Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

domingo, 13 de septiembre de 2015

Trayecto en bus

- Subir a un bus es bacán. Te encuentras con cada personaje.
El tipo con el nextel en alta voz que le dice a su amigo: Oe chulls, ¿Cómo es pe' pa' lo del finde? Y suelta una risotada.
La señora que no quiere pagar pasaje completo. ¡Qué no voy a regalarte la plata! Y el cobrador responde: Señito se viene del culo del mundo, falta veinte céntimos pe’.
Un sujeto no usa audífonos y pone música de su celular. Esa horrible canción del taxi se escucha y se fusiona con la cumbia de la radio del bus.
Sube un fulano y cuenta su triste historia con las drogas y pasa por los asientos vendiendo turrones.
Le doy un par de monedas, mas no acepto el producto de mala procedencia. Puedo terminar quedándome horas en el trono.
A pesar que uno sabe que ese dinero puede ir a parar a pasta básica de cocaína resuelve hacer la acción del día.
En la siguiente esquina sube una mujer embarazada y todos se olvidan del civismo. Yo que me encuentro en el medio, en un confortable asiento individual al lado de la ventana realizo la segunda acción del día y le ofrezco asiento. Sin embargo, en el otro paradero sube una voluptuosa fémina, con atributos despampanantes y todos se vuelven caballeros.
Al chofer siempre se le ocurre detenerse en verde. Los pasajeros gritan indignados; pero cuando cambia a rojo, el cara de palo voltea y molesto aclara: Como voy a avanzar si esta en rojo pe'.
Las carreras siempre están presentes, junto al otro bus, casualmente de la misma empresa, empiezan una riña verbal y después alucinándose Max Mad aceleran, a veces perdiendo el control y estrellando, otras veces, por fortuna, llegando al cúmulo de pasajeros antes que el otro. No les importa los gritos desesperados, obscenos y enfadados de los tripulantes, solo importa la gloria y esa es subir más pasajeros.
Pero, tantas otras veces, entran en razón y no corren de manera desenfrenada. Lo admito, a veces, solo a veces, pasa.
De pronto, el chofer frena de golpe y absolutamente todos, peor para quienes andan parados, van hacía adelante; aunque sorprendentemente el cobrador es el único que se mantiene firme (y sin estar sujetado al pasamano).
En otro paradero aborda el bus un viejo de barba blanca, delgado, con cola de caballo canosa y vestido de una manera extraña. Lanza un muy bien alucinado argumento sobre la Coca Cola, su odio y su repudio son expresados en griteríos eufóricos, al punto que ni siquiera con los audífonos puestos puedo evitar sus palabras.
Haciendo alusión a la ironia, le digo al vendedor que subió después: ¡Hey tigre, pásame una Coca Cola bien helena, por favor!
Tengo una cita a las seis y diez y el reloj marca las seis y cinco, todavía me encuentro en un terrible embotellamiento y estoy seguro que a pesar de gritar no va a avanzar, es curioso que haya empezado el relato con la frase: Subir a un bus es bacán.
Aún estoy lejos. He salido de casa una hora antes, entusiasmado y emocionado por encontrarme con esta persona y ahora estoy a punto de llegar tarde.
El conductor realiza una estúpida maniobra, -estúpida con mayúscula debería haberla escrito- y un oficial de policía lo detiene tocando el silbato con autoridad.
Escucho la conversación pensando que se solucionará con la sanción correspondiente; pero el chofer se cree rata ante un, sorprendente, incorruptible oficial, quien no acepta los diez soles ocultos en los documentos. Se baja y siento que todo está perdido.
Subí al bus sonriente y emocionado y ahora me siento estresado y algo jodido.
Milagrosamente, no sé cómo; pero logran arreglar, el chofer sube al bus y acelera (queriendo escapar de la situación o porque es marea verde) sea como sea, llego a tiempo a mi destino. Bueno, unos diez minutos tarde.
Desciendo del bus con media botella de Coca Cola Zero en mano, audífonos puestos y acelerando mis pasos al instante de tocar la acera. Por suerte, llego a tiempo.
La cita resulta estupenda, todo sale genial y después de la misma, resuelvo caminar rumbo al paradero para aventurarme de nuevo a la diversidad de emociones que es viajar en bus.
¿Y tú, que has vivido en un bus?


Fin


No hay comentarios:

Publicar un comentario