- No es tarde para levantarse con ánimos de cumplir esos sueños que parecen estancados en un sitio de la mente.
No es tarde para realizar la llamada que a otra
distancia espera un ser querido, esa amistad pendiente o ese amor perdido.
No es tarde para no pensar en el orgullo y empezar a
abrazar la paz.
Si pensamos que el mundo se termina mañana, ¿Qué harías
hoy con tanto amor?
No es tarde para decir te amo sin esperar
respuestas.
No es tarde para cometer la locura de ir por tus
sueños. Si al fin y al cabo, la Tierra es el manicomio de la Vía Láctea.
No es tarde para liberar la carga del pasado y volar
con alas nuevas hacia un horizonte que te alegra.
No es tarde para comenzar a ser feliz con lo que
tenemos.
¿Acaso la vida se trata de cuánto tienes y cuánto
vales? Se trata de cuanto sientes y que tanto atesoras.
No es tarde para retomar esa carrera; volver a las
aulas y estudiar lo que te apasiona. Vivir del trabajo que amas, del oficio que
te encanta, del deporte que te gusta y abrazar a los amigos que no te olvidan.
No es tarde para pensar en uno mismo ignorando al
resto y sus pensamientos retrogradas. No es tarde para aceptarse, amarse y sonreírse
frente al espejo rompiendo a los inexistentes estereotipos amasando un nuevo prístino
y poderoso.
No es tarde para ser fácilmente feliz.
La vida tiene el formato idóneo para estirar
sonrisas; las penas se las lleva el verano y las tristezas las contamos para
que se esfumen; sonreír por amor y amistad es el valor del día y apreciar al
mundo tal cual nos convierte en valerosos guerreros que viven valientes un
siguiente día.
No es tarde para aliviarnos del mal e iniciar el
camino al firmamento del éxito.
No es tarde para sentirse satisfecho.
No es tarde para ser uno mismo.
No es tarde perdonar, olvidar y amar.
Busca tu redención, aprecia el momento, valora a
quienes te rodean, ama con intensidad, frenesí y honestidad y serás feliz.
¿De qué se trata el éxito en la vida?
De vivir con letras, sonrisas y amor. ¿Y el tuyo?
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