- Pensar
en ti es una constante como esos ecos en la profundidad del universo que jamás
tienen recepción.
Es
que tú eres como esos universos infinitos en maravilla aunque resulte extraña
la siguiente paradoja que acredita una visión elemental de ti, porque de
conocerte totalmente podría afirmar que la eternidad del universo, queda corta
ante lo que ofreces.
Decir
que me fascina el modo de ser de tu genialidad personal intrínseca y física suena
fácil porque solo tendría que decir lo linda y hermosa que eres en todas las
facetas de la rutina, donde nos divertimos en glosarios de palabras
interminables repletas de amor y pasiones y también afirmar que eres bella,
porque decir que eres bonita queda pequeño y todavía no me quiero enfrentar al
hecho de que eres a la medida de mí.
Porque,
¿y si yo no lo fuera? Que riesgos estos del amor y sus vicios.
Me
encanta intentar descifrarlos para hallar un vértice que me conduzca siempre a
tu lado, allá donde te encuentras o en mi mente cuando cierro las persianas, donde
quiera que te halles, yo voy a estar metido en tu interior y me iré volviendo o
me volví, ese a la medida de tus sueños e ilusiones, de tu andar y del ciclo de
tu vida, entonces nos haremos inmortales como los vértices de los universos que
se expanden por toda la eternidad.
¡La
eternidad solo contigo! Porque de lo contrario no me gustaría la vida, de ti
quiero lo mejor de la existencia y cumplir los requerimientos para sofocarnos
en amor y placer, en llamas fabulosas de pasiones, en calderas de cánticos al
romanticismo y al amor que nos tenemos, ese mismo que iremos cosechando y
deambulando como esos vértices del universo que tienen tiempo para navegar por
la bastedad.
Entonces,
¿Qué hacemos si nos queremos como los vértices de la oscura pasión universal
que se desencadenaron y viajaron sin fin?
Simple,
cogernos de la mano y aventurarnos hacia donde nos lleven los cuerpos, los
destinos, los viajes, los amores, las almas, los dioses, la vida y el espacio,
hasta donde Titán y Encélado se fundan… Siendo a la medida de nosotros.
Hasta
entonces, allá en la magnitud de lo estelar.
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