- Es fin de semana y se me antojaron unos cigarrillos, fui a la tienda de siempre y pedí una cajetilla de puchos, especialmente los Lucky.
El tipo que atiende con una sonrisa natural que ocultaba maldad me dijo, son 12 soles con 50 centavos. Sorprendido, pregunté, ¿Cómo dices? Son 12 soles con 50 centavos, repitió el sujeto.
¿Por qué ha subido tanto? Quise saber. Y este de un modo muy amable empezó a contarme una teoría.
Entendí con claridad y cogiendo los puchos asentí con la cabeza para hacerlo sentir intelectual.
Luego vino la peor parte de la escena, el tener que pagar con 20 soles y que no me dieran un billete como vuelto.
Esto me destraba el presupuesto, dije con humor. Son cosas del mercado, añadió el tipo.
De regreso a casa empecé a recordar que hace mucho, allá por el 2005, cuando comenzaba a fumar cigarrillos -a escondidas de mi chica y haciéndome el chévere junto a mis amigos- dicha cajetilla valía 5 soles.
Con el tiempo fue aumentando el precio y yo conociendo a más personas que fuman. Generalmente solíamos hacerlo en eventos sociales.
Recuerdo que también existió el entrañable Lucky Seven que costaba 2 soles y venían 7 cigarrillos. Preciso para un jueves de hueveo con un amigo que me hablaba de todo un poco.
La cajetilla aumentó su valor progresivamente al punto de llegar a valer 8 o 9 soles. Se mantuvo así largo periodo, hasta hoy que fui a comprar y me dijeron que cuesta 12 soles con 50 centavos y en definitiva da motivo para dejar el vicio.
Ya no lo hago tanto, ahora fumo solo los sábados. Bueno, hoy es sábado y quiero darme un gusto con este acompañante del indispensable y exquisito ron de la noche.
Fin
Mi nuevo libro

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sábado, 21 de mayo de 2016
Demasiado tarde
—Hola, ¿Cómo has estado? —, —Bien, ¿Y tú? —, —Bien, igual que tú—.
Un silencio incómodo se adueña de la situación por eternos segundos.
— ¿Y cómo está Iris? —, —Iris falleció el año pasado—, —Lo lamento, cuanto lo siento—,
—Descuida. Ya estaba viejita—.
—Y dime—, —Enrique, disculpa que te interrumpa, pero ¿Podrías ir al grano? —.
—Al grano. Sí, tienes razón—, —Quiero saber la verdadera razón de esta cita—.
—Bueno, no sé por dónde empezar—, —Siempre dices eso cuando te encuentras muy nervioso—.
Ocurre un breve intercambio de sonrisas.
—Voy a encender un cigarro—, — ¿Tienes otro? —, —Sí, un momento—.
—Ahora sí. Bueno, Fabiola, ¿Ha pasado mucho tiempo, no? —,
—Dos años, Enrique, dos años—. —Voy a decirlo todo de manera breve—, —Como gustes—.
—Desde que te vi tuve muchas ganas de abrazarte—. Ella hace un gesto con el rostro y él continua hablando.
—Lamento mucho lo que sucedió con nosotros. Fue mi culpa, lo sé—.
— ¿Recién te das cuenta? —, —Por favor, no me interrumpas y déjame seguir hablando—,
—Sigue—.
—Jamás debí engañarte con esa mujer—, —Si se puede llamar mujer a esa víbora—,
—Fabiola, por favor—, —Esta bien, continúa hablando—.
—Sé que estuvo mal. ¡Muy mal! Sé que nunca debí fallarte como lo hice. Lo siento, Fabi. ¡Perdóname! —
Ella se sorprende al ver a Enrique arrodillado y le repite más de una vez que se levante pero él continúa hablando.
— ¡Perdóname Fabiola! ¡Jamás debí ser infiel! He vivido todo este tiempo extrañándote y pensando en ti a cada momento.
Me he dado cuenta que no puedo vivir sin ti y que te necesito para estar bien, para sentirme feliz. Lo que sucedió con esa mujer queda en el pasado, fue el error más grande de mi vida. ¡Perdóname! Volvamos a retomar la relación y sigamos adelante. Estoy seguro que aún existe amor en tu corazón como existe en el mío. ¡Te amo, perdóname! —.
—Enrique, por favor, ¡Levántate! —. — ¡Fabi, te amo! —, —Enrique, no grites que estamos en un lugar público—, —Es que te amo y quiero empezar a demostrártelo—, — ¡Enrique, basta! Te diré lo que pienso—.
Expulsa el aire, Enrique silencia y enciende otro cigarro.
—Honestamente agradezco que me pidas perdón. Te perdono, Enrique; pero no puedo volver contigo—, — ¿Por qué? —, — ¿No te das cuenta? Soy otra mujer. ¡Mírame! Tú me destruiste por completo. Muchas noches estuve llorando por tu estupidez.
Me deprimí, perdí el ciclo en la universidad y hasta, aunque suene realmente devastador, intenté aislarme de todo. Yo te amaba
mucho, pero tú me fallaste y la malograste por completo.
Nunca te atreviste a mirarme a los ojos, como lo haces hoy y pedirme perdón. Tuvieron que pasar dos años. ¡Dos años para que te des cuenta de tu error!
Enrique, yo ya no te amo. Lo siento, pero no voy a regresar contigo. Tengo una nueva vida y aunque te suene a ofensa, no pienso desperdiciarla contigo.
Un nuevo silencio se adueño del momento.
Un silencio incómodo se adueña de la situación por eternos segundos.
— ¿Y cómo está Iris? —, —Iris falleció el año pasado—, —Lo lamento, cuanto lo siento—,
—Descuida. Ya estaba viejita—.
—Y dime—, —Enrique, disculpa que te interrumpa, pero ¿Podrías ir al grano? —.
—Al grano. Sí, tienes razón—, —Quiero saber la verdadera razón de esta cita—.
—Bueno, no sé por dónde empezar—, —Siempre dices eso cuando te encuentras muy nervioso—.
Ocurre un breve intercambio de sonrisas.
—Voy a encender un cigarro—, — ¿Tienes otro? —, —Sí, un momento—.
—Ahora sí. Bueno, Fabiola, ¿Ha pasado mucho tiempo, no? —,
—Dos años, Enrique, dos años—. —Voy a decirlo todo de manera breve—, —Como gustes—.
—Desde que te vi tuve muchas ganas de abrazarte—. Ella hace un gesto con el rostro y él continua hablando.
—Lamento mucho lo que sucedió con nosotros. Fue mi culpa, lo sé—.
— ¿Recién te das cuenta? —, —Por favor, no me interrumpas y déjame seguir hablando—,
—Sigue—.
—Jamás debí engañarte con esa mujer—, —Si se puede llamar mujer a esa víbora—,
—Fabiola, por favor—, —Esta bien, continúa hablando—.
—Sé que estuvo mal. ¡Muy mal! Sé que nunca debí fallarte como lo hice. Lo siento, Fabi. ¡Perdóname! —
Ella se sorprende al ver a Enrique arrodillado y le repite más de una vez que se levante pero él continúa hablando.
— ¡Perdóname Fabiola! ¡Jamás debí ser infiel! He vivido todo este tiempo extrañándote y pensando en ti a cada momento.
Me he dado cuenta que no puedo vivir sin ti y que te necesito para estar bien, para sentirme feliz. Lo que sucedió con esa mujer queda en el pasado, fue el error más grande de mi vida. ¡Perdóname! Volvamos a retomar la relación y sigamos adelante. Estoy seguro que aún existe amor en tu corazón como existe en el mío. ¡Te amo, perdóname! —.
—Enrique, por favor, ¡Levántate! —. — ¡Fabi, te amo! —, —Enrique, no grites que estamos en un lugar público—, —Es que te amo y quiero empezar a demostrártelo—, — ¡Enrique, basta! Te diré lo que pienso—.
Expulsa el aire, Enrique silencia y enciende otro cigarro.
—Honestamente agradezco que me pidas perdón. Te perdono, Enrique; pero no puedo volver contigo—, — ¿Por qué? —, — ¿No te das cuenta? Soy otra mujer. ¡Mírame! Tú me destruiste por completo. Muchas noches estuve llorando por tu estupidez.
Me deprimí, perdí el ciclo en la universidad y hasta, aunque suene realmente devastador, intenté aislarme de todo. Yo te amaba
mucho, pero tú me fallaste y la malograste por completo.
Nunca te atreviste a mirarme a los ojos, como lo haces hoy y pedirme perdón. Tuvieron que pasar dos años. ¡Dos años para que te des cuenta de tu error!
Enrique, yo ya no te amo. Lo siento, pero no voy a regresar contigo. Tengo una nueva vida y aunque te suene a ofensa, no pienso desperdiciarla contigo.
Un nuevo silencio se adueño del momento.
—Entiendo—.
—Enrique, me voy—, —Esta bien—.
Ella sale del lugar y antes de subir a su auto lo ve sentado y estático, en ese momento piensa: Fue demasiado tarde, Enrique. Quizá, hace dos años, quizá…
Fin
—Enrique, me voy—, —Esta bien—.
Ella sale del lugar y antes de subir a su auto lo ve sentado y estático, en ese momento piensa: Fue demasiado tarde, Enrique. Quizá, hace dos años, quizá…
Fin
¿Qué sensación es esta?
- Tengo una sensación extraña:
Siento que tú aroma aún está en mi habitación y a pesar que te he visto hace unos minutos siento como si fuesen años el tiempo que no te veo.
Sucede que tengo ganas de abrazarte y llenarte las mejillas de besos, de mirarte fijamente y decirte cuanto te amo.
Deseo darte un beso muy apasionado y muchos otros pequeños y tiernos y dejar salir un poema de mis labios para sonrojarte y ver tu rostro de enamorada.
No ha pasado ni siquiera un día y estoy ansioso porque sea mañana y lo primero que haga sea rogarle al reloj que avance más rápido para que sea por la tarde y tenga la magnífica dicha de poder volver a verte.
Pienso en ti a cada momento desde que me despedí de ti. ¡No me puedo concentrar en escribir si lo único que hago es pensar en ti!
Es por eso que decidí escribir acerca de ti.
Hace un instante me quedé mirando las estrellas y me perdí en el tiempo, estuve enganchado observándolas y recordaba el agradable momento que viví contigo hace unos minutos. Un segundo después de vivir dicha traviesa al pasado, sentí tu ausencia azotar mi habitación.
Sucede que tengo ganas de abrazarte y llenarte las mejillas de besos, de mirarte fijamente y decirte cuanto te amo.
Deseo darte un beso muy apasionado y muchos otros pequeños y tiernos y dejar salir un poema de mis labios para sonrojarte y ver tu rostro de enamorada.
No ha pasado ni siquiera un día y estoy ansioso porque sea mañana y lo primero que haga sea rogarle al reloj que avance más rápido para que sea por la tarde y tenga la magnífica dicha de poder volver a verte.
Pienso en ti a cada momento desde que me despedí de ti. ¡No me puedo concentrar en escribir si lo único que hago es pensar en ti!
Es por eso que decidí escribir acerca de ti.
Hace un instante me quedé mirando las estrellas y me perdí en el tiempo, estuve enganchado observándolas y recordaba el agradable momento que viví contigo hace unos minutos. Un segundo después de vivir dicha traviesa al pasado, sentí tu ausencia azotar mi habitación.
Fue terrible. Te intenté buscar entre las sábanas pero no te encontré, pronuncié tu nombre pero no respondiste y entonces entendí que no estás aquí, pero tu aroma aún sigue aquí.
Sé que estás en tu casa, seguramente soñando conmigo y que más tarde te veré para poder calmar esta sensación que siento al no tenerte a mi lado.
¿Qué sensación es esta?, que cuando no estás junto a mi conquista mi mundo y que cuando estoy contigo calmo y disfruto de tu presencia.
Sé que estás en tu casa, seguramente soñando conmigo y que más tarde te veré para poder calmar esta sensación que siento al no tenerte a mi lado.
¿Qué sensación es esta?, que cuando no estás junto a mi conquista mi mundo y que cuando estoy contigo calmo y disfruto de tu presencia.
Te extraño, una sensación que solo existe cuando te vas.
Fin
viernes, 20 de mayo de 2016
El encanto de esa mujer
- Me ilusiono como un romántico empedernido cuando encuentra en mis ojos la dirección de su mirada. Me encanta ser el rumbo de esa mirada pérdida.
Abre sus brazos invitándome a ingresar, me cobijo en su cuerpo y el frío de este invierno no me maltrata.
Capturado por sus brazos y en silencio me siento tranquilo recibiendo los constantes besos que caen en mis mejillas.
Su sonrisa ocasiona mi risa, mi risa produce su sonrisa y me encanta cuando ríe de forma espontánea como si reír fuese su pasatiempo.
El olor de su cabello me droga cada vez que estoy encarcelado en sus brazos. Me vuelvo adicto a ese aroma y rozo delicadamente cada fibra de su cabello ondulado que me encanta.
Abre sus brazos invitándome a ingresar, me cobijo en su cuerpo y el frío de este invierno no me maltrata.
Capturado por sus brazos y en silencio me siento tranquilo recibiendo los constantes besos que caen en mis mejillas.
Su sonrisa ocasiona mi risa, mi risa produce su sonrisa y me encanta cuando ríe de forma espontánea como si reír fuese su pasatiempo.
El olor de su cabello me droga cada vez que estoy encarcelado en sus brazos. Me vuelvo adicto a ese aroma y rozo delicadamente cada fibra de su cabello ondulado que me encanta.
Y una vez más, ella sonríe y me enamora. Desde mi posición, entre su pecho y sus brazos, en el lugar donde siempre quiero permanecer, observo esa linda sonrisa que me hace reír por lo singular y cómica que es al aparecer repentinamente y que me enamora por lo hermosa e increíble que es al ser dibujada de forma tan impresionante.
De repente, cuando el silencio de la noche se encuentra en su apogeo, me dice te quiero y estremece mi alma.
La inmediata respuesta del corazón es, yo también te quiero y son los labios quienes dejan salir esa frase para que sea escuchada por sus oídos y llegue hasta sus entrañas.
Siento que se emociona al escuchar mi frase. Un leve temblor se produce en su cuerpo y yo que me encuentro ubicado en la cárcel de sus brazos puedo escuchar a su corazón latir, por primera vez en la noche, en mi nombre.
De repente, cuando el silencio de la noche se encuentra en su apogeo, me dice te quiero y estremece mi alma.
La inmediata respuesta del corazón es, yo también te quiero y son los labios quienes dejan salir esa frase para que sea escuchada por sus oídos y llegue hasta sus entrañas.
Siento que se emociona al escuchar mi frase. Un leve temblor se produce en su cuerpo y yo que me encuentro ubicado en la cárcel de sus brazos puedo escuchar a su corazón latir, por primera vez en la noche, en mi nombre.
El ambiente es mi habitación, ambos miramos el techo, yo estoy cobijado en sus brazos y ella huele el aroma de mi cabello.
Son hermosas las sensaciones que aparecen de repente, es lindo lo que ando sintiendo en ese momento y es su encanto natural lo que hace que me enamore de ella.
Son hermosas las sensaciones que aparecen de repente, es lindo lo que ando sintiendo en ese momento y es su encanto natural lo que hace que me enamore de ella.
Fin
miércoles, 18 de mayo de 2016
Olvidé que te amaba
- Olvidé que te amaba. Y entonces, obvié esas ganas tuyas -que nunca comprendí, porque siempre creí que se trataba de una utopía- de querer que todo ande bien.
A ti te bastaba con eso y por eso, siempre sonreías. Además -y ahora entiendo- el porqué de tu eterna paciencia para con mis inmadureces que jamás aprendieron a comportarse.
Y nunca entendí, esa manía tuya, de tratarme como a un rey sin corona, cuando más bien era un tirano condenado a ser prisionero de mi soledad. La cual -casualmente, voy a decir erróneamente- me condenó a la eternidad.
Eras la mujer ideal -perdón que te lo diga ahora, tras haber mantenido años de relación amorosa y no haberlo mencionado- pero es como dijo un irresponsable escritor que una noche, pensando en una musa y escribiendo en su teclado, agregó: “Amas más cuando pierdes, olvides lentamente cuando no amas intensamente”.
Y es natural que te extrañe, sabrás. E irónicamente, es natural que me hayas olvidado, sabré.
Te he escrito un centenar de cartas, pero ninguna he logrado enviarte. Tal vez, no he tenido ni siquiera la valentía de colocarlas en el buzón.
Y pensar que… Hubo un tiempo en donde pude haber gozado de tu presencia, impactado diariamente con tu belleza, iluminado constantemente con tu sonrisa, cobijado todas las noches en tu regazo y verte despertar todas las mañana; pero decidí lo sencillo, lo efímero, lo estúpido, relacionándome -no voy a decir sentimentalmente, pero si sexualmente- con alguien que buscaba solo intercambiar fluidos, mas no sentimientos.
Cuando te enteraste de mi aventura, cuando supiste que el hombre ideal se acostaba con dicha efímera mujer, los ideales se destruyeron con facilidad, los sueños se fueron a llorar, la decepción fue inevitable -y dolorosa- y yo que no tuve ni siquiera la caballerosidad de colocar tus maletas en aquel taxi que detuviste con lágrimas recorriendo tus mejillas. Y supe que al abordarlo no volvería a mirarte. Y no supe qué tiempo después te estaría escribiendo esta carta con lágrimas en los ojos.
Perdón -sí, suena patético o de repente te provoca gracia- pero es
una frase sincera, aunque debí haberla dicho hace mucho. Y sé que tu bondad me va a responder asintiendo con tu cabeza.
A ti te bastaba con eso y por eso, siempre sonreías. Además -y ahora entiendo- el porqué de tu eterna paciencia para con mis inmadureces que jamás aprendieron a comportarse.
Y nunca entendí, esa manía tuya, de tratarme como a un rey sin corona, cuando más bien era un tirano condenado a ser prisionero de mi soledad. La cual -casualmente, voy a decir erróneamente- me condenó a la eternidad.
Eras la mujer ideal -perdón que te lo diga ahora, tras haber mantenido años de relación amorosa y no haberlo mencionado- pero es como dijo un irresponsable escritor que una noche, pensando en una musa y escribiendo en su teclado, agregó: “Amas más cuando pierdes, olvides lentamente cuando no amas intensamente”.
Y es natural que te extrañe, sabrás. E irónicamente, es natural que me hayas olvidado, sabré.
Te he escrito un centenar de cartas, pero ninguna he logrado enviarte. Tal vez, no he tenido ni siquiera la valentía de colocarlas en el buzón.
Y pensar que… Hubo un tiempo en donde pude haber gozado de tu presencia, impactado diariamente con tu belleza, iluminado constantemente con tu sonrisa, cobijado todas las noches en tu regazo y verte despertar todas las mañana; pero decidí lo sencillo, lo efímero, lo estúpido, relacionándome -no voy a decir sentimentalmente, pero si sexualmente- con alguien que buscaba solo intercambiar fluidos, mas no sentimientos.
Cuando te enteraste de mi aventura, cuando supiste que el hombre ideal se acostaba con dicha efímera mujer, los ideales se destruyeron con facilidad, los sueños se fueron a llorar, la decepción fue inevitable -y dolorosa- y yo que no tuve ni siquiera la caballerosidad de colocar tus maletas en aquel taxi que detuviste con lágrimas recorriendo tus mejillas. Y supe que al abordarlo no volvería a mirarte. Y no supe qué tiempo después te estaría escribiendo esta carta con lágrimas en los ojos.
Perdón -sí, suena patético o de repente te provoca gracia- pero es
una frase sincera, aunque debí haberla dicho hace mucho. Y sé que tu bondad me va a responder asintiendo con tu cabeza.
Disculpa si me he atrevido a escribirte, no intento malograr tu estabilidad, mucho menos voy a reaparecer, solo te quería decir que lo siento mucho.
Fin
miércoles, 11 de mayo de 2016
Tranquilidad ante todo
- Conocí a una chica, físicamente hermosa, profesional y trabajadora, acababa de inaugurar una empresa, dedicada y madura. Nos gustamos y empezamos a salir.
Duramos tan solo un mes.
En ese tramo de tiempo -literalmente- me volvió loco. Llamaba constantemente preguntando por mi ubicación, compañeros y hora de llegada. Revisaba mis redes sociales y celular, programaba mi rutina y me investigaba. Celaba por todo, controlaba todo y jodia por todo. Todo ese asunto externo, que mis amigos y familiares tildaban como, te ganaste la lotería con esa mujer, fue nada más que una fantasía.
Uno para establecer una relación amorosa debe tener como prioridad la tranquilidad. Es lo que pienso.
Fin
Duramos tan solo un mes.
En ese tramo de tiempo -literalmente- me volvió loco. Llamaba constantemente preguntando por mi ubicación, compañeros y hora de llegada. Revisaba mis redes sociales y celular, programaba mi rutina y me investigaba. Celaba por todo, controlaba todo y jodia por todo. Todo ese asunto externo, que mis amigos y familiares tildaban como, te ganaste la lotería con esa mujer, fue nada más que una fantasía.
Uno para establecer una relación amorosa debe tener como prioridad la tranquilidad. Es lo que pienso.
Fin
jueves, 5 de mayo de 2016
Aficiones y convicciones
- No confundan aficiones con convicciones. Por ejemplo, mis aficiones son: Beber ron, jugar pelota, ir al gimnasio y ver casos de ID y mis convicciones son: Escribir y publicar libros, escribir buenos guiones cinematográficos y venderlos, un proyecto que no voy a relevar aún y estudiar Literatura el año que viene.
Esto se lo comento a mi grupo íntimo de amigos pero siempre es bueno recalcar y mostrar esta clase de cosas.
Esto se lo comento a mi grupo íntimo de amigos pero siempre es bueno recalcar y mostrar esta clase de cosas.
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