Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

jueves, 9 de febrero de 2017

Luana

- Un verano como este hace nueve años regresé de Arica – Tacna donde viví una de la más extraordinaria y loca travesía.
Esto incluye una convivencia, una familia de locos, borracheras y demás.
Lejos de hondar en ello (porque lo reservo para mis próximos cuentos) recuerdo que tiempo después, ya habiendo terminado mi amorío con dicha fémina de padre peruano y madre chilena, recibí una sorpresiva llamada de su parte.
Recuerdo claramente que terminamos en buenos términos, pues, resolvimos nuestras diferencias sobre nuestra convivencia.
Éramos dos amantes y amigos de viernes a domingo; pero dos esposos que se odian con el paso del tiempo el resto de días.
Además, vale resaltar que tenía una importante paranoia con algunas personas de mi entorno, en términos coloquiales: Era una celosa del demonio. Quería la clave de mi MSN y HI5 y yo jamás se la daría.
Mi privacidad es primordial en toda relación. Ella no era así cuando salimos y nos enamoramos, se volvió posesiva y celosa cuando convivimos. Estuvimos catorce meses juntos.
La llamada no me sorprendió, lo que sí me sacó de las casillas fue su frase: Bryan, estoy embarazada.
En ese instante pasaron muchas cosas por mi cabeza, yo era joven, un poco loco, paraba de fiesta en fiesta, andaba con mis amigos a quienes llamaba demonios y nos involucrábamos en un sinfín de situaciones que no voy a mencionar jamás.
¿Qué carajos le voy a decir a mis viejos? Que me fui a vivir meses a otra ciudad junto a mi novia y que ahora seremos tres.
Mis ingresos solo alcanzaban para libros, rones, cine de los martes, cigarrillos y eso que vendían en una calle de Lince.
¿Cómo rayos iba a mantenerlo? Era un completo irresponsable y como decían las vecinas, un degenerado del alcohol.
No obstante, le dije: Estoy anonadado; pero, bueno, espero que sea hombre para que sea como Batistuta.
Tras una breve risa, que de repente la calmó, porque la noté tensa y preocupada, dijo: Mis padres no lo saben, Bryan. ¿Qué voy a hacer? No puedo hacérselo saber sola, tienes que venir para decirles. Querrán que nos casemos o que volvamos a vivir juntos. ¿Podríamos intentarlo?
Su padre era un completo idiota. Su madre me caía bien. Su hermano el cómplice de todo y su hermana mayor andaba con su marido.
No tenía muchas amigas, cuando vivíamos juntos le decía: Sal con tus amigas; pero ella prefería quedarse a mi lado, yo en el MSN chateando con mi gente y ella curioseando. Se terminó quedando sin amistades.
No me arrepiento, acepté que vivamos juntos porque estaba enamorado y cuando uno se encuentra en ese estado lo acepta todo.
Además, era incómodo besarnos en la sala de su casa, por eso, rentamos un departamento cerca al triangulo de hoteles ubicado frente al terminal terrestre.
Su padre se opuso al inicio, a su madre le encantó la idea, me veía como un sujeto honesto y serio, nadie me veía de ese modo en Lima. A su padre lo convencimos durante varias charlas en el almuerzo. Él, fiel a su religión, me dijo: Conviven; pero se casan a los dos años, eh.
Sí, claro señor, le dije; pero en mi mente, decía, ¿casarme? Ni loco.
Ella se ilusionó con esa idea, le dio un beso y abrazó a su progenitor, quería convivir y luego casarse, tener hijos y demás. Yo no tenía esos planes, quería seguir viviendo mi vida llena de libertinaje.
Voy a Tacna, le dije con seriedad. Pero, Mariana, sobre lo otro, no estoy seguro. Ha pasado tiempo y ya no siento lo mismo. Si estas embarazada, yo me haré cargo; pero sin compromisos contigo.
Fui claro como suelo serlo. No la amaba. El convivir había sido una experiencia bisagra: Buenas fiestas y hacer el amor por las noches y peleas porque me quedo viendo tele hasta tarde. No tenía sentido volver.
Está bien, entiendo, dijo con nostalgia y seriedad.
Voy a comprar un boleto de avión por internet y viajo esta semana, ¿te parece?
Si, como quieras. Ya sabes dónde encontrarme, me dijo de mala gana.
Me acuerdo que al colgar le comenté todo esto a mí mejor amigo, quien enseguida y al conocerla, no físicamente; pero sí tras todo lo que le fui contando, aseguró: Bro, a la firme, es floro. Todo es mentira, quiere volver; pero no sabe qué hacer, está desesperada.
Le di la razón cuando días después, poco antes de viajar, me escribió un correo -que tuve por largos años como prueba por si llegase a mi casa una citación- en el que decía lo siguiente: Bryan, no estoy embarazada. Todo fue joda, ya entendí que estas en otra, no volveremos jamás, mejor me olvido de ti. Adiós.
Me eliminó y bloqueó de todas las redes sociales de ese entonces.
Estuve tranquilo un buen tiempo, me relacioné con algunas mujeres y anduve dedicándome a la literatura.
Poco después de presentar mi libro en la Feria del libro, en el momento en que descendí de la tarima y me puse a firmar autógrafos una niña se acercó con un ejemplar, tras una bella sonrisa y verme con sus ojos marrones claros, dijo: Dice mi mami, si escribiste una historia sobre ella.
Hola pequeña, ¿Quién es tu mami?
La niña señaló a la mujer en la entrada.
Era Mariana.
¿Cómo pudiste? Le dejé leer mis labios.
Ella empezó a llorar y se fue acercando.
Luana, ve a jugar.
Lo lamento, Bryan. Estaba celosa, era una estúpida y paranoica, te dije que no era cierto porque no quisiste seguir conmigo. Yo quería una familia y tú seguir viviendo. Fui egoísta, lo lamento. Soy una cojuda y egoísta. Pero no pude más, porque Luana no deja de preguntar por el muchacho de las fotos en mi pared. Yo le digo que es un escritor a quien conozco, ya lee, ¿puedes creerlo? Le compro libros todas las semanas, también puede llegar a ser escritora.
Tiene tus ojos y tu sonrisa.
Llámala, fue lo único que pronuncié. Mi mirada le dijo el resto.
Hija, ven, te presento a… Tu Papá.
Emocionada me dio un abrazo.
Eres el escritor de las fotografías en las paredes del cuarto de mi mami, dijo con ternura.
Respecto a tu pregunta, Luana, pues, -vi a Mariana- y dije, no escribí sobre tu mami. Pero voy a escribir mucho sobre ti.
Nos volvimos a abrazar.
Y desde entonces es mi verdadera y única musa.
Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario