Mi nuevo libro

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sábado, 16 de septiembre de 2017

Todo es imagen

Mi mejor amiga ha llevado un diplomado en Marketing en una prestigiosa universidad y lo primero que hace es citarme para una cita, según dijo, de trabajo. 
Me pareció graciosa la forma como lo dijo, suele ser muy cómica incluso cuando intenta hacer el papel de seria.
Nos vimos en el lugar de siempre, un par de horas antes de que entre a clases; me sorprendió no esperarla como de costumbre, de hecho, ya estaba sentada cuando ingresé a la cafetería.
Agitó la mano para indicar su ubicación, pues, en un lugar lleno de rubias, cualquiera se equivoca. No le dije dicho pensar porque podríamos sacar a relucir su ego afirmando lo siguiente: Odio las comparaciones, ¿ok? Y yo tendría que decir, no fue una comparación, solo un comentario divertido. Me vería con los furiosos y muy sensuales y luego cambiaría el tono de voz por uno dulce; pero evité todo ello, quería ir directo al grano. Adoro las citas de negocio, son los únicos momentos en lo que me pongo realmente serio, claro que el segundo instante es cuando una novia me dice: Amor, no me viene.
Curiosamente me ha pasado tantas veces que ya dejo de preocuparme, no es que este escritor sea un completo irresponsable, es solo que me guío con una simple y poderosa frase: El 99% de mis miedos, no van a suceder. Además, ya tengo ganas de tener más hijos, no podía cambiar mis planes un evento de dicha magnitud.
Lejos de ese lapsus, vi a mi amiga con un atuendo espectacular, no sabía que desde que le pedí que fuera mi asistente tendría la delicadeza de vestir como me encanta que se luzca una verdadera mujer, en ese momento pensé, me olvido que a veces te imagino con bigote y te juro por el amor del mismísimo Lucifer que te llevo al cinco estrellas de al lado y no creo en nadie.
Esa falda y esas medias largas, por el amor de Dios, ¿Quién no podría pecar? Yo, soy humano y estoy soltero, no le hago ni un jodido daño a alguien, de hecho, una de mis bisectriz es la siguiente: Hago lo que quiera realizar con tal de no dañar a nadie. Es mi regla de oro.
Pero, es mi amiga, a veces la imagino con pene y diablos de solo pensarlo ya no quiero fijarme en ella.
Sin embargo, que me perdone el rey de los infiernos, esa falda negra con esas medias largas y los zapatos de tacón hacen la combinación perfecta para perder el juicio y envolverme en una verdadera situación bizarre de la cual, estoy seguro, no saldré a salvo o al menos podría perder algo tan lindo llamado amistad. Es entonces cuando reflexiono, la amistad, a veces, dura más que las relaciones, por eso es bueno conservarlas, no por un coito momentáneo voy a mandar todo al carajo. Me sorprendo pensando todo eso en cuestión de segundos, ella me mira y dice: ¿Qué demonios piensas, maldito pervertido? ¿Crees que no me doy cuenta? Te conozco, fetichista del infierno, como nadie te conoce, siéntate y deja de verme los zapatos Prada como niño viendo una paleta de helado.
¡Se me fueron todas las ganas! O tal vez, solo se trató de un espejismo.
Enseguida, empieza la charla. Ella me cuenta que estuvo en un diplomado de Marketing con no se que otras cuestiones más, no se mucho del tema, mi ignorancia abarca todo lo demás. En cuestión, me va a ayudar con las ventas de un futuro libro de relatos eróticos que estoy intentando sacar, así es, señores, el joven escritor, va a cambiar de género drásticamente utilizando un seudónimo.
De pronto, sacó un centenar de hojas y comenzó a explicar haciendo apuntes y viéndome por debajo de sus improvisados y sensuales lentes de secretaria.
Bry, lo primero que te voy a decir es lo siguiente: ¡Imagen! Todo es imagen a partir de hoy, entonces, procura sacarte fotos decentes, no con el torso desnudo en los saunas, ni haciendo videos estúpidos en donde sales calato con dos letreros ocultando tus partes íntimas en los que dice escrito: Prohibido, no tocar.
¿Cómo sabes eso? Quise saber. Es mi pasado de loquillo, añadí.
Bry, te conozco, se todo de ti; pero bien que hayas eliminado todo ello de las redes.
Evita relaciones de pareja con mujeres tóxicas, es decir; aléjate de las locas como la monja de El conjuro 2 y Annabelle. No suman las chicas que te hacen problemas porque todo lo cuelgan en Facebook y daña tu imagen, también procura que no te saquen fotos en borracheras ni haciendo estupideces de ebrio, trata siempre de mantener un perfil agradable, debes ser un símbolo del romanticismo, de hecho, lo eres; pero con más cautela, ni tanto rollo ni polémica, se que amas ser polémico y te gusta hablar de temas y ser controvertido; pero evita todo eso, un día vas a estar en una silla giratoria y tener el poder y placer de hacer miles de estupideces y locuras y será divertido, lo sé; pero todavía no, hoy por hoy, mantén la calma y no hables de religión, ni orientaciones sexuales, tampoco de fútbol si es posible y no andes criticando a todos, si a algunos les gusta el naco de Maluma, bien pues, ¡Al diablo! Se aguanta.
¿Puedo hacer el baile del Pirulino en un estado de completa ebriedad?
¡No, carajo! Ya te dije, evita subirte a una mesa de billar, quitarte la camiseta mojada y hacer un baile paras las chicas. ¡No, no hagas eso nunca más! Apropósito, ¿te pagaron?
Entonces, ¿qué puedo hacer? Que aburrido.
De ser posible solo escribe, estudia, lee y comparte textos de amor, vende tus libros, ve a conferencias y demás; pero por lo que más quieras, no te involucres con una lectora. Todo menos eso.
¡Demonios!
¿Qué sucede, Bry?
Este…
¿Estás saliendo con una de tus lectoras?
Bueno, estaba.
¿Quién?
¡Carajo, Bry! Puede ser tu hija. ¿Qué sucede contigo? Te dije que no volvieras a involucrarte con chicas a quienes les llevas diez años. No es bacán; aunque sé que a las niñas les gustan mayores. Hoy por hoy, imagen y más imagen, nada de relaciones extrañas y no te enamores nunca de una lectora.
¿De quién podría enamorarme?
¡De nadie! Te vendes mejor soltero. ¿Me entiendes? O sea, vender es un término curioso; pero mejor dicho, te marketeas mejor soltero. Un escritor con pinta y facha y soltero, ¿me comprendes?
¿Ya no puedo tener citas?
¡No! Y ¡No!
Ya, ya, ya, aburrida.
Ahorca el ganso algunas veces, dijo y me empecé a matar de la risa.
Te voy a volver un símbolo, loco, ya vas a ver, soy una maestra en esta materia, voy a hacerte grande y cuando seas rico voy a hacer que seas mi marido.
¿Qué? ¡Estás loca! Prefiero a la novia de Chucky.
¿Qué? ¿No me estabas alucinando antes?
Hasta que recordé que tienes bigote.
Hablas estupideces. Bueno, en fin, la cuestión es que mantengas tu imagen intacta, ¿entiendes? Todo entra por los ojos (de hecho, hizo una seña muy sensual).
Ya chévere, voy a hacerte caso.
Sí, entonces, repite conmigo: No voy a coquetear con la cardióloga.
No voy a salir con chibolas de 19 años. No voy a embriagarme y hacer estupideces. Voy a casarme.
¿Qué? Todo menos casarme, por favor.
Se empezó a reír. Fue broma, Bry. Debiste ver tu cara.
Llegaron las bebidas.
Gracias, le dije a la señorita con una sonrisa.
¿Ves? Lo primero que digo y lo primero que haces.
¿Qué estoy haciendo?
Estas coqueteando.
Solo le agradecí y sonreí.
Bueno, bueno. Salud por nuestro futuro empresarial.
No pensé que escribir libros fuera algo tan lucrativo.
Piensa, vende un millón de libros a un sol cada uno y ya tienes un millón de soles. Yo te voy a vender ese primer millón.
El dinero es lo de menos, querida.
Siendo millonario vas a poder invitar a salir a Jennifer Lawrence.
¡Salud por ese primer millón!
Y de fondo se comenzó a oír una particular canción que me devolvió a tiempos de desenfreno en discotecas; pero no, ya no más.

Fin

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