- La llegada de la princesa siempre descontrola las emociones que suelen
andar direccionadas a la hoja en blanco que tengo en frente.
Cuando pisa la tierra de este mundo y la oigo subir ansiosa hacia mi
oficina presiento que el universo va a colapsar y las letras del texto quieren
zafar para juntarse en torno a ella y expresar en idiomas todo lo que llega a
ocasionar la sola presencia de un ente celestial y divino, con una sonrisa y
carcajada profunda, llena de interrogantes que desata al momento de verme y
abrazarme como si las tuviera pendientes en su mente y solo yo pudiera
responder. Cabalgamos en un abrazo que surca el espacio tiempo de la habitación
donde estoy confinado y toca las luces de arriba como soles que nunca queman.
Después nos sentamos un rato para planear la tarde que empieza mayormente con
un séquito de dulces (ahora entienden esos kilos que vengo teniendo
inesperadamente) y se entrelazan con documentales, tareas, lectura y demás en
un ambiente sólido, cándido y hermoso que sabemos compartir a plenitud.
—Pa, ¿Por qué Moisés cruzó el desierto por cuarenta años si Egipto y
Jerusalén está a solo cinco horas? — me dijo intrigada sobre el mueble como una
señorita pensadora, una futura arqueóloga o escritora. Enseguida, lanza otra
duda llamativa: ¿Por qué no hemos vuelto a la luna? ¿Vamos a llegar lejos en el
espacio?, ¿Realmente no estamos solos? Suelta teorías propias de ideas que se
le ocurren acerca de sucesos que pueden llegar a pasar. Ella quiere ser
astronauta, escritura y veterinaria porque adora a sus mascotas de aquí y allá.
Le encantan los libros de todo tipo, aunque suele leer lo que
generalmente son para su edad y muchos usan buenas imágenes para aprender
mejor. Lo genial es que ahora la literatura se encuentra en todos lados.
Siempre anda soltando sospechas sobre investigaciones que tuvo en su
ordenador que ya ha dejado de usar como juegos para únicamente dedicarse a ver
videos en Youtube acerca de todo lo que encuentre altamente interesante
recordándome que a la misma edad jugaba pelota en el parque y me dedicaba a
comer todo lo que los profesores decían como la sabia verdad. Mis dudas y
cuestiones llegaron después, ahora ella las tiene desde antes y eso me fascina.
De su madre adquirió el don de dibujar, se adentra en la pintura como yo
con la escritura y nadie la molesta porque de acercarme me muestra una rabieta
debido a que como todo artista no solemos mostrar bocetos. Nos gusta enseñar el
trabajo completado. Circe es así, una diosa, de hecho, aparte de preciosa,
talentosa y su corazón es tan grande que un mundo entero podría caber en un
espacio al rincón de una pared.
Cuando viene nos ponemos de fiesta con disfraces improvisados y también
mostramos una solemne capacidad para aprender en tiempos como los de ahora.
La vida es demasiado corta como para quedarse en dudas, por eso tratamos
de saber y gozar hasta que los minutos se terminen.
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