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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Reflexión de los 30

- Ahora que estoy próximo a cumplir 30 años (falta una semana) ando dispuesto a escribir una reflexión sobre lo que ha sido estos últimos diez años. Claro que voy a ser puntual porque arruinaría las historias que quiero escribir de cada etapa.
Han sido años fantásticos, no me puedo quejar, a pesar que por momentos he sentido que la vida me ha dado una patada en el trasero, pienso que todo lo vivido ha sido por una razón. ¡Sí, esa misma razón! Tengo un sinfín de historias por escribir. Siempre he creído que Dios me ha otorgado tantas vivencias para poder trasladarlas al papel y convertirlas en literatura. Cuando empecé a entender esa idea comencé a disfrutar de la diversidad de situaciones que fui viviendo. Claro que ahora quiero pedirle mi tranquilidad y estabilidad. ¡Ya no más historias, por favor! Bueno, sí; pero no tan conflictivas.
Repasando algunos puntos, tales como mis ex parejas, recalco con bastante honestidad que a pesar de que en algunos casos las cosas no terminaron bien, he llegado a pensar que si van a ser parte de mi vida el resto del tiempo, lo mejor es que no haya rencores.
No voy a dar un número específico de novias; pero si voy a mencionar a algunas.
Miresha, dos años y medio. Vania, dos años. Cow, un año y medio. Claudia, tres años y ocho meses (o nueve, creo). Mariana, dos años y pico, un divorcio extraño, una locura de la que a veces me arrepiento y otras veces me da risa. Verónica, siete meses. Fátima, nueve a diez meses. Camila, un año y (no recuerdo, creo que dos meses). Por supuesto, me olvidaba de Alejandra, con quien estuve casi un año. Pues, hay otra cantidad de mujeres que pasaron por mi vida y claro está que a todas las antes mencionadas no les voy a agregar el apellido para que no puedan buscarlas en Facebook.
Uno aprende de todas esas situaciones, pues, recuerdo cuando Claudia decidió o mejor dicho, enloqueció y se fue a Roma. Ella no volvió hasta dentro de un año, yo era un tipo distinto, quise volver y le dije que no. Yo no tenía pareja; pero no iba a volver. Nadie se marcha y luego viene, así no son las cosas. Sin embargo, luego hablamos y llegamos a ser, pues, conocidos. No la tengo en redes sociales ni WhatsApp, digamos que somos eso, dos extraños más. De repente si la veo por la calle, la saludo, tal cual lo haría con el resto de chicas. Aunque lamento que a veces se me olviden los rostros, de hecho, es un defecto que tengo; pero hay algo que nunca olvido: Los momentos.
Tuve una ruptura extraña con Mariana, estuvimos en una ciudad lejana, muy alejada de mi casa e hicimos algunas cosas medias, digamos, locas; pero honestas. Claro, estábamos muy enamorados, éramos jóvenes y locos, terminamos firmando algo por emoción del momento y yo tuve que remediarlo con el tiempo. No me arrepiento, ahora no, antes sí; pero hoy por hoy, solo resulta gracioso.
Cow, a veces pienso que si la hubiera entendido, podíamos haber hecho tanto; sin embargo, como tantas veces me dijeron: Soy alguien complicado, sobre todo cuando me dedico a escribir. Yo andaba cerrado por querer completar un libro, ella quería que formara parte de su mundo; pero yo formaba parte de un mundo ficticio. Nunca tuve tiempo para amarla como debí hacerlo.
Fátima fue grandiosa, nos divertimos tanto en el corto tiempo. Gran chica, sobre todo inteligente, me hablaba de todo y resolvía ecuaciones raras. Nuestras carreras eran diferentes como lo fueron nuestros caminos.
Miresha, de las mujeres más locas que he amado. Mi primera novia oficial, la que por primera vez traje a mi casa. La pasamos de maravilla.
Se vive bien cuando te relacionas con personas geniales, claro está que tuve una relación de 5 años con una mujer que no he mencionado; pero que es tiempo de hacerlo, al menos en dos líneas.
Duramos 5 años, nos entendimos, amamos, odiamos, destrozamos, construimos, enloquecimos; pero terminamos por ideales distintos.
Yo ya estoy a años luz de todas esas mujeres y de las que no he recalcado y a quienes he olvidado mencionar, estoy a puertas de los 30, con una novia espectacular en todos los sentidos y con ganas de formarlo todo a su lado. Muchos la conocen; pero ella prefiere mantenerse aislada de las redes sociales. Eso me encanta.
Mi gorda, como le digo, es con quiero quedarme el resto de mi vida y así la defino y resumo.
Cerrando el capítulo de amores pasados, doy un repaso por mi vida laboral, es decir; mi pasión por escribir. Siempre he amado escribir, es lo que mejor se hacer y estoy completamente seguro que lo voy a hacer el resto del tiempo. Voy a publicar muchos libros, escribir guiones y hacer una cantidad importante de literatura. Emocionar a todos los que me leen y emocionarme al escribir. Es lo que amo y lo que haré el resto de mi existencia.
Mi primer libro “Los demonios y yo” fue publicado en el 2010, vendí los cien ejemplares que saqué de las historias cómicas que se basan en las distintas aventuras de mis amigos. Es mi primer bebe, un libro irresponsable y completamente irracional; pero que te hará reír a carcajadas. Es un libro natural, espontaneo, trabajado en días, escrito de una manera informal y con dosis de diversión asegurada.
Luego de unos años hice un mejor trabajo, ya dedicado plenamente al sentido romántico, de donde provengo y voy. De allí logré sacar “Una noche, una musa y un teclado” que relata reflexiones y cuentos basados en situaciones reales. Algunas historias propias y sentimientos que fui volviendo en una especie de relatos cortos. Es un libro importante porque me abrió las puertas de las librerías, estuve en La feria del libro 2014 y vendí mil ejemplares; aunque al inicio solo lo hice con 7. Luego vinieron los buenos resultados, siempre es así, todo con calma y paciencia. Las cosas salen mejor cuando las piensas, planteas y realizas, si te apuras todo sale mal, es lo que siempre digo.
Tras ese segundo libro que me dio la posibilidad de encaminar mi vida hice un montón de talleres y estuve trabajando largo tiempo en una novela, entonces, “La última tarde” hizo su aparición. Dicen que es mi mejor trabajo, yo creo que tengo mucho por mejorar y eso me motiva. Por ello ando contento, las ventas van bien, el libro les gusta a los lectores y poco a poco voy posicionándome como escritor.
El libro ha sido presentado en un bar, ahora nuevamente sucederá y la situación mejora, eso me alegra.
Llegar a esta edad ha hecho que quiera cosas serias para mi vida, tales como tener un hijo y formar una familia, todo ello voy a ir realizando con el tiempo, la ayuda de Dios y el apoyo de mis viejos.
Siento que vivo grandes momentos de mi vida, estoy contento y emocionado por lo que se avenida, con ganas de darlo todo y con la misma actitud positiva de siempre.
He madurado con el paso del tiempo, me siento capaz de todo y a pesar del drama que hago –que disfruto, obviamente- siento que los 30 será un año grandioso, lleno de buenas vibras y excelentes satisfacciones.
Solo espero seguir con mi pareja, continuar creciendo como escritor y guionista y junto a la familia que es lo importante.
Y todo lo antes escrito es una linda fantasía. Amo escribir, me traslado a todo, tengo 23 años. 


Fin




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