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jueves, 3 de mayo de 2018

El estado de estar enamorado

- Y yo te veo, morena de la trenza de lado, y siento que mi vida cobra sentido cuando me pierdo en tus achinados ojos y veo como fluye este amor cuando endulzas mi día con tus postres y cuentas historias de cuanto nos amamos.
A veces no me considero lo suficientemente romántico como para describir el estado de enamoramiento; pero con el paso de mis años me di cuenta que solo un hombre es capaz de expresarlo.
Todo empieza con una mirada, ella todavía te encanta y se intimida cuando te ve, sonríe de una forma distinta, no sonríe de ese modo en ninguna otra parte, solo lo hace contigo.
Te abraza y entrega un beso que puede ser en señal de saludo o despedida; pero para ella no es solo ello, es un te he extrañado y espero verte pronto. Haces y realizas exactamente lo mismo con besos y abrazos veloces. Enseguida, la coges de la cintura para darle un beso, de esos que encienden pasiones; pero sabes que todavía es pronto para caer sobre la cama y rendirse a Afrodita. El día acaba de empezar, hay tiempo para hacer el amor, preparar un keke o pastel, almorzar juntos viendo televisión o en la sala con tu loca familia, hay tiempo para las risas y para las bromas, para los tontos celos y para burlarse, hay tiempo para miradas graciosas y tierna, besos veloces y cogidas de mano.
¿Por qué tendría que haber tiempo para todo? Porque son los amos y dueños del tiempo, de su tiempo, del que viven, del que tienen, del que gozan, del que se adueñan y permiten disfrutar a completa cabalidad como si los minutos pesaran y las horas se triplicaran; pero a la vez como si cada beso o palabra fuese eterna e infinita, ¿maravilloso, no crees? Poder detener los tiempos con la mirada y los besos.
Ella se ve preciosa a pesar de llevar un suéter simple y sencillo, es linda con su sencillez innata, su forma de ser como grillo en la noche, su presencia y a la vez ausencia, esa timidez que encandila, que hace que agrade a todo el mundo, ese mundo compuesto por la familia, ese mundo que solo importa, esa forma de utilizar las palabras, dóciles y simples, básicas y elementales, nada sacado de algunos diccionarios, tan solo situaciones escuchadas por ahí o por allá, entendibles todas; pero que cuando suena, quizá no vaya a encantar a los grandes redactores; pero a ti te hace vibrar, estremecer, emocionar, sentir como toda esa palabrería preciosa penetra en el oído y cae en el corazón, ya conquistado, por cierto y sientes que solo quieres escucharla. Porque son contadas las veces que puede abrir su boca y decirte lo que alma aclama. Lo que su ser siente, lo que su persona en su totalidad, tiene para ti, ese amor tan puro y honesto que podría mover montañas, que lanzaría una estrella por los confines de la galaxia, que llamaría a los océanos y haría que retrocedan, que se enfrentaría a guerreros y derrotaría distancias, rutinas y peleas, porque todo lo solucionaría. Ese amor tan simple y sencillo como su carácter, como su personalidad, como la forma de ser que tanto admiras y amas de ese ser.
Y ella llega a pensar que es una chica común corriente y ella llega a pensar que el mundo le queda grande y ella llega a pensar que no la puedes amar; pero cuando la ves debajo de tu casa o al frente del vagón del tren o a tu lado en el asiento del bus o de la mesa o de la cama o cuando duerme o cuando se arropa en ti, es como si vieras y tuvieras a la persona que más podrás amar en la historia de tu vida.
He allí todos sus encantos, la capacidad de ser amada por ser como es, con toda esa humildad que derrocha y ese cargamento de emociones fabulosas que tiene, tantas razones diarias para amarla y tantos motivos, hasta obvios, para quedarte a su lado por siempre.
El juntos por siempre se vuelve real a su lado, porque al momento de quedarte abrazado después de hacer el amor o luego de echarse debajo del edredón por causa del invierno y la ves, tan hermosa como de siempre, bonita y bella, como si no hubiera otra, como si nunca existieran otras chicas, solo si en la galaxia tan solo estuvieran los dos, y sientes que deseas ver ese rostro toda tu vida y no solo verla, también besarla y abrazarla, hacerle el amor tantas veces deseen y sentir toda esa pasión que llevan adentro, incluyendo los sueños y deseos que van haciendo real y el juntos por siempre, ese que se juraron alguna vez, se vuelva una realidad, algo que puedan tocar, palpitar y sentir y entonces todo se hace mejor que en libros o cuentos, mejor que mundos paralelos, mejor que en todo lo imaginario, en su realidad actual y sientes todo ello en el instante en que la ves, en que te encuentras a punto de darle un beso, cerrar esos ojos achinados que tiene y llevarla en un viaje con el beso, sentir que el mundo en su totalidad se hace real.
Y notas su cuerpo desnudo y lo sientes con tus manos, la delgadez, la silueta morena, los besos caen en hombros y pechos, en todo lo que llamas tuyo, en todo lo que ella recibe y siente como suyo, en todo lo que amas de su ser que admiras y encanta y aunque pase la noche y llegue el amanecer, sabes que se vuelve infinito a su lado y verla dormir con su boquita de pato es como un canto al humor y a la ternura, pues, ella, en su complejidad, es perfecta para ti.
Ella y sus momentos te fascinan, como esos instantes en los que se enoja por algo tan sencillo como la mañana o esos ataques por querer preparar algún postre delicioso o sus dotes en la cocina con la ensalada de frutas, un paseo en el tren a su ciudad que parece lejana; pero ya ves cercana e incluso, anhelas tener y ser parte de allí, como mudarte, tal vez e ir a ser parte de su mundo, ¿me entiendes? Desarrollas actitudes para con ella, para su mundo, para su relación y todo se vuelve como mágico, porque ambos gozan de la noche haciendo el amor y de los días compartiendo los quehaceres y se vuelve una rutina llena de emociones que los montones de semanas y meses que vienen son como un paseo interminable en lo que llaman su vida de novios enamorados.
Y debo decir que ella cree que es sencilla, a veces imaginas que simplifica sus encantos, que los guarda para darlos de poco; pero no sabe que es ideal, que es perfecta, que es esplendida, que es como irreal, como sacada de un sueño, como si un loco escritor peruano estuviera pensando en ella y la traduce a tu ser y la inventa para ti y la lleva a vivir en una avenida llamada Las Flores y la incauta en tu vida diaria para hacerte feliz.
Y ella sigue pensando que es sencilla, cuando no sabe que es perfecta y su encanto es que sea sencilla.
El estado de enamorado es demasiado complejo para intentar describir, quien lea podrá descifrar lo que he intentado decir; pero de cualquier modo, alguien enamorado lo podrá hacer a su modo.
Yo, lo he intentado.

Fin

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