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domingo, 3 de julio de 2016

¿Alguien dijo marihuana?

- A veces no le agradas a la mejor amiga de tu pareja y podría resultar normal; pero, no caerle al mejor amigo, eso sí resulta tedioso. Esta historia tiene que ver con eso y resulta graciosa.
La novia de mi amigo Carlos, le comenta que su mejor amigo, le ha pedido que le guarde una suma importante de marihuana debido a que en su casa van a realizar una inspección y de encontrar dicha droga podrían llevarlo a rehabilitación. Ella como toda buena amiga, le hizo el favor. 
Esperaba a Carlos en la cola de la discoteca Noctambul, allá por el 2005, me encontraba con un par de amigas y otro colega. 
Allá por La Molina, Carlos se encontraba junto a su novia, una chica muy celosa y posesiva, le había dicho que no salga porque andaba mucho de fiesta en fiesta y debía de darle un tiempo a ella. Carlos accedió -pero no me lo dijo, me dijo que nos encontraríamos a las once de la noche en la entrada de la discoteca-. 
Después de hacer el amor en la cama de sus viejos -situación que para mi mala suerte tuve que saber- le pidió un vaso con agua. Ella fue a la cocina con su camisa puesta mientras que él se sumergió en su habitación en busca de la droga. Al hallarla la guardó en su calzoncillo talla small. 
Tú sabes, Bryan, uno se siente agotado luego de estar horas en el ring de las cuatro perillas, me contó después. La dejé durmiendo y me fui, añadió con una sonrisa gigantesca. 
Carlos salió de la casa de su chica de una manera muy sigilosa, ella le había dicho que sus padres salieron de viaje y no vendrían en un par de días. Por esa razón quise decirle: Eres recontra pavo para venir a esta estúpida discoteca, repleta de gente desconocida y sudorosa, que andan diciendo “manyas, o sea, alucina” en lugar de quedarte haciéndola linda con tu flaca; pero no, simplemente, lo recibí como quiso que lo recibieran, con los brazos abiertos y sonriendo.
Noté que sus ojos parecían dos faros de camión en plena carretera y de madrugada. Quiso proporcionarme un poco y admito que no me negué, tampoco lo hicieron las dos chicas y mucho menos mi colega, un tipo más sano que un vaso de leche a quien invité a divertirse un rato. 
Es más, ni siquiera entramos a la discoteca, nos fumamos toda la hierba en un parque cercano y bebimos tequila hasta el manto.
Naturalmente, por la tarde, todos en sus respectivas casas y en estado de completa resaca se encontraban tranquilos, mientras que el buen Carlos se hallaba en una situación complicada. Su novia le había hecho un reclamo de aquellos, aparte de borracho, le dijo drogo y aparte de borracho y drogo, lo dejó. Pero, Carlos, me llamó por teléfono y entre su aún borrachera, me dijo: Lo cague a ese huevonazo, me fumé toda su hierba. Yo solo atiné a reír.
Al final no sé quien perdió, Carlos o el sujeto, porque al tipo lo internaron de igual manera y Carlos perdió a su chica; pero no le voy a quitar méritos, volvieron a la semana y no vi a Carlos durante una buena temporada, a veces lo llamaba para decirle: Oye, pisado, baja a beber pues. 
Ayer nos acordamos de esta anécdota y quise, irreparablemente, tener que compartirla.


Fin

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