- Subió al bus una chica llevando una gran cantidad de objetos, entre ellos un bolso, folder rosa y sus papitas para el camino.
Se veía incómoda y tambaleante, ningún tipo le ofrecía asiento y al pasar por mi lado (casi al fondo) le dije: Si gustas puedes sentarte aquí.
Mayormente la gente solo te agradece, ella me dijo: Gracias, qué dulce.
Descuida, respondí y me fui a otro lado.
Al cabo de un tiempo, hincaron mi hombro, giré y tras una linda sonrisa, la misma chica, me dijo: Gracias de nuevo.
Bajó del bus y nuestras miradas coincidieron cuando se detuvo al frente y yo miraba la calle.
Me hizo un ademán de despedida y le mostré mi inevitable sonrisa de lado.
Simpático momento, pensé.
Fin
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