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domingo, 26 de junio de 2016

Una charla extraña (con un amigo extraño)

- La otra vez me encontré con un amigo. La charla comenzó con la siguiente frase: Loco, me siento hasta las huevas, ¿Vamos a tomarnos unos tragos? Ya pues, le dije sabiendo que lo animaría salir a ventilarse un rato.
Llegamos a un pub miraflorino, pedimos unos tragos, cuba libre para ser exactos. Este enciende un pucho y me cuenta, loco no sabes lo que me pasa. No puedo relacionarme con chicas.
¿Repentinamente te comenzaron a gustar los hombres? Le dije e hice ademán de alejarme.
Soltó una risotada. Luego, calmado, añade con seriedad. Firme, te cuento pues. Dale, dale, cuenta, le digo mientras prendo mi cigarrillo.
Salí con una flaquita bien simpática, nos conocimos en el trabajo, tenemos cosas en común y toda la nota; entonces, tragos van, tragos vienen y puede que me haya gustado. Por eso, quise tener un acercamiento carnal, abrazarla y de repente, darle un beso.
La cuestión es que no sabía cómo hacerlo.
Lo miré confundido, ¿Cómo es eso? Le dije.
Resulta que no sabía que jugada realizar. Ella me mandaba sajiros decía, tengo frío, ¿Está corriendo mucho viento, no? Era obvio que deseaba un abrazo.
Me imagino, le dije luego de beber un sorbo.
Si, bro; pero no me nacía o no sabía cómo colocar mi brazo sobre su espalda y dejar caer la mano por su hombro, entonces, se hubiera recostado y PLING (el sonido fue chistoso) me la chapaba a los segundos.
Fue graciosa la forma como lo dijo. Fuera de eso, me confundió que no estuviera seguro, entonces, le dije: De repente no te gusta del todo y te estás forzando.
No loco, si me gusta; pero no se qué sucedió en ese momento, me sentí un idiota, era como si tuviera quince años y me estuviera gileando a una flaca.
Luego, me dice: Rafa, sabes, me pareces un chico muy lindo… y bla bla bla… En ese momento, en lugar de estar confiado, canchero, me puse totalmente nervioso, al punto de ruborizarme. Imagina eso, pues.
Pensé, que extraño. Y le dije: Loco, fácil y te gusta mucho que no quieres que piense que la quieres besar y listo. Por eso estas siendo cauteloso y déjame decirte que es bueno.
¿Tú crees?, me dice medio inseguro, fumando con rapidez.
¿O crees que he perdido el toque? Me dice y empiezo a reírme.
Eso no se pierde, de repente como hace mucho que no sales con alguien, te ha pasado eso.
Mira Bryan, eso puede ser recontra paja; pero te voy a contar lo siguiente, mas no me hagas roche.
Dale, estamos en confianza, huevon.
Tomamos los tragos y me dijo, ¿Quieres ir a mi casa?
En ese momento, te juro loco, que en lugar de sentir que se venía mi noche, no quise, me sentí desanimado.
Pero, ¿Por qué? Quise saber.
Fácil pues, la flaca solo quería coger o de repente, luego empezar algo; aunque si alguien puede follar en la primera cita, eso no paga para una relación.
Fue sensata su respuesta.
¿Aun así que pasó? ¿Fuiste o no a su casa?
¡Claro que fui pues, loco!
Me cague de la risa en ese instante.
Follamos rico toda la noche, yo sintiéndome un huevonazo queriendo ser un caballero y ella solo pensando en una noche de sexo.
¿Lo siguiente que pasó? Pregunta y se responde, ni me llamó.
En el trabajo me evita, a veces me saluda de un modo fresh, la saludo igualmente y al carajo todo. ¿Cómo es, no? Puta, a veces me asombran estas cosas que pasan.
La verdad, Rafa, me has dejado sorprendido. No creí que podría suceder algo así; pero bueno, como siempre digo, en esta vida todo puede suceder.
Salud por eso, responde enseguida. Salud, huevon, le digo y chocamos nuestros vasos.
Me dejó pensando, fue una charla curiosa y muy extraña.


Fin

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