Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

sábado, 18 de junio de 2016

Se vienen mis 30 años

- A veces se me olvida que voy a cumplir 30 años. Una ex novia me lo hizo recordar. Yo salía de cobrar el último cheque de mi antiguo libro, planeaba comprar unas prendas, trago y demás, estaba contento y la vez triste, se acababa el contrato con la editorial y andaba mentalizado en un nuevo libro (de hecho, el que se viene). Entonces, crucé la avenida Pardo para detener un bus, pero resolví jugar Te apuesto. Enseguida, al terminar y guardar la jugada, reconocí a la persona que cruzaba por la acera, llevaba una vestimenta elegante, un andar glamuroso y un rostro serio. Ella siempre fue fanática de las carteras, en una ironía, jamás le regalé una. De repente porque allá por el 2004 no podía costear una cartera Tommy Hilfiger o Michael Kors que se lucen en los escaparates del Jockey Plaza. Andaba mentalizado en la siguiente juerga e iba al Ovalo Gutiérrez a vender juegos de Super Nintendo para ir a Gotica. Cuestiones de adolescente.
Pues, nos saludamos amablemente, yo me veía distinto, un tanto fortachón, bien plantado, sonriendo como costumbre, ironizando con mi vida como de costumbre y emocionado porque al llegar a casa tendría mucho trabajo que hacer. Ella, por su parte, se veía seria, como preocupada, quizá, pensando en finanzas o clientes. Me lo hizo saber cuándo sugirió ir a un café. 
Fue gracioso, cuando estábamos recién abrían Starbucks y nunca nos gustó asistir, decíamos: ¿Cómo voy a pagar diez lucas por un puto café? Ahora era cuestión de mera poseria, la empresa te vende el confort, me dijo el profesor de Marketing en el primer semestre. Es curioso que lo haya terminado (y nunca ejercido).
Una vez sentados resolvimos ponernos al día. Dijo que trabajaba en tal lugar, que hacia tales cosas, que aún veía a dichas amigas (que me odiaban) y me sorprendió que añadiera: Ah, me caso a fin de mes.
Me remeció. ¿Y como así? ¿Quién es el valiente? Pregunté con mi común humor. Sonrió y respondió con la descripción del sujeto, de hecho, un pintor. En ese momento, sonreí. Realmente resulta muy peculiar que una mujer de empresa se case con un pintor, eso es lo que adoro de la vida y los amores, lo distinto que pueden ser y por lo que se unen.
Enseguida, lanzó la inminente pregunta: ¿Y tú, para cuando? 
Ya vas a cumplir 30, ¿Verdad? Debes de establecerte, no todo el tiempo vas a tener que lidiar con amores buscando historias que escribir.
Lo dijo todo. Claro, dos años y tanto de relación, obviamente me tiene que conocer.
Sonreí y le dije que andaba saliendo con alguien (mi novia actual) pero que todavía no pensaba en ello. Ahora, si vuelvo a verla, le diría, lo pienso a cada momento y lo anhelo.
Honestamente, me llenó de incertidumbre que dijera ello, que voy a tener 30 años y que de repente puedo haber logrado bastante en el sentido profesional pero que mi vida amorosa no haya tenido una importante estabilidad.
Cuando nos despedimos me fumé media cajetilla de puchos pensando en eso, en que voy a tener 30 años en meses y que no resuelvo el hecho de tener un amor verdadero. 
Me aterraba ese sentir, ese pensar, siempre he sido alguien que adora el amor en toda su expresión; pero, pues, naturalmente, luego todo fue forjándose con mi pareja actual y hasta podría decir que la he elegido para estar hasta el fin.
Y pues, los invito en noviembre a mi fiesta de 30, malditos, años.

Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario