¿Sabes
a quien extraño?
¡A
ti!
Usar
tu abdomen como almohada al tiempo que compartimos la película que nunca
terminamos.
Abrazarte
un rato sabiendo que vas a sentir al tiburón y el primer párrafo tomará forma.
Deleitarme
con el aroma de tus cabellos rizados u ondulados, pero suaves haciendo que mis
dedos se deslicen con facilidad al tiempo que nos recostamos de lado después de
hacer el amor.
El
trato cálido y amoroso de tu ser en maravillosa inmediatez como si supieras que
el tiempo apremia y lo importante es gozar, haciéndome olvidar mi procedencia y
sintiéndome parte tu mundo como si no hubiera un mañana, pues esos destellos de
pasión resultan ser impecables y hermosos para mí, al punto que llego a
extrañarlos con este jolgorio de frenesí.
¡Te
extraño a rabiar! No debería estar escribiendo cuanto te necesito y tendría que
tenerte cerca para darte un abrazo de ensueño que no tuviera fin.
Debería
hacerme humo y volar hacia ti, cruzar kilómetros y unos ríos para hallarte en
un abrazo. Sentirte cerca como las veces que nos tuvimos sobre la cama o el sofá,
o dentro de una piscina o sobre la bañera. Las veces que nos tuvimos demasiado
cerca que hasta rozamos las almas y confundimos los latidos. Las veces que
olvidamos el mañana y disfrutamos del momento a pesar de su tiempo corto.
Te
extraño con toda la locura de un amor grotesco y divino que llevo adentro como
flamas de un infierno interno que expresa diariamente y con limitaciones toda
la fuerza de este sentir absolutamente tuyo y a la vez… Tan solo anhelo una
caricia para sentirme en paz.
Entiendo
que estamos separados por muros fantasiosos y paredes enormes, pero también
comprendo que resulta necesario, pues es la manera de la vida de hacernos
entender que nos requerimos para poder aceptar que amaremos el hecho de
tenernos una y mil veces en una noche. A veces los sacrificios los sientes las
emociones para que luego los cuerpos gocen.
Entonces,
¿Qué hacemos malgastando el tiempo en banalidades cuando deberíamos estar
añorando? Vamos a soñar un rato, despejemos las pieles de la rutina y tengamos el
fantástico placer de ser quienes somos diariamente. Aceptemos el destino actual
y soñemos un tanto con quienes queremos ser mañana, luchemos por el espacio que
no nos separa como quisiera y aceptamos que dentro de pronto los cuerpos se juntarán
en una danza infinita que incluye al alma.
Por
eso, te extraño a ti y no la persona que te vuelves sin fe ni esfuerzo, por eso
anhelo que siempre seamos los vértices iguales de un amor completo y fabuloso
que sabemos sentir a cabalidad y vivimos con frenesí actual.
Seamos
tan maravillosos como lo somos estando juntos.
Fin
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