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viernes, 8 de abril de 2016

Breve charla en el paradero

—A veces no te da por pensar que ya no hay nadie, me dice un buen primo (que aparte es mi vecino) en el paradero—.
—Sí. A veces lo pienso y me da nostalgia—.
—La gente cambia, añade con seriedad—.
—Eso es verdad, por ejemplo, tengo una amiga que cambió radicalmente y ya no nos hablamos—.
—Además, el resto de los muchachos, se fueron casando y teniendo hijos, dice igual de serio—.
—Es una extraña soledad la que se siente cuando ocurre esa nostalgia; pero, a pesar que sonría porque son recuerdos bonitos, sigo sintiendo pena—.
Sonríe y dice, es irónico, ¿no? Sentir nostalgia mientras sonríes. Eso es porque son buenos recuerdos.
—Sí que lo son, acoto sonriendo—.
—Yo tengo una teoría, déjame contártela: Estamos llegando a los treinta, hemos hecho un huevo de cosas, no nos arrepentimos de ninguna, entramos a una nueva etapa y sentimos nostalgia con una sonrisa porque no viviremos lo pasado; pero fue chévere y por eso sonreímos, porque hicimos prácticamente lo que nos venga en gana—.
—Honestamente tienes razón, yo pienso igual. Estamos yendo a una nueva etapa y hay algunas cosas que dije que nunca haría y ahora que las pienso podrían resultar interesantes y hasta muy agradables—.
Empieza a reírse, me contagio de su risa y dice: Es verdad, eso es verdad.
—Bueno, es así pues, ¿No? A veces uno coge el cel intentando llamar a alguien para hacer algo; pero te das cuenta que todos están haciendo sus vidas. A veces ni siquiera puedo pasar tiempo con mi chica por lo que te conté. A veces solo hay soledad, le digo emulando su seriedad—.
—Pero; lo bueno es que no será para siempre porque nosotros también iremos por esa senda, ¿Y sabes algo? ¡Nos va a gustar! —
Nuevamente reímos.
—Nos gustará porque es lo que deseamos ahora. Ya no me asombra anhelarlo, amo la estabilidad, le digo—.
—Yo también y es lo que me gusta de esta nueva etapa, añade—.
— La idea es la estabilidad y el equilibrio en todos los ámbitos, le comento con una sonrisa—.
—Definitivamente, añade sonriente porque pensamos igual—.
— ¿Subes el siguiente bus? Podemos seguir hablando mientras allí.
—Vamos, le digo— y seguimos la charla en el bus.

Fin

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