Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

sábado, 25 de mayo de 2019

El amor de las mascotas

Jamás entenderemos la capacidad de los animales para expresar amor puro y sincero sin distinción alguna.
Ellos son sencillamente espectaculares en todo el sentido de la palabra, pues demuestran cariño en formas muy amorosas y elocuentes con suma facilidad y convicción como si vivieran para dedicarse a amar sin prejuicios ni tanta cuestión que nunca podrán absorber.
Yo caminaba por la calle tras la lluvia de otoño teniendo a mi mascota con botas y andar glamuroso esquivando los charcos de agua y sintiéndose en completo relajo porque adora las caminatas a media tarde, cuando de pronto, en frente y comprando chirimoyas que ahora están de moda, se encontraba una ex novia de antaño con quien estuve relacionado durante un tiempo determinado pero tuvimos un colapso amoroso por culpa de situaciones que uno prefiere mantener en cuarto paredes pero siempre se terminan divulgando y como teléfono malogrado logran crearse varios contextos diferentes, en tanto y para resumir, a la semana de terminar ya andaba con otro sujeto.
Siempre he dicho que soy incapaz de odiar, puedo tener dotes de ira o coraje, hilvanar alguna que otra palabra en cólera pero luego se me va, desaparece a velocidad, se evapora en un santiamén y vuelvo a sonreír y reír; aunque esto no quita que tenga cierto resentimiento, es decir; no vuelva a hablarte de forma dulce o cándida, tan solo decida guardar distancia. Creo que les pasa a muchos.
Volviendo al contexto, la vi junto a su novio, un tipo parecido a E. Honda, llevaba una papada a lo Papa Johns, unas piernas tan gruesas en las que podrían caber dos de mis pantalones en cada pierna, una panza tan enorme en la que con total comodidad podría colocar su botella de cerveza para poder ver la tele sin mesa de centro y aunque llevaba cabello ondulado se podía observar piel en la parte posterior de la cabeza, todos estos detalles que un observador como yo puede delimitar con tan solo mirar llegan a ser totalmente abstractos y completamente ignorados por su novia, en este caso, mi ex, quien luce distinta, quizá porque es domingo por la tarde y ha tenido una buena juerga resolviendo salir al mercado a comprar algo de fruta para detener la resaca.
Yo desearía estar haciendo lo mismo pero he estado tomando medicamento y no he podido salir a divertirme como los viejos tiempos.
Mi mascota y yo caminamos inevitablemente hacia ellos deseando que no volteemos para no tener que lidiar con el saludo fingido y saturado de su parte y elocuente y fresco de la mía. O tal vez ni siquiera lo hagamos y nos ignoremos por completo como lo niño engreído que a veces suelen ser muchas personas cuando se encuentran con algún ex. Sin embargo, no me considero tanto así, pues me gusta mantener la cordialidad a pesar de todo; sin embargo, la conozco o al menos eso creo o imagino, por eso existe la posibilidad que obvie o que se sorprende exageradamente y salude hipócritamente y yo tan solo quiera reír.
¿Ves como somos los humanos? Pensamos y pensamos muchos supuestos, imaginamos tantas posibles tangentes para algo tan bobo y de repente absurdo y hasta totalmente estúpido como lo es un simple encuentro con alguien que estuvo en tu cama, pasó noches en vela a tu lado y caminaron de la mano por varios sitios como si nada importara.
Y ahora como protocolos sociales instaurados de forma intrínseca o exagerada de generación en generación por amigos o familiares debemos no saludar, odiar e ignorar a un ex novio.
Imaginamos su modo de pensar, operamos lo que pueda ocurrir si hacemos esto o el otro y olvidamos por completo que alguna vez, alguna maldita vez, fuimos algo especial y eso merece un mínimo respeto.
No obstante, se me ocurre pasar de frente obviando todo; ella, me parece, piensa lo mismo y estamos a la par.
Cuando estaba a punto de evitarla y ella lista para seguir dando la espalda, no me di cuenta que mi mascota, una dulzura y ternura con letras mayúsculas, movió la cola sin ni siquiera mirar, se dio cuenta por el olor, uno que no olvidan, ellos nunca lo hacen a pesar de todo y entonces se escapó de mis manos para acercarse, lamer sus pies y luego subirse a las piernas llegando a los muslos y ella al darse cuenta empezó a sonreír y reír y evocar una especie de ritual precioso que se manifiesta acariciando su mentón y panza con tetillas al tiempo que mueve la cola y suelta sonidos de amor. Tuvieron una conexión preciosa, tuve que acercarme para interrumpir, nos miramos como idiotas, sonreímos y saludamos con frialdad, el tipo andaba serio, confuso, en otro planeta y se le ocurrió estirar la mano en saludo, todo en plan normal, en buena onda y la mascota se llevó todo el premio saludando a ese par de giles, digo, personas.
¿Qué fácil se les hace amar, no? Ellos son geniales.
No les importa absolutamente nada, solo quieren expresar su cariño.
Lo hizo con toda la naturalidad y simpleza del universo, haciendo que hasta el gordito con rostro de pocos amigos sintiera dulzura y se arrodillara destrozando su short para darle un saludo.
Ella se robó el show. Siempre demuestra su amor sin fronteras por quienes formaron parte de su vida, estando un minuto a su lado mostrando buena vibra o estando meses repartiendo el mismo saludo, de cualquiera manera, forma o seas quien sea, si muestras una vibra positiva, ellos te querrán por siempre.
Los animales lo son todo.


Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario