó el gustito por el deporte rey porque una vez me vio meter un golazo de la media cancha en un partido entre padres de familia; claro que a mi edad tengo más físico que cualquier otro fulano de 55 para arriba, quienes no pueden llevarme el ritmo y atinan a mirar como anoto.
Del otro lado, quienes conforman mi equipo, me entregaron la cinta de capitán para que asuma toda responsabilidad en la cancha, algo que no me gusta, porque prefiero dedicarme únicamente a hacer goles.
Ha dejado un par de libros de historia en mi escritorio y debo acomodarlos en el librero, porque tanto como yo, tiene la particularidad de leer distintos libros a la vez, es decir; coge uno le da un par de ojeadas, agarra otro y después los compara para dejarlos a un lado porque quiere ver otro. Después que tengo que ordenarlo todo porque no me gusta el desorden aunque ella lo prefiera así. Ya se imaginan como tiene su habitación de juguetes. Una vez entré y me di un golpe impresionante con un lego, el cual me hizo recordar a todo el linaje de amigos en groserías que tuve que decir mentalmente.
Ella viene el fin de semana, aunque no hay especificaciones de venida o llegada, generalmente viene cuando se le plazca; pero mayormente son los sábados y domingos los días apropiados para la cultura, diversión, charla y entretenimiento deportivo. En fin, hacemos de todo.

Mi mamá acaba de entrar a mi habitación en modo sorpresa, ha llegado con compras de supermercado para colocarlas en mi cocina y aprovechó el silencio que me inspira a escribir para darme un susto del demonio colocando su mano en mi hombro.
¡Carajo! Dije en un grito único. Traje lo necesario para la cena, vengo al rato, escribe mucho, dice, entrega un cariño y se marcha.
Ya genial, por si acaso hoy no viene la peque, pero haremos asado el domingo, ¿vale?
Estupenda idea, responde.
Y justo cuando creo que se irá, pregunta: ¿Cuándo vamos a bautizarla?
Ma, a ella no le interesan esos asuntos religiosos, prefiere que le compre libros, una play e ir de paseo antes que eso.
Yo creo que deberías bautizarla, aclara y siento que tiene los brazos en la cintura.
Dejo de mirar la pantalla, giro el cuerpo y le digo: Circe, su madre y yo conversamos y llegamos a la maravillosa conclusión de que ella pueda elegir a que religión seguir. Si quiere ser Hare Krsna o Budista, lo será. Pero por ahora, lo único que importa es que mi hija sea una buena persona. No hay nada más esencial que eso.
Además, esos vecinos que tienes hacen alboroto todas las noches peleándose por dinero o celos y hasta amenazándose de muerte para luego andar yendo a la iglesia.
Bueno, cariño, ustedes deciden. Yo no me quiero meter.
Qué lindo es oír eso. El domingo te doy tu regalo.
Sonrió cuando se lo dije. Y me devolvió la sonrisa entendiendo como soy.

La otra vez me levanté de madrugada porque me asaltó una pesadilla. Abrí los ojos y lo primero que vi fue una figura inerte detrás de la cortina cuyo tamaño parecía ser la mitad del mío. Entonces, me mantuve quieto, difícilmente pierdo los estribos, miré usando los anteojos creyendo que se trataría de una forma creada por la luz; pero no habían postes cercanos y la luna parecía estar ausente. Todo empeoró cuando las cortinas se alzaron como por el viento teniendo la ventana cerrada y unas manos grandes se reflejaron como si quisieran mostrarse. Esto sí me llevó al límite, empecé a sudar y pensar, ¿Qué carajos es eso? A lo que enseguida, poco antes de una reacción como correr hacia la puerta, esa figura salió de su escondite como quien avanza y va saliendo de la cortina… Pero no pudo mostrarse por completo.
Abrí los ojos de nuevo. Había tenido una pesadilla dentro de otra.

Andaba escribiendo cuando recibí la llamada de un amigo, quien me dijo lo siguiente: ¿Cómo puedo publicar mi libro de poesía?
Detuve mi trabajo literario para darle las pautas necesarias, incluyendo la forma como presentarse ante una editorial y enviar el manuscrito. Me tomé quince minutos para explicar el procedimiento. Mi brother dijo que hace tiempo quería lanzar al mundo su trabajo salido del alma y me sentí emocionado porque adoro cuando la gente, al fin, se anima a desarrollar algo de lo que le gusta. Yo desde mi posición apoyo esas nobles causas.

Dios no ha curado la cuarentena, reflexiono. Muchas personas han muerto y seguramente serán polvo de estrellas. Tristemente somos pocos quienes cumplimos la cuarentena y ahora el mundo está en un vaivén.   
Es una noción inmediata, puramente mía, la tuve viendo las noticias, el maldito canal 2 que estresa y pone tenso cuando lo ves, por eso prefiero olvidarme de los canales nacionales y envolverme en Netflix; aunque, a veces, es necesario saber lo que ocurre (a pesar de tener una idea) y es eso lo que pasa, lo que veo, lo que presiento y lógicamente lo que creo.

La situación de los escritores se complica, si no abrirán ferias de libros ni eventos culturas, ¿Cómo vamos a vender los libros? Tengo fe que los lectores se acercarán a librerías para poder adquirirlos, pienso.
Luego salgo de casa y entrego comida a las palomas, quienes son lideradas por un ave negra y grande, come primero y les deja el resto a las demás, vuela tan alto que se posa encima de un poste de luz en medio del parque.
Se acerca un gatito, a quien también le ofrezco el almuerzo, vienen un par de perritos y se llevan su comida como un delivery.
Enseguida se asoma un vagabundo y sujeta su taper con comida. Si se puede ayudar, si tienes la facultad, hay que hacerlo.

Termino el articulo con un pensamiento propio que intento cultivar: Haz lo que amas y se jodidamente feliz.


domingo, 3 de mayo de 2020

Anécdotas de cuarentena (Parte 18)


- Te amo y espero que nos tengamos el resto del tiempo, le dije con la mirada fija en el esmeralda de su ojos; pero antes de que pudiera emancipar mi amor en un beso que nos lleve a la luna… ¡Desperté!
Que astucia la de los sueños para joderte el momento devolviéndote a la madrugada fría y sola, desalmada y nostálgica. Quise atravesar esa dimensión y retornar a su mirada y sus facciones preciosas, el cabello ondulado, los ojos amplios y una sonrisa bella. Cerré los ojos otra vez añorando encontrarla y lo hice. Existe un truco mágico para volver al sueño, se trata de enfocar el momento y materializarlo en la mente, ¿curioso, no? Materializarlo en la mente, es decir; hacerlo real como un recuerdo que vaga en tu cabeza y puedes usarlo cientos de veces, así se vuelven los sueños, recuerdos que son parte de una vida que no tienes o tuviste; enseguida estuve de vuelta, ella ya no estaba en frente, yo había desaparecido y seguramente se percató que debía seguir el rumbo de su camino o realidad. Devuelta al sueño, esa realidad, me di cuenta que debía buscarla, pero ¿en dónde? Abrí el mapa en el celular y no lo encontré, es obvio, los sueños te juegan malas pasadas, quieres lograr algo y no ocurre, quieres volar y no puedes, quieres ser veloz y eres lento; pero también puedes convertirte en un intrépido sujeto que logra todo con su mente, es decir; tener una capacidad superior, la mía, era la creación de realidades, entonces hice su pueblo y su casa, la estuve creando en el sueño y llegando a su localidad para encontrarla en la cama o la silla, el mueble de su sala o donde quiere que se encuentre. Nos vimos otra vez, yo la reconocí, ella no, me había olvidado porque el tramo de tiempo entre sueños a veces es infinito. Me pareció romántica la idea de recordarle quien era a base de argumentos extraordinarios y raros, fusiones entre la realidad de los ojos abiertos y los hechos imaginarios del sueño que también son realidades en ese entorno, es raro pero muy cierto lo que hablo.
Nos besamos inevitablemente y compartimos los mates. Me di cuenta que estaba en Argentina, desconozco la ciudad, pero el pueblo era uno lejano y olvidado frente a un riachuelo; aunque se veía precioso y mágico como esos sitios de los libros que tanto leemos y nos transportamos. Cogidos de la mano caminamos haciendo de cada andar un nuevo episodio que ahora no recuerdo porque los sueños se pierden al abrir los ojos no porque se esfumen sino porque la mente los reemplaza con la realidad. Y aquí, al abrir los ojos un domingo de cuarentena, ella no estaba, no la hallaba en la cama y no existía en mi rutina; pero tenía las fotografías exactas de quien era. Entonces, habita en esta realidad. Es una paradoja muy romántica.


sábado, 2 de mayo de 2020

Anécdotas de cuarentena (Parte 3)

- ¿Qué hace mi vecino colocando un equipo de música en su terraza y sintonizando unos salmos cantados por los padres de su iglesia? Si ayer por la mañana estuvo amenazando de muerte a su mujer diciéndole que si vuelve a verla con el fulano de la tienda la degollaría sin dudarlo.
Marta, la vecina guapa del barrio, luce barbijos y guantes, calzado elevado de martes por la tarde y una falda minúscula luciendo sus esculturales piernas, el look completo para posar ante la cámara de su amigo Emilio, a quien ha mandado cientos de veces a la zona del amigo; pero esta vez le saca la foto en el momento exacta en que entrega vivires a parejas extranjeras en extrema necesidad.
Sácame otra usando flash, por favor, repite volviendo a entregar la canasta.
La cara de la pareja receptora que se come la vergüenza con tal de comer puede que defina ambos lados del delirio que produce esta cuarentena.

Estuardo es el clásico ejemplo de sujeto inmaduro e irresponsable, tiene 35 años, dos niños a quienes no ve así ocurra un diluvio universal como en la antigua Mesopotamia y sale a la calle sin mascarilla ni guantes, canchero porque tiene un crucifijito que lo protege asomándose a la panadería siendo mal visto por la gente, quienes le sugieren volver a casa y usar implementos, el fulano es tan conchudo que usa el celular como llamada para ignorar los comentarios, es entonces cuando estornuda por su mal congénito ante la levadura, lo cual le produce alergia y conlleva a la histeria del gordo segundo en la fila, quien lo sujeta del cuello y lanza al piso rompiéndole la cabeza. El resultado: La policía viene y los dos a prisión. El mundo está jodido por imbéciles como Estuardo.

No obstante, la dulce Circe sale al pórtico de la casa con todos los utensilios necesarios para darle de comer y beber a esos perritos que aparecen y aunque se nos parta el corazón no podemos adoptar. También alimenta a las palomas y ha dejado de temerles a las arañas.

También está mi amigo Julián, quien arrienda dos locales a una familia de venezolanos, que, lógicamente, no han podido pagar la renta por falta de liquidez; pero este crack, a quien no quiero olvidar y aunque no daré su apellido, lo nombro así nomas, resolvió una amnistía para este tiempo jodido porque su corazón es tan grande (y aunque es ateo) me parece uno de los hombres más bondadosos del planeta.

Carolina, la otra vecina, conecta el celular a su equipo de sonido de alta gama y a las ocho como alguna vez en México nos deleita con Luis Miguel. Ella no canta porque dice que no es buena; pero las canciones son tan increíbles que resultan ser paz y amor en una etapa complicada.

Y nuevamente Circe practica a ser doctora con Rodolfo, su peluche. Se acerca y pregunta, ¿tenemos alma? Yo le digo que no estoy seguro porque nunca la he visto; pero me imagino que aparte de tener cuerpo físico también debemos ser energía. Ella me mira analizando el argumento y añade: Entonces, pienso que cualquier acto de bondad alimenta el alma de muchos.
Por eso, corazón, hagamos el bien, le digo. Y ella sonríe para seguir jugando.

En jardín en frente se encuentra reluciente, a veces lo surco para llegar a la tienda y adquirir los productos necesarios para una noche de películas o series junto a la princesa, quien tiene una gran fascinación por los chocolates, algo que no comparto, porque prefiero el helado.

Mi amigo Ernesto, un gordo similar a E. Honda, tiene una docena de perros en su casa, es uno de los tipos que más me simpatizan, porque sabiendo que sus mascotas se vuelven locos en casa tiene por devoción sacarlos al parque a que den vueltas y vueltas para luego guardarse y echarse a dormir después de una rica cena. Me agrada su capacidad de mando para que cuando se termina la fiesta todos lo sigan sin restricciones. Es tan gordo que no puede mover ni un centímetro del cuerpo, es decir; se para en el parque y los deja libres, luego de media hora les pasa la voz de un silbido y todos regresan. Yo lo saludo desde mi terraza con un gesto de manos.

No me quiero olvidar de la señora Clotilde, no es la bruja, es una anciana religiosa, va todos los domingos a misa y dice que ora por mi alma. Es una genio a quien nunca voy a contradecir. Ella le entrega obsequios y comida a los huérfanos y me saluda con una sonrisa sin muelas. Me encanta, es la única religiosa que me cae totalmente bien.

Y es un día cualquiera, he perdido la noción del tiempo pero me baño todos los días, Circe llega tres veces a la semana a darle emoción a la rutina y nos divertimos improvisando o simplemente aprendiendo juntos. Pues esa es la mejor rutina.



Fin 



viernes, 1 de mayo de 2020

Anécdotas de cuarentena (Parte 4)


- Mi niña es una aficionada a la astronomía, le gusta el universo, las galaxias, sistemas solares y planetas, conoce mucho sobre aquellos temas y le apasiona compartirlos conmigo en charlas interminables con yogurt y cereal. Le agrada Stephen Hawking, quiere ser astrónoma o astronauta; pero también doctora y ahora último escritora. Todo es válido porque todo se puede lograr.
El año pasado la sacamos del curso de religión por decisión propia, no quiere que le inculquen cosas que no van con la realidad que entiende, pues ella conoce el universo, las teorías de la evolución y los escritos de Darwin, todos tan tangibles como reales, incluso, vamos a museos y vemos fósiles que representan todo lo leído.
Tal es la razón que en verano se metió a un curso de arqueología, el cual atesoró por el gran aprendizaje que tuvo y presiento que también querrá ser historiada o una especie de Indiana Jones versión femenina. Por mi parte, apoyo cualquier decisión y proyecto, si ella quiere ser zapatera, será la mejor y si desea ser historiadora, también será extraordinario, porque siempre he pensado que a los niños se les debe dar decisiones.
Yo no soy religioso. Respeto todos los credos; pero prefiero mantenerme del lado de la ciencia e historia porque es lo que me apasiona, a Circe le ocurre lo mismo y empieza a compartir sus ideas con la familia de su segundo apellido causando impresión en sus tíos, quienes se asombran de su notable conocimiento, tal es el caso del tío Martín, quien una vez me dijo: Es buenísimo que Circe vea documentales de historia y astronomía porque así le abres la mente a no creer en todo lo que te dicen los ancianos. Pero también está el caso de la tía Flora, devota de una de las tantas religiones, quien cada vez que Circe comenta que el universo es tan grande como para creer que estamos solos, ella responde: No es verdad, porque Dios nos hizo a su imagen y semejanza y no pueden haber seres distintos. Entonces, la princesa, quien ahora no se calla nada, responde: El universo es infinito, hay millones de planetas como estos, donde al igual que aquí pudo y debe haber vida, además existen mundos paralelos según la teoría de cuerdas y allí también existirá un tío Martín regalándome libros de astronomía.
Me encanta cuando hace eso y yo estoy sentado tomando café queriendo estar atento a la charla de su abuela pero viendo y oyendo de reojo como mi pequeña destroza ideales. La amo tanto, es una genio en toda su dimensión.
Claro que todo no es estudio, también hacemos deporte, pero a ella no le gusta el fútbol, de hecho, le aburre. ¿Cómo es posible que le aburra el fútbol? Digo entre risas y la llevo a su amado curso de natación.
Le fascina, a mí no tanto, pero ella lo adora y siempre los fines de semana sea verano o invierno nos vamos al club para que disfrute de la pileta temperada o al tiempo haciendo sus lindas acrobacias.
La natación es su disciplina favorita, le gusta verla en las Olimpiadas y desea perfeccionar sus movimientos en cada verano, incluyendo un record personal que su madre atesora en la mente.
Ayer fue el día de los niños en todo el mundo, yo no me acordaba, porque la cuarentena y todo este asunto de que las librerías están cerradas y las editoriales no venden a sus autores me hizo meditar en los nuevos proyectos pendientes y lo que puedo realizar para ofertar mis obras, un asunto individual que en la mente ocupó gran parte de los últimos días, lo cual afloja otros planes a futuro y demás; debido a ello, ese día especial se me fue de la mente, pero tuve suerte de que la princesa venia de la casa de su madre para quedarse conmigo toda la tarde y luego volver para comer pastel hecho por la abuela, su segundo favorito, porque el primero es hecho por su abuela de mi casa. Es graciosa esa riña divertida entre abuelas que se dedican únicamente a engreír a la princesa.
Cuando vino, obviamente, no había ningún regalo esperando debajo de la cama o en el árbol navideño porque yo estaba pensando en las cuentas del banco, la mensualidad de la maestría que llevo, la escuela que se retrasa, aunque eso lo vemos en casa y resulta genial, el pago del auto y demás. Temas de índole aburrido pero que ocupan la mente.
Ella apareció junto a su madre, guapísima desde todos los puntos de vista, con una gama de juguetes nuevos, porque siempre trae juguetes o videojuegos y los dejo o lleva, intercambia de ese modo, entonces pensé: ¿Ya es Navidad? Pero enseguida vi una publicación en las redes acerca de ese día dándome cuenta que debía de saludar a la muñeca. Al bajar, le di un abrazo a su madre, un gesto de saludo a la abuela en el auto y después un beso a mi pequeña elevándola con los aires y entrando a casa.
Adentro le dije: Feliz día del niño, preciosa de mi vida. Ella se puso muy feliz, empezó a contar como la estaba pasando allá, sobre comer pastel por la noche y demás; pero como es tan inteligente me hizo una pregunta llamativa y graciosa: Pa, un sujeto idéntico a ti, hace unas semanas me prometió que el día del niño, o sea hoy, me regalaría un telescopio para ver a mi planeta favorito.
Allá solo me dieron muñecas y dulces, yo quiero ver a Saturno; pero sabes que mi mami no me permite tener esos artefactos porque dice que no es para niños.
Me recordó a mi cuando manipulaba a mi vieja para que compara libros cuando ya tenía algunos sin leer. Ella decía: Bry, ya tienes una pila de libros, ¿para qué quieres más? Yo decía: Tú dijiste que me faltaba uno acerca de dinosaurios. Y mira, justo allí esta. Y parece barato.
La pregunta, ¿Dónde consigo un telescopio en cuarentena? Apareció en mi mente.
Sin embargo, sabiendo que era difícil de adquirir por obvias razones y conociendo la inteligencia de la princesa, le hablé con honestidad porque siempre conversamos acerca de todo tipo de situación incluyendo pormenores.
Amor, lo siento; pero todo este asunto de la cuarentena y el presente afectaron también a los negocios, lo sabes, y esa es la razón por la cual no puedo conseguir tu regalo.
Si, pa, entiendo, mi mami dijo lo mismo; aunque tenía regalos guardados en el closet
Sonreí y añadí: Ella siempre piensa a futuro, es su don.
Pero, te prometo que cuando todo termine será lo primero que haremos.
Me dio un abrazo emocionada.
Sé que sí, papi. Ahora, ¿podemos comer algo? Me ha provocado un buen helado con chispas de chocolate viendo la tele.
Sintonizamos Netflix luego de sacar el helado de la refri y encontramos una película llamada ‘La fiesta de las salchichas’.

Esperemos que sea buena.

¡La put….! La acabo de cambiar.

Ahora vemos ‘Lluvia de hamburguesas’ es mejor.




Fin