- Quise
ver El hoyo porque mis amigos en el asilo quienes ya aprendieron a manejar el
WhatsApp contaron que la película estaba buena; además en las redes la
muchedumbre cinéfila propone sus ideas contagiosas.
Tras
leer uno de los tantos libros que llevaba pendiente, resolví aprovechar que la
princesa se encontraba armando un gigante rompecabezas de 1000 piezas sobre la
alfombra de la sala (una que cuando era más pequeña pensó que volaba. Ahora no
se cree ningún cuento).
Tirado
sobre la cama empecé a buscar la película cuando de pronto oí un grito que
decía: ¡Eureka!
Provenía
de la sala y fue incrementándose al tiempo que unos pasitos con calcetines de
fresas subían la escalera a mucha velocidad junto a otro conato de patas que
siempre te siguen.
Vi
hacia la puerta sabiendo que un dúo dinámico aparecería y lanzaba sobre la cama
alucinándose Super dog y Super girl.
Ambos
cayeron sobre mi pecho. Ella decía: ¡Eureka! ¡Eureka! Porque hemos acordado
desde tiempos memorables que cada vez que logramos una hazaña celebraremos como
el buen Arquímedes.
Tener
un padre a quien le fascina la cultura griega tiene sus ventajas.
—Circe,
Dolly, ¿lo terminaron? — dije abriendo los brazos en señal de asombro.
—Dolly
no hizo nada, prácticamente estuvo dormida mientras que yo trabajaba, Míos son
los créditos— dijo la princesa con seriedad de abogada y sonriendo mientras
miraba alto orgullosa de su osadía.
—Felicitaciones,
Circe. Te mereces una montaña de helado cuando termine esta situación— le dije
y di un beso en la mejilla con sonido incluido.
—Gracias,
papi— dijo recostándose en mi regazo. Abrió los ojos tan grandes y claros como
brisa en verano y yo viéndola en frente con una sonrisa enamorada para
escucharla decir: Estoy agotada, ¿vemos una película?
El
Hoyo estaba en frente a punto de iniciar.
—
¿Vas a ver El hoyo? — Preguntó viendo la tele.
—Sí,
pero es para mayores de 18. ¿Qué te parece si vemos otra?
—Pero,
pa, es tu turno de elegir películas, recuerda que las mañanas son para mí y las
noches para ti— dijo con una increíble ternura.
—Haremos
una excepción por tu logro. Veamos una para los dos con chocolates y galletas
que voy a traer de la cocina. ¿Te parece? —
Sabía
que solo necesitaba de un bocado para quedarse dormida y poder
nuevamente
iniciar mi película.
—Me
ha provocado una de esas galletas con relleno de fresa. Me encanta la fresa.
—Lo
sé, es tu fruta favorita.
—Hasta
mis medias son fresas— dijo mostrando sus piecitos.
—Bueno,
princesa, pero antes debes sacarte eso para meterlos a la lavadora.
—
¿Qué? ¿Acaso huelen mal? — dijo con humor llevándolos a mi cara.
—No,
amor, solo están sucios—.
—A
ver, huele, huele— decía con humor.
Yo
me alejaba mientras reía y ella también soltaba una risa.
Fui
a la cocina por provisiones y la princesa estuvo escogiendo películas. Maneja
el audio del control remoto, yo prefiero el modo habitual.
Cuando
volví con galletas y no chocolates porque se habían terminado, un vaso de leche
y uno de gaseosa para mí, vi que había elegido ‘Milagro en la celda 7’ diciendo
que la niña tenía unos cabellos similares a ella. Por ese simple hecho se le
ocurrió escoger esa película.
Generalmente
no soy de quienes leen la sinopsis, prefiero aventurarme al misterio.
Lloramos.
Lloramos en silencio y abrazados. Ella haciendo preguntas para entender bien la
trama y yo respondiendo. Comiendo y llorando. Hasta que tuve que ir al baño
para darme una ducha para saciar toda melancolía cuando Circe ya dormía
comprendiendo que a veces las películas causan mucha empatía y producen
tristeza de la buena.
Cerré
la puerta de su habitación y sabiendo que recién eran las once de la noche y
mañana habría mucho por hacer, inicié ‘El hoyo’.
A
mí me gusta ver ‘La casa de papel’ pero ella prefiere realizar otras actividades
como leer o armar rompecabezas siempre en referencia a animales, le fascinan,
por ejemplo, los cabellos o tiburones.
Hemos estado viendo una serie de películas de amor que fueron exageradamente románticas, a lo que ella llama cursis y también nos envolvimos en películas animadas que son sus favoritas, entre ellas, obviamente Frozen que pone a todo volumen y canta una y cien veces, muchas veces hasta se adelanta a los diálogos de una manera muy simpática.
Hemos estado viendo una serie de películas de amor que fueron exageradamente románticas, a lo que ella llama cursis y también nos envolvimos en películas animadas que son sus favoritas, entre ellas, obviamente Frozen que pone a todo volumen y canta una y cien veces, muchas veces hasta se adelanta a los diálogos de una manera muy simpática.
Cuando
vi por primera vez ‘Mi villano favorito’ no pensé que sería tan divertida, recuerdo
que la miramos en el cine y ahora la volvimos a ver en Netflix conociendo los diálogos
y las escenas. Somos como dos amigos que comparten una movie y hablan sobre
ella con naturalidad y humor.
Siempre
intento meterme en su mundo.
Ayer
por la noche, esta vez con canchita y una riquísima Coca Cola, miramos ‘Intensamente’
por quinta vez, en una ocasión en el cine, otras tres en DVD y ahora en
Netflix. Es una de las películas que más me gustan. Recuerdo que fuimos al
centro comercial para hacer las compras del mes en referencia a sus artículos personales,
ropa y juguetes, salimos con una tonelada de bolsas y las metimos en el auto.
Vi la hora y eran recién las cinco y tanto de la tarde, entonces le propuse ir
a comer algo, pero ella quiso ir al cine y como jamás le digo que no, fuimos al
cine del centro comercial y nos involucramos en esa película sin investigar en
Google de qué trataba llevándonos una fantástica sorpresa.
Es
lo que hacemos, nunca miramos la sinopsis, queremos sorprendernos.
De
las mías, las veces que se acuesta a mi lado después de leer, jugar con la
consola de PS4 o armar rompecabezas enormes, me encuentra viendo documentales,
no soy mucho de ver películas, salvo que sea una como por ejemplo, ‘El Hoyo’
que me recomendaron o en ocasiones sobre ciencia ficción, tal como ‘El origen’,
‘Gravedad’, etc; entonces también se engancha, mira y pregunta, cuestiona,
indaga en su portátil sobre los nuevos planetas (porque siempre veo sobre astronomía)
y comienza a averiguar de una forma muy intensa haciendo que muchas veces me
sorprenda con sus comentarios, una vez me dijo: Pa, ¿sabías que Titán es la
luna más grande y posiblemente habitada de Saturno?
Me
encanta esa noción por investigar que desde pequeña le inculqué; por ello, a
pesar de no asistir a la escuela por la cuarentena, no pierde el interés por
saber, por querer meterse en documentales o películas acerca de historia, astronomía
y demás, todo ello genera saber en su mente.
Hoy
veremos ‘Interestelar’. La vi he visto tres veces y ahora quiero compartirla
con ella porque siento que debe mirar esa película y entender el mundo
sumamente extraño e increíble que se asoma. Si no la vimos antes es porque nos
entretuvimos en otras cuestiones fílmicas.
Por
eso, en un rato voy a hacer las compras, escribiré un poco y nos meteremos de
lleno en la aventura espacial.
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