- Mares multicolor son tus iris prístinos; saetas en la oscuridad tu presencia aquí y allá; montañas los Alpes de tu pecho; ecos sutiles la voz que encandila; rayos tu luz como aurora boreal cada vez que asomas y grietas de luna tu espalda detrás de mi cama.
Un beso a la
nube y dentro de una burbuja nuestro planeta engendra en amor como atmósfera,
romance novelero que tenemos como real, destellos de pasión estirándose en la
sábana, tormentas los suspiros de tu piel desnuda, ejemplares de retratos
divinos el contorno de tu silueta, monumento al renacimiento tu cuerpo sobre el
mío y viajes al cielo las caricias detrás de la noche.
El manantial de
tu cabello, la catarata de la coleta en la espalda, los hombros castaños con
toques de vainilla, el adictivo cuello que promulga mi accionar vampírico y una
mirada profunda como abismo marino que no guarda misterios. Te veo en frente
como una perla, como artista contempla a su musa, como autor ante la
inspiración, como yo luciendo enamorado en evidencia exacta con la mujer salida
de un sueño.
Atado a tu cadera el mundo puede morir y yo viviré.
Juntos como un contagio y la cura.
En un abrazo fulminamos al tiempo y sus espacios.
En un beso nos tenemos tan cerca que confundimos
latidos.
Las sonrisas se asemejan como dos cartas de barajas
gemelas.
El canto de un te amo se escucha como susurro en los
vagones del alma.
Y la risa impuesta por tu gracia es el alba de cada
una de mis mañanas.
Tus pasos son como porcelana en la planicie de mi casa.
El compartir a tu lado es el andar en un arcoíris
infinito.
La vida tiene tu nombre al son del tiempo que la
atesoramos juntos.
Un universo se posa en nosotros cuando nos abrazamos y
los besos son fuente de inspiración para otros autores.
Existe el amanecer.
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