Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

martes, 29 de diciembre de 2015

Lejos

- No sé qué hago viendo tu perfil. Voy a decir que estaba aburrido y por eso te busqué. Mi intención no es agregarte como amigo(a) ni suscribirme a tu cuenta; aunque, por un momento pensé en la posibilidad de enviarte un inbox con un texto que empiece con “Hola” y posiblemente termine con “Aún te amo”. Pero no lo haré.
He aprendido a ser valiente.
Miro las dos únicas fotos que puedo mirar, porque tu perfil es estricto para tus amigos. Reviso tus últimas notificaciones buscando de forma muy ilusa -O mejor dicho, descabellada- que de repente, la frase “Te extraño” al lado de mi nombre pueda ser visualizada ante mis ojos. Sin embargo, como todo el mundo publicas lo que haces durante el día. La diferencia es que a mí no me interesa el mundo, me interesa lo que haces tú. Es una lástima que solo pueda ver un par de notificaciones.
Me llena de curiosidad, detesto la privacidad extrema de esta red social; aunque sé que es necesaria.
No obstante, me contenta saber que en las dos únicas fotos llevas bien puesta tu sonrisa. ¡Y no estás abrazada o besándote con alguien! Y eso da cierta esperanza (aunque no la entienda del todo).
No has cambiado, sigues bella. Con esa sonrisa y esa mirada.
Me pregunto, ¿Qué hiciste después de la foto? Me pregunto, ¿Qué pensaste en ese momento? Llevas una sonrisa de alegría, no una sonrisa fingida para la cámara. No pierdes el estilo para vestir, con chaqueta rasgada y pantalón jeans del mismo modo, me encanta. Como te extraño, haría cualquier cosa por encontrarme abrazado a ti segundos antes que aquella luz eternice el momento.
La noche continúa. La madrugada se encuentra en su apogeo y sigo mirando tu perfil.
Recuerdo por momentos los ratos que vivimos y me pregunto más de una vez, ¿Qué nos pasó?
Imaginar que hoy te encuentras lejos y que antes -hace algunos años- compartíamos la misma cama.
Ver tu perfil y no encontrar nuestra clásica foto juntos como portada, no volver a leer los estados que me dedicabas y ni siquiera poder dejarte en el muro un texto que describa lo bien que la pasamos juntos a lo largo del día, duele.
Duele no verme a tu lado, no leer los textos que me dedicabas y no poder escribirte lo que siento.
Lo nuestro se va convirtiendo en un recuerdo, un recuerdo que llevaré -Y espero que también lleves- para siempre dentro de mi mente. Quisiera que no fuese así; pero mientras más avanza la vida, más lejos te siento.
Y sentado aquí, al frente de la notebook, con tu perfil de Facebook abierto, observando tu fotografía e imaginando por ratos que hubiese sido de nosotros si no nos hubiéramos equivocado tanto, se va pasando la noche y mi vida.
Te extraño, repito después de un suspiro y a pesar que el cerebro me pida que no lo haga, voy a escribirte un inbox que comience con un “Hola” y termine posiblemente con un… “Aún te amo”.

Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario