—A veces no te da por pensar que ya no hay nadie, me dice un buen primo (que aparte es mi vecino) en el paradero—.
—Sí. A veces lo pienso y me da nostalgia—.
—La gente cambia, añade con seriedad—.
—Eso es verdad, por ejemplo, tengo una amiga que cambió radicalmente y ya no nos hablamos—.
—Además, el resto de los muchachos, se fueron casando y teniendo hijos, dice igual de serio—.
—Es una extraña soledad la que se siente cuando ocurre esa nostalgia; pero, a pesar que sonría porque son recuerdos bonitos, sigo sintiendo pena—.
Sonríe y dice, es irónico, ¿no? Sentir nostalgia mientras sonríes. Eso es porque son buenos recuerdos.
—Sí que lo son, acoto sonriendo—.
—Yo tengo una teoría, déjame contártela: Estamos llegando a los treinta, hemos hecho un huevo de cosas, no nos arrepentimos de ninguna, entramos a una nueva etapa y sentimos nostalgia con una sonrisa porque no viviremos lo pasado; pero fue chévere y por eso sonreímos, porque hicimos prácticamente lo que nos venga en gana—.
—Honestamente tienes razón, yo pienso igual. Estamos yendo a una nueva etapa y hay algunas cosas que dije que nunca haría y ahora que las pienso podrían resultar interesantes y hasta muy agradables—.
Empieza a reírse, me contagio de su risa y dice: Es verdad, eso es verdad.
—Bueno, es así pues, ¿No? A veces uno coge el cel intentando llamar a alguien para hacer algo; pero te das cuenta que todos están haciendo sus vidas. A veces ni siquiera puedo pasar tiempo con mi chica por lo que te conté. A veces solo hay soledad, le digo emulando su seriedad—.
—Pero; lo bueno es que no será para siempre porque nosotros también iremos por esa senda, ¿Y sabes algo? ¡Nos va a gustar! —
Nuevamente reímos.
—Nos gustará porque es lo que deseamos ahora. Ya no me asombra anhelarlo, amo la estabilidad, le digo—.
—Yo también y es lo que me gusta de esta nueva etapa, añade—.
— La idea es la estabilidad y el equilibrio en todos los ámbitos, le comento con una sonrisa—.
—Definitivamente, añade sonriente porque pensamos igual—.
— ¿Subes el siguiente bus? Podemos seguir hablando mientras allí.
—Vamos, le digo— y seguimos la charla en el bus.
—Sí. A veces lo pienso y me da nostalgia—.
—La gente cambia, añade con seriedad—.
—Eso es verdad, por ejemplo, tengo una amiga que cambió radicalmente y ya no nos hablamos—.
—Además, el resto de los muchachos, se fueron casando y teniendo hijos, dice igual de serio—.
—Es una extraña soledad la que se siente cuando ocurre esa nostalgia; pero, a pesar que sonría porque son recuerdos bonitos, sigo sintiendo pena—.
Sonríe y dice, es irónico, ¿no? Sentir nostalgia mientras sonríes. Eso es porque son buenos recuerdos.
—Sí que lo son, acoto sonriendo—.
—Yo tengo una teoría, déjame contártela: Estamos llegando a los treinta, hemos hecho un huevo de cosas, no nos arrepentimos de ninguna, entramos a una nueva etapa y sentimos nostalgia con una sonrisa porque no viviremos lo pasado; pero fue chévere y por eso sonreímos, porque hicimos prácticamente lo que nos venga en gana—.
—Honestamente tienes razón, yo pienso igual. Estamos yendo a una nueva etapa y hay algunas cosas que dije que nunca haría y ahora que las pienso podrían resultar interesantes y hasta muy agradables—.
Empieza a reírse, me contagio de su risa y dice: Es verdad, eso es verdad.
—Bueno, es así pues, ¿No? A veces uno coge el cel intentando llamar a alguien para hacer algo; pero te das cuenta que todos están haciendo sus vidas. A veces ni siquiera puedo pasar tiempo con mi chica por lo que te conté. A veces solo hay soledad, le digo emulando su seriedad—.
—Pero; lo bueno es que no será para siempre porque nosotros también iremos por esa senda, ¿Y sabes algo? ¡Nos va a gustar! —
Nuevamente reímos.
—Nos gustará porque es lo que deseamos ahora. Ya no me asombra anhelarlo, amo la estabilidad, le digo—.
—Yo también y es lo que me gusta de esta nueva etapa, añade—.
— La idea es la estabilidad y el equilibrio en todos los ámbitos, le comento con una sonrisa—.
—Definitivamente, añade sonriente porque pensamos igual—.
— ¿Subes el siguiente bus? Podemos seguir hablando mientras allí.
—Vamos, le digo— y seguimos la charla en el bus.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario