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sábado, 2 de enero de 2016

El amor no es sacrificio, es convicción

- Que irresponsables son algunos al afirmar lo siguiente: Si estamos destinados a estar juntos, el destino o la vida nos unirá.
Le entregan la responsabilidad a la vida, quien debe andar ocupada resolviendo otros asuntos.
Si ella o él viven o se encuentran a cientos de kilómetros, ¡Ve a verla! Tengan la convicción de subir al bus o al avión e ir en su búsqueda para converger en un abrazo o un beso.
A veces vive a pocas cuadras y ni siquiera tienen las agallas para tocar el timbre de su casa. Estúpidamente se autodenominan orgullosos.
Si no tienes dinero para el pasaje, ¡Trabaja! Y no digas que no tienes tiempo porque es solo una excusa, ¡Uno se crea su propio tiempo!
Luego se deprimen cuando ven a una pareja abrazarse sobre la banca de un parque, envidian a quienes se dan un beso bajo la lluvia, desean lo que la novia(o) de su amigo(a) tiene y puede gozar de su presencia siempre. Envidian a quienes van al cine o al café o restaurante con su novia(o) al lado. Detestan las trece más uno de febrero y hasta exigen un milagro que hiciera aparecer mágicamente a esa persona, hasta oran para que suceda, como si Dios tuviese tiempo para esas cosas.
El amor se trata de convicción, de convertir todo lo que afirmas sentir en acciones, de evitar decir tantas veces te extraño y abordar ese avión o subir a ese bus e imaginar un futuro encuentro con una sonrisa de oreja a oreja mientras avanza el transporte.
Diferencias acerca de ideales, familiares, sociales, todo se resuelve con convicción, con las ganas que ese amor -que tantas veces afirmas sentir- inculca en ustedes para realizar lo que sus corazones gritan y sus cuerpos exclaman. Si todo fuese, verdaderamente, por amor, entonces no tendría que escribir esto.
Esto no solo se trata del amor a distancia, también de esas relaciones en donde la familia de la otra mitad afecta la relación -y uno se pregunta, ¿Por qué? Si amar es libre- de igual manera sobre diferencias sociales, que me parece mera estupidez.
¡El amor no es sacrificio, es convicción!
Y si esa otra mitad no realiza lo mismo, si se rinde a medio camino, si se marchitan sus ganas y se siente derrotada(o) y decide abandonar el camino para más adelante -luego de que te alejes- estúpidamente, -¡Sí, estúpidamente! Venga a decir que “nunca la amaste”, siendo lo más insensato que alguien puede llegar a decir.
¡Siéntete bien contigo mismo si eso sucede! No te reproches absolutamente nada, ¡Has dado todo de ti y siéntete orgulloso de eso! Ponte frente al espejo y a pesar que joda, que exista ira y frustración, sonríele a ese ser que miras, ese mismo ser que supo darlo todo y que logró derrotar a la distancia, a las diferencias les encontró soluciones, a las trivialidades las volvió eso, trivialidades y supo a capa y espada hacer que su amor salga victorioso.
No juzgues a quien no supo tener tu misma convicción y no entregues todo por tener el privilegio de sentirte bien contigo mismo, lo das todo por amor y el amor te recompensa con amor.
Pero si aquello no sucede y la convicción de ambos logra ser invencible, el resto se llama felicidad. No te voy a decir que será perfecto, pero sí ideal.
¡El amor existe y depende de dos que por siempre exista!
Recuerda, “El amor no es sacrificio, es convicción”.

Fin

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