- Me
gusta la soledad, siempre necesaria para escribir y buscar respuestas.
Cuando
tengo relaciones amorosas aprecio que mi pareja comprenda las veces en las que
me envuelvo con la soledad en un martirio ingenioso y voluntario que traslada a
diversas situaciones y momentos de antaño o porvenir que ayudan plenamente a la
escritura. Y otras veces, porque adoro estar regado en mi sillón leyendo un
libro extraordinario sin la presencia cercana de nadie, ni siquiera fantasmas,
de esos que habitan en mi casa.
Si
mi novia lo comprende, es un gran paso para firmar un compromiso duradero.
Soy
un tipo solitario, prefiero ir de compras solo, pasear un rato dando largas
caminatas, pensar muchísimo en diversas situaciones astrales, terrenales,
espirituales y demás, plantear preguntas sin respuesta y no tener más que dudas
al final. Todo el tiempo ando buscando un hilo conector entre historias y
semillas para empezar a escribir algunas.
Obviamente,
también adoro los momentos de pareja, los instantes regados sobre el mueble
viendo series o documentales, programas graciosos o películas, charlando de
todo un poco, cocinando, planeando, riendo, comiendo y teniendo relaciones
sexuales. Adoro hacer el amor, es un arte poético que se realiza con la piel y
el alma, con la persona correcta resulta perfecto.
A
veces leyendo libros regados en el sillón, yo leyendo y ella sobre mis piernas,
escucha la poesía que dicto o los relatos que cuento, aunque a veces,
simplemente todo lo que invento.
El
mundo de pareja es maravilloso, pero nunca me han gustado las peleas. Yo no
discuto, yo no celo, yo no ando jodiendo, simplemente, hago alguna que otra
broma por ser buena onda, pero me gusta el respeto, el asunto de ser un mundo
de dos, nosotros y nosotros con nuestros planetas, pasándola bien y siendo
felices, ¿de eso se trata, no? De pasarla genial.
Cosas
que comparto.
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