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viernes, 9 de febrero de 2018

Conceptos breves

- Una chica me dice, eres un tipo maduro, atractivo y de hecho que intenso. No le hizo falta razón para sacarme esa radiografía, cualquiera que leyera mis textos y hablara conmigo lo sabría enseguida. Le di una sonrisa, firmé su ejemplar y nos sacamos una selfie.
¿Qué hay después?
Mi mejor amiga dice que soy un viajero en el tiempo, que ando divagando entre mundos paralelos buscando un objetivo diferente a los libros, la familia y la ¿fama? ¡Sí, la fama! Aunque a veces lo niegue, como dicta. Ella añade que a pesar de todo mi kilometraje, es decir; mis excelentes novias, aventuras extrañas, viajes, locuras, mutaciones y demás, no he llegado a tener ‘eso’ que nunca tuve. No voy a profundizar en el ‘eso’ porque es netamente su filosofía y ella podría definirlo mejor. Comenta que soy buen tipo; pero a veces me excedo en dar. Yo digo: Soy natural, doy lo que siento. Ella dice: Da de acuerdo a como te dan. Yo le digo: Que aburrido es limitarme. Ella dice: A veces es necesario. Yo soy más romántico, pero ella dice que debería no serlo siempre. Y a veces lo intento de forma estéril. Otras veces dice que voy a lograrlo todo; pero que mientras tanto me distraigo con tangentes, en términos naturales, con situaciones que no debería hacer pero las hago, por caminos sin rumbo que sigo por pasear, ella aclara: Conoces el camino, lo tienes en frente y sabes que debes recorrerlo; pero te vas por otros por curiosear poniendo nerviosos a los espectadores como intentando hacer la trama de tu vida un tanto más interesante (de lo que ya es).
Puedo acotar:
Tuve una ex de años, duramos como siete si bien recuerdo, ella me describía ante su familia, amigas íntimas, amigos del trabajo, en sí, todos, de la siguiente manera: ‘Por si acaso lo único que sabe hacer es escribir… Y lo hace tan bien’.
Y vayamos a la contraparte:
Hay una chica que me odia sin razones y motivos -o bueno, no estoy seguro de que en la actualidad sienta lo mismo- entonces cambiamos el discurso por: Ella solía decir que soy soberbio. Irónicamente, decía que soy humilde cuando andábamos juntos. Me encanta cuando los matices cambian de acuerdo a la circunstancia. Una vez dijo que yo era un demente sin remedio, cuando estábamos juntos aclaraba que era un tipo sobrio y resoluto. Adoro esas situaciones extremas.
En casa:
Mi vieja siempre tiene sus comentarios positivos y otros un tanto graciosos; pero vayamos con los divertidos: Hijo, mi amiga quiere un par de libros, ¿me los llevo, ya? Yo: Ya, pero pasa la plata. Ella: Ay como voy a cobrarle.
En algo casual:
Salía con una chica, solo tuvimos una cita y una vez la oí decirme: Eres como Norman Bates.
Un amigo:
Este personaje dice que siempre hablo en clave, que a veces le converso en metáforas y que trato de ocultar mi verdadero ser o en el peor de los casos, mis verdaderas emociones, contando relatos distorsionados. Claro, no cometo la estupidez de decir ‘tengo un amigo’, sino que te cuento una historia aparentemente irreal y coloco dosis de lo mío.
Y el amigo de todos:
Siempre que me ve saluda con movimiento de cola y mostrando la panza para saludarla.
Y ahora, ¿Qué dicen mis lectores?



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