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viernes, 31 de mayo de 2019

Momentos bonitos y locos

- Una anécdota de antaño contada con un poco de humor empieza de esta manera: El día comienza con la llamada de mi ex novia a las seis de la mañana. Soñoliento veo el celular y me pregunto si todavía estoy en un sueño, contesto con voz tibia y escucho su argumento: No olvides que hoy tenemos cita con la maestra, nos espera a las diez y media en su despacho. Quiere hablar con nosotros sobre el comportamiento de la niña. No vayas a llegar tarde, por favor.
Lo primero que se me ocurre preguntar es, ¿Por qué tienes tantas energías desde muy temprano? Ella responde con autoridad: Porque no me amanezco escribiendo, no bebo ron desenfrenadamente los fines de semana, no ando de cama en cama luciendo los tatuajes y sigo las recomendaciones de mi nutricionista.
Espero un tiempo corto de silencio para contestar: ¿Y con eso no se te quita lo loca?
Ya no puedo seguir durmiendo, la risa y los textos en mente me mantienen despierto. Resuelvo dejar las ricas mantas de la cama y acercarme al ordenador para abrir el archivo en Word y comenzar a escribir sin interrupciones como si estuviera conectado a la computadora y las ideas en la mente se plasmaran tal cual en las hojas. Muchos lo llaman inspiración.
Otra llamada me asalta al terminar un capítulo. Número desconocido, leo en la pantalla; sin embargo, pienso que podría ser mi abogado que suele cambiar de celular como de calzoncillo. Contesto y se trata de un tipo con voz elocuente y veloz que me habla acerca de adquirir un auto. No soy fan de los carros, prefiero el transporte público, así puedo viajar y leer, pensar y leer; entonces se lo hago entender. Pero el sujeto con voz de pito insiste e insiste en querer darme un bono. ‘Claro, esos bonos que realmente son parte del precio real del auto’. Esto me lo dijo un especialista en Marketing (primo de un primo).
Cuelgo rotundamente porque no aceptaba una despedida. Sigo con el trabajo de autor aprovechando que la casa se encuentra vacía como todas las mañanas desde que vivo solo hasta que de pronto comienza a sonar el timbre. Maldigo el momento en que quise poner un puto timbre. Salgo por la ventana y veo a dos parroquianos vestidos como para ir a un matrimonio y con grandes anteojos sosteniendo unas enormes biblias. ¡Maldita boa! Digo como lo hace mi prima de la selva (Bueno no es mi prima pero le gusta que le diga así, creo que tiene un fetiche con los incestos). No juzgo a nadie, también estoy loco.
¡El único Dios en quien creo es en Huiracocha! Les digo desde la ventana; pero el dúo de sujetos resulta ser de oídos sordos y sonrisa eterna. Juro que no iba a bajar hasta que vi a la tercera persona escondida detrás del árbol.
Una señorita guapetona con falda a los tobillos y lentes de maestra.
Me pareció atractiva, pensé en lo pervertido que puedo llegar a ser para únicamente bajar a recibirlos porque me atrajo la chica. Lo hice.
Me estuvo hablando cosas surrealistas y yo enfocaba mi mirada en la fémina, no quería que los sujetos me hablen. La parte graciosa ocurrió cuando le pedí el WhatsApp para que me enviara en PDF el resumen de los argumentos que me acaba de explicar. Ya luego con la excusa de pecador hago mi parte.
Al rato, volvió a llamar mi ex novia preguntando si ya estaba listo. Tuve la dicha de haber terminado el capítulo, entregado mi vida a un nuevo Dios y recién instalado en casa la exquisita agua tibia.
Claro que no iba a decirle que todavía no había elegido la ropa que usaría; pero se me hizo gracioso comentarle lo siguiente: Flaca, estoy desnudo, así como me tenías todo el tiempo atado a tu cama. Me visto y salgo para allá.
Ella, que se alucina una chica seria y recta, tuvo un instante de distracción y junto a su curiosidad quiso saber: A ver, pasa la prueba.
Solté una risotada y colgué.
Somos así, nos gusta jugarnos bromas, hablarnos con confianza, ser un par de compañeros un poco extravagantes y demás.
Cerré el archivo y arribé hacia la escuela.
Fiel a un estilo que detesto, llegué diez minutos tarde.
La maestra, ella, la niña y un auxiliar, me esperaban.
Saludé a los muchachos con gestos y a la pequeña con un besote y un abrazo diciéndole muchas palabras bonitas y recibiendo las mismas.
Bueno, ya que estamos aquí todos reunidos, quiero decirles el motivo por el cual los he citado, dijo la maestra con soléenme seriedad.
Pensé: ¿Y ahora que travesura ha hecho, mi pequeña? Seguramente ha insultado con adjetivos sacados de diccionario a un compañero. Hecho preguntas como, ¿Por qué Dios si es tan bueno y nos ama no ayuda a los niños pobres de África? A la profesora de religión. Contestado con rapidez todas las preguntas de Historia dejando indefensos a los otros alumnos, entre otras calamidades que su inteligencia y perspicacia realizan.
Queremos que su hija sea nuestra representante en el concurso de poesía a nivel nacional, dijo con emoción y sonreí de oreja a oreja llenándome de orgullo.
¡Una genio! ¡Una genio! Dije haciendo una reverencia.
Le di un beso a mi ex novia ante la presencia de la maestra, el auxiliar y la pequeña porque la emoción fue demasiado grande. Claro que luego le dije que se trataba únicamente de la euforia del momento y que esta clase de situaciones precisan de celebración, por eso, fuimos a cenar durante la noche, ya sin maestra ni auxiliar, solo nosotros tres hablando de todo un poco como una familia poco ortodoxa y muy feliz que se pasa la vida haciendo maravillosos desastres que alimentan una vida pura y sana que nos gusta gozar a pesar de no vivir bajo un mismo techo pero teniendo sentimientos que nos atan todo el tiempo.
Así es la vida.

Fin

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