Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

lunes, 9 de julio de 2018

El asunto de escribir

- Tres semanas sin avanzar el nuevo libro, ¡Al fin ha llegado el momento de teclear las vírgenes ideas! Pienso emocionado mientras coloco el café sobre el escritorio, preparo los dedos y abro la hoja en blanco.
En ese momento, alguien toca la puerta.
Bryan, en una hora viene tu hermano de su viaje a la Antártida e iremos a comer alitas picantes donde el mexicano de Chorrillos.
Listo, respondo con frescura.
Froto las manos y me preparo. Leo un poco los últimos párrafos para devolver mi alma a la historia.
Entonces, seguimos de este modo, pienso.
Bry, han venido a buscarte unas chicas para que les firmes sus ejemplares, dice la muchacha que suele desarrollar los quehaceres de la casa.
Salgo de la habitación en dirección a la ventana, las veo emocionadas, les devuelvo la sonrisa y bajo. Saludo, firmo ejemplares, me saco selfies y charlo un rato sin coquetear. Es una ley primordial nunca mantener una relación íntima con una lectora.
(Lo digo en serio, no es broma).
De nuevo en mi escritorio, sintonizo una melodía instrumental y trato de escribir.
Bra, lamento molestarte; pero necesito que me prestes dinero, dice mi otro hermano tocando la puerta dos veces por palabra. Es que el banco está lleno, es fin de mes, todos están cobrando.
Brother, sabes que nunca manejo sencillo, le digo con calma.
He visto un billete grueso en tu billetera, dice con voz timorata.
Entiende, voy a salir con una chica y puede que me ponga al día de una vez, dice con voz emocionada.
¡Maldita sea! Se supone que ese dinero era para comprar los libros que tengo en mente, pienso. Abro la puerta y le doy para que no siga interrumpiendo.
De vuelta en la literatura, pienso en las ideas que se han ido por esas idas y venidas de hace poco, las recupero y las traslado a la hoja.
El tiempo de escribir es corto, otra vez alguien me interrumpe y esta vez por celular.
Bryan, por favor, ¿me puedes enviar ‘Una noche, una musa y un teclado’ en PDF? Escriben cientos de personas.
Atiendo a todos por igual, en ese preciso momento y con la amabilidad que me caracteriza. Enseguida presiono mute y sigo con la escritura.
Al rato, veo el celular prenderse, un hombre llamando, editor llamando, editor llamando de nuevo y otra vez y otra vez.
Hola mi queridísimo editor, le digo con exagerada emoción.
Bryan Barreto, ¿Cómo va el nuevo proyecto?
Veo la hoja y pienso: Todavía falta mucho, tal vez, demasiado. Y eso que tengo que corregir.
Bien, bien, avanzando, de hecho, ya me falta poco.
Excelente. ¡Esas sí son buenas noticias! Dice entusiasta.
Ya pronto te mando el manuscrito.
Lo esperaré ansioso.
Ahora, ¿me dejas trabajar?
Pensaba decirte para salir y adelantar la celebración.
Son tres de la tarde de un martes, le digo.
Entonces, el sábado, responde.
Queda, le digo.
Ahora sí, a escribir, me digo luego de colgar. Siento una presión en la espalda como consecuencia de mis palabras al editor.
Avanzo a cabalidad, me siento inspirado, estoy modo Maradona llevándose a los ingleses o como un artista dibujando a su musa, no me detengo, la historia toma forma, el capítulo se termina, me gusta cómo va quedando, no voy a tener que realizar ediciones, va bien el párrafo, se desenvuelve de mejor manera, la fórmula secreta cobra vida, estoy haciendo un trabajo estupendo con los diálogos, fluye con naturalidad y romanticismo, genero emociones en mi interior, estoy satisfecho y cuando voy a culminar la escena, vuelven a tocar la puerta.
Pa’… ¿Vemos una película? Ya acabé de leer ‘El principito’ y mi mami acaba de salir con la abuela.
Dame un minuto, mi amor y vemos lo que gustes, le digo.
Voy prendiendo la tele y poniendo Netflix.
Me emociona que lo haga con tanta facilidad, es tan inteligente que me llena de alegría. Usa los controles mejor que yo, que a la justa sé cómo usar el WhatsApp.
Y ya, sin remedio y sin desear la cura, pienso: Voy enseguida, disfruto de la vida y vuelvo a esta dimensión.
Me coloco a su lado, sintoniza Frozen y empezamos a verla.

Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario