- Princesa, toma la llave y libérate de esta prisión de letras.
Allá en el colgador y al lado de mi sombrero están tus alas.
Pero; yo no me quiero ir.
Las heridas en el corazón superaron nuestros momentos.
Entiendo. Hago daño siendo tu eterno recuerdo.
Y ella voló con lágrimas en los ojos.
Y en el libro las letras desaparecieron.
Y en la memoria se vio su rostro por última vez.
Pero el amor nunca se marchitó.
El amor siempre existió.
Fin
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