Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

viernes, 11 de marzo de 2016

Curiosamente, adiós

- Nunca entendí la razón por la cual terminamos. Éramos tal para cual, amábamos pasar el tiempo juntos y dedicarnos a nuestros debidos quehaceres. Ella en el asunto de su carrera y yo intentando encontrarme, luchando contra seres despiadados como Álgebra, Aritmética y Geometría en lugar de asociarme, de una vez, con la Literatura. Llevaba muchas dudas dentro de mí; además, no creía en el potencial que alguna vez dijeron, llevaba dentro. Mientras tanto, ella comprendía mis idas y venidas, mis faltas a las clases y los retrasos inminentes. Trabajaba para sí y teníamos el placer de darnos gustos, íbamos a comer a distintos restaurantes y solíamos ir al cine una vez por semana. Veíamos cualquier película, no teníamos una en mente antes de asistir; pero lo indispensable era tener el respectivo balde de cancha. Tan apropiado para cualquier situación, tal cual, ver películas echados sobre la cama o simplemente porque nos gusta y se hace imposible no disfrutar de su sabor.
Aparte de ello, teníamos aprecio por la vida salvaje y la fauna, los animales de cualquier clase llamaban nuestra atención, también los libros, generalmente aquellos llamados clásicos. Yo soñaba con ser parte de ese selecto grupo y ella, en lugar de reír, apoyaba mi fantasiosa idea. Creía; pero nunca lo dijo, que debía dedicarme únicamente a escribir. Yo lo sabía, tenía en mente ese hecho; pero temía, no quería fallar en el intento. No me daba cuenta que fallar es parte de un objetivo.
Llevamos más de dos años juntos, con contra tiempos y gratos momentos; aunque para ser honesto, dudo mucho que haya habido un embrollo que nos alejara por semanas. Todo lo solucionábamos charlando, hablando con la mirada en los ojos y las palabras correctas; sin embargo, es curiosa la manera como terminamos, como todo se desplomó como un castillo de naipes, como el sueño de estar juntos por siempre cayó rendido ante el inminente adiós.
Hubo una riña, de esas que no parecían ser gran cosa; pero sorprendentemente, tardamos en arreglarla. Uno de los dos, no recuerdo cual, tenía la razón; pero ambos creíamos que teníamos parte de ella. ¡Sí, mera estupidez! Vago orgullo y poca iniciativa por solucionar. Algo asombroso porque charlar y arreglar los asuntos era parte de nosotros.
Recuerdo esa pelea en especial, no tanto por el hecho, sino por lo que sucedió después.
No hablamos durante dos días, al tercero recibí una llamada, casualmente, cuando estaba a punto de llamarla.
Me voy a Canadá, me salió un trabajo que no puedo rechazar.
Quedé estupefacto; aunque al comienzo creí que se tratase de una broma.
Amor, no hagas esa clase de bromas. Justo te iba a llamar para aclarar ese asunto, parecemos tontos peleando como las otras parejas. ¿Te veo más tarde?
Parece que no lo entiendes. Me voy a Canadá en un par de horas, estoy en el aeropuerto con mis padres, solo te llamaba para avisarte.
En ese momento supo que estaba hablando en serio y el asombro incrementó notablemente.
¿Qué me estas queriendo decir?
Que me voy, no puedo desaprovechar esta oportunidad.
Hablaba con suma frialdad, no parecía ser la chica dulce que días antes me abrazaba y repetía que me amaba.
Un momento. ¿En qué momento decidiste que te ibas? No comprendo, creí que todo iba bien en tu trabajo actual.
Hace mucho vengo evaluando esta oportunidad y ayer me confirmaron sobre el puesto, no lo puedo rechazar, estoy segura que entenderás.
Lo que entendí fue que le importaba un bledo la relación; pero no se lo dije en esa llamada, lo que le dije fue lo siguiente: Voy al aeropuerto, no te vayas aún.
Me subí al auto y llegué tan rápido como pude. Efectivamente, ella se encontraba con las maletas y sus padres a un lado conversando entre sí. Todo era extraño, hace días éramos la pareja ideal y ahora presenciaba una supuesta partida.
¿Qué haces acá? Preguntó al verme. Vine para impedirlo, ¿No te das cuenta de lo que haces? Entiendo que hayamos tenido una riña, no tenemos ninguna en meses, no puedes coger tus maletas y partir de repente, sin explicaciones ni previo aviso. Eso no se hace, le dije un tanto ofuscado y otro tanto nervioso.
Ella no dijo nada, tampoco dio indicios de ser la chica que conocí, era una persona completamente distinta, eso me asombraba todavía más.
Tenemos dos años y tanto de relación, nos llevamos increíble, no tienes porque hacer esto, me resulta absurdo y asombroso. Hoy me levanté con ganas de llamarte y solucionar el malentendido, te extrañé toda la noche y quise pasarla bien por la tarde, salir a pasear o hacer algo; pero me encuentro con esta situación que me deja perplejo. No puedo creer lo que estas a punto de hacer.
Quise arrancarme los cabellos del desespero que sentí, la ansiedad y la confusión que yacía en mí.
Oye, ¿No te das cuenta? En esta vida a veces uno busca su propio beneficio.
Fue esa frase la que me hizo entender que los dos años anteriores había estado con una persona completamente distinta a la que veía y escuchaba en ese instante.
Comprendo.
¿Y sabes? Te vas a arrepentir de tu decisión, porque alguien como yo no vas a encontrar.
Solo le dije la primera palabra, el resto se quedó atrapado en la garganta. Di la vuelta y me fui.
A veces como la vida llega a ser tan injusta y aparecen momentos en los que el castillo de naipes se desploma. Como pueden existir personas que te muestran una faceta y te ocultan otra.
Pasaron dos años, ella volvió. Lo supe porque me llamó para invitarme a su cumpleaños, añadió que le gustaría charlar y demás; pero no asistí.
Días después volvió a llamar, me dijo para salir a caminar, de repente empezar a socializar y quizá, aventurarnos a retomar lo que fuimos; pero fui claro, le dije que no tenía deseos de empezar algo con alguien que no fue honesta.
Intentó comunicarse conmigo una tercera vez; pero le dije que había empezado una relación. Entonces no volvió a llamar.
Vive en la capital, no se ha vuelto a ir, a veces no comprendo porque lo hizo, otras veces pienso que fue una estupidez.
Pero, ¿Qué puedo hacer? La gente se equivoca y a veces las consecuencias son el cambio de lo que dejas.
Ella al volver quiso retomar; pero yo era otra persona en una nueva relación.

Fin


No hay comentarios:

Publicar un comentario