Mi nuevo libro

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martes, 12 de diciembre de 2017

En el Real Plaza

- Hoy mientras leía ‘Aura’ de Carlos Fuentes al tiempo que cargaba mi celular en un centro comercial, una muchacha me dijo: Ese libro es maravilloso. La vi y le sonreí para luego continuar con la lectura pensando que solo se trataba de un comentario; pero ella insistió: Con facilidad no se encuentran chicos lindos leyendo libros. Ya el comentario tenía otro cantar, entonces, le puse atención. Pues, leer es uno de mis pasatiempos, respondí y volví a sonreír. Yo también leo y mis amigos me tratan de rara. Dijo otra serie de cosas en referencia a su situación actual, yo la escuchaba atento sosteniendo el libro con ambas manos; entonces, añadió, ¿Cómo es qué te llamas? Le dije mi nombre, me dio el suyo y me estrechó la mano, ese acto fue dulce. Comenzamos a charlar con mayor fluidez, ya dando percepciones de otros libros y demás. Pasaron treinta minutos y me hizo otra pregunta, ¿Cuántos años tienes? Sonreí en ese instante y le dije, adivina. Me dijo, veintitrés. Reí. Veinticinco. Volví a reír. Tengo treinta y uno. Asu, no parece, dijo con sorpresa y realmente se me hizo muy chistoso. Mi celular ya había cargado lo necesario y debía de estar en un asunto en algunos minutos, por dicha razón tuve que despedirme; pero antes me dijo para salir otro día. Es extraño, generalmente es el hombre quien invita a las chicas -si estoy siendo desubicado, me disculpo- le dije que anotara mi celular al tiempo que aclaraba: No sé porque quieres salir conmigo, si te llevo como una década. Dijo: Eres apuesto y me encantó como hablamos. Los chicos que conozco piensan en estupideces, son inmaduros; pero tú eres un hombre de verdad. Esa frase se me quedó grabada. Sobre todo por la forma como lo dijo, tan segura de sí. Me despedí al rato y al cabo de minutos me escribió: Hola, ya estás aquí. Me gustó charlar contigo, eres muy interesante; pero no me dijiste a que te dedicas. Ya hablaremos más. Ah, tienes lindos ojos. Besos. 
Todavía no le respondo; pero es una simpática anécdota.
Las cosas que ocurren cuando uno lee y carga el celular en el Real Plaza.



Fin

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