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viernes, 5 de mayo de 2017

¿El amor de mi vida?

- Acaba de cambiar su foto de perfil hace ocho minutos. Es la primera cuenta que sale cuando pulso en el buscador. No la tengo en mis redes sociales ni tampoco intento agregarla, abro y cierro el inbox cada vez que me pongo a extrañarla con delirio y fantasía, escribo y borro, escribo y borro, el argumento nunca es preciso. Leo el mensaje que le envié hace años, fue a las tres de la madrugada de un sábado, debí hacerlo borracho o de loco, ella respondió de la forma más apática de todas, bien merecido lo tuve. 
Ha envejecido por los años, no tiene una pinta impresionante, ni rubia, ni ondulada ni 90, 60 y 90, es común y corriente, tal cual, tiene un parecido al personaje de las tarjetas Gusanito, me ha hecho comparar a todas mis novias post su reinado y nunca pude hallar a una similar, es el fantasma de cada saliente, es la pregunta, ¿Por qué ella no es como lo fue ella? Es la expresión: Ella nunca hubiera hecho eso. Es la reflexión: Ella me amaba así.
En los tiempos previos a las publicaciones, cuando era un irresponsable joven de veinte y tantos, apareció y siempre he pensado lo siguiente: Si ella hubiera sido la chica ideal para mí, ¿Por qué vino en un momento de mi vida en donde andaba jodidamente desequilibrado? ¿Por qué no ahora? Que tengo sueños realizados, madurez en todo sentido y demás, atributos que nunca vio florecer. De haber estado aquí, en este momento, sería lo correcto.
El escritor recorre su mundo amoroso con un séquito impresionante de fabulosas mujeres y termina con la ideal, es decir; ella. Pero la ideal apareció en un capítulo lleno de tinieblas y las, por decirlo, erradas, luego -y espero que no está hoy-. Ello me conduce a la inminente pregunta, ¿Por qué sigo pensando en ella como la ideal si ya pasó su reinado? Debería no serlo, pero lo es. Ironía total, porque la perdiste.
Paradoja, Barreto, de no haberla perdido, nunca abrías alcanzado este potencial que hoy tienes.
De tenerla a ella, hubiera escrito miles de libros mejores.
Termino con una reflexión y doy inicio a mi nuevo libro: En un mundo paralelo, todavía no la pierdes. Ve a saber qué mundo es.

Fin

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