La magia de escribir

- Me sorprendo leyendo mis textos pasados, los mismos que forman parte de mi libro y por ende, de mi historia y siento tantas emociones al saber que se trata de personajes reales, que de repente buscas en Facebook y los encuentras; entonces, te dices a ti mismo, esta es la magia de escribir, de haber hecho inmortales esos momentos, para volver a leerlos y volver a sentir lo que sentiste en ese momento -tal cual viaje al pasado- como si al leer estuviera nuevamente ahí o al terminar de leer, volvería llevándome conmigo lo que sentí en ese instante.
Como si esas personas nunca se hubieran alejado o fugado, como si permanecieran aquí, como si volvería a gozar de un momento a su lado y sentir todo lo que sentí en ese instante. ¡Como si tuviera el don de retener todo lo vivido! Como si ella, aquella, yo, ¡Tú!, convergiéramos en un libro. ¡Como si fuese el amo y señor del tiempo! Como si pudiera cogerlo y dejarlo caer en un libro para leerlo cuando veces desee y vuelva a sentir lo mismo que sentí al vivir esos ratos.
El pasado es una fuente interminable de inspiración, me siento bendecido por todo lo vivido -momentos gloriosos, complicados, asombrosos, etcétera- pero vivido al fin, vivido con intensidad, con honestidad, con locura, con pasión y tantas veces sin pensar en el siguiente momento. Tengo tantas historias que escribir, algunas en las que podría pecar de irresponsable -pero, sin embargo, me dan ganas de escribirlas- otras en donde no dejo de suspirar y extrañar esas épocas, algunas que son para siempre y suceden siempre. Personajes que nunca he caracterizado porque son tal cual los conocí y aunque el contacto se haya perdido, agradezco que sean como son. Escribir es eso, reflejar quien soy, de donde vengo y posiblemente donde voy, es que ustedes, personajes, vayan a caer por siempre en las letras de mis textos.
Escribo para capturar todos esos momentos, para inmortalizar personas y para perpetuar momentos. Para ser feliz al volver a leerlos que es igual a volver a disfrutarlos. Definitivamente, la magia de escribir.

Fin