Mi nuevo libro

Mi nuevo libro
Puedes pedirlo al WhatsApp +51 987774365

domingo, 11 de octubre de 2020

Quiero hermanito

- ¿Alguien sabe si ya abrieron la fábrica de hacer bebes? Porque la niña de ojos color mar y cabellos como hilos de oro acaba de exigir el más complejo de todos los regalos con cándida voz y espontánea actitud a medida que lee su favorito de Harry Potter y alza la vista viéndome llegar con los emparedados de queso, sus predilectos, más un jugo de fresa con leche, para que se concentre al tiempo que se alimenta.

Pa... quiero un hermanito para navidad, dijo con dulce voz esbozando una sonrisa tan divina que se hace imposible, a pesar de ninguno de mis compromisos, acceder a dicha petición.
Bueno, corazón, voy a pedirle a Santa Claus, que te traiga uno, le respondí con la misma intención de ternura.
Me dio una mirada seca en señal de leve molestia para enseguida acuñar una ferviente respuesta: Yo sé cómo nacen los bebés. ¿Qué te parece la maestra Donatella? Ella habla mucho de ti en la escuela, la clase de literatura es mi favorita y ella la mejor, menciona tus frases y tus novelas, ¿Por qué no la invitas a salir?
¿A tu maestra? Le dije todavía sosteniendo la bandeja.
Sí, pa. Es morena, como te gustan, añadió sonriente.
Solté una risa.
Aunque... dijo llevándose la mano al mentón. Mi mami es blanca y rubia, ¿Por qué te fijaste en ella?
Porque es más increíble que bella.
Le alcanzo un emparedado. Ella lo sujeta, no lo muerde porque pregunta: ¿Y si sales con la Miss Miller? Creo que se llevarían muy bien.
No lo sé, preciosa. Salir con una chica no es como ir por sanguches a la cocina. Tienes que acercarte de a poco, conversar sobre temas afines, intercambiar sonrisas, números de WhatsApp y acordar en ir a un café.
¿Así como todas las veces que vamos al centro comercial y te detienes a hablar con las anfitrionas?
Vuelvo a sonreír.
Ellas no tienen mi celular.
Pa, por favor, no he nacido ayer.
Bueno, en referencia a Donna, creo que es una excelente maestra y no creo que sea prudente que tengamos contacto aparte del escolar.
Pa, ella siempre habla de ti, ¿Por qué no usas tus artimañas para conquistarla?
Le vi extrañado, ella le dio una mordida importante a su sanguche.
Mi mami solía decir que tienes un palabreo misterioso que la atrapó.
Ella se enamoró de tus temas de conversación.
Tu mami es la única que me soporta, le digo con humor.
Ya no, repite con una risa.
La miro con las manos en la cintura. Ella vuelve a sonreír.
Entonces, ¿el lunes le digo a la maestra que saldrás con ella?
No, cariño, no puede hacerlo porque no sería profesional.
Me ve confundida.
Me acomodo sobre el asiento en frente para explicarle el asunto.
Ella es tu profesora de letras y yo soy tu padre, a veces tenemos temas en común como ferias de libros y demás; pero no podemos confundir el trabajo con el romance. Es como si yo estuviera saliendo con mi editora.
Pa, por dios, tu editora tiene como sesenta años.
Empiezo a reír.
Ella me sigue.
Donna es bonita, dice sonriente.
Sí, es una morena muy hermosa vestida de forma tan elegante, con tacones, cabellos ondulados y sedosos, voy analizando en la mente.
Si, lo es, le digo.
¿Y entonces? Yo lo veo simple. Ella es soltera, tú también, tienen afines y seguramente se gustan, como les gustas a las chicas con quienes hablas por el WhatsApp.
No creo que sean tantas, corazón.
Pa, por favor, mi mami dice que tienes para elegir pero no quieres compromisos porque te gusta tanto escribir que no puedes dejarlo.
¿Tu mami habla mucho de mí?
Siempre habla de ti.
Sonrío.
Pero ella no tiene nada que ver en esta novela. Yo quiero un hermanito y tú debes salir con la maestra Miller.
Además, pa, ¿Qué pierdes? Es solo una cena. ¿Y si la invitas a casa?
Me pongo a pensar en los supuestos.
Te pones una de esas bonitas corbatas que usas y la enamoras en segundos, añade sonriente.
No lo sé, cariño. No creo que sea ético.
Pa... ¿alguna vez respetaste las normas?
Empiezo a reír.
Está bien, preciosa, el lunes que vaya a recogerte a la escuela voy a hablar con Donna.
Ella me miró emocionada dando palmas a pesar de tener el emparedado en una mano.
Pero... añadí enseguida.
Hizo una mueca en espera.
No le digas a tu madre.
Pa... me dijo con parsimonia y con la sabiduría de una anciana a pesar de su corta edad sentenció: Soy una tumba. De aquí no sale nada. Esto queda entre los dos.
Le di una mordida a un sanguche y bebí un sorbo de jugo. Estaba buenazo.
¡Es mío! No te lo acabes, dijo en una tierna rabieta.
Se lo devolví y empecé a imaginar el suceso con la maestra Donatella con el gracioso ingrediente de que mi propia hija me acaba de sacar una cita.
Algo que ni Tinder ni mis 1,00000 contactos femeninos pudieron lograr.
Entonces, ¿voy a tener un hermanito para navidad? Quiso saber finalmente.
Preciosa, tampoco me creas correcaminos, le dije y comenzamos a reír.

La historia con la profesora se cuenta en otro relato.

Fin

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario