Anna: Oye, tienes una impresionante facilidad para involucrarte en un sinfín de situaciones. ¿No te cansas? Yo terminaría agotada.
Yo: ¿De dónde crees que salen las historias?
Anna: Pero, ¿Por qué siempre meterse en los personajes? Deberías anclar. Por el orden cósmico de tu vida, ¡Deberías volver con Cowco!
Es cuando solté una de las risas más estruendosas que he desarrollado.
Es cuando solté una de las risas más estruendosas que he desarrollado.
Anna: Ahora ríete; pero, ¿no crees que estoy siendo algo cierto? Seamos francos, te cagas por ella.
Muerdo el puño de mi mano en señal de algo que ni yo logro entender.
Muerdo el puño de mi mano en señal de algo que ni yo logro entender.
Yo: Déjala a ella para el final.
Anna: No te va a esperar toda la vida. Ya lo hizo durante siete años.
Yo: No creo en el destino. Ir a buscarla sería fácil, tocar el timbre, poder cara de idiota, argumentar explicando todo lo ocurrido durante el último tiempo y besarla a quemarropa.
Yo prefiero las casualidades, encontrarla, de repente en algún café, que se yo. Sorprendernos, y quizá, armar algo repentino y pues...
Yo prefiero las casualidades, encontrarla, de repente en algún café, que se yo. Sorprendernos, y quizá, armar algo repentino y pues...
Interrumpe de golpe.
Anna: La vida como es como un libro. Yo creo que temes.
La veo con rostro confundido.
La veo con rostro confundido.
Anna: Temes a que ella no exista. A que ya no sea como la has idealizado. A como la comparas con todas. A como la sueñas y la piensas. A como lo fue contigo.
Yo: Tienes la facilidad para destrozarme en segundos.
Anna (irónica): Por eso me quieres, Barreto. Porque nadie te dice la verdad como yo.
Sonrío.
Fin
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