Mi nuevo libro

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jueves, 31 de diciembre de 2015

A veces solo basta con eso

- Al final algunos escritores nos quedamos solos porque las personas cambian y se vuelven desconocidos, otros nos decepcionan y nos alejamos, a veces solo basta tener la compañía de una buena botella de escocés y dejar que todo se vuelva literatura imaginando que nunca nadie cambió y que jamás nos decepcionaron porque en los textos son como uno los conoció. A veces solo me basta con eso.

Desconocidos

- Las personas cambian y se vuelven desconocidos. Pierden la esencia por las que fueron llamados amigos. 
Yo no cambio, no me vuelvo religioso de la noche a la mañana, tampoco deja de gustarme el ron repentinamente y no me aparto de aficiones de un modo radical, jamás pierdo la esencia a pesar que madure (naturalmente, creces, tienes experiencias y aprendes) pero hay gente que simplemente se convierten en desconocidos.
Un día dejas de conocer a quienes crees conocer, que horrible verdad.


Frase 42

- Las personas decepcionan cuando resultan ser caretas lo que te muestran como autenticidad.



miércoles, 30 de diciembre de 2015

Dos etapas del año 2015

- Este año está dividido en dos etapas: Empezar un libro y terminar una relación larga que se volvió complicada. Terminar la obra, sentirse orgulloso y de repente, conocer a alguien (que no aparecía en el mapa) y contiene todas las características necesarias para acompañarte en la vida.


Pensamientos 5

- Pienso que un exclamo por respeto no es considerado una manifestación de celos, cito un ejemplo: En el caso hipotético que él gire a ver a una chica, naturalmente, la pareja reclama (aunque jamás haya demostrado celos) lo hace porque espera un respeto, no porque sean celos. Obviamente cuando ella suelta un halago por un sujeto y el novio reclama (no airadamente) tampoco resultan ser celos. 
Me puse a pensar en dichas situaciones y quise plasmarlas.







martes, 29 de diciembre de 2015

¿Cómo no podría amarla?

- ¿Cómo no podría amarla? Si cita a Borges cuando charla, si lleva el cabello rizado y suelto como me encanta, si cree en mis utopías y no ríe cuando sueño con mi libro en una librería de Júpiter, si es mi delirio hecho mujer, mi fetiche más secreto y mi diosa mitológica favorita. Si soy más adicto a su sabiduría que a su cuerpo, si me cura la resaca a base de besos y estamos juntos cuando el mundo intenta detenernos. ¿Cómo no podría amarle? Si solo basta con que me mire.
¿Cómo no podría amarla? Si es la dueña de mi inspiración, si a veces no la llamo por su nombre y le digo musa de mis textos.
Si me he vuelto adicto a su encanto innato, si soy fanático de sus besos y loco por sus caricias. Si me siento recompensado cuando veo el brillo en sus ojos luego de leer uno de mis poemas.
¿Cuánto podría llegar a amarla? Lo pensé en el instante en que la vi asomarse, con una sonrisa que evidenciaba enamoramiento y los brazos abiertos precisos para converger conmigo y no perdí el tiempo resolviendo la respuesta, la abracé y la hallé; pero nunca lo supe porque me concentré en gozar de lo que sentí, no en explicármelo.
Luego, mirando el techo de mi habitación y por ratos frente a la notebook, intenté describir lo que sentí -nunca pude llegar a definirlo- pero lo intenté.
“Primero vives, luego recuerdas y cuando recuerdas, escribes”.
Por eso digo que te prefiero en ausencia cuando escribo y cuando gozo de ti, en escribir, es en lo que menos que pienso. De cualquiera manera, siempre estas presente y amarte se hace inevitable.

Fin

Ese es amor

- Crea esa sonrisa, la misma que te enamora. Déjale una carta debajo de la almohada en la que diga te amo al inicio y te amo al final. Sujétala de la mano y avancen, que no importa el destino, sino que están juntos. Dile lo que te hace sentir a cada momento, no necesitas utilizar palabras sacadas de algún diccionario, si salen del corazón, serán sinceras. Abrázala y deja que se sienta refugiada entre tus brazos. Dile que es hermosa, a pesar que lo sepa y hagan el amor todas las noches antes de dormir. Al despertar, sorprenderla con el desayuno. Se ve bella, ¿No? A pesar de andar recién levantada, sigue bella. Ustedes son uno, dos corazones que laten a la misma vez, dos miradas que ven el mismo horizonte y dos almas que se moldean de la misma forma. Ese es amor.

Mírala, sonríe porque te ve, -Sí, eres tú la razón de esa sonrisa- ella está contenta porque se acerca a ti. ¡Abrázala! No dudes un instante en abrazarla. Ella quiere que la abraces. Esta hermosa y a pesar de aquello, susúrrale al oído un piropo, inspírate en su cabello, en su sonrisa, en la espectacular manera de vestir, en su inteligencia, en su pureza, en cualquiera de sus atributos.
Sujetos de la mano caminen sin rumbo, no interesa el destino, importa que ambos miren el horizonte. Importa que estén unidos.
El amor se convierte en una atmósfera, la misma que los cubre.
El amor existe en ustedes dos, habita en sus corazones, los mismos que palpitan al mismo tiempo y en donde se encuentran escritos sus nombres. Ese es amor.

Y cuando la luna aparezca y los cuerpos desnudos se fusionen debajo del edredón o en donde la fantasía lo quiera, el amor se encontrará en su apogeo, glorioso e implacable, convertido en atmósfera y aliado de la pasión, la misma que se crea cuando ambos empiezan a hacerse uno. Y la luna los envidia y la noche se hace eterna.
Ese es amor, el que se expresa, el que es intenso, al que no le importa el destino, sino el hecho de andar juntos. Ese es amor, el que ustedes llevan dentro de sus corazones y florece en sus vidas.

Fin


Extrañarte (Lado ingrato)

- Extrañarte es un perpetuo acto masoquista que realizo diariamente. Es la desesperanza constante de verte ingresar por aquella puerta que miro de reojo.
Es un eterno arrepentimiento. Es vivir un suplicio creado por mis errores. Extrañarte es el alma de mi habitación, es el aire que respiro, la sangre que corre por mis arterias. Extrañarte soy yo, es mi vida y a lo que me dedico.
Extrañarte es aprender a vivir sin tus caricias, es el castigo más cruel propuesto por el lado ingrato de la soledad. La conciencia pregunta, ¿Te arrepientes? Y le respondo con una irónica sonrisa de medio lado. Todos los días, susurra la voz dentro de mí. La voz que sale de este corazón marchito, que irreparablemente, continúa enviándote su amor.
Dicen que amas más cuando la pierdes. ¡Maldita ironía!
Sin embargo, gran verdad que hoy veo reflejada cotidianamente en mis días. 
Extrañarte es convivir con los gloriosos recuerdos que tengo de ti. Que me lastiman porque no puedo volver a vivirlos y me carcomen porque no supe valorarlos. Recuerdos que siempre van a ser lo que son, recuerdos. Momentos que la vida no me va volver a entregar, ratos que nunca aprendí a valorar y hoy anhelo con ansias y desespero, sabiendo que nunca podré volver a vivirlos y por ende, te vuelvo a extrañar con desespero, desesperanza y tal vez, locura.
No. Este no es el sublime sentimiento de extrañarte y saber que mañana te veré. Este es el terrible hecho de extrañarte y tener la constante desesperanza de que nunca más volveré a verte.
Duele; pero duele más saber que fui yo quien me conduje a este abismo.

Fin



Lejos

- No sé qué hago viendo tu perfil. Voy a decir que estaba aburrido y por eso te busqué. Mi intención no es agregarte como amigo(a) ni suscribirme a tu cuenta; aunque, por un momento pensé en la posibilidad de enviarte un inbox con un texto que empiece con “Hola” y posiblemente termine con “Aún te amo”. Pero no lo haré.
He aprendido a ser valiente.
Miro las dos únicas fotos que puedo mirar, porque tu perfil es estricto para tus amigos. Reviso tus últimas notificaciones buscando de forma muy ilusa -O mejor dicho, descabellada- que de repente, la frase “Te extraño” al lado de mi nombre pueda ser visualizada ante mis ojos. Sin embargo, como todo el mundo publicas lo que haces durante el día. La diferencia es que a mí no me interesa el mundo, me interesa lo que haces tú. Es una lástima que solo pueda ver un par de notificaciones.
Me llena de curiosidad, detesto la privacidad extrema de esta red social; aunque sé que es necesaria.
No obstante, me contenta saber que en las dos únicas fotos llevas bien puesta tu sonrisa. ¡Y no estás abrazada o besándote con alguien! Y eso da cierta esperanza (aunque no la entienda del todo).
No has cambiado, sigues bella. Con esa sonrisa y esa mirada.
Me pregunto, ¿Qué hiciste después de la foto? Me pregunto, ¿Qué pensaste en ese momento? Llevas una sonrisa de alegría, no una sonrisa fingida para la cámara. No pierdes el estilo para vestir, con chaqueta rasgada y pantalón jeans del mismo modo, me encanta. Como te extraño, haría cualquier cosa por encontrarme abrazado a ti segundos antes que aquella luz eternice el momento.
La noche continúa. La madrugada se encuentra en su apogeo y sigo mirando tu perfil.
Recuerdo por momentos los ratos que vivimos y me pregunto más de una vez, ¿Qué nos pasó?
Imaginar que hoy te encuentras lejos y que antes -hace algunos años- compartíamos la misma cama.
Ver tu perfil y no encontrar nuestra clásica foto juntos como portada, no volver a leer los estados que me dedicabas y ni siquiera poder dejarte en el muro un texto que describa lo bien que la pasamos juntos a lo largo del día, duele.
Duele no verme a tu lado, no leer los textos que me dedicabas y no poder escribirte lo que siento.
Lo nuestro se va convirtiendo en un recuerdo, un recuerdo que llevaré -Y espero que también lleves- para siempre dentro de mi mente. Quisiera que no fuese así; pero mientras más avanza la vida, más lejos te siento.
Y sentado aquí, al frente de la notebook, con tu perfil de Facebook abierto, observando tu fotografía e imaginando por ratos que hubiese sido de nosotros si no nos hubiéramos equivocado tanto, se va pasando la noche y mi vida.
Te extraño, repito después de un suspiro y a pesar que el cerebro me pida que no lo haga, voy a escribirte un inbox que comience con un “Hola” y termine posiblemente con un… “Aún te amo”.

Fin

Te sueño

— ¿Por qué llevo noches soñando contigo? — ¿Por qué apareces en mis sueños; pero no en la realidad? — ¿Por qué haces tan bellos mis sueños al punto que no quiera despertar?
— ¿Es que acaso tienes el poder de aparecer en mi mente cuando duermo? — ¿O es que soy yo quien quiere introducirte en mi sueño?
—No lo sé.
Llevas meses lejos de mí y sin embargo, por las noches te encuentro cuando cierro los ojos. Sigues igual de bella, con esa sonrisa que tanto me encanta y esa forma de vestir tan elegante.
No puedo controlar lo que sueño, apareces y todo se vuelve fantástico. A veces no quiero despertar, porque disfruto de ti en el sueño.
Pero duele, duele abrir los ojos y no encontrarte a mi lado. Duele que no estés aquí, que te hayas marchado hace varios meses y que únicamente te pueda ver en mi sueño.
Quisiera poder dejar de soñar contigo; pero a la vez no, no quiero porque gozo de tu presencia cuando sueño.
Cuando te encuentro en ese mundo asombroso, lleno de fantasía y magia, en donde abrazado a tu cintura puedo mirar un paisaje hermoso, sujeto a tu mano puedo recorrer caminos maravillosos, darte un beso en el monte más alto o hacerte el amor durante horas en distintos lugares a la misma vez.
Solo en los sueños puedo tenerte otra vez.
Y al despertar, siempre al despertar, te vuelvo a extrañar.
Por eso creo que me gusta soñar, porque calma esto que siento, porque al menos allí puedo tenerte y durante la noche dejar de extrañarte.

Fin

Te encontré

—Oye, ¿Dónde has estado? Te he buscado en todas partes; pero nunca te he encontrado. Y ahora que estas aquí, frente a mí, por favor, no vayas a marcharte. —Disculpe, ¿Qué le sucede? Creo que se ha equivocado de persona. —No, no puede ser cierto. Eres tú, eres como te vi en mis sueños y como te describí en mis textos.
—Dice cosas bellas; pero siento no ser ella. —Te entiendo. Sé que resulta difícil darse cuenta, de la nada, que resultas ser el amor de su vida, de alguien que encuentras, de la nada, en esta vida llena de sorpresas. Ella sonríe.
—No quiero molestarte, déjame invitarte un café y contarte de mí. No de ti, porque de ti ya lo sé todo. No me preguntes cómo, porque decirte que lo imaginé sonará muy difícil de creer.
—Acepto, solo porque tengo curiosidad. —Sabía que diría eso.
— ¿Eres adivino? —No. Soy escritor y que con esa frase empezará una historia de amor que escribiré muy pronto.
En aquel café.
—Debido a que dices saber todo de mi, ¿Qué podrías contarme de ti?
—Mi vida se basa en una gran búsqueda. Busco al amor de mi vida para permanecer a su lado por siempre, ese es mi sublime y loco pensamiento romántico. La musa, como así la llamo, es una mujer encantadora. El color de sus ojos es igual al de su cabello, el mismo que produce un aroma exquisito y del cual anhelo drogarme. Me gusta tanto su sonrisa que me empeño incansablemente en crearla y ver reproducirse ante mis ojos, los mismos que únicamente se dedican a contemplarla. Sus besos, derrochan delicioso néctar que resuelve ser sumamente adictivo. Es por eso que no me canso de besarla.
Su cuerpo, un templo, cuando abre los brazos y me invita a quedarme allí, en donde escucho sus latidos y encuentro paz, una paz desconocida por el mundo y que solo ella sabe entregarme.
Lleva saco gris, blusa blanca, el cabello suelto, brillando y radiante, con las piernas cruzadas y cogiendo la taza de café con suma elegancia.
Ella sonríe al darse cuenta que se trata de su persona.
—Has hablado del amor de tu vida; pero no me has contado de ti.
—Soy escritor. Con defectos, virtudes, manías y pasiones. Con un innato romanticismo y -como te comenté- paso mi vida en busca de alguien -que, apropósito- ya encontré.
Vuelve a sonreír. Esta vez sus ojos brillan de emoción, él lo sabe.
—Es escritor, no se olvida de ningún detalle.
— ¿Y qué harías -O bueno, en el caso que fuese yo, que harás- al encontrarla?
—Amarla.
La respuesta fue solo una palabra. Una palabra que lo contiene todo. La respuesta no tuvo argumentos, fue sincera y directa.
Fue perfecta.
Entonces, ella se expresó:
—Sabes, llevo años imaginando que al salir a la calle, caminando o trabajando, manejando auto o sentada en la banca de un parque mientras leo, alguien se iba a acercar y me iba a decir exactamente todo lo que tú dijiste. Trataría de no sorprenderme ni emocionarme, mantener la calma y aceptar la invitación a tomar el café. Por alguna razón, esa persona sabría que me gusta el café.
Físicamente, no sabría con exactitud cómo sería; pero no te voy a mentir, me pareces muy atractivo. Además, eres escritor y a mí me encanta leer. Eres sincero, lo veo en tus ojos. Yo también te conozco; pero si te dije que quería saber de ti era porque quería escuchar de tus labios que eres como te imagino: Un romántico escritor. Te he encontrado. Escribamos juntos nuestra historia.


Fin

sábado, 26 de diciembre de 2015

Amor cibernético

- Daniel era un joven de dieciocho años que no sabía qué hacer con su vida. Había terminado el colegio el año pasado teniendo como nota máxima un enorme once en la libreta y eso que tuvo que ir a dar examen sustitutorio de Matemática, Química y Física, los cuales aprobó mágicamente.
Estuvo a años luz de ser un alumno excepcional; aparte de tener a la flojera como su alma mater solía ausentarse en las clases y el auxiliar de turno llamaba a casa a preguntar por él. De hecho, su madre lo regañó cientos de veces acompañado de la pregunta, ¿Qué vas a hacer con tu vida?
Esta demás decir que cuando la escuela culminó y cabe resaltar que no fue a su graduación, se sintió sencillamente libre y feliz.
Se introdujo en el mundo del Internet durante bastante tiempo, conoció distintos espacios de ese universo y por supuesto que chateando fue relacionándose con diversas personas.
Sus padres siempre le dijeron que debía de estudiar alguna de esas clásicas carreras. Derecho como yo, decía su padre, no podía ser ama de casa como su madre; pero ella citaba al tío que era ingeniero industrial (que iba a saber de qué se trataba aquello) y a pesar de tener el Internet a sus manos nunca se le ocurrió averiguar algo.
Tenía una gran pasión por la lectura y otra por la poesía, era lo que le gustaba aparte del fútbol por las tardes.
Para el fútbol no era bueno, por eso no podía ser futbolista; pero su poesía era interesante, se lo dijo una vez su maestra de Literatura.
Sin embargo, su afán por querer seguir siendo un holgazán no lo hacía darse cuenta del talento que llevaba por dentro. Por ende, continuaba distrayéndose en el Internet.
Los fines de semana los utilizaba para distraerse, según él, de tanto andar metido delante de la computadora y solía ir a reuniones y fiestas junto a su grupo de amigos que andaban en la misma situación.
Llegaba a casa sumamente ebrio a altas horas de la madrugada, muchas veces regresaba al amanecer y casi nunca avisaba donde y con quienes se encontraba. Su familia debía de suponer donde estaba, en casa de tal amigo o quizá del otro.
Vida de adolescente, a todos les pasa, ya va a madurar, pensaban sus preocupados padres cuando lo oían entrar a su habitación.
Por otro lado, Any celebraba junto a sus padres su ingreso a la universidad, la carrera de Ciencias de la comunicación fue siempre su vocación.
Estaba emocionada y muy eufórica, su madre también y su padre lleno de orgullo. Su hermano la seguía como ejemplo y sus amigas la felicitaban.
A sus diecisiete años había logrado un buen puntaje en el examen de admisión logrando la admiración de sus familiares y amigos.
De hecho, tuvo como regalo de su padre un celular de última generación y de su madre los mejores postres que alguien pueda probar.
Siempre estuvo en los primeros puestos del aula, nunca llevó una asignatura a cargo y mucho menos tuvo que rendir algún examen sustitutorio porque en los cinco años que dura el colegio sacó excelentes calificaciones. Se esforzaba por tener siempre la mejor nota en su salón y poder crecer en conocimientos diariamente.
Le gustaba el colegio porque aprendía y le encantaba relacionarse con buenas amistades. Sus mejores amigas son de su aula, con quienes disfrutó de un grandioso e inolvidable paseo de promoción junto a una hermosa velada en su noche de graduación.
Cabe resaltar que derramó algunas lágrimas el día en que dejó la escuela; pero supo que el porvenir le traería nuevos retos que vencer.
La universidad es su nuevo reto y a la vez un camino que está segura logrará avanzar y sobre todo triunfar.
En sus ratos de ocio gusta de deambular por la Internet chateando en el famoso MSN con sus amistades y por ratos incursionando en algunos canales de Chat para conocer nuevos amigos.
Su prioridad era la gente universitaria quienes seguramente podrían facilitarle algunos consejos.
Se sentía ansiosa por pisar su aula universitaria y por ello intentaba relacionarse con personas que ya estuvieran dentro para poder tener cierta noción de lo que se venía.
A veces madrugaba frente a la computadora mientras que charlaba con personas que iba conociendo en los distintos canales de Chat.
De hecho, tenía muchas ganas de conocer gente universitaria que pudiera asesorarla y a la vez buscaba comentarios acerca de la universidad a la que acababa de ingresar. Revisaba imágenes, veía videos de conferencias, incursionando en la web de la universidad para ver todo aquello que deseaba al tiempo que chateaba.
En el canal “Solo universitarios” de la página web Elchat.com un sujeto con el Nick “Daniel 3” se encuentra con una muchacha que lleva de Nick “Any (futura comunicadora)”.
Intercambian saludo y empiezan a platicar. Ella le comenta que acaba de ingresar a la universidad, él la felicita y le pregunta acerca de su carrera. Ella le cuenta acerca de su vocación por ser comunicadora, al tiempo que él asevera que le parece estupendo, pero cuando ella pregunta por su carrera, él resuelve decir que solo anda por aquí para hacer amigos y no estudia por el momento.
Any le pregunta acerca de una afición o una vocación que pueda tener y entonces Daniel le dice que le gusta escribir poesía y leer. Ella se sorprende para bien, no es fácil encontrar a un poeta, entonces decide seguir charlando a pesar de no tener mucho en común durante el inicio de la plática.
Mientras la conversación va avanzando se van agradando. Resulta que tanto a Any como a Daniel le gustan las canciones de Alejandro Sanz, lo tienen como su cantante favorito. Empiezan a intercambiar canciones favoritas y de repente a comentar algunas partes de la letra.
Daniel le comenta que cuando suele escribir -lo cual no suele ser muy seguido debido a su casamiento con la holgazanería- lo realiza escuchando a Alejandro Sanz. Por tal razón, Any pregunta por su afición a la poesía y le pide escribir un verso. Se lo pide emocionada a pesar de no lograr ver su rostro. Daniel tarda; pero escribe un verso. Le encanta y le dice que esta bonito, siendo esta la segunda vez que alguien halaga lo que escribe.
Se hace tarde de repente, empezaron a charlar de madrugada, en una de esas noches en donde te pegas a la computadora y no la dejas hasta altas horas de la madrugada, por eso, resuelven intercambiar correos electrónicos para poder seguir charlando por el MSN.
Lo hacen enseguida. Ella ríe por la peculiaridad del nombre de su correo, mientras que él se asombra por la sobriedad del suyo, tan serio como su nombre, un guion abajo y la fecha de su cumpleaños.
Deciden seguir la conversación por el MSN, entonces cierran la ventana del chat que los unió y se encuentran en el MSN un instante después.
Hola de nuevo. Hola otra vez, es lo que dicen al encontrarse en el MSN; aunque, enseguida resuelven despedirse por lo que es tarde y el sueño gana.
Any no se volvió a conectar, mientras que Daniel solía hacerlo todas las noches.
Un par de días más tarde se volvieron a encontrar en el MSN.
Daniel siempre andaba conectado, Any no imaginaba aquello, por eso al conectarse recibió su saludo casi de inmediato.
—Hola, a los tiempos- le dijo. —Si pues, a los tiempos. Pensé que no te volvería a encontrar. —No seas tonto, me has caído bien. Es solo que no entro mucho. Fue su segunda platica post encuentro por el conocidoChat.com.
Any le comentó acerca de su futuro ingreso a las aulas universitarias mientras que Daniel le contaba sobre lo hecho el último fin de semana.
Pasó el tiempo, ella recorrió sus primeras semanas en la universidad mientras que él continuaba sin saber qué hacer con su vida.
Any no se conectaba mucho al MSN por el tema de los exámenes y el estudio diario, que de hecho, le encantaba.
Daniel entraba todos los días, escribía poesía de vez en cuando y deambulaba por distintas páginas web en busca de distracciones.
Por ratos recordaba a Daniel, lo tenía en mente como el tipo loco y rebelde, que cree que la adolescencia es un sinfín de aventuras y le agradaba su espontaneidad para con la vida. De hecho, la respetaba; pero estaba lejos de compartirla.
Por otro lado, él recordaba a Any mientras escribía, en esos diez o quince minutos que se tomaba al día para escribir la recordaba de un modo singular. La veía como la chica hogareña que prefiere una biblioteca que una discoteca, que prefiere el estudio a ir al cine y de algún modo le agradaba esa personalidad.
Convergieron nuevamente en ese mundo llamado MSN y empezaron a platicar un viernes por la noche, en donde sorprendentemente Daniel no había asistido a una fiesta y ella terminaba de realizar una monografía.
Por un lado, él se encontraba aburrido y le agradó encontrar a Any, por otro lado, ella quería relajarse y halló a Daniel.
Charlaron bastante aquella noche, tanto que no se dieron cuenta que empezaba a amanecer. Platicaron de todo un poco y se fueron conociendo mucho más, dándose cuenta que tenían tanto en común como no podrían haberlo imaginado.
Eso hizo que luego de despedirse se fueran a dormir con la idea de haber conocido a alguien tan simpático.
Más tarde se volvieron a encontrar en el MSN y lo fueron haciendo de una manera muy seguida.
Era como si Any hiciera su vida cotidiana en la universidad y cuando lograba liberarse de los trabajos hallaba esos momentos de relajo junto a Daniel, quien siempre andaba en línea y dispuesto a contar sus ocurrencias.
Se comenzaron a llevar mejor conversación tras conversación al punto de empezar a sentir un mutuo aprecio.
Any le comentaba sobre la universidad y los nuevos retos, platicaba sobre sus trabajos y sus planes a futuro, acerca de sus nuevas amistades y los pretendientes que nunca faltan.
Daniel no tenía mucho que contar sobre aquello, le hablaba de fútbol y trivialidades. Le contaba sobre sus partidos en la cancha de su barrio junto a sus amigos, sobre el libro que acababa de leer y algunas veces acerca de un nuevo poema que trataba de escribir. Algunas otras veces le enviaba poemas para que le diera su punto de vista, el cual siempre fue un comentario asertivo.
Ella lo motivaba a dedicarse a ello; aunque siempre respondía con un tal vez o un quizá. Any y sus buenas intenciones callaban y platicaba de otro tema.
Entre películas favoritas, cantantes, aficiones, gustos, anécdotas, experiencias, etcétera se fueron yendo las conversaciones día tras día, noche tras noche y algunas veces por las tardes, en esos huecos que tanto existen en la vida universitaria, en donde aprovechaba para ir a una cabina de Internet y encontrarlo en línea como de costumbre.
A veces andaba viendo televisión; pero cuando veía que Any era quien hablaba casi de inmediato iba a responder e iniciar la plática que mayormente solía ser amena.
Pasaron muchos meses charlando por el MSN hasta llegar a la conclusión unánime que deberían conocerse en persona.
Se citaron un viernes por la tarde, Any tenía un hueco de tres a cinco, Daniel tenía todo el tiempo del mundo, por eso aceptó.
Ese viernes por la tarde se encontraron en un centro comercial miraflorino. Se reconocieron enseguida debido a que previamente habían intercambiado fotografías con halagos incluidos.
Al principio la charla no fue idéntica a como lo hacían por el MSN por el hecho de estar tímidos o sentirse avergonzados; pero mientras iban caminando se iban soltando y fueron platicando de la mejor manera al punto que sin imaginarlo comenzaron a conversar como solían hacerlo.
Fue curioso que no tocaran temas como la universidad y los partidos de fútbol, ni los trabajos y monografías, ni la poesía y la lectura, tampoco el hecho de tener tanto tiempo charlando y recién conocerse y mucho menos el porqué no estudias y porque estudias eso, porque mágicamente sintieron una mutua y fuerte atracción que fue más allá del físico.
Ella con su cabello castaño y con rulos y él con sus ojos pardos y postura erguida, tuvo poca relevancia porque la atracción inherente que tuvieron entre sí fue por la forma como cada uno fue en el momento que iban charlando y caminando por los distintos lugares del centro comercial.
Ella con su andar sobrio, sonriendo cuando la situación lo amerita, como un chiste o un comentario gracioso, su manera tan madura de pensar y el hecho de dar comentarios óptimos y acertados, adjuntado a ello una inteligencia admirable que no solo se veía reflejada al momento de dar un parcial, sino al expresar sus puntos de vista sobre una situación específica. Era una chica admirable, no solo por su belleza física, sino también por su vasto conocimiento sobre la vida, que de repente no se había atrevido a vivir de un modo aventurero; pero teniendo una sobriedad impresionante para platicar de cualquier tema sin resbalar en comentarios.
Por su parte, Daniel, que se leyó un centenar de libros; pero nunca tuvo la capacidad para leerse uno de Matemática, Física o Química, que deambula por la Internet en busca de distracciones y resulta que conoce de geografía más que nadie porque visita muchas locaciones en su afán por distraerse, que sabe de películas más que nadie, que el hecho de escribir poesía lo ha llevado a sentir mucha sensibilidad, lo condujo a encantar a Any, quien lo escuchaba platicar sobre la vida, el medio ambiente, con el detalle de nunca arrojar basura al piso -situación que la dejó perpleja- y es curioso, ¿Cómo algo tan sencillo puede encantarte? Como lo fue el hecho de verlo guardar su envoltura de galleta en su bolsillo para luego echarla dentro de un basurero al tiempo que le conversaba sobre su mascota, a quien tanto adora.
Puede que no haya decidido que realizar con su vida profesional; pero tiene un concepto de la vida espectacular.
Mientras caminaban se fueron conociendo mucho más, tratando temas que nunca tocaron y descubriendo que ambos resultaron ser personas muy interesantes.
Se sentaron en la mesa de una cafetería donde asistieron para tomar una bebida caliente y seguir platicando.
Las miradas fueron tornándose más brillosas, las sonrisas se escapaban con más frecuencia y algo dentro de cada corazón empezaba a nacer.
Lo supieron cuando terminado el café resolvieron volver a caminar; pero no lo hicieron porque se detuvieron al mismo tiempo, se miraron justo poco después de salir del establecimiento y repentinamente se dieron un beso.
De inmediato, hubo tímidas sonrisas, el leve intercambio de miradas y un silencio que fácilmente se podría deducir como vergüenza.
Sin embargo, se sujetaron de la mano instintivamente y anduvieron de ese modo a partir de ese momento.
Más adelante se sentaron sobre la banca de un parque en las afueras del centro comercial en donde no había mucha gente alrededor.
En ese lugar, Daniel lleno de inspiración le declaró su amor. Le preguntó: ¿Quieres ser mi novia? Con una sonrisa brillosa, unos ojos que derrochaban ilusión y una profunda sinceridad.
Any no dudó en aceptarlo, abrazarlo de inmediato y entregarle otro beso.
Ninguno de los dos supo como sucedió, lo llamaron de muchas formas: Destino, la magia del amor, el inicio de una historia de amor, etcétera. Pero si de algo están seguros es que desde ese momento nació algo especial en cada uno de sus corazones, algo que iba a perdurar el tiempo que ese amor, que iba creciendo, lo permita.
Platicaron sobre ello durante el resto del tiempo que les quedaba de cita, realizaron algunos ajustes como el hecho de no poder verse muy seguido; aunque sí mantenerse conectados vía MSN o celular.
Se conocían bien; pero iban a conocerse a profundidad y por alguna mágica razón, eso les resultaba bonito.
Con el pasar del tiempo Any empezó a escalar los ciclos de la universidad, avanzando poco a poco rumbo a su meta llamada título profesional mientras que Daniel fue dejando de lado la holgazanería y decidió estudiar algo que le gustase. Ingresó por méritos propios
-¡Sí por meritos propios!- a la carrera de Literatura y más tarde logró publicar su primer poemario siendo el orgullo de su familia y de su novia, a quien le dedicó su obra.
Como en toda relación amorosa tuvieron diferencias, riñas y muchas decepciones; pero todo se fue solucionando a base de charlas, de confianza y por supuesto, esperanza.
Entonces todo siempre volvió a ser grandioso. ¿Por qué de eso se trata el amor, no? De ser grandioso.
Daniel y Any, distintos al inicio, tan compatibles actualmente. Ella influye bastante en sus logros siendo su inspiración y él le ensena a aventurarse de vez en cuando.
Un amor que nació en un canal de chat de la página web Elchat.com entre dos personas aparentemente distintas que mientras se iban conociendo iban dándose cuenta que tenían tanto en común, ahora es inspiración de este cuento y ejemplo de muchos.
“Siempre dicen que el amor te inspira y te motiva, Daniel fue un claro ejemplo de eso. Conoció a Any y empezó a madurar para iniciar una carrera exitosa en su vida dedicándose a lo que le apasiona y Any siguió con los estudios logrando sus sueños.
Todavía siguen juntos, un amor que comenzó tras una pantalla y llegó hasta el altar. Qué maravilloso es el amor”.

Fin

La pastilla

- Caminando por la avenida me encontré con un amigo, nos estrechamos la mano en señal de saludo y me sorprendió que dijera, casi de inmediato, la siguiente frase: ¡Justo el hombre que estaba buscando! Sonreí y añadí, ¿Qué ha pasado? Necesito que me hagas un favor, comentó colocando su mano en mi hombro, en ese instante, como la gran mayoría, pensé: Me va a pedir dinero prestado. Y para hacer un tanto menos seria la situación, acoté: Estoy más misio que el chavo del 8.
El sujeto sonrió para luego aclarar con seguridad: Es lo que menos quiero, acabo de cobrar por un trabajito. Entonces hazte los rones, le dije de inmediato. Más tarde te la pinto, respondió con rapidez y froté mis manos.
Pero; no nos desviemos del tema, dijo después, todavía manteniendo su mano en mi hombro.
Cuéntame lo que sucede, le dije. Caminemos, dijo y empezamos a andar, ya separados, de lo contrario, hubiera sido un tanto extraño.
Lo que pasa es que ayer tuve relaciones con mi flaca y me vine dentro, dijo y extrañamente empezó a reír. Admito que no me resultó chistoso, parecía un imbécil riéndose por la situación.
¿Y ahora que piensas hacer? Pregunté de un modo, de repente, ingenuo. Simple, comprar la pastilla del día siguiente.
En ese preciso instante entendí para qué me necesitaba, por ello, lo vi con los ojos entre abiertos.
Y supongo que esperas que sea yo quien vaya a comprar dicha pastilla, ¿Verdad? Asintió con la cabeza con la misma sonrisa de idiota.
¡Estás huevón! Yo no voy a comprar eso. Es tu responsabilidad.
No te sulfures, dijo. Me dio risa el término “sulfures”, tanto que solté una breve risa.
Escúchame, dijo después, detenidos en medio de la avenida. Yo no puedo ir porque todavía no saco DNI y de repente te piden. Además, me ven cara de chibolo, nadie piensa que tengo dieciocho recién cumplidos y en ese laburo no me pidieron nada.
Loco, yo tampoco puedo ir porque la chica de la tienda me conoce.
¿Qué chica? Quiso saber. ¡La de la farmacia pues! ¿La flaquita de rulos? Si pues, esa misma.
¡No jodas! ¿Estás saliendo con esa flaca? En ese momento sentí que me había vendido por intentar zafar de la situación.
Ese no es asunto tuyo, le dije con una sonrisa.
Luego me vas a tener que contar eso. Te lo tenías guardadito, dijo dándome un golpe en el hombro.
Me encontraba más calmado, seguimos caminando y mientras lo hacíamos trataba de convencerme acerca de ello.
Yo nunca antes había ido a comprar dicha pastilla y si lo haría sería en otra farmacia que no fuera la de la siguiente esquina.
Loco, te voy a hacer el favor; pero, no voy a comprar en esa farmacia.
¡Gracias! Dijo y casi me besa. Vamos a otra farmacia, no hay problema, añadió feliz.
Caminamos varias cuadras y llegamos a una farmacia independiente, de esas que no pertenecen a cadenas. Sabía que atendía un señor de lentes poto de botella, vestido con mandil y caminar tan lento como una tortuga, aparte, era medio sordo y debías de repetirle varias veces el pedido. Sin embargo, pocas personas solían asistir a ese lugar.
¿Has traído tu DNI? Preguntó. Sí, claro, siempre lo llevo. ¿Hace cuanto lo sacaste? El año pasado, le dije; pero todavía no voy a votar. Este año lo haces, quiso saber. Así es, le dije y me adelanté luego de recibir el dinero.
Tenía 20 soles exactos. Yo no sabía cuánto costaba; pero si por alguna razón faltaba, no iba a quedarme otra que acotar un par de monedas.
Rumbo a la tienda recordé que hace no bastante tiempo, con mi primera novia, hicimos el amor en la cama de mi habitación; yo no tenia preservativos y tuve que salir de casa en busca de uno, no tenía un amigo como el que tiene él ahora, por tal razón tuve que comerme la vergüenza de preguntar por condones. Tenía quince años, lo único que había ido a comprar a una farmacia eran curitas.
Entré a la tienda y por mala suerte se hallaban dos señoras con pinta de chismosas, me pareció haberlas visto antes; pero hice
caso omiso a un posible saludo. Me detuve a un lado mirando una vitrina y esperé a que sea mi turno de pedir.
El tío de lentes poto de botella me vio y preguntó, ¿Qué se le ofrece, joven? ¡Mierda! Pensé y con inseguridad, bastante nerviosismo y algo de sudor en las manos, dije: Una pastilla del día siguiente.
Nadie volteó a verme, tampoco hubo susurros, fue como si a nadie le hubiera importado; sin embargo, el viejo no había escuchado.
¿Cómo dice, joven? ¿Pastilla para qué? ¡Pastilla del día siguiente! Dije fuerte y rápido. No lo entiendo, joven, dijo el señor acercándose al mostrador. Deme, por favor, la pastilla del día siguiente, le dije con claridad y despacio; pero las viejas escucharon y empezaron a verme de pies a cabeza. Me sentí muy avergonzado.
Tiene dieciocho años o de repente menos y ya anda comprando esa clase de cosas, habrán pensado al tiempo que me observaban a profundidad y yo que no dejaba de transpirar.
El señor prefirió guardarse sus inquietudes, me dio la espalda y se fue a traer el producto. En ese tramo de tiempo las dos viejas chismosas no dejaron de observar y susurrar, en otro momento, hubiera encarado; pero estaba ruborizado.
Enseguida, volvió el sujeto dándome el producto y luego de pagar sin recibir vuelto salí disparado de la tienda.
¿Qué fue? Quiso saber mi amigo. ¡Puta, loco, qué vergüenza! Le dije y nos empezamos a reír mientras le contaba lo sucedido.
Agradeció el favor y efectivamente, horas más tarde, nos tomamos esos rones a su nombre y con su dinero, el mismo que obtuvo por contar agujas.
Mientras bebíamos en mi habitación junto a otro par de amigos, mi vieja entró como un demonio y preguntó con desenfreno, ¿A quién carajos has embarazado?
¡Sabía que había visto a esas viejas en alguna parte! Pensé y luego tuve que explicarle lo sucedido; aunque, por supuesto, tuve que cambiar el contexto y los nombres, tengo mucha imaginación, me resulta sencillo.
Tal cual el mundo da vueltas, más adelante, este amigo me hizo un favor de igual magnitud; pero no con una pastilla. Sin embargo, esa, es otra historia.

Fin



viernes, 25 de diciembre de 2015

Frase 41

- Por un par de características que no te agradan o de repente, situaciones pasadas que no caujan con tu pensar, no te vas a olvidar de la gran parte de virtudes y cualidades, de lo que siente y lo que vive. Menos prejuicios, mejor actitud para aceptar.






jueves, 24 de diciembre de 2015

Reflexiones de Navidad

- En primer lugar y lo que realmente me alegra la vida es que he logrado terminar una novela. Admito que hace un tiempo se me hacia complicado, más que todo el asunto de ir creando la trama, por ello he dejado de lado algunos supuestos títulos. Sin embargo, creo que todo tiene su momento, de repente, debía de alistarme bien para trabajar a plenitud en el nuevo libro. Quizá, los talleres y los cursos de Redacción y Técnicas narrativas cayeron en el instante adecuado porque gracias a los mismos puedo ofrecer a los lectores un buen trabajo. Además y para nada menos importante, al contrario, esencial, es que la historia es muy íntima y por ello di el corazón al escribirla.
No, no voy a dar un adelanto acerca de la obra.
Pienso que todo ello influyó a poder concluir un trabajo importante del cual me siento plenamente orgulloso.
Estoy satisfecho por cómo van sucediendo las cosas, no me quiero adelantar a dar nombre (o nombres) de las editoriales con quienes estoy charlando porque prefiero tomar las cosas con calma; aunque, les juro, que me siento muy emocionado y ansioso porque he sido aprobado en varias casas editoras.
“La última tarde” es el título, tengo una portada preciosa que una chica divina realizó y como dije antes, estoy satisfecho con el trabajo, honrado por las oportunidades y feliz porque mi carrera de escritor está empezando a avanzar a pasos agigantados.
Muchos saben que tuve una novia, pues, obviamente, terminamos y aunque al inicio fue complicado, luego me di cuenta que fue lo necesario. Hace bastante tiempo tengo planeado de decir esto: Fue la mejor decisión de mi vida.
No estoy diciendo que me arrepiento de lo hecho, naturalmente, de algunas cosas (como hacerme un tatuaje con su nombre) del resto estoy conforme, lo di todo y la pasamos extraordinario. Lastimosamente, terminé completamente decepcionado; pero ese es otro asunto.
Yo soy alguien que se queda con lo mejor y me quedo con los buenos momentos y aunque no merezca que escriba sobre ella, tal vez, algún día lo haré. O no lo sé, quizá, no. Sea como sea, fue sano que termine y me alegra haber tomado esa decisión.
Pues, quise andar soltero, es más, me llamaron “el soltero codiciado” y se me hizo recontra chévere. Además, sorprendentemente, empezaron a buscarme chicas, lo cual resultó gracioso porque no solo lo hacían por el libro.
Bueno, comencé a sentirme fantástico, tenía bastante tiempo libre, podía escribir sin que nadie molestara, no habían celos, ni discusiones, mucho menos que me sofoquen, todo resultaba espectacular y de repente, vino esta chica, mi actual pareja e hizo que nada cambiara, que todo siguiera su rumbo, obviamente, la respeto y demás; pero ella no ha cambiado mi vida, simplemente se apoya en mí, se queda a mi lado y dice: Caminemos juntos.
Realizo mis quehaceres, apoya en todo, deja que vaya con mis amigos, es más, se acopla a ellos y a mi vida cotidiana y todo resulta increíble. Yo hago lo mismo, somos tal cual.
Es una chica maravillosa, ya no existen este tipo de mujeres, tengo la dicha de conocerla y lo estupendo es que anda perdidamente enamorada de mí.
Creo; aunque no se lo voy a decir, que voy a estar siempre con ella, es una novia y compañera, me encanta eso.
De las reflexiones de esta Navidad resultan estas, una excelente decisión para mi vida, conocer a una chica maravillosa y por supuesto, acabar y ahora publicar una novela.
Me siento eternamente feliz.



martes, 22 de diciembre de 2015

No seas distraído

- No seas distraído. Ve ese movimiento de cadera, el vuelo del cabello al compás del viento, la silueta imperfecta que aparece detrás de la cortina, el brillo en los ojos, el segundo en el que se detiene el mundo y la abrazas. No seas distraído, siente ese te amo que sus labios pronuncian. Goza de la sensación cuando se encuentra cerca. De ese momento en el que la ves a los ojos y sientes que puede leer tu alma.
Besa cada maravillosa parte de su cuerpo. Bebe el néctar exquisito que derrochan sus labios. Fuma su respiración, enciende su ser y devórala, lentamente, para disfrutar de cada uno de sus encantos.
No seas distraído. Mírala cuando se encuentre lejos de ti; aunque solo esté a unos metros, siéntete un espectador afortunado y observa detenidamente cada uno de sus divinos encantos. Vuélvete a enamorar de esos encantos. Sí, luego puedes ir a cogerla por detrás. Sorprenderla, hacerla reír de repente y entregarle un beso.
No dejes de encantarte, porque ella; aunque a veces no lo creas, siempre quiere encantarte. Qué afortunado eres.
No seas distraído. Ese vestido le queda precioso. Y ese maquillaje adorna su rostro para verla más preciosa. Se encuentra divina con un único propósito: Encantarte. Y siempre lo logra. Es que al verla, la admiras hipnotizado. Es tan hermosa que te sientes afortunado de tenerla, es tan bella que hasta la luna se avergüenza y se aleja. ¿Viste los aretes? Son los que le obsequiaste por el aniversario. Los usa para momentos especiales, es decir; para salir contigo.
Danza sobre su eje, se prepara para el baile. Esta divina. Acércate y entregarle un beso. La noche es mágica. Ustedes la hacen mágica.
Sus ojos brillan. Tú haces que brillen. Ella está enamorada y por las noches, antes de dormir, siempre imagina un futuro hermoso a tu lado. Alienta ese pensamiento, ármalo. Caminen juntos el mismo sendero, sean uno. Ámala, ámense, disfruten del tiempo juntos, cumplan sus sueños y sean, por favor, eternamente felices.

Fin

Tu belleza

- Me enamora tu manera de escribir sin errores ortográficos, no tus uñas con manicure. Me enamora que podamos charlar de infinitos temas, no esos ojos verdes o azules, no sabría saberlo, estuve concentrado escuchándote hablar de mitología griega.
Me cuentas que un sinvergüenza te molestó antes de venir haciendo alusión a tu trasero. Te juro que no me di cuenta de cómo es, contabas tus metas que me concentré en eso.
¡Quedé fascinado escuchando tus estrategias y tácticas para lograrlas!
Charla de cultura general, hablamos de todo un poco, hasta me sorprendió hablando de fútbol y sentí que escribía su nombre en mi corazón.
No observo la marca de sus prendas, ni el color de sus ojos -de por sí imagino que son hermosos- tampoco intento descifrar el tamaño de su trasero ni tengo un fetiche con aquello, mucho menos con sus senos, porque le miro los ojos al tiempo que se expresa y la escucho.
Tu belleza es la objetividad de tus comentarios, la puntualidad que tuviste al llegar a la cita. Es la esencia que produce el placer de oírte platicar de cultura general. Es la forma como escuchas mis anécdotas, las ganas que le echas cuando intentamos resolver un asunto, es tu actitud optimista para con la vida y no voy a olvidar que son tus sueños tan nobles como grandes que anhelaría poder ser parte de ellos y ayudarte a obtenerlos.
Me enamora lo que dicen esos labios -que seguramente han de ser adictivos si llegase a besarlos- pero deseo seguir escuchando lo que dice para luego, tal vez, tener la oportunidad de sentirlos.
Es hermosa, platica conmigo en el café de la esquina olvidándose del sonido que produce el celular, lo obvio del mismo modo y me concentro en lo que charlamos. Nuestro café es el complemento a nuestro encuentro y me enamora su originalidad para reír, una carcajada peculiar; pero simpática, que libera después de un comentario gracioso. Me encanta cuando ríe.
Su belleza irradia en el hecho de tener una personalidad auténtica, con esa forma de escribir cuando charlamos por mensajes o chat, con esa manía por querer que todo tenga una solución inmediata basada en charlas y no en riñas con voces chillonas. Su belleza es el encanto innato que tiene cuando sonríe luego de lanzar un comentario gracioso, es su amabilidad para con las personas, el amor que le siente a los animales y el sueño del refugio para ellos. Son sus ganas de vivir riendo, su anhelo por hacer reír, esas ganas de ayudar y apoyar, ese deseo imperioso de ser siempre puntual y sobre todo, ese amor tan puro y verdadero que empieza a sentir por mí, alguien que admirado y enamorado de sus atributos y virtudes empezó a conquistarla de un modo sutil y romántico y que en esta cita le acaba de declarar su amor.
Se lo dije primero al verla a los ojos muy atento y supo leer lo que intentaba decirle. Luego se lo dije con las palabras que el corazón me dijo que pronunciara.
Su belleza me ha encantado desde siempre y hoy quise ser parte de ello y ayudar a lograr sus sueños que desde ahora son parte de los míos.

Fin

Perdón

- Perdón porque desde el primer momento en que me conociste no fui yo mismo.
Perdón si empecé a ser sincero cuando me fui dando cuenta que te iba perdiendo.
Perdón por todos los monólogos que escuchaste y por todas las veces que nunca te escuché.
Perdón si el romanticismo y los detalles que te conquistaron no fueron eternos como te lo dije.
Perdón si te mentí, si no fui honesto y respondí con mentiras cada vez que preguntabas por la verdad.
Perdón por cada lágrima que mi egoísmo hizo caer de tus ojos y por cada momento que quise estar solo olvidándome por completo que tú necesitabas de mí.
Perdón por pedirte que no llores, cuando debí ser yo quien evite esas lágrimas.
Perdón por alejarme de ti sin motivos y volver sin darte explicaciones.
Perdón si en algún momento dejé de mirarte a los ojos para concentrarme en los lados y mentirte una y otra vez.
Perdón por cambiar el perfume por hedor de tabaco, sabiendo que lo detestabas.
Perdón por inventar eventos imprevistos para evitar ir a verte e irme a algún encuentro social con mis amigos.
Perdón si en algún instante dejé de besarte con la pasión que caracterizaba a mis besos.
Perdón por haber olvidado decirte lo linda que te ves.
Perdón porque nunca te dije que me encanta que fueras tan inteligente.
Perdón si mis abrazos, en algún momento, dejaron de ser tuyos.
Perdón por hacerte creer que fue tu culpa, cuando en realidad siempre fue la mía.
Perdón si prometí amarte toda la vida y lo hice durante un año y algunos meses.
Perdón por salir huyendo ante la avalancha de problemas en vez de intentar solucionarlos contigo.
Perdón por pensar en mí y olvidarme de ti.
Perdón por jurarte amor eterno y dejarte con ganas de recibir amor.
Perdón si mi cuerpo dejó de ser tuyo y se volvió el templo de otra.
Perdón si mis labios dejaron de pertenecerte para envolverse en otra boca.
Perdón si mis abrazos fueron el refugio de otra y se alejaron de tu cuerpo.
Perdón por haberte sido infiel, por compartir mi cuerpo, mis labios y mis abrazos con otra, teniéndote a ti esperándome en la cama.
Perdón por no darme cuenta que me equivoqué.
Perdón por ser orgulloso y mentiroso, idiota y egoísta.
Perdón por hacer que te alejes de mí.
Perdón por haber perdido las ganas de amarte más.
Perdón por no haber sido sincero jamás.
Perdón por nunca atreverme a pedirte perdón.
Perdón, quizá esa palabra hubiera significado una reconciliación.
Perdón por haberme dado cuenta que me equivoqué, tan tarde.

Fin

¿Quién eres?

—Hola Amor.
— ¿Amor? Disculpe; pero yo me llamo Alberto.
—Amor, no te pongas así. Puedes entender que estaba confundida.
—Disculpe señorita; pero creo que usted se está equivocando de persona.
— ¡Amor, por favor entiende!
—Me incomoda que me llame amor, no me gusta. ¿Podría evitarlo?
—Está bien, Alberto.
—Eso suena mucho mejor. Ahora dígame, ¿Qué se le ofrece?
—Vine a pedirte disculpas.
— ¿Disculpas?, ¿Por qué?
— ¡Ahora me he dado cuenta que te quiero a ti!
— ¿Me quiere a mí? Pero si usted recién me conoce.
— ¡Alberto, entiende que te quiero a ti! Estuve confundida. Déjame demostrarte que te adoro.
—Sigo sin entender. Que yo sepa, no tengo novia. Tuve una; pero desapareció.
—No desapareció. Estaba confundida y preferí alejarme.
—Ella se marchó y luego me enteré que solía tener citas con un muchacho de su pasado. Hecho que destrozó lo que sentía hacia ella.
—No sabía lo que quería. Salí con él varias veces porque pensé que aún lo quería; pero luego me di cuenta que no era así. Te quiero a ti.
— ¡Deje de decir eso, por favor! Yo no tengo novia, la que tuve se marchó y se enredó con su pasado sin darme explicación alguna. Ella no existe más en mi vida.
—Alberto ¿Ya no te acuerdas de mí?
—Recuerdo a Roxana, mi ex novia, como una mujer adorable, cariñosa y carismática. Las primeras semanas fue increíble. Me enamoró de inmediato con su encantadora forma de tratarme; sin embargo, con el pasar del tiempo fue cambiando de manera imprevista y sorprendente.
— ¡No cambié, solo no estaba segura de lo que sentía!
—Me entregó ilusiones y me dejó desilusiones. Fue como efímero sueño. Todo era lindo y de repente se volvió oscuro y nostálgico.
—Aún puede seguir siendo lindo.
—Pienso que las personas que no saben lo que sienten no deben andar jugando con los sentimientos de otros buscando su lugar en corazones ajenos.
— ¡No jugué con tus sentimientos! Como te digo, estaba confundida. ¿Puedes entenderlo?
—Ella siempre decía que yo era especial y diferente. Las primeras semanas lo dijo muchas veces; pero pienso que fue mentira porque semanas después se fue de forma inesperada y tuvo más de una cita con un pasado tormentoso que quiso volver a vivir.
—Por eso me di cuenta que te quiero a ti. Alex no es el tipo que yo quiero, a quien quiero eres tú. ¡Entiéndelo!
—Lo gracioso es que sabiendo que había vivido momentos desagradables y terribles junto a aquel tipo de su pasado fue devuelta con él. ¿Es que acaso no aprendió nada?
— ¡Alberto, te quiero a ti!
—Señorita por favor, me gustaría que evitara el contacto físico.
—Entiende lo que te digo. Te quiero a ti.
—Al final de la historia que le cuento, ella probó intentar volver con el ex novio sin importarle lo que sienta su actual pareja, a quien abandonó. Lamentablemente aquel sujeto de su pasado no había cambiado su manía por engañarla y fue entonces que Roxana intentó regresar con el buen hombre que dejó.
— ¿Y él entendió que ella lo quería a él?
—El fatal, doloroso y cobarde acto de abandonarme asesinó lo que sentía por ella.
— ¿No quieres regresar conmigo, Alberto?
—Disculpe señorita; pero yo a usted, no la conozco.
— ¡Alberto, por favor entiende!
— ¿Quién es usted? Y, ¿Qué quiere de mí?
— ¡Soy Roxana, tu amor!
— ¿Roxana? Ella se marchó. Yo a usted no la conozco. Disculpe; pero en ese taxi me voy.
— ¡Albero, no te vayas! ¡Si te vas será la última vez que me veas!
— ¿No entiendes que eso es lo que quiero?
Y la vio por el retrovisor del taxi. Roxana lloraba desconsolada y él se iba en busca de una cura para sus heridas.

Fin

- La luz que me rodea cuando me ves acercarme evidencia que vivo enamorado de ti. 
Te abras dado cuenta que se enciende con más intensidad cuando más cerca me encuentro de ti y cuando convergemos en ese cálido abrazo -que siempre necesito y que siempre encuentro- siento la paz que el mundo nunca sería capaz de entregarme. 
Mi deseo diario es mezclar mis labios con los tuyos durante el tiempo que dure el reinado de la luna. Besarnos hasta devorarnos.
Anhelo esos labios todas las mañanas y los busco hasta llegar la noche que es cuando por fin logro tenerte cerca y logran mis labios converger con los tuyos.
Tú, me haces sentir enamorado. Enamorado de tu esencia, de tus labios y tus besos, de tus abrazos y tus caricias, de tu espontaneidad para con la vida y de tus ganas de que el -juntos por siempre- funcione.
En las paredes de este corazón locamente enamorado se encuentra tu nombre pintado. Mi alma es moldeada por tus caricias.
El tiempo contigo suele ser similar a la eternidad, momentos en donde tu presencia abarca hasta la atmósfera que nos rodea.
Tú, mi amor, cultivas este amor que nace dentro de mi corazón, haces que la dicha llegue a mi interior, realizas mis sueños con aparecer al amanecer y decirme que me quede a tu lado al anochecer.
Verte rendida al lado de mi cama es lo mejor que me puede suceder, escucharte decir que me amas es el significado de esta felicidad y compartir contigo esta vida que me ha tocado vivir es el deseo que el de arriba quiso para mí.
Tú, llenas de amor y alegría mis días y yo solo me dedico a amarte.


Fin

Momentos

- Nunca me he preguntado, ¿Qué habrá sido de esos momentos? Es que siempre los disfruté. La vida está hecha de momentos, de ratitos como diría un cantante.
Es que cada momento simboliza un recuerdo; por ejemplo: El momento en que la vez a los ojos fijamente y le sonríes para luego preguntarle, ¿Quieres estar conmigo? Y ese otro momento, -entre nerviosismo e incertidumbre- en el que ella, luego de sorprenderse gratamente, piensa que responderte. No sabes si va a ser un sí o un no, te puedes quedar tranquilo con un -voy a pensarlo- pero los días posteriores te van a enloquecer (yo lo sé). Sin embargo, te acepta. Y viene ese otro momento, el primer beso de enamorados.
¡Al carajo los malditos agarres en las fiestas! El primer beso de enamorados es el momento más romántico que existe.
Y ese momento es imborrable, seguro más para ella, es que las mujeres son mucho más dulces que nosotros.
He allí uno de sus encantos, por ejemplo.
Sigamos hablando de momentos. Uno de momentos favoritos es cuando despierto de madrugada, solo entre la noche, en una oscuridad aterradora y aparentemente eterna y la veo a mi lado. Ella duerme, no sé que está soñando; pero veo una sonrisa en su rostro, es cuando me digo a mi mismo, que amo tenerla conmigo.
Y vuelvo a dormir para encontrarla en los sueños.
Los momentos forman nuestra vida, algunos quedan atrás y otros van a aparecer mientras avanzas. No te quedes pensando en el ayer, si te enfocas en el futuro es mejor.
Cuando uno hace el amor ocurren muchos momentos de gloria, tales como el hecho de empezar a besarla apasionadamente, quitarle las prendas lentamente y una vez desnuda, admirar toda esa preciosura para luego besarla.
Cabe resaltar que el amor crea una atmósfera, una atmósfera llamada amor como conté en un texto de mi libro. Y todo se torna perfecto.
Acaba cuando ambos, satisfechos, exhaustos, muy enamorados
-repito, muy enamorados- porque esto no se trata de hacer el amor y zafar como muchos suelen hacer, se trata de quedarse acurrucados, decirse un par de cosas lindas, mirarse, sonreír, amarse mucho más en ese momento, entre otras cosas -ya depende de cada pareja-.
El punto es hacerlo con quien amas. Se trata de hacer el amor, no tener sexo, siempre lo digo.
Volviendo al tema de los momentos, resulta imposible volver a vivirlos, eso queda claro; pero, ¿Cuándo uno comete errores? Sí, a veces es inevitable cometer errores; pero siempre es bueno aprender de ellos. Solo no cometas el error que cambiará tu vida para siempre.
Le pasó al personaje de mi novela, un sujeto que cometió muchos errores en su relación con su novia; pero en la novela, él tiene una segunda oportunidad.
En el entorno ficticio ocurre lo inesperado para la realidad; pero lo asombroso y seguramente lo que muchos quisiéramos que suceda; es decir, “el tiempo empieza a retroceder” y es momento de arreglar lo que hicimos mal.
Momentos, todo se trata de momentos. Disfruta cada uno de ellos, ese beso debajo de la lluvia o el beso de despedida en el pórtico de su casa, a su vez, el abrazo intenso cuando se nota que te extraña o el roce de las manos cuando discuten y quieren cogerse o cuando andan sujetos de la mano sin destino, es que importa ir juntos o el hecho de sonreír sin motivo, es que si esa sonrisa enamora, entonces, sonríe.
Cuantos momentos nombraría, me quedaría corto; pero si de algo estoy seguro -y me encanta esta afirmación- es que cada pareja tiene su momento especial y otro conjunto de momentos geniales. Hay que disfrutar todos, absolutamente todos y no los desperdicien discutiendo por pavadas cuando puedes reír por pavadas.
Entonces, ¿Vamos a disfrutar de los momentos que nos entrega esta maravillosa vida? Tú y yo, ella y tú, en universos paralelos, no somos tan distintos, disfrutemos de lo que nos entrega el día y la noche y seamos felices.

Fin



¿Qué le has hecho?

¿Qué le has hecho a mi cabeza? Que no te deja de pensar.
¿Qué le has hecho a mis manos? Que quieren acariciar tu piel, tu delicado y bello rostro. Coger tu mano y aventurarnos adonde nos lleve el camino.
¿Qué le has hecho a mis ojos? Que buscan tu mirada, que andan en busca de ti. Hipnotizados por tu mirada brillan como el sol al contemplar tu belleza.
¿Qué le has hecho a mis pies? Que caminan al compás de los tuyos. Siguen tus huellas y corren en busca de ti al escuchar el eco de tu voz a lo lejos.
¿Qué le has hecho a mis labios? Que buscan desesperados los tuyos. Que se contagian de tu dulzura y comparten su miel con la tuya. Que anhelan encontrar tu boca y viajar a la luna al compás de tus besos.
¿Qué le has hecho a mis dedos? Que escriben te quiero, te adoro, te extraño, te deseo y todas esas cosas bellas que este ser siente y puede llegar a sentir por ti.
¿Qué le has hecho a mi cuerpo? Que tiene tu aroma. Que aún mantiene el calor de tu cuerpo y que desea siempre refugiarse en tus brazos.
¿Qué le has hecho a mis sentidos? Que mi oído se emociona al escuchar la melodía de tu voz, mis ojos buscan tu mirada, mi lengua baila adentro de tu boca cuando te beso, mi nariz respira tu aroma y mis manos anhelan siempre tocar tu cuerpo desnudo.
¿Qué le has hecho a mi corazón? Que ahora late en tu nombre, se tatúa tu inicial, se alimenta de tu amor, sonríe al escuchar tu voz, se alegra al recibir tu cariño y te entrega su secreto, su sinceridad y su pureza encarnados en un extraordinario sentimiento que solo por ti anda sintiendo.
Y…
¿Qué le has hecho a mi mundo? Que ahora solo quiero compartirlo contigo.

Fin

¿Qué es la magia?

- Magia es cuando luego de haber intentando enamorarla conociendo sus gustos y pasatiempos, forma de ser y de pensar, le preguntas, ¿Quieres estar conmigo?
Magia es que tus besos sean únicamente de sus labios. Que el néctar que produce su boca se dirija solamente a ti. Que el deseo de besar solo conozca la dirección de su boca. Que sus besos sean tuyos y los tuyos de ella.
Magia es cuando el mundo se detiene -Sí, se detiene- cuando los cuerpos intentan fusionarse en el abrazo. Abrazo cálido, de reconciliación, que derrocha cariño, que refugia y que cuida, que expresa y que encariña.
Magia es ser fiel. Que tus ojos solo miren su belleza, que tus manos solo conquisten su cuerpo, que tus besos solo deseen sus labios, que tu olfato aspire el exquisito aroma que irradia de su cabello o cuello y que su voz sea como música de dioses para tus oídos.
Magia es cuando todos tus sentidos se enfocan en una persona.
Magia es hacer el amor, no tener sexo. Besar, no tener agarres. Tener a una mujer, no intentar conquistar a muchas.
Magia es amar únicamente a esa mujer, expresarle todos los días de todas las maneras y formas cuanto la amas y que ese amor sea perpetuo, porque de dos depende que por siempre exista.
Magia son ustedes dos.

Fin

Lo que es escribir

- Escribir no solo es abrir el archivo en Word, sintonizar música, colocar el café a un lado, encender el cigarrillo y presionar el teclado pensando en una musa y durante la noche.
Escribir es caminar por alguna calle al tiempo que observas a las personas y comienzas a imaginar sus vidas. Es ese repentino y maravilloso momento en el que te desconcentras del mundo y lanzas el grito: ¡TENGO LA IDEA! Enseguida, la anotas o guardas en un audio. En lo personal me encanta caminar e ir pensando en un sinfín de situaciones que podrían suceder, sucedieron o tal vez quisiera que sucedan. Utilizo a todas las personas que me rodean, pienso en ti, en ella, en aquel, en ese instante o en aquel o en ese día u otra noche. A veces la intensidad me atrapa y siento el nudo en la garganta; pero es la emoción que se escapa de mí ser. A veces hay unos ojos llorosos cuando es una escena dura; pero debe ser contada. Uno habla solo contándose así mismo la historia o se entusiasma cuando una idea parece atrayente.
Tantas veces es describirme sigilosamente camuflado en un personaje o en muchas ocasiones me traslado a distintos lugares. Y una vez que realizas todo ello al tiempo que vas al supermercado o a la casa de tu novia o simplemente andando porque te gusta caminar, llegas a casa, abres el archivo y empiezas a plasmarlo todo. Es un hermoso trabajo constante.
Me gusta escribir situaciones reales. Disfruto contando mis experiencias, relatando acontecimientos pasados que me fueron formando. Me desnudo cuando escribo, hago que quien me lea sepa quién soy mientras va hojeando las páginas de mi libro. Yo escribo sin pensar que algún día alguien me leerá o dirá: Me identifico con esto. Lo hago porque me gusta, porque adoro hacerlo, porque me libera y porque me siento en la necesidad de realizarlo. Y eso lo hace honesto.
Escribir es mi forma favorita de expresarme, de contar mis vivencias, de reflejar mis sentimientos y emociones, de decirle al mundo: Este soy yo, ¡Conózcanme! Escribir es el acto solitario y mayormente nocturno en el que me gusta envolverme volviéndose adicta la necesidad de querer dejar en el papel lo que uno va viviendo y sintiendo.
Escribo por placer, porque es un acto maravilloso y porque puedo contar y contarme a mí mismo todo lo vivido.
Escribo para ser feliz y amo vivir haciendo lo que amo, escribir.

Fin



domingo, 20 de diciembre de 2015

Anillos

I
Andaba saliendo con una muchacha, nunca llegamos a consolidar una relación amorosa; sin embargo, tuvimos algún que otro encuentro de labios. Pues, ella me regaló un anillo color negro que daba justo en mi dedo índice, entonces, cada vez que anotaba un gol y emulando a mi ídolo Raúl, besaba el anillo en referencia a esta chica; aunque con el tiempo fue únicamente en señal de celebración.
Más adelante conocí a otra persona, con quien sí empecé una relación amorosa; pero antes de ello, en nuestra primera salida, asistí al baño mientras la esperaba, para lavarme las manos con jabón tuve que sacarme el anillo, en pleno acto de enjuague sonó mi celular y tuve que secarme con rapidez, al contestar resultó ser ella quien preguntó sobre mi ubicación, le dije que estaba en el baño y que iba al encuentro. Salí tan apresurado que olvidé el anillo en el baño y nunca más volví a realizar esa celebración.
II
Le compré un anillo a mi chica, teníamos un buen tiempo de relación, nos llevábamos excelente y quería regalarle algo distinto, diferente a los peluches y tarjetas musicales, por ello resolví adquirir un anillo de plata con nuestras iníciales.
En dicho tiempo no andaba con mucho dinero en los bolsillos, a diferencia de ahora, por ello me pareció un regalo costoso que debía de darle en una ocasión especial. Además, raras veces regalo anillos, podría significar, quizá, algo muy significativo.
Le hice una cena ligera en mi habitación y se lo entregué, ella quedó encantada, le pareció muy lindo el detalle y la manera como dárselo.
Pues, el anillo lo llevaba para todos lados, prácticamente nunca se lo quitaba, eso me agradaba; pero esta muchacha tenía arranques de cólera cuando discutíamos y solía comportarse de un modo arrebatado. Entonces, en una riña que tuvimos, estábamos en un bus y de repente ocurrió un conato de gresca, no recuerdo bien los motivos; pero resulta que cogió el anillo y lo lanzó a la calle. Inmediatamente después nos asombramos y nos calmamos porque no podía ser que el anillo fuera a salir disparado por una estupidez.
Lógicamente terminé con ella, claro está que lo hice luego de bajar del bus e ir en busca del anillo, se sentía mal por haberlo botado de ese modo y yo estaba decepcionado por sus constantes reacciones severas.
No encontramos el anillo por más que lo buscamos durante bastante tiempo. Ella se echó a llorar y yo me mantuve quieto y callado, naturalmente me hallaba enojado y cansado de tanto buscar.
Adonde habrá ido a caer ese anillo porque se nos hizo imposible lograr encontrarlo.
III
Era el 14 de Febrero, tenía un tiempo importante con mi pareja y le obsequié un anillo. Ella y yo teníamos una relación estable, andábamos enamorados y deseábamos que todo siga su rumbo.
Resulta que fingimos ante nuestros amigos que el anillo era de compromiso y tuvimos la felicitación de los mismos, todo muy particular y bonito.
Con el paso de los meses el anillo desapareció. No lo veía en su dedo y cuando le preguntaba por su ubicación decía que lo tenía en uno de sus cajones; sin embargo, la verdad era que, simplemente, se perdió en el muladar que era su habitación.
Pero; por suerte, logramos encontrarlo debajo de la puerta, siendo constantemente maltratado por el abrir y cerrar, ahora era un anillo desecho; pero al ser de calidad pudo volver su brillo.
La historia como todas las anteriores va a terminar con la pérdida del anillo y es exactamente lo que voy a añadir.
En resumen: El anillo volvió a desaparecer y en el caos que es su habitación no lo encontramos jamás.
Parece que en estas historias los anillos tienen un final triste.
IV
Ante tanta insistencia me iba a comprometer. Pues, por ello, tuve la brillante idea de comprar un anillo de oro. Suena tonto; pero igual lo voy a decir, me costó un ojo de la cara y pensaba dárselo en una ocasión especial; aunque, realmente, me sentía presionado con ese asunto del compromiso, más que todo porque sus amigas ya se andaban comprometiendo con sus parejas y eso logra influenciar bastante.
Bueno, resulta que nunca le di el anillo porque terminamos. ¿Curioso, verdad? A mí me resulta gracioso porque logré comprar el ansiado anillo, iba a comprometerme y lidiar con todo ese asunto que no me agrada; pero debo hacerlo porque mandan las escrituras sociales.
El dichoso anillo se quedó en el bolsillo de una de mis casacas por largo tiempo, incluso, pensé en la posibilidad poco agradable de regalarle a mi vieja o de repente a alguien con quien me relacione más adelante; pero mi romanticismo iba a impedirlo, más que todo por el hecho sentimental.
Ese argumento se fue al carajo un fin de semana, en el que no llegaban las regalías, se me había trabado la tarjeta en el cajero y por ende andaba sin efectivo. Tenía una fiesta y no iba a ir con las manos vacías.
Un amigo cercano a quien voy a reservar el nombre; pero su nombre empieza con G y termina con O me vino a buscar desesperadamente porque quería un consejo para un regalo de aniversario. Le dije lo único que se me ocurrió, dale un anillo.
¡Buena idea! ¿Dónde puedo conseguir uno a estas horas? Se me prendió el foco en ese instante y le dije, yo tengo uno; pero es de compromiso, pensaba dárselo a mi ex; pero ya terminamos hace unos meses. Le enseñé y quedó encantado.
Admito que a pesar de la fiesta y el dinero necesitado no quería deshacerme del anillo con facilidad por ello resolví darle un precio exagerado; aunque me sorprendió para bien que haya aceptado. Además, presumió haber cobrado y con un apretón de manos el anillo fue a parar a los dedos de su novia.
V
No, no todos los anillos de este relato se van a perder. Esta historia es diferente.
Hace poco ando relacionándome sentimentalmente con una gran mujer, curiosamente; aunque debería no sorprender tanto dado el tema de este cuento, le di un anillo.
Maravillosamente todavía lo tiene en uno de esos dedos y me encanta verlo.

Fin

Las personas cambian

- “Las personas cambian” si alguna vez me lo hubieran hecho, no lo creería. 
Ahora me doy cuenta que uno termina desconociendo a las personas y es algo que me apena profundamente. De repente es de las situaciones más tristes que me toca vivir. El hecho de preguntarse, ¿Quién eres? Porque te juro que creí conocerte.