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martes, 24 de noviembre de 2015

Pensamientos 2

- Siempre me aferro a creer que una relación no puede terminar, por ello, suelo entregarme en cuerpo y alma, con convicciones intactas y una gran gama de soluciones.
Soy un hombre que ha tenido amoríos de tiempo, he durado bastante con las novias que tuve, curiosamente, he terminado con todas; pero, claro está, todo se vuelve literatura y escribo sobre mis relaciones inmortalizando a las protagonistas; que, actualmente, no suelo frecuentar y de repente, para bien o para mal, resultan ser otras personas.
A este punto quiero llegar. “Otras personas” es una frase curiosa y muy profunda, aparte de ser una gran verdad. Pienso; aunque quisiera equivocarme, que las personas mutan cuando se alejan de las relaciones. Podría entenderlo, si terminas porque el tipo te hizo infiel o porque te engañó con tu mejor amiga o de repente porque te golpeaba, puede que sea bueno que cambies; pero si todo fue estupendo y de repente llegaron a un punto de quiebre en donde poco a poco se fue marchitando y resolvieron, sensatamente, terminar, creo que el hecho de cambiar radicalmente resulta escalofriante, peor aún, comportarse como alguien que nunca tuvo un cimiento en valores. Lo que trato de decir es que se vuelve alguien que nunca conociste. Una figura distinta, un alma oscura, la persona que jamás creíste que fuera a ser y piensas, naturalmente, que te decepciona sus acciones, su sentir y demás. Claro, puede que se te olvide al instante y pienses, que carajos, es su vida; pero luego vuelves a reflexiones y atinas diciendo; pero alguna vez estuvo conmigo y fue distinta. ¿Qué rayos le sucedió? Bueno, una pregunta retórica; sin embargo, penosa.
Para las mujeres con quienes me relacioné sentimentalmente alguna vez siempre les voy a desear lo mejor, mis amores han terminado de un modo natural (por decirlo así) sin rencores ni resentimientos; aunque, de hecho, existieron en algunos momentos; pero charlando todo se fue arreglando.
Me apena que se vuelvan desconocidos, actuando de una manera opaca y distinta, olvidando su esencia y quienes fueron.
No obstante, al fin y al cabo, no juzgo, solo dicto lo que pienso y apena que se conviertan en personas que nunca conocí.
Bueno, al final como siempre repito: Todo se vuelve literatura y yo escribiré sobre cómo fue cuando la conocí, no como la otra persona que es ahora.

Fin


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