- A veces pienso que una mujer tiene poder.
Me dijo, a mi lado vas a sentir que las horas se vuelven segundos.
Y fue curioso porque pasamos un fabuloso momento y el reloj parecía holgazanear, yo tratando de decirle que es la relatividad y ella sonriendo sin querer presumir de su cualidad.
Detiene el tiempo cuando me besa. Uno no siente absolutamente nada exterior, solo el placer de esos labios y el néctar que derrocha.
Enseguida, todo vuelve a andar con normalidad.
Mis defectos rebalsaban cuando la conocí; pero se aferró a la idea de involucrarse porque le resultaron encantadoras algunas virtudes. Terminé acotando y descubriendo otras cualidades, volviéndome en un mejor humano. Potenció mis virtudes sin obligarme a cambiar.
Jamás pensé que un detalle tan simple como una carta debajo de la almohada podría hacerme sentir el tipo más feliz del planeta.
Nombraría muchas situaciones; pero por el momento me bastan con estas.
Es maravillosa su forma de actuar, eso lo define.
-Espero que puedan leer el libro: "Una noche, una musa y un teclado"...
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